Si quiere saber por qué los medios de comunicación defienden o atacan, pregúnteles qué sistema de producción, qué sistema de propiedad defienden y cuál atacan. Cuando dicen de Chaves que quiere perpetuarse en el poder están expresando su temor a que el sistema de producción que Chaves pretende se acabe de asentar, que el reparto […]
Si quiere saber por qué los medios de comunicación defienden o atacan, pregúnteles qué sistema de producción, qué sistema de propiedad defienden y cuál atacan.
Cuando dicen de Chaves que quiere perpetuarse en el poder están expresando su temor a que el sistema de producción que Chaves pretende se acabe de asentar, que el reparto social, que la eliminación de la miseria, que la enseñanza generalizada, que la propiedad de los medios de producción sea para beneficio de los trabajadores perduren, se ponga por encima del sistema que durante toda la Histeria ha sido el establecido: miseria generalizada, propiedad de de los medios de producción y de la riqueza que producen los trabajadores por parte de esa clase minoritaria, exclusiva y ajena a los intereses de la mayoría de la población, que sólo esa minoría tenga acceso a la enseñanza que conduce al control de los medios generales de producción.
El problema para estos, para la clase que histéricamente vive del robo de la plusvalía a los trabajadores es que, en el caso de Venezuela, el petróleo, principal fuente de riqueza, ya no esta en toda su medida en sus manos, en las manos de quienes viven a cuenta de la mayoría de los venezolanos. Cualquier persona o decisión popular que no lleve aparejada la apropiación por parte de esta clase exclusiva de ladrones y asesinos sobre la riqueza general será antidemocrática.
Disponen de la inmensa mayoría de los medios de propaganda en Venezuela, en España y en general en el mundo, pero ni aun así impiden que el pueblo de Venezuela elija otro modo, otra manera, otro modelo de propiedad de la riqueza, modelo que no les priva de lo que tienen si es productivo para el país, pero sí emplea la riqueza de Venezuela en el pueblo de Venezuela, emplea el fruto, la plusvalía del trabajo en los que nunca habían recibido nada de parte de esos ladrones de élite que robaban la riqueza.
Hablar de democracia siempre da para la ambigüedad. Hablar de la propiedad general de la riqueza de un país es más concreto. Hablar de la propiedad de los medios de producción es más concreto. Hablar de las leyes que emanan del sistema de producción, capitalista o socialista, también es concreto. Hablar de que lo que era perpetuo era el capitalismo y ha dejado de ser perpetuo es hablar del proceso histórico. Los defensores del antiguo régimen explotador de los trabajadores han perdido su hegemonía. Ahora escandalizan, ensucian el agua para que no podamos ver, para que no podamos sacar conclusiones, no quieren permitir que en la Historia se conozca la diferencia, quieren perpetuar lo que habían dicho siempre al pueblo: que su explotación era perpetua, que no pusiese esperanzas en ningún cambio de la propiedad privada a la propiedad social, que siempre tendría que trabajar y no disponer de medio alguno para escapar de la explotación a la que le sometían. Lo que queda claro en la Historia es que el capitalismo no es perpetuo, por eso lanzan a sus ejércitos mercenarios de publicistas contra el nuevo sistema de propiedad, la propiedad de los trabajadores, la propiedad socialista.
Se habían aprendido tanto la palabra «perpetuo» que cuando pierden llaman al mundo nuevo «perpetuo», dicen que se quiere «perpetuar». Para los antiguos propietarios lo principal en el lenguaje era tener la propiedad de las palabras. Para los trabajadores las palabras deben poner luz sobre la propiedad, sobre el modelo de producción, así lo veremos más claro.