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Cubrían la información sobre el escándalo de corrupción urbanística en Totana (Murcia)

Periodistas españoles amenazados de muerte

Fuentes: Tercera Información

Algo más que nerviosismo cunde entre un sector del vecindario de Totana, pueblo murciano que se ha visto salpicado en los últimos días por los escándalos urbanísticos que afectan al alcalde, a varios cargos públicos, empresarios de la localidad y otras personas, entre ellas, el jefe de la policía local. El pasado día 2 de diciembre la […]


Algo más que nerviosismo cunde entre un sector del vecindario de Totana, pueblo murciano que se ha visto salpicado en los últimos días por los escándalos urbanísticos que afectan al alcalde, a varios cargos públicos, empresarios de la localidad y otras personas, entre ellas, el jefe de la policía local. El pasado día 2 de diciembre la tensión llevó a sectores de gente ligadas al PP de la localidad, partido que gobierna el municipio, a arropar incondicionalmente a su alcalde, pese a las más que evidentes sospechas de estar inmerso en una red de corrupción, hasta el extremo de que, en estos momentos, se encuentra ingresado, en prisión provisional sin fianza, en la prisión de Sangonera.

Los medios de comunicación que cubrían las declaraciones en el Juzgado de Instrucción de Totana fueron increpados y acosados por los seguidores del primer edil. De los insultos iniciales se pasó al escalón de las amenazas, como las que sufrieron en sus propias carnes Vicente Cervantes, veterano militante de la izquierda alternativa, destacado sindicalista y pertinaz defensor de las causas solidarias con los pueblos oprimidos de Latinoamérica, y Marcela Crespo, su compañera, portavoz de la Plataforma ‘No a este plan urbanístico’ de Totana.

En el día de ayer, cuando tanto él como su compañera se encontraban cubriendo los hechos para dar cuenta de ellos en la página alternativa www.azogue.net, fueron amenazados físicamente por algunos miembros señalados de extrema derecha, hasta el punto que tuvieron que ser escoltados por la Guardia Civil, tal como nos relata el propio Vicente en el mensaje de abajo, que ha empezado a ser difundido por algunas listas de correo de movimientos sociales alternativos.

Desde esta página, hacemos una denuncia expresa del aumento de la significativa presencia de la extrema derecha en las calles del Estado Español, por lo que hacemos un llamamiento a la Fiscalía, a los Gobiernos central y autonómicos y a las Delegaciones del Gobierno para la adopción y refuerzo de cuantas medidas legislativas y penales sean precisas para conseguir que la libertad de expresión y comunicación queden salvaguardadas, adoptándose la máxima firmeza contra estos individuos intolerantes que nos quieren retrotraer, con sus amenazas y matonismo, a tiempos que creíamos superados.

Reproducimos, a continuación, el testimonio de Vicente Cervantes.

Estoy amenazado de muerte

«Así como suena. Si entras en www.azogue.net verás el escándalo que hay montado sobre la corrupción urbanística en Totana. Ayer pasaron al actual alcalde a prisión provisional hasta el día del juicio. La extrema derecha y la derecha extrema estaban rabiando en el pueblo. Desde bien temprano hubo agresiones a compañeros y compañeras de diversos medios de comunicación. Las declaraciones ante la jueza empezaron a las 7,30 de la mañana. Mi compañera Marcela y yo llegamos a los soportales de los Juzgados de Totana sobre las 18,30 horas, después de resolver varios encuentros familiares. Al llegar, el director de Línea Local (Línea era el nombre del Diario del extinto Movimiento, recuerdo), periódico de extrema derecha nacional-católica, se sitúa tras mi compañera y se deja caer suavemente encima de ella, para provocar que ella, ante la agresión sexual, se fuera. Pero además, la señala con el dedo, ante varia personas nucleadas en torno a un concejal del equipo de Gobierno del PP. Automáticamente, el director fascista se retira y aparecen dos gorilas, que se sitúan junto a ella y la desplazan fuera de la barandilla-apoya brazos, con cierta firmeza. Entonces entro yo en escena, porque le estaba guardando las espaldas pidiéndoles explicaciones y provocando que se fueran. Entonces, una señora que estaba en el grupo junto al concejal de Deportes, Valverde Reina (de estética engominada y bigotillo tardofranquista), comienza a echarnos fotos con su móvil-celular.

Entonces me desplazo hacia el grupo y les invito a que me saquen un primer plano. Estoy allí para facilitarles la labor. Esto supone unas palabras con el concejal del PP, que con chasquidos de esos que se usan para echar a los animales, me invita a irme. Entonces, más bien retiran al concejal dos colegas suyos. A partir de ahí se monta un incidente, en la que todos los medios de comunicación me enfocan y hago público lo que ha pasado. Comienzan los insultos: «Argentino, vete a tu país» (ignorancia, pues yo no soy argentino, aunque sí mi compañera). «Comunista, tienes rabo» (esto da el tono por donde van las cosas), ¡Fuera, fuera, ¡hijoputa! Horas más tarde, después de un hostigamiento permanente de la turba fascista y ladrillera hacia todos los medios de comunicación sin excepción (por la mañana golpearon a un periodista de la 7, televisión del PP en Murcia), se conoce públicamente que el Alcalde José Martínez Andreo va a ingresar en prisión.

Entonces se desata el odio contra todo lo que huela a libertad, desde la óptica totalitaria de la extrema derecha: periodistas, izquierdistas… El grupo de periodistas se concentra junto a un coche de la Guardia Civil, y comienzan los insultos y las amenazas de muerte hacia mi persona. Cuarenta y cinco minutos más tarde, ante el cariz que tomaban los acontecimientos y la evidencia que la jueza iba a utilizar la táctica del desgaste (se esperó a la madrugada para trasladar al alcalde, con la idea que se fuera yendo la gente y no hubiera altercados más graves), la Guardia Civil nos escoltó hacia nuestro vehiculo y nos retiramos.

Cuando llegamos al Cuartel de la Guardia Civil, todas las fuerzas estaban disponibles por si tenían que intervenir en la puerta de los Juzgados y otros estaban con las diligencias de un detenido por malos tratos, que se llevan, según nos informaron unas cuatro horas. Más bien nos aconsejaron que fuéramos esta mañana o al mediodía, con más tranquilidad. Les informamos de la delicada situación y de que si no podían garantizar nuestra seguridad nos buscaríamos la vida.

Bueno, así están las cosas. Un abrazo, desde el Sureste Español. Pásalo.»