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Recordando a Vicente Zito Lema

Fuentes: Rebelión

Al cumplirse un mes del fallecimiento de Vicente Zito Lema (4/12/2022) reproducimos una carta de su compañera, Regine Bermeijer, y sus últimas dos participaciones en el programa “Ciudad Cultural” que se emite los jueves de 19:00 a 20:00 por FM La Boca (90.1) a propósito del 40° aniversario de la Guerra de Malvinas y el 10° de la desaparición del trabajador rural, Daniel Solano. 

Vicente… ¿estarás ahora en todas partes? Hoy hace una semana que te fuiste y nos partiste el alma. La despedida en la Biblioteca Nacional fue hermosa y la enorme cantidad de mensajes, recuerdos, poemas, fotos que llegaron casi prenden fuego mi celular, con el fuego de tu querido Prometeo de tanto amor y ni hablar de todos los abrazos de lxs que vinieron a despedirte y a rodearnos con el amor que vos sembraste. Yo creo que ni vos hubieras podido imaginar cuánto sembraste y toda la poesía y belleza reflejada en los escritos y palabras pronunciadas allí. Escribir y hablar sobre vos exige belleza, memoria y conciencia. Qué desafío… Hay mucha tarea, Pichón lo demanda y nuestras hijas me están ayudando. Hay libros inéditos para publicar, obras para ensayar, y queda en pie la promesa de llenar las paredes de la Ciudad con tu poesía. Todavía no me visitaste en mi sueño, debes estar muy ocupado poniéndote al día con Rodolfo (Walsh), Haroldo (Conti), Miguel Ángel (Bustos), Paco (Urondo), Claudio, Roberto (Santoro), León (Rozitchner). 

Horacio, Eva (Perón) y lxs 30.000, entre tantos y tantas que te deben haber esperado con los brazos abiertos. 

Por ahora nosotrxs aquí te pensamos todos los días en tus textos, tus fotos, ese disco precioso que hizo Nico y sus orquestas y que está en la nube y que queda para la eternidad, tu eternidad. Queda también este, tu Facebook, e Instagram, que igual lo manejaba yo, y lo seguiré haciendo para anunciar cada actividad, publicar un poema cada tanto, un recuerdo para que sigas estando entre nosotrxs. 

Buen viaje Vicente, aunque no haya puerto, como decías siempre… seguí viajando entre nosotros y nosotras, seremos el viento y las olas para empujar tu barca. 

Regine alias el Tiro 

PD: con gratitud a todos y todas quienes me acompañaron en este último tiempo tan difícil. 

«Malvinas fue una prolongación del terrorismo de Estado» 

Para muchos las Malvinas son un ejemplo del robo histórico de la historia, de la vida, del territorio que ha hecho el pueblo inglés.

-Vicente hay una nueva obra escrita y dirigida por vos “Las islas en el hospicio”. 

-En realidad, serían “Las islas en el manicomio”. Lo que pasa es que dudé entre un título y otro, en algunos lados está de una manera y en otros de la otra. Manicomio y hospicio son equivalentes, aunque hoy en la sociedad argentina creo que manicomio, por la dureza que tiene, va mejor con la realidad cotidiana. 

-¿De qué va la obra Vicente? 

-A 40 años de la guerra de Malvinas quiero decir, con mi manera de hacer arte, que aquella guerra fue una prolongación del terrorismo de Estado. Quiero decir también que las pestes de la guerra siguen vigentes en todas las otras pestes que ha sufrido nuestro país, sea la peste blanca, negra, rosa, amarilla… sea la peste última o sea esta peste persistente de abrir un hoyo cotidianamente a la gente más humilde de este país. 

Quiero denunciar que la figura del soldadito de Malvinas encerrado en el manicomio con quién hablo en la obra, y con quién había hablado en la realidad está vivo en cada uno de los sufrientes de este país, en una sociedad sin sentido y en una civilización que apesta a podrido por los cuatro costados. 

-Vicente, vos viviste la guerra de Malvinas en el exilio. 

-En el exilio con todo el sufrimiento y con todas las disputas fraternales pero ásperas que se dieron entre los exiliados. Era muy difícil sostener que vivíamos bajo el terrorismo de Estado, que en el exilio éramos víctimas del terrorismo de Estado y a la vez enfrentar la contradicción que la defensa de una causa noble estaba en manos de un grupo de asesinos. 

Para la gente de otros países con los que hablábamos, yo estaba exiliado en Europa, en Holanda, lo veían como una contradicción sin sentido. Para mí y para otros compañeros no era sin sentido, porque a la par había que denunciar las monstruosidades históricas cometidas por el Imperio Británico y seguido por el Imperio norteamericano que lo apoyó como lo apoya siempre. 

Y, por otra parte, hubo una sociedad que, es cierto, en algún momento fue cómplice de esa dictadura, pero no quita que para muchos las Malvinas sean un ejemplo del robo histórico de la historia, de la vida, del territorio que ha hecho el pueblo inglés. 

Mostrarlo simultáneamente es lo que quiero hacer en este momento. La dictadura y el terrorismo de Estado existieron, los militares que nos defendieron eran asesinos, pero a la par las islas son parte de nuestra patria. 

-Conmemoramos un nuevo aniversario del 24 de marzo y vos decís el terrorismo y la dictadura existieron, sin embargo, ha habido voces que han puesto en duda esos hechos. 

-Efectivamente, porque son parte del terrorismo de Estado. No hay mucha disputa. Ser parte del terrorismo de Estado se da de muchas formas, de los que aplicaron la picana, de los que dieron el empujón a la gente, mujeres, hombres, niños que arrojaron de los aviones, fueron los que fusilaban, parte del terrorismo de Estado fueron los que, como denunció Rodolfo Walsh, organizaron y se beneficiaron con esos planes económicos terroríficos que destruyeron y marcaron para un futuro un camino económico de tanta injusticia que pone en riesgo la propia identidad humana. 

Nos llevan a terrenos en que se confunde lo humano con lo bestial, porque la pobreza es atroz, por más que se la quiera pintar. Los responsables de la pobreza son los que acumularon la riqueza, así de simple. No hay pobreza sin extrema riqueza y no hay extrema riqueza sin formas de terrorismo, terrorismo del Estado y terrorismo financiero, económico, bancario, vivimos todavía sufriendo las secuelas del terrorismo de Estado, que nace con el propio nacimiento de nuestra nación. Esa es la realidad. 

Frente a la monstruosidad acá este viejo poeta sigue creyendo que la memoria nos salva, la conciencia nos crece y la belleza también nos pertenece. Peleamos también en estas contiendas culturales sin abandonar la belleza, porque es demasiado importante no dejarla en manos de los asesinos. 

-Vicente, ¿dónde y cuándo podremos ver “Las islas en el hospicio”? 

-El viernes 1° de abril y el sábado 2, en el teatro Hasta Trilce, en Maza 177, a las 21:00. Somos músicos, actores y poetas, todos tomados por esta misma idea. El arte es una forma de defender la vida y es una forma de contribuir a la eterna lucha de los que creemos en la memoria contra los que practican el olvido, la negación y todas esas formas monstruosas de rendir culto a la muerte. 

-Vicente muchas gracias. 

-Un abrazo a todos y ojalá que podamos contar con tu presencia en el teatro. Abrazo fuerte, en especial a vos Mario. 

A 10 años de la desaparición del peón rural Daniel Solano.

«La desaparición de Daniel Solano se da en el mismo lugar donde nació y crió Rodolfo Walsh» 

M.H: Diez años de la desaparición de Daniel Solano, un tema que te toca muy de cerca.  

V.Z.L.: Así es. Tengo un recuerdo y un dolor en la medida de que la situación no pudo esclarecerse por más que las pruebas son abundantes que fue la policía de la provincia de Río Negro quien lo secuestró y seguramente lo asesinó.    

Me comprometí mucho en esa situación, como son a veces las cuestiones también del destino porque yo estaba en la provincia, recorriéndola a partir de una invitación del sindicato de docentes, UNTER, capacitando en Derechos Humanos y justo había estado en Choele-Choel cuando nos enteramos de las primeras gestiones que los trabajadores estaban haciendo sin ninguna repercusión.   

Me fui a Choele-Choel y con la ayuda del sindicato de docentes organicé la primera marcha que se hizo pidiendo por la aparición de Daniel Solano. Luego llegaron el papá y dos hermanitas muy jovencitas que armaron en el medio de la plaza pública con nylon negro y unas maderas una precaria piecita a pesar del frío, no era pleno invierno, pero ya en esa zona en el otoño hace frío, y allí estaba ese padre sin saber qué hacer contando con el apoyo de un joven sacerdote de la parroquia.   

Recuerdo que hicimos lo más que pudimos en esa situación que a la vez, si se me permite decirlo, me trajo como una angustia mayor porque la desaparición de Daniel se da en el mismo lugar donde nació y se crió Rodolfo Walsh porque su padre era el encargado de ese establecimiento de frutas, de esa plantación de manzanas.   

Cuando llego ahí me fue muy difícil ingresar porque la empresa responsable de la situación no dejaba entrar, pero pude hablar con el ministro de Derechos Humanos de la provincia y me hizo una cita con el gobernador.   

Recuerdo que la hija de Rodolfo Walsh y Osvaldo Bayer habían querido entrar el año anterior y la empresa de capitales belgas les había prohibido la entrada. Como la situación ahora estaba más alborotada por la denuncia, el gobernador y el ministro de Derechos Humanos de la provincia me permitieron entrar y pude hablar con los compañeros de trabajo de Daniel Solano.   

La situación era muy dolorosa porque allí donde había pasado la infancia Walsh, desaparecido durante la última dictadura cívico militar, ahora, a menos de cien metros, dentro de esa finca gigante, había desaparecido un trabajador muy humilde de los pueblos originarios de la cultura Qom que todos los años los traen con unos ómnibus viejos todos destartalados o con camiones desde Salta hasta Río Negro para recoger manzanas y trabajar un poco en la construcción de los cajones donde empacan las frutas.   

Toda esa situación, después las denuncias, las búsquedas, todo lo que se hizo y el convencimiento absoluto de que lo secuestró la policía, que lo mató y sin duda está enterrado debajo de la comisaría misma y que a pesar de todo lo que se intentó, el juez no dio la orden, porque la única forma de saberlo era demoler la comisaría de Choele-Choel y el juez insistió que había que tener más pruebas para hacer semejante acto en el lugar.   

Más pruebas no había, solo que lo habían visto de noche con otros compañeros, que había discutido con la policía y que la policía los había golpeado, que algunos se fueron, que él se quedó y nunca más lo volvieron a ver.   

Pero también recuerdo y fue muy importante el hecho, escribí en la época y hablé por la radio todo lo que humanamente pude, y tal vez la tragedia se acentuó y lo tenían ya marcado porque Daniel había completado la escuela secundaria, sabía leer, escribir, sumar, restar. ¿A dónde voy con eso? Es que precisamente la liquidación de los salarios eran prácticamente estafas que le hacían los dueños de los frutales de la empresa a sus trabajadores. Y que en la medida que cuando él llega y ve cuánto les liquidan como antiguamente se hacía, parte le pagaban, pero la mayor parte eran vales para un supermercado que estaba adentro del propio establecimiento, hacían compras que pude comprobar eran 100 % más caras que en cualquier otro establecimiento del lugar, con esa antigua costumbre de expoliación de los trabajadores que las patronales en el campo siempre han estado haciendo como una marca de identidad, de avaricia, de maldad. 

Daniel protestaba porque sabía leer, escribir, sumar y restar, sin gritos, pero con constancia, que a él y a los demás trabajadores los estaban robando y es en esa circunstancia que el sábado quieren un poco de diversión, como todo trabajador, toman algunas copas, la policía que tenía como un retén dentro del propio establecimiento viene a decir basta de gritos, basta de fiesta que es un sitio de trabajo.   

Era un sitio de trabajo, pero era un lugar donde ellos vivían asignados. Ahí viene toda la pelea con la policía, nada grave en principio, los disuelven y todos se van, pero Daniel se fue para la muerte y el tormento porque nunca más apareció.   

Eso es más o menos, a boca de jarro, los recuerdos que me vienen y la tristeza que también me viene porque otra vez más, como en las películas, ganan los malos.   

M.H: Quiero preguntarte a vos, “Pepino” Fernández[1], ¿qué podés comentar sobre la desaparición de Daniel Solano?  

P.F: Bueno esto pasa constantemente en el norte para diferentes cosechas, van comunidades indígenas, como este muchacho que era de Charenta un lugar que está en Tartagal, en la provincia de Salta, y así pasa en todos lados. Hay gente que no vuelve al pueblo, originarios que no vuelven. Estos muchachos eran trabajadores golondrinas y después se insertaron en la UTD de Mosconi.  

Cerca de 50 testigos viajaron a Choele-Choel para declarar sobre el momento de la fiesta como dice Vicente Zito Lema. Incluso han llevado un equipo de perforación para tratar de ver en las profundidades qué había en los pozos porque posiblemente su cuerpo estaba ahí. Pero esto pasa con muchos muchachos que se van de diferentes lugares tanto de Salta como de Jujuy.  

Más allá que son explotados, actualmente siguen siendo explotados, no tienen un régimen de trabajo, no les pagan las obras sociales ni nada. Estos muchachos declararon todo eso que dice Vicente.   

V.Z.L.: Lo escucho a “Pepino”, un valeroso referente de la lucha y también nombro, que me parece muy justo, al Dr. Heredia con quien también colaboré, hizo un trabajo abnegado enfrentando a esos jueces sin cobrar nada, viajando él mismo desde Salta para ayudar a la familia y merece el reconocimiento y el recuerdo. También hizo un documental que se estrenó, donde yo estuve con él, en la sede de ATE Capital con el apoyo del sindicato y la secretaría de Derechos Humanos de ATE.   

También los docentes de UNTER colaboraron mucho, me ayudaron a mí para poder quedarme en aquellos días para que pudiera colaborar. Y tengo ahora que los recuerdos van llegando, pareciera una novela, un guión, esa noche de lluvia y el papá de Daniel y sus hermanitas muy jóvenes que apenas hablaban en un gran silencio y bajo la lluvia en la plaza, firmes y hablando con el padre dijo: ‘yo ya no quiero nada, solo quiero que me den el cuerpo de mi hijo para enterrarlo en Salta’.   

No quería ni castigo ni nada se conformaba nada más con eso.  Cuando me lo dijo recuerdo que me emocioné mucho, el dolor de ese hombre parco, silencioso allí en el medio de la lluvia apenas cobijándose con unas bolsas de nylon negro.   

Así como los docentes se comprometieron, también es cierto que mucha gente de Choele-Choel que está ligada a esa gran empresa de frutas cuando nos movimos para tratar de conseguir apoyo la verdad que no fue tanto el apoyo.   

La realidad es que muchas luchas de los Derechos Humanos se pierden precisamente porque no todos colaboran en la medida que deberían hacerlo.   

Nota:

[1] Referente de la Unión de Trabajadores Desocupados (UTD) de Gral. Mosconi, Salta. 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.