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Intervención en la presentación del libro “Perlas. Patrañas, disparates y trapacerías en los Medios de comunicación”, de Pascual Serrano. 2 de enero. Santa Cruz de Tenerife

Otro periodismo es posible e imprescindible

Fuentes: Rebelión

Este libro que presentamos hoy en Santa Cruz Tenerife tiene un largo recorrido, ha sido leído en varios rincones del planeta y es así porque contiene información muy útil para descifrar la sociedad en que vivimos. El análisis que hace Pascual Serrano de textos con los que se tropieza (como él mismo dice ni siquiera […]

Este libro que presentamos hoy en Santa Cruz Tenerife tiene un largo recorrido, ha sido leído en varios rincones del planeta y es así porque contiene información muy útil para descifrar la sociedad en que vivimos. El análisis que hace Pascual Serrano de textos con los que se tropieza (como él mismo dice ni siquiera hay que esforzarse demasiado para encontrar las perlas), textos publicados en prensa o emitidos por radio, o complementando  imágenes en televisión, nos revela la necesidad de estar siempre muy atentos cuando nos sentamos delante de una televisión o cuando abrimos un periódico. El valor de este libro es que una persona se ha sentado y pacientemente ha acumulado una gran cantidad de estas perlas para analizarlas, traducirlas al público y contextualizarlas históricamente.

Estas perlas tienen mucho más sentido vistas así, en conjunto, porque lo que nos demuestra es que son producto de toda una estructura económica, el sistema capitalista de producción, que ha convertido a los medios de comunicación en su principal arma de destrucción masiva: los manipuladores de cerebros, la industria de la conciencia, como la denomina Noam Chomsky. Nos confirma algo que tiene que ser repetido miles de veces: en nuestras sociedades la gran mayoría de los medios no son de comunicación social, sino medios privados de comunicación, que sirven a determinados intereses y actúan como amplificadores del poder para defender a una minoría privilegiada mientras se narcotiza a la mayor parte de la población, se orienta sus opiniones, se la desinforma, se la embrutece y se le impone un modelo cultural importado, imperialista.

Ya sabemos que la primera batalla que se libra en las actuales guerras es la de la opinión pública; ahora, el Imperio primero trata de convencer a su propia población de la necesidad de invadir un país y entre empresas encuestadoras y medios de comunicación se fabrica el consenso, aunque primero se riegue una dosis conveniente de ántrax para crear la suficiente psicosis colectiva.

Escribe Pascual Serrano: «Sección de Comunicación: busco un libro sobre medios de comunicación en la librería de El Corte Inglés. Pregunto por la sección de Comunicación y me dice el dependiente que no existe, que busque en la de Publicidad. Al menos son sinceros para definir el modelo de comunicación vigente en nuestra sociedad».

En Los guardianes de la libertad, Noam Chomsky y Edward Herman enumeran los ingredientes esenciales del modelo de propaganda que padecemos, mediante cinco filtros preestablecidos:

1) La concentración de propiedad, la riqueza del propietario y la orientación de los beneficios de las empresas dominantes en el ámbito de los medios de comunicación.

2) La publicidad como fuente principal de ingresos de dichos medios.

3) La dependencia de los medios de la información proporcionada por el Gobierno, las empresas y los ‘expertos’, por lo demás, financiada y aprobada por esos proveedores principales y por otros agentes del poder.

4) Las contramedidas y correctivos diversos como método para disciplinar a los medios de comunicación.

5)  El anticomunismo como religión nacional y mecanismo de control.

Y, en relación con estos filtros, creo que son muy importantes y acertadas las críticas de Pascual Serrano sobre lo que en realidad es el diario El País, que encontramos expuesto con claridad en este libro.

«Perlas. Patrañas, disparates y trapacerías en los medios de comunicación» pone al descubierto las mentiras inventadas por distintos medios de comunicación o casos flagrantes de manipulación, como ocurrió con la ocultación en los medios de un encuentro internacional de intelectuales celebrado en España entre el 26 y el 30 de abril de 2004, un ejemplo claro que podría definirse como censura, política e informativa.En este caso, se utilizó uno de los mejores sistemas de manipulación: el silenciamiento. Al que se sumó el diario El País. Pero, en mi opinión, lo grave no es tanto el ninguneo de la presencia de muchas personalidades que celebran, entre otras actividades, un Seminario contra el Imperialismo, sino que se está ninguneando, en realidad, el derecho de los ciudadanos a recibir una información veraz, la democracia, la libertad de elegir. La relación, pues, es clara: es mejor que millones de personas no sepan lo que están criticando y proponiendo personas de reconocido prestigio social, como relata Pascual Serrano:

«Esas personas se reunieron en un Seminario contra el Imperialismo, es decir, levantaban su voz contra un modelo económico dominante, un sistema social injusto, y el saqueo al que poderes económicos y políticos someten a ciudadanos de todo el mundo y, en especial, a los países empobrecidos. Denunciaban una injusta deuda externa que sangra a los pobres del Tercer Mundo. Señalaban a Estados Unidos y sus acólitos como los responsables de miles de muertes y crímenes en el mundo. Aplaudían la lucha y la resistencia de pueblos como el palestino, el iraquí o el colombiano. Saludaban a gobiernos que estaban demostrando su coherencia y resistencia a ser atropellados, como el cubano, el venezolano, el argentino o el brasileño».Esas personas daban un mal ejemplo y por eso se pusieron en marcha los mecanismos de control: restricciones al pluralismo político e informativo, censura política e informativa, vulneración del artículo 20 de la vieja, e inservible ya, Constitución de 1978. Ya lo dice José Bono, en otra perla comentada por Pascual Serrano titulada ‘Bono y la Constitución‘ (página 173): «En España sólo cabe lo que cabe en la Constitución, dijo Bono con motivo de la conmemoración de la Carta Magna. Está por tanto prohibida la república o el socialismo. Habíamos visto a socialistas ignorar el socialismo, pero hasta ahora no los habíamos escuchado prohibiéndolo».

A cualquiera de los medios nacionales les podrían dar el Premio Rey de España de Periodismo, como al redactor de Globovisión Luis Alfonso Fernández por un artículo titulado ‘La masacre del centro de Caracas’, un montaje en torno al golpe de Estado del 11 de abril de 2002 en Venezuela que aclara Pascual Serrano en el artículo ‘La mentira premiada’ y que otro documental, ejemplo de periodismo de investigación, ‘Puente Llaguno: claves de una masacre» (1) desmonta contundentemente. En este documental aparece sonriente un almirante diciendo que les ahorran el trabajo, porque ahora los golpes de Estado son mediáticos.Pascual Serrano recuerda en ese artículo que el Gobierno interviene directamente en la concesión del Premio Rey de España, otorgado en 2003 a Globovisión por participar en el montaje de un golpe de Estado contra el Gobierno democrático de Venezuela, y es «el papel que siempre jugó en los acontecimientos de aquel mes de abril del año 2002, el de conspirador y golpista».

Por eso, es necesario e imprescindible consolidar auténticos medios de comunicación social, porque ocurre que la sobreabundancia de información, el bombardeo sistemático de datos, produce desinformación y hay que despejar el camino, hacer de trilla y separar el grano de la paja. En Tenerife, una Administración pública acaba de suspender de empleo y sueldo a un trabajador por publicar un libro crítico con ATI-CC y el redactor jefe de un periódico advirtió que se acogería a la cláusula de conciencia si le obligaban a publicar en primera página que acudieron 20.000 personas a la manifestación fascista, contra la inmigración, celebrada a finales de noviembre de 2006. Se negó a escribir al dictado y llegó a un acuerdo con la empresa para rescindir su contrato.Es consecuencia del régimen que se vive en las islas, recogido en otra perla titulada ‘Nacionalismo sincero’: «El diputado de  Coalición Canaria Paulino Rivero fue sincero en la entrevista publicada en El País del día 26 de junio y nos reveló e ideario que hay detrás de muchos nacionalismos: ‘Bueno, hoy estamos enamorados del PSOE. Tenemos acuerdos en Madrid, y en Canarias nos apoyan. Nos casamos con aquellos que paguen la dote que necesitan las islas’. Un gran ideario, el machismo tiene un nombre para cuando esto lo hace una mujer». Y añado que la dote implica la complicidad con un régimen corrupto para financiar obras innecesarias como el Puerto de Granadilla. A fin de cuentas, el Rey Juan Carlos I recibe a Teodoro Obiang en la Casa Real.

La segunda cuestión importante, además de demostrarse que las perlas no son casuales sino producto de un sistema económico y de una metodología de trabajo, tiene que ver con la teoría sobre los medios de comunicación. Leyendo ‘Perlas’ no puedo dejar de pensar en la teoría informativa que se enseña en las universidades españolas y que no es más que la teoría norteamericana sobre periodismo. Por ejemplo, se enseña que si un español muere o desaparece digamos que en la India, el tema debe ir a la portada del periódico, aunque ese mismo día haya naufragado una patera con decenas de personas abordo, se caiga un avión con 163 pasajeros en Tukmenistán o mueran cientos de personas por el descarrilamiento de un tren en China. Prima el componente nacionalista y patriótico.De ahí la necesidad y la utilidad de un libro como ‘Perlas’, que tiene el acierto de estar estructurado por temas, con artículos enteros intercalados, aunque todos siempre con el mismo trasfondo: las patrañas, los disparates y las trapacerías en los medios de comunicación.

(1)   Dirigido por Ángel Palacios, producido por Panafilms y ANMCLA.

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Novedad Editorial
«Perlas. Patrañas, disparates y trapacerías en los medios de comunicación»
Barcelona. El Viejo Topo.