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Pogroms, patotas y otras variantes de fuerzas de choque fascistas o proto-fascistas

Fuentes: Rebelión

Las patotas que atacaron a los docentes frente a la Legislatura porteña el jueves 1º de diciembre de este año no son una invención nueva. Atraviesan toda la historia del capitalismo. Estas patotas son una de las tantas variantes de fuerzas de choque que usa el poder capitalista contra la protesta social, o simplemente contra […]

Las patotas que atacaron a los docentes frente a la Legislatura porteña el jueves 1º de diciembre de este año no son una invención nueva. Atraviesan toda la historia del capitalismo. Estas patotas son una de las tantas variantes de fuerzas de choque que usa el poder capitalista contra la protesta social, o simplemente contra la organización social. Sería adecuado llamarlas en la actualidad fuerzas de choque fascistas, semi-fascistas o proto-fascistas. Una historia de estas fuerzas de choque sería muy útil para la comprensión de la realidad social. Una historia que resuma todos y cada uno de los «pogroms», que, con distintos nombres ha habido en la historia.

El nombre de «pogrom» fue acuñado en la Rusia zarista, donde existían las llamadas centurias negras, fuerzas de choque que organizaban los llamados pogroms, matanzas de obreros e intelectuales instigadas por las autoridades zaristas. [1]

En un sentido general podríamos asimilar estos pogroms con todas las fuerzas de choque que actúan siempre en algún momento bajo el capitalismo. Para esto el capitalismo recluta todo tipo de individuos marginales, suficientemente degradados durante su vida como para prestarse a estas acciones. Es algo característico de este tipo de «organizaciones». «Los vagabundos, maleantes y pillos ingresan al servicio del Estado», decía Lenin. [2]

«Simultáneamente con el manifiesto constitucionalista de la autocracia, comenzaron las precauciones autocráticas contra la constitución. Las centurias negras desplegaron una actividad jamás vista en Rusia. Noticias sobre matanzas, pogroms, y ferocidades inauditas llueven desde todos los rincones de Rusia. Señorea el terror blanco. Donde puede, la policía levanta y organiza los bajos fondos de la sociedad capitalista, para robos y violencias, emborracha a la escoria de la población urbana, organiza pogroms antijudíos, incita a apalear a los «estudiantes» y a los sediciosos, ayuda a «enseñar» a los gentes de los zemstvos (gobiernos locales) [3]

También Luis Bonaparte gobernó (1851-1870) apoyándose en los marginales, los desclasados, en el lumpenproletariado. «Bajo el pretexto de crear una sociedad de beneficencia, se organizó al lumpemproletariado de París en secciones secretas, cada una de ellas dirigida por agentes bonapartistas y un general bonapartista a la cabeza de todas. Junto a roués [4] arruinados, con equívocos medios de vida y de equívoca procedencia, junto a vástagos degenerados y aventureros de la burguesía, vagabundos, licenciados de tropa, licenciados de presidio, esclavos huidos de galeras, timadores, saltimbanquis, lazzaroni, carteristas y rateros, jugadores maquereaux, dueños de burdeles, mozos de cuerda, escritorzuelos, organilleros, traperos, afiladores, caldereros, mendigos; en una palabra, toda es masa informe, difusa y errante que los franceses llaman la bohème: con estos elementos, tan afines a él, formó Bonaparte la solera de la Sociedad del 10 de Diciembre…» «…Este Bonaparte, que se erige en jefe del lumpemproletariado, que sólo en éste encuentra reproducidos en masa los intereses que él personalmente persigue, que reconoce en esta hez, desecho y escoria de todas las clases, la única clase en la que puede apoyarse sin reservas, es el auténtico Bonaparte…» [5]

Habría que agregar los ataques de las fuerzas de choque fascistas y nazis a locales partidarios, a reuniones, a movilizaciones, de la socialdemocracia y de los partidos comunistas en Italia y Alemania. Una muy buena ilustración de esto aparece en la película Novecento de Bernardo Bertolucci, al describir los «pogroms» dirigidos por el personaje interpretado por Donald Sutherland.

Aquí también en la Argentina, las fuerzas de choque que se utilizaron en la represión y muerte de los obreros huelguistas en la Semana Trágica de enero de 1919, hechos a los que se hace alusión en Ala de criados, obra teatral de Mauricio Kartun.

Las Tres A de López Rega en la Argentina de los ’70. La «meditación» de Mariano Grondona, refiriéndose a López Rega, es ilustrativa del rol que le adjudicaba el poder económico a esta organización genocida: «Hay hombres (se lee en la Meditación) cuyo destino es hacer la tarea. Otros tienen la vocación de coronarla.» [6]

Y cita Hugo Presman: «Dijo entonces [Mariano Grondona] en su revista ‘Carta Política’, en 1974: ‘López Rega ha promovido o facilitado una serie de desenvolvimientos que se aprueban en voz baja y se critican en voz alta. La firmeza ante la guerrilla, la desideologización del peronismo, la recuperación de la Universidad, pasan por el discutido Ministro – Secretario. De la estirpe de los Ottalagano y los Lacabanne, López Rega es de esos luchadores que recogen por lo general la ingratitud del sistema que protegen. De éste material está hecha la política… Hay hombres cuyo destino es hacer la tarea. Otros tienen la vocación de coronarla…

López Rega cumple al lado de la presidenta el papel de meter la mano en tareas antipáticas, haciendo de pararrayos de la crítica. Sería por lo menos arriesgado prescindir, hoy, de este servicio… López Rega ha contribuido como actor y como blanco alternativo a apuntalar el poder de la presidenta. Los tutores que no son árboles, ayudan a los árboles a crecer’ . Las tareas antipáticas es un eufemismo grondoniano que significaba la existencia de bandas paraestatales que asesinaban a mansalva [7]

La patota/barra brava que atacó a los docentes que se manifestaban en la Legislatura porteña es un ejemplo de este tipo de acciones, salvando las distancias. Parecerá exagerado lo que decimos. No ignoramos que hay grados de represión. Existen todos los grados y los matices. Pero el origen y el objetivo de estas fuerzas de choque es el mismo.

Si bien las patotas que atacaron a los docentes no llegaron a matar a ningún docente, otras patotas más o menos similares, parecidas, equivalentes, sí lo hicieron, como sucedió con el asesinato Mariano Ferreira en octubre de 2010, que estaba defendiendo la lucha de los trabajadores mercerizados del Ferrocarril Roca, o los asesinatos el 23 de noviembre de 2010, en La Primavera, Formosa, de Mario López y Roberto López, integrantes de la comunidad Qom, en Formosa, etc.

¿Cuál es esta raíz común, este origen común? ¿Qué se busca con estos «pogroms»? En adelante usaremos la expresión fuerzas de choque de tipo fascista, o simplemente fuerzas de choque. Algo se busca. Es evidente que son instrumentados desde el poder. ¿Qué poder? El poder capitalista. ¿Qué interés tiene este poder para impulsar estas fuerzas de choque?

En primer lugar: desalentar a mucha gente y obligarla a desmovilizarse, o a rendirse, a abandonar su residencia o su lucha.

Esto es lo que buscaban lograr con los docentes frente a la Legislatura esta semana. Desanimar el movimiento, las movilizaciones, etc.

Obviamente los docentes se han vuelto a movilizar en repudio. Pero ¿qué pasa si estas fuerzas de choque actúan cada vez que se movilizan los docentes? Un primer efecto es que mucha gente se desmovilice. Un segundo efecto es que se produzca un salto cualitativo en la lucha docente, se solidaricen otros sectores de la población, crezca el volumen de la movilización, e, incluso, se organicen formas de defensa legítima contra estos ataques, ejerciendo violencia sobre ella, desalentando a estas fuerzas de choque, que por su esencia son cobardes. Pero también puede ser que los docentes no atinen a defenderse, sufran pasivamente cada ataque, y junto con su desmovilización progresiva se produzca un desánimo, primero, y luego una sensación de impotencia y derrota, al no encontrar la dirección política de los docentes la forma de frenar y contrarrestar estos ataques, y continuar y elevar la calidad de su lucha política en contra de la eliminación de las juntas de calificación.

El segundo efecto es el logrado por el fascismo italiano y el nazismo alemán. Las fuerzas de choque atacando protegidas por el estado capitalista. La impotencia de las direcciones políticas socialdemócrata (reformista) y comunista (stalinista reformista) para enfrentar estos ataques, combinada con la impotencia política general de estas direcciones frente a la crisis capitalista, su imposibilidad de dirigir una salida revolucionaria, fueron desanimando paulatinamente a obreros y trabajadores, concluyendo con su completa derrota política, su absoluta impotencia, y el triunfo del fascismo y el nazismo.

La importancia de historiar todo los casos de pogroms o fuerzas de choque radica justamente en que ayudaría enormemente a visualizar que son creadas por el propio capitalismo, que en su búsqueda de defender intereses económicos indefendibles e inconfesables, y frente a la movilización, revuelta, rebelión, cada vez más masiva y democrática de la población, instrumenta estas fuerzas de choque como única forma de derrotar la lucha del pueblo.

Es grave que cada vez que actúa una fuerza de choque no se tenga claro en la conciencia colectiva de qué se trata. Esto revela indubitablemente que no está adecuadamente tratado el tema.

El hecho de comparar la patota/barra brava contra los docentes, las Tres A, y las fuerzas de choque del fascismo italiano y el nazismo alemán, no es casual, ni exagerado.

Después de escribir el primer esbozo de este artículo, leí en Miradas al Sur del domingo 4.12.11, un artículo de Ricardo Ragendorfer, La matriz futbolera del ejército pretoriano de Mauricio Macri, en el que se refiere al violento desalojo del 7 de diciembre de 1970 en el Parque Indoamericano, y revela que el fiscal Sandro Abraldes concluyó que la Metropolitana fue responsable de los disparos que causaron la muerte de Bernardo Salgueiro y Rossemary Chura Puña. Agrega Ragendorfer que en el operativo habían participado «un ejército de matones sindicales, barrabravas y punteros oscilantes entre el duhaldismo y el PRO». Y nombra los barrabravas que participaron en ese operativo, y también los que integraban la patota que agredió a los docentes frente a la Legislatura porteña. Habla de «grupos de choque», y dice que «Los barrabravas son para el PRO lo que la SA para el Partido Nazi: un violento grupo de choque al servicio de los intereses más abyectos. Todo un estilo para hacer política», entre otros conceptos. [8]

El «grado» de violencia, de muerte y destrucción, es diferente, pero las razones subyacentes son las mismas. La diferencia está marcada por la mayor o menor necesidad del poder económico capitalista de recurrir a este tipo de acciones en cada momento histórico y en cada país.

Notas

[1] Ver V.I. Lenin, Obras Completas, Tomo IX (junio-noviembre de 1905), Editorial Cartago, Bs. As., 1969, segunda edición corregida y aumentada, p.482, nota 29.

[2] Idem, págs. 197 a 201, artículo Las centurias negras y la organización de la insurrección.

[3] Idem, pág. 454, artículo Se aproxima el desenlace.

[4] Libertinos (N. de la Red.) (de la edición citada más abajo)

[5] Carlos Marx y Federico Engles, Obras escogidas, Tomo I, Editorial Fundamentos, Caracas/Madrid, 1975, El dieciocho brumario de Luis Bonaparte (Capítulo V), págs. 299/300.

[6] Mariano Grondona en Carta política, fines de 1974, artículo Meditación del elegido, citado por José Pablo Feinmann en su artículo Los que hacen la tarea, publicado en Página 12, 18.11.2007

[7] Publicado en: http://www.diariomardeajo.com.ar/apropositodemarianogrondona.htm , Prensa Alternativa , A Propósito de Mariano Grondona y otras estrellas de la Tribuna de Doctrina, Por: Hugo Presman (especial para ARGENPRESS.info)  

[8] Ver también mi artículo Villa Soldati, lo que tenemos que tener en cuenta, Rebelión, 17.12.10

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.