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Redacciones, espacio hostil para las periodistas ante la violencia, acoso y patrones de discriminación

Fuentes: SEMlac

Las periodistas mexicanas viven en ambientes hostiles, con violencias dentro y fuera de sus espacios de trabajo, por lo que pidieron que las empresas se hagan responsables de medidas que eviten la violencia, la discriminación y la precariedad laboral que limita su libertad de expresión.

Ello ocurrió durante el lanzamiento en México del informe «Mujeres periodistas y salas de redacción: avances, desafíos y recomendaciones para prevenir la violencia y luchar contra la discriminación», en las empresas de comunicación, elaborado por la Relatoría Especial de la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

En el lanzamiento, ocurrido en la biblioteca del Museo Memoria y Tolerancia, seis periodistas coordinadas por Martha Ramos, directora general editorial en la Organización Editorial Mexicana (OEM) y presidenta de la Alianza de Medios Mx, reflexionaron sobre los avances de las periodistas mexicanas y los pendientes que, como dice el informe, limitan su trabajo, su desarrollo y, como trabajadoras, viven situaciones de violencia y reducción de espacios para sus productos.

El estudio señala que, pese a que existen avances para erradicar los patrones de discriminación por motivos de género y la violencia contra las mujeres en el periodismo y los medios de comunicación, su tendencia se ha agravado a partir de la pandemia por covid-19, por lo que un «número significativo» de mujeres los sigue enfrentando, indica.

Este texto, que plantea desafíos y recomendaciones para prevenir la violencia y luchar contra la discriminación, fue examinado como un instrumento que consigue retratar la situación cotidiana de las periodistas y la segregación en el trabajo.

Las panelistas Martha Ramos; Andrea Miranda, editora general de Debate en Sinaloa; Adriana Ramírez Vanegas, de La Red Internacional de Periodistas con Visión de Género (RIPVG); Catalina Ruiz Navarro, columnista en El Espectador y directora de la Revista Volcánicas; Sara Lovera, de Sem México y Verónica Espinosa, Integrante de Red de periodistas y funcionaria de la Revista Proceso, coincidieron en la necesidad de revertir la situación que viven e impulsar el desarrollo de un periodismo con visión feminista.

Ahí se dijo que en relación con la vida laboral, los medios deberían cumplir con la Norma oficial mexicana 025, sobre igualdad laboral y no discriminación para reconocer a los centros de trabajo que cuentan con prácticas en materia de igualdad laboral y no discriminación, para favorecer el desarrollo integral de las trabajadoras, así como que el Estado Mexicano debe aplicar en todas esas empresas el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), relativo a propiciar espacios laborales libres de violencia y acoso.

Y es que este es uno de los problemas en los que el Informe pudo ahondar, luego de hacer una extensa investigación de movimientos e iniciativas de las mujeres trabajadoras. Igualmente, coincidieron con el documento sobre la necesidad de prevenir internamente, en cada espacio de trabajo, la violencia, el acoso sexual -incluso de compañeros de trabajo- y en la necesidad de ajustarse a las demandas de las trabajadoras.

Las panelistas reconocieron que ese informe tiene escasa información sobre México, en cuanto lo laboral, pero revelaron que las periodistas en México viven en un contexto de violencia, asesinatos, desapariciones, y, sobre todo, desplazamientos que minan su trabajo de investigación y de información que es garantía para el conocimiento de la población.
Se trata de «un hito» por lo completo, que requerirá ampliarse y darse a conocer a todos los dueños de los medios.

El documento señala que muchas redacciones son un espacio hostil para las mujeres, ante patrones generalizados de segregación vertical y horizontal, brechas salariales, precarización laboral, violencia, acoso sexual y discriminación por desempeñar tareas de cuidado o por origen étnico racial, orientación sexual, «expresión de género», origen nacional o discapacidad.

Debido a ello, se documenta que las periodistas no pueden ejercer su profesión en condiciones de igualdad que los hombres. Esas conductas las restringen en el tipo de tareas y de temas y se utilizan como criterios para contar con oportunidades laborales, ascensos o aumentos salariales. De igual forma, se convierten en un atentado a la libertad de expresión para aquellas que incorporan en su labor el enfoque de género y de derechos.

En seguimiento al informe de 2019 «Mujeres Periodistas y Libertad de Expresión: Discriminación y violencia basada en el género contra las mujeres periodistas por el ejercicio de su profesión», diseñado en conjunto con la Relatoría sobre los Derechos de las Mujeres, en el actual reporte se advierte que el hecho de que las empresas carezcan de políticas para erradicarlos contribuye a generar una cultura organizacional que desalienta la denuncia y ayuda a que esos actos se repitan, naturalicen y perpetúen.

El estudio revisa la discriminación contra las mujeres en los medios de comunicación (subrepresentación de las mujeres en los medios, la segregación horizontal, la brecha salarial y precarización laboral, el techo de cristal, la discriminación por motivos de género hacia las periodistas que ejercen roles de cuidado y patrones de discriminación «interseccional») y la violencia que viven las mujeres al interior de los medios.

Posteriormente, presenta el papel de los medios en la erradicación y tratamiento de esas situaciones, conclusiones y recomendaciones.
La investigación retoma otros reportes, estadísticas y sondeos elaborados en diversos países de América Latina y analiza esos patrones de discriminación y violencia en distintos países, entre los que se encontraron similitudes en cuanto a su ocurrencia. Por ejemplo, la contratación sigue siendo mayoritariamente para hombres. En algunos países hay más equilibro (como Brasil), pero no se refleja en mejoras salariales.

Todavía en América Latina la mayoría de las periodistas están encasilladas en temas de sociedad, cultura, publicidad, espectáculos e información general, mientras que los hombres cubren política, economía, energía y deportes, una situación que es necesario ahondar en México. La panelista Sara Lovera dejó claro, y así lo dijeron otras panelistas, que ahora sí se cubren todas las fuentes, lo grave es que también las fuentes son espacios hostiles y de violencias de género.

Igual siguen existiendo temas tabúes como derechos sexuales y reproductivos, la identidad de género o la orientación sexual. La brecha salarial es distinta en cada país, pero es una constante que las mujeres ganen menos. Continúa la tendencia de que las mujeres ocupen cargos de dirección únicamente en el 25 por ciento.

En todos los países de la región en los que se han aplicado encuestas o estadísticas sobre violencia y acoso, las mujeres reportan esos tipos de hechos, así como prácticas de violencia laboral, menosprecio a su trabajo y situaciones de incomodidad por parte de sus compañeros y jefes. Algunas han dejado su trabajo o no denuncian por miedo a perder su fuente laboral.

La Relatoría Especial externó su preocupación ante la omisión de las empresas para contar con protocolos o lineamientos que garanticen los derechos de las periodistas y sus trabajadoras. En su lugar, existen mecanismos de mediación interna. Presentó algunos avances e iniciativas de organizaciones o agencias multilaterales.

Entre las recomendaciones de la Relatoría Especial están que los medios desarrollen políticas internas para la igualdad de género y de cero tolerancia frente al acoso laboral y sexual, capacitación en materia de diversidad e igualdad de género, contar con códigos de conducta para garantizar los derechos de las mujeres, contrataciones sin sesgos de género y establecer cuotas de género.

En el panel de discusión también se dio a conocer que algunos medios están ampliando sus coberturas de género, y de los temas tabúes, y que en la OEM, de la que es coordinadora editorial Martha Ramos, existe el primer Consejo Editorial de Género que examina cómo presentar los temas de la condición social de las mujeres.

El panel dio lugar para incluir en las reflexiones colectivas cómo se enfrenta hoy, desde las periodistas, la doble jornada o el trabajo de cuidados; la renuncia de muchas periodistas a su trabajo por esta situación, además de que no se aplica la ley -como la Ley Federal del Trabajo- en materia de género y que esta es reclamable. Hablaron de fomentar la organización y coordinación entre mujeres periodistas, que en México tiene una tradición de más de 25 años.