El Grupo Correo, ahora Vocento, el mayor poder mediático de la prensa regional española, ya tiene lo que deseaba desde hace años. El afán por conseguir una cadena de radio de difusión nacional se puede materializar por fin en los próximos meses. Tras esta operación bailan cifras millonarias. Es un suculento negocio entre poderosos. Por […]
El Grupo Correo, ahora Vocento, el mayor poder mediático de la prensa regional española, ya tiene lo que deseaba desde hace años. El afán por conseguir una cadena de radio de difusión nacional se puede materializar por fin en los próximos meses. Tras esta operación bailan cifras millonarias. Es un suculento negocio entre poderosos. Por el contrario, el nuevo proyecto acrecentará el poder de la Cadena del Grupo Prisa.
La clave ha sido atar a Luis del Olmo, después de que éste tanteara otras ofertas, de RNE y de la Onda Cero que abandona. Del Olmo es el buque insignia de una nueva cadena de radio que pretende buscar un hueco junto a la Cadena Cope, a Onda Cero y a la Cadena SER. De cómo se perfila este nuevo proyecto y su posible éxito hablaremos más tarde.
Antes, debemos recordar algunos momentos de la trayectoria radiofónica del Grupo Correo, capitaneado desde Bilbao por los mismos que controlan el negocio de la prensa regional en España. Y no debemos olvidar su poder en la prensa nacional -con el diario ABC- y en la televisión -con una red de emisoras locales y su participación en Telecinco. Ahora nos remontamos a los años 90.
Durante muchos años, el Grupo Correo y la Cadena Cope mantuvieron una extraña alianza en el País Vasco llamada Comeravasa. Una empresa bajo la cual operaban las emisoras de la radio de la Conferencia Episcopal en las tres provincias vascas. Pero el Grupo Correo siempre quiso su propia cadena de radio, y se inventó algo parecido, pero en pequeño: Radio Correo (y Radio Diario). Bilbao, Vitoria y San Sebastián tuvieron el privilegio durante algunos años de contar con esta mini-cadena de emisoras como un pequeño juguete de los vascos presididos por José María Bergareche.
Aquel fue un engendro mediático dirigido por el peculiar Agustín Herranz, ex «niño» prodigio de la radio bilbaína, que triunfó hace dos décadas en los 40 Principales de la capital vizcaína y en Radio Euskadi con sus programas de humor habitados por personajes inolvidables como el Profesor Choricen, entre otros. (El mismísimo Ramón García estaba involucrado en aquel producto, que hizo las delicias de muchos que ahora superan la treintena). Como si de una estrella radiofónica se tratara, Agustín Herranz fichó por el Grupo Correo. Con un sueldo millonario que parece que nunca fue del todo bien invertido.
Radio Correo (y Radio Diario) siempre consiguió unos más que discretos índices de audiencia y tiempo después fracasó estrepitosamente, no sin antes llevarse por delante a un buen número de profesionales en sucesivos recortes de plantilla. Pero a los jefes de Correo parecía no importarles que un director como Herranz no levantara su producto.
Y llegó el divorcio con la Cadena Cope y Correo-Voncento tuvo que buscarse una nueva novia con la que bailar. Y de nuevo apuntó alto, a buscar la nueva cadena de radio de difusión nacional, como una especie de El Dorado mediático que nunca llegaba. Y se quedaron a medio camino, aliándose y cediendo sus emisoras a Radio Intereconomía. Además de las emisoras vascas que poseía, Correo tenía una sociedad con Retecal, de Castilla y León, y varias emisoras en otras provincias, hasta alcanzar 22.
Todas se integraron en Intereconomía y pasaron a emitir su programación en difusión nacional. Pero en el País Vasco siguió el mismo baile de siempre. Agustín Herranz siguió con su pequeño coto, con sus horas de programación local, haciendo lo que le daba la gana… sin tener en cuenta la línea y el estilo de la cadena en la que se había integrado. Nada cambiaba. Herranz, que lleva a todas partes desde sus inicios radiofónicos a su hermano Patxi, hace sus programas de «humor», pregunta a la bruja de turno cómo se presenta el día para los del signo Virgo… Nada que ver con los programas de economía y mercados que Intereconomía emite el resto de las horas en su programación.
Y el Grupo Correo torea al Grupo Interconomía. Amenaza con romper el acuerdo; y propone crear una cadena de radio generalista y no centrarse en la economía. Después, denuncia a Intereconomía por incumplimiento de contrato. Y mientras se mantiene con Intereconomía habla con Blas Herrero sobre su apetecible Kiss FM. También intenta quedarse con ese caramelo (luego se demostró que algo envenenado) que supone Onda Cero, y que finalmente adquiere el Grupo Planeta. Y finalmente llega lo esperado: un acuerdo con Luis del Olmo, que sale rebotado de Onda Cero, por el cual éste cede su programa Protagonistas y sus emisoras (salvo las catalanas) para crear ese nuevo ente mediático en forma de cadena se emisoras. Un proyecto que debe caminar ya en septiembre. Y las emisoras del Grupo Correo abandonarán a Interconomía a su suerte.
Y nuestro personaje, Agustín Herranz, que puede conseguir algo grande. Un programa de difusión nacional. El gran salto más de dos décadas después. Se rumorea que el protegido del Grupo Correo puede encajar entre las estrellas de la nueva radio en algún horario de tarde. ¿Se llevará con él a su inseparable hermano Patxi y sus personajes? ¿Será un programa de humor de esos que sólo ellos entienden bien?
El suculento negocio
Se sabe poco de la nueva cadena de radio, (ni siquiera el nombre que tendrá), pero los rumores y las conjeturas corren por los pasillos, las redacciones y los micrófonos cerrados. Luis del Olmo dirigirá el barco iniciando las mañanas con su Protagonistas. Se dice que puede ganar entre 6 y 7 millones de euros por temporada por hacer su programa de siempre en la nueva cadena. Algo más de lo que ganaba en Onda Cero. Por cierto que, Del Olmo ganará además algunos millones más al año gracias a la vigencia del contrato con Onda Cero para que sus emisoras de Onda Rambla, en Cataluña, sigan en la cadena propiedad de Lara. El alquiler de esas emisoras le reporta al periodista suculentas cantidades cada año.
Para el disputado horario de la tarde en la nueva cadena de Vocento, sonaron Mercedes Milá, Isabel Gemio, Isabel San Sebastián, Julia Otero y Concha García Campoy. Para las noches, José María García, que, se dice, no hará deportes, sino un programa de información general para competir con La Linterna de la Cope o con Hora 25 de Carlos Llamas en la SER. Y se tantea a otros muchos: Manel Fuentes, Gomaespuma… Poco a poco los iremos conociendo. Y la nueva cadena verá la luz en unos tres meses.
¿Se convertirá en un producto duradero y estable? ¿O se perderá en el olvido como ocurrió en su momento con Radio Voz? Esto último es lo más probable. La cadena, por el momento, cuenta con unas 60 emisoras, entre otras, las del Grupo Correo y las aportadas por Luis del Olmo. Además, se ultima la incorporación del Grupo Voz, del Grupo Serra de Mallorca, el Grupo Ulibarri de Castilla y León… y Vocento anuncia que espera llegar a septiembre con una cadena formada por unas 100 emisoras.
¿Suficiente para hacer algo de sombra a alguna de las otras en el panorama nacional? Será difícil. Y el mayor beneficiado de todo esto, sin duda, será Jesús de Polanco. El dueño del Grupo Prisa y algunos de los suyos, como el director de la SER, Antonio García Ferreras, se estarán frotando las manos, viendo cómo la nueva alternativa puede fragmentar aún más el ya de por sí complicado panorama radiofónico. Si a alguien puede perjudicar en cuestión de audiencias el nuevo proyecto es a Onda Cero (que no tiene margen para reaccionar) y a la COPE. La Cadena SER seguirá, probablemente, lejos de resto, mirando con suficiencia por encima del hombro