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Continúa la guerra de EE.UU. contra periodistas en Iraq y Afganistán

Periodistas en prisiones militares de EE.UU.

Fuentes: Democracy Now!

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


Echaremos un vistazo a fondo al caso de dos periodistas cuyo encarcelamiento por las fuerzas de EE.UU. ha sido en gran parte ignorado por los medios corporativos. El camarógrafo de Al Jazeera, Sami al-Haj ha estado encarcelado sin ser acusado en Guantánamo durante los últimos cinco años y medio. El fotógrafo de Associated Press, Bilal Hussein ha pasado más de un año en una prisión militar de EE.UU., también sin que se formulen acusaciones. Los funcionarios de EE.UU. no han presentado ninguna evidencia de alguna violación de la ley. Hablamos con Rachel Morris, autora de un nuevo artículo en el que detalla el vía crucis de al-Haj y con Scott Horton, abogado especializado en derecho internacional y derechos humanos, que ha seguido de cerca el caso de Hussein.

La liberación del periodista de la BBC, Alan Johnston, este mes después de 114 días de cautiverio en Gaza figuró en los titulares en todo el mundo, y fue saludada internacionalmente como una victoria de la libertad de prensa.

Durante los casi cuatro meses de cautiverio de Johnston, dirigentes mundiales y organizaciones de derechos humanos pidieron por igual su liberación. Más de doscientas mil personas firmaron una petición en línea pidiendo que fuera liberado.

Pero tal el más conmovedor de los apoyos para Johnston vino de dentro del campo de prisión de EE.UU. en Guantánamo. Sami al-Haj, camarógrafo de Al Jazeera que ha estado encarcelado sin acusación en Guantánamo durante los últimos cinco años y medio, envió una carta a través de su abogado pidiendo la liberación de Johnston. Escribió: «Aunque EE.UU. me ha secuestrado y me ha retenido durante años enteros, no es una lección que deba ser copiada por los musulmanes.»

En comparación con el periodista Alan Johnston, la historia del secuestro de Sami al-Haj ha sido ampliamente ignorada por los medios corporativos y mantenida fuera de la atención global. Ciudadano nacional sudanés, al-Haj estaba trabajando como camarógrafo para la cadena árabe de televisión Al Jazeera cuando fue detenido el 15 de diciembre de 2001 en una localidad paquistaní en la frontera con Afganistán. Después de ser transferido a la detención por EE.UU. fue llevado en avión a la Base Aérea Bagram. Seis meses después lo transportaron a Guantánamo. Allí ha estado encarcelado desde entonces, sin ser acusado.

Un nuevo artículo sobre la terrible experiencia de Sami al-Haj es un artículo de fondo de Columbia Journalism Review. Su título es: «Prisionero 345: ¿Qué sucedió a Sami al-Haj de Al Jazeera?» Fue escrito por Rachel Morris, editora en Washington Monthly. Rachel habla con nosotros desde Washington, DC.

Otro periodista encarcelado por las fuerzas de EE.UU. sin acusación alguna también ha sido mantenido en general fuera de la atención pública. El fotógrafo de Associated Press, Bilal Hussein, fue detenido por fuerzas de EE.UU. en la ciudad iraquí del oeste de Iraq, Ramadi, por funcionarios militares de EE.UU. que no lo han acusado formalmente de algún crimen ni han dado a conocer alguna evidencia de que haya violado la ley. Los militares de EE.UU. pretenden que tienen razón de seguir encarcelándolo sólo porque lo consideran una amenaza para la seguridad.

Transcripción no editada

AMY GOODMAN: Bienvenida a Democracy Now!, Rachel. ¿Cómo supo de Sami al-Haj? ¿Por qué escribió ese artículo?

RACHEL MORRIS: Bueno, estuve leyendo y siguiendo lo que sucedía en Guantánamo desde el envío de los primeros prisioneros. Y después de que los abogados obtuvieron acceso a los prisioneros en 2004, se comenzó muy, muy lentamente, a ver informes e incluso apareció un par de libros escritos por gente que había sido liberada. Así que en realidad estuve realmente tratando de descubrir quién estaba allí y cuáles eran algunas de sus historias individuales.

JUAN GONZÁLEZ: En si artículo, usted describe considerablemente su historia, su formación y su ingreso al periodismo. ¿Podría hablar un poco sobre su persona?

RACHEL MORRIS: Seguro. Cuando estaba haciendo el reportaje, hablé con sus amigos y familiares y con tantos antiguos colegas suyos de Al Jazeera como pude localizar. Y en cuanto a su vida personal en sí, no logré presentar un cuadro extremadamente detallado sobre su persona, pero por lo que sé, creció en Sudán, y su familia no era particularmente adinerada, y fue a la universidad en India, donde estudió inglés y estudios informáticos, que es uno de los motivos por los que fue contratado por Al Jazeera, por su pericia en esas dos áreas. Y según me ha dicho la gente, fue un ávido lector desde muy temprana edad, se mantenía al tanto de los medios, particularmente Al Jazeera, leía muchos periódicos, algo como un estudioso muy interesado por lo que sucedía en el mundo. Comenzó en Al Jazeera cerca del año 2000 como un aprendiz de camarógrafo. En cierto modo lo hicieron comenzar en un período de prueba, así que tenía relativamente poca experiencia cuando terminó por ir a Afganistán en 2001.

AMY GOODMAN: ¿Qué hacía exactamente en la frontera? Y luego explique lo que sucedió, como terminó en Guantánamo, y qué ha dicho el gobierno de EE.UU. sobre su persona.

RACHEL MORRIS: Seguro. Bueno, esencialmente, fue inicialmente a Afganistán poco después del comienzo de las operaciones militares de EE.UU. en ese país y estaba filmando para uno de sus corresponsales y trabajando desde una oficina en Kandahar, que era operada por CNN. Y los equipos de Al Jazeera y de CNN pasaban un cierto tiempo juntos y llegaron a conocerse bastante y, había una cierta interacción.

Y entonces, después de un mes o algo semejante, creo, el corresponsal original de Al Jazeera que había ido allí tuvo que volver, y por ello Sami al-Haj volvió a Pakistán para encontrar al reemplazo. Y así, fue cuando el nuevo corresponsal y al-Haj trataban de reingresar a Afganistán para seguir informando, fue cuando lo detuvieron. Y al otro corresponsal no lo retuvieron de ninguna manera. Fue sólo que la inteligencia paquistaní afirmaba que tenía una carta diciendo que se sospechaba a al-Haj de actividades terroristas o de vínculos con terroristas y debía ser detenido si se le encontraba en un punto fronterizo.

En cuanto a lo que EE.UU. ha dicho sobre su persona, costó un tiempo terriblemente largo antes de que apareciera algún tipo de declaración oficial o descripción de lo que supuestamente había hecho. Quiero decir, realmente durante el primer par de años, nadie sabía realmente por qué estaba allí. Gente de Al Jazeera había intentado establecer algún contacto con autoridades de EE.UU., no tanto en las etapas iniciales de su detención, y realmente no pudieron averiguar gran cosa sobre el motivo por el que estaba allí. Todo era una especie de declaraciones muy vagas sobre que tenía una especie de vínculos sospechosos con organizaciones terroristas, pero en realidad nada específico.

No fue hasta que obtuvo un abogado, y luego una vez que un dictamen de la Corte Suprema en 2004 dijo que los detenidos tenían que tener una especie de proceso para determinar su condición, básicamente se comenzó a obtener esa especie de – realmente no son realmente acusaciones en absoluto o algo como afirmaciones. Las llaman un resumen de evidencia. Y eso resume de cierto modo lo que el gobierno dice que sabe de cada detenido.

Y la evidencia que dicen que tienen ha cambiado de alguna manera con el pasar del tiempo. Inicialmente, le dijeron a su abogado que pensaban que había estado tratando de comprar misiles Stinger in Afganistán. Luego lo cambiaron a misiles Stinger en Chechenia. Lo más reciente que he visto es que han abandonado por completo esas acusaciones. También ha habido algo como – cuando lo detuvieron primero, gente en Afganistán que había dicho: «Pensamos que grabó un vídeo para Osama bin Laden.» Nunca fue declarado culpable de algo en capacidad oficial. Fue algo de lo que lo acusaron guardias en Afganistán poco tiempo después de que lo transfirieron a la custodia estadounidense.

AMY GOODMAN: Rachel Morris, tenemos que interrumpir, pero vamos a volver, y quiero preguntarle sobre la afirmación de su abogado de que las autoridades de EE.UU. dijeron que lo liberarían si espiaba en su propia emisora, en Al Jazeera. También vamos a hablar sobre un fotógrafo de AP que ganó el premio Pulitzer y que es retenido por los militares de EE.UU. en Iraq desde hace más de un año.

[pausa]

AMY GOODMAN: Rachel ¿es verdad que su abogado, Clive Stafford Smith, dijo que Sami al-Haj le informó que las autoridades de EE.UU. dijeron que sería liberado si estaba dispuesto a espiar en su propia emisora, en Al Jazeera?

RACHEL MORRIS: Así es. Lo que Clive Stafford Smith me dijo es que realmente desde que al-Haj ha estado en Guantánamo, ha sufrido unos 130 interrogatorios, aproximadamente. Y cerca de 125 de ellos tuvieron que ver con su trabajo para Al Jazeera, más que cualesquiera supuestos vínculos terroristas o algo parecido, y que en algún momento durante uno o más de esos interrogatorios, se le dijo que si informaba sobre la cadena de televisión, lo liberarían.

AMY GOODMAN: Quiero incorporar a Scott Horton a esta conversación. Queremos que él también nos hable sobre el fotógrafo que está retenido por los militares de EE.UU. en Iraq desde hace más de un año, pero quiero seguir con este tema. Scott Horton, abogado de Nueva York especializado en derecho internacional, ha servido anteriormente como jefe de la Asociación de Abogados de la Ciudad de Nueva York y también pertenece a la Asociación de Abogados de Iraq, miembro de esa asociación. Scott ¿qué me dice sobre esa afirmación de Sami al-Haj?

SCOTT HORTON: Cuando supe del asunto, – lo discutí antes con Clive Stafford Smith,

y cuando lo oí, me pareció sorprendente, porque es un modelo consistente en las detenciones de periodistas que ocurrieron en Iraq, particularmente en dos casos de los que me ocupé indirectamente, uno en relación con el camarógrafo de CBS, Abdul Ameer Younis Hussein, y después el fotógrafo de AP, Bilal Hussein. En ambos casos, cuando fueron detenidos e interrogados, los interrogadores se concentraron fuertemente en el funcionamiento interno de las organizaciones noticiosas con las que trabajaban, querían saber lo que pasaba, cómo interactuaban, cómo contrataban personal local para realizar su trabajo. Así que parecían estar reuniendo inteligencia sobre los medios, más que respecto a alguna noción de un crimen o violación de la ley por esta gente.

JUAN GONZÁLEZ: Y el fotógrafo de AP, ¿podría hablarnos de su caso?

SCOTT HORTON: Sí. Bueno, ahora ha estado encarcelado desde el 5 de abril del año pasado, más de un año, y todavía no conocemos los motivos para su detención. En realidad, al discutir esto con los militares, cada vez que se habla con ellos salen con inquietudes diferentes. Investigué esas inquietudes durante unos ocho meses. Descubrí que virtualmente cada hecho específico que habían mencionado como base para una inquietud era simplemente falso. Se niegan a formular acusaciones de ningún tipo. De hecho, Sami al-Haj simplemente dijo que lo habían secuestrado. Bueno, yo diría que Bilal Hussein fue secuestrado por los militares. No existe ninguna justificación legal de algún tipo para su detención.

JUAN GONZÁLEZ: ¿Cómo lo capturaron inicialmente?

SCOTT HORTON: Fue capturado en Ramadi por una patrulla. El anuncio inicial del Comando de Bagdad fue que lo habían pescado con las manos en la masa en algún tipo de acción. Desde luego, entrevisté a algunas personas que tuvieron que ver con su detención. Me dijeron que era una mentira total, que los habían enviado a una misión para capturarlo y que las instrucciones habían llegado desde muy, muy, muy arriba en la cadena de mando, en realidad, la implicación fue que no había sido decidido en Bagdad, había sido decidido en el Pentágono y en Washington.

AMY GOODMAN: ¿De modo que el gobierno de EE.UU. simplemente lo califica de riesgo a la seguridad, y sólo sobre esa base pueden detenerlo indefinidamente?

SCOTT HORTON: Afirman que pueden capturar y retener indefinidamente a cualquiera como amenaza para la seguridad, sin acusaciones, sin revisión, sin presentar casos a los tribunales.

AMY GOODMAN: ¿Qué hace AP al respecto?

SCOTT HORTON: No he tenido que ver con el asunto desde fines del año pasado, pero el presidente de AP y numerosa gente importante se han mostrado muy agresivos en este caso, y lo han estado siguiendo por varios canales diferentes, incluyendo, creo, un diálogo muy intenso con el Pentágono.

AMY GOODMAN: Usted se refirió al camarógrafo estadounidense. Ese es el caso que usted investigó seriamente. En realidad ¿no lo representó usted, al camarógrafo de CBS?

SCOTT HORTON: El camarógrafo de CBS, así es.

AMY GOODMAN: Explique su caso, dénos una idea. Desde entonces ya fue liberado.

SCOTT HORTON: Fue liberado una semana antes del arresto de Bilal Hussein. En realidad, pensamos que existe una cierta conexión entre estos dos eventos. Pero había estado fotografiando un ataque contra un convoy estadounidense que ocurrió en Mosul en el norte de Iraq, y le dispararon mientras lo hacía. A CBS la informaron dentro de las primeras dos horas después del evento que lo iban a liberar, y luego siguieron reteniéndole. Y lo cambiaban continuamente de sitio.

Y nos informaron que el centro de toma de decisiones había sido transferido fuera de Iraq y que se tomaban en el Pentágono, en Washington. Y en el Pentágono y en Washington, altos portavoces anónimos ante la prensa, creemos un secretario adjunto de defensa, informaban a los periodistas, extraoficialmente y sin que les fuera atribuido, que habían descubierto que tenía fotografías de cuatro incidentes separados de ataques contra estadounidenses cuando ocurrió el ataque. Y cuando llegamos al final del caso y al juicio, descubrimos que era una mentira consciente. No era para nada el caso. Pero fue lo que se dijo, a propósito, en CNN en difusión continua durante treinta y seis horas, así como en FOX News. Ninguna de las dos cadenas corrigió en algún momento las falsas declaraciones emitidas.

JUAN GONZÁLEZ: ¿Cuál es el impacto sobre los periodistas que están en Iraq cuando suceden situaciones semejantes en las que los militares simplemente capturan a personas y las retienen indefinidamente sin acusarlas?

SCOTT HORTON: Bueno, tenemos – quiero decir, tenemos que comenzar con el hecho de que más de 110 periodistas han sido muertos en Iraq. Es el doble de la cantidad de periodistas muertos en la Segunda Guerra Mundial. El número de periodistas que han sido arrestados asciende ahora a miles. La mayoría de esos arrestos son simplemente para establecer la identidad, y son resueltos en un período entre cuatro y seis horas, pero muchos de ellos han continuado durante semanas y, por cierto, meses, y es – sabe, crea una presión continua sobre los periodistas.

Pero lo más inquietante en este caso es una tendencia de parte de los militares a ver a estos periodistas como, cito, «el enemigo.» Y hace tres meses, realmente pudimos ver algunos materiales de instrucciones confidenciales de seguridad operativa que fueron preparados por el Departamento de Defensa, en las que etiquetaban a los periodistas en una categoría junto a al-Qaeda y narcotraficantes, como enemigos en potencia, para que sean tratados y considerados como tales. Eso lleva a que maten a personas, a propósito.

AMY GOODMAN: Quisiera volver a Sami al-Haj y a hablar también de la huelga de hambre que está realizando. Pero primero, quisiera volverme hacia el jefe de Al Jazeera.

En febrero de 2006, Democracy Now! viajó a la central de Al Jazeera en Doha, Qatar. Wadah Khanfar actúa como gerente general de Al Jazeera. Entonces dijo lo siguiente sobre Sami al-Haj.

WADAH KHANFAR: Desde hace más de tres años, sigue en Guantánamo. Y hemos recibido algunas cartas suyas, sabe, eso sucede a través, por supuesto, de guardas estadounidenses, pero básicamente diría que el tema de Sami al-Haj ha vuelto a crear esa desavenencia y ese sentimiento de que hay muchas cosas que han ido mal en la relación entre el mundo árabe y EE.UU. después del 11 de septiembre.

Recuerdo, como periodista antes de 2001, que muchos de nuestros gobiernos árabes temían, y estaban – les era difícil encarcelar a un periodista, porque decían en aquel entonces que los estadounidenses harían mucho ruido, un ruido estruendoso por ese hecho, y nos condenarían. Así que respetaban un poco la libertad de expresión para nuestro trabajo, porque no querían que surgiera un gran problema por parte de la sociedad civil y las organizaciones estadounidenses. Ahora, tenemos a alguien que pasa más de tres años en la cárcel, y ni siquiera podemos obtener una explicación real del motivo por el que está allí y cuál es el crimen por el que Sami al-Haj está detenido en Guantánamo.

AMY GOODMAN: Estoy mirando el panfleto que dice que el primer interrogatorio de Sami en Guantánamo tuvo lugar después de dos días de privación del sueño. Agentes del Pentágono, de la CIA, y del FBI estaban presentes, pero por interesados que estuvieran en extraer evidencia incriminatoria de Sami, estaban igualmente interesados en obtener información interior sobre Al Jazeera y en reclutarlo como espía tanto en Guantánamo como en el caso de su liberación.

WADAH KHANFAR: ¿Cómo podemos explicar esto? Quiero decir, lo he leído en el periódico. El abogado – quiero decir, el periodista que recibió eso del abogado, confirma ese incidente en particular. Le han pedido que nos espíe. Le han pedido que suministre información sobre la relación – la supuesta relación entre Al Jazeera y al-Qaeda, durante su cobertura en Afganistán. Y el hombre sigue en la cárcel, y no dio ninguna información. Y por desgracia, según los informes que hemos recibido, se le dijo que si daba ese tipo de información, sería inmediatamente liberado.

AMY GOODMAN: Wadah Khanfar, el gerente general de Al Jazeera, hablando con nosotros cuando fuimos a Doba a la central de Al Jazeera. Rachel Morris, ¿la condición actual de Sami al-Haj, la huelga de hambre que ha iniciado?

RACHEL MORRIS: Bueno, pienso que la mayor parte de la información reciente que poseo y los recientes contactos o, información que he recibido a través de su abogado es que obviamente ha estado en huelga de hambre desde el 10 de enero de este año. Y eso debilita severamente a una persona. Por cierto, una vez que se pierde un cierto peso, comienzan a alimentar por la fuerza en Guantánamo, y ha sufrido ese proceso, no estoy segura de cuántas veces. Pero lo ha descrito posteriormente de modo bastante vívido a su abogado y lo describe como algo que es bastante doloroso y angustioso.

Pero también tiene otros problemas de salud, aparte de las debilidades físicas producidas por no comer durante varios meses, que incluyen, pienso que – cuando primero lo llevaron a Bagram en Afganistán, de alguna manera sufrió una herida en una rodilla, que creo que ocurrió porque las fuerzas estadounidenses lo dejaron expuesto al frío durante algún tiempo. Y tiene algunos otros problemas de salud que han empeorado en los años que ha estado en Guantánamo.

JUAN GONZÁLEZ: Y, Scott Horton, obviamente Al Jazeera ha sufrido el embate más fuerte en los ataques estadounidenses contra los medios. ¿Podría hablarnos específicamente de Al Jazeera, lo que le ha sucedido?

SCOTT HORTON: Bueno, tiene razón. Quiero decir, desde luego, uno de los documentos de Downing Street que salieron a la luz fue un protocolo de una reunión que tuvo lugar en Blair House entre el primer ministro Blair y el presidente Bush, en la que Bush le propuso que bombardearan la central de Al Jazeera. De hecho, en ese momento, Donald Rumsfeld, un día antes, había pronunciado un discurso en el que atacó a Al Jazeera. Frank Gaffney y otros destacados neoconservadores había propugnado abiertamente en publicaciones que se bombardeara y atacara a Al Jazeera.

Aproximadamente en esos días, aunque Blair disuadió a Bush de atacar la central de Al Jazeera, hubo una serie de bombardeos y tiroteos dirigidos contra personal de Al Jazeera. De manera que mataron a personas, y es el resultado de decisiones tomadas en la Casa Blanca por el presidente de liquidar a Al Jazeera.

AMY GOODMAN: Quería hablar del pico en los asesinatos en la semana pasada. Un periodista iraquí llamado Khalid Hassan que trabajaba para el New York Times, fue muerto a tiros el viernes. Pistoleros también mataron a un traductor iraquí que trabajaba para la agencia noticiosa Reuters. Rachel nos habla desde la sala de noticias de Reuters en Washington, D.C. Un total de tres colaboradores de Reuters fueron muertos en Irak la semana pasada. El jueves pasado, el fotógrafo de Reuters Namir Noor-Eldeen y el conductor Saeed Chmagh fueron muertos en lo que testigos dijeron fue un ataque por un helicóptero de EE.UU. La agencia noticiosa Reuters exige ahora una investigación exhaustiva. Tenemos sólo unos pocos segundos, Scott Horton. ¿Puede hablarnos también de la importancia de esto? Reuters fueron terriblemente afectados.

SCOTT HORTON: Terriblemente. Pienso que ahora estamos en una situación en la que los periodistas son objetivos específicos en esta guerra, y que son considerados por los insurgentes como aliados con Occidente, con los ocupantes, con los estadounidenses, y son vistos por los estadounidenses a través de esa sospecha de que están asociados con los insurgentes. Es un predicamento desesperado para ellos.

AMY GOODMAN: Scott Horton, quiero agradecerle mucho por haber estado con nosotros. Abogado de Nueva York especializado en derecho internacional y derechos humanos, y Rachel Morris, editora en Washington Monthly, artículo de fondo de Columbia Journalism Review sobre Sami al-Haj. Y gracias también, Scott, por hablar de Bilal Hussein.

http://www.democracynow.org/article.pl?sid=07/07/19/1455232