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Reporteros Sin Vergüenza

Fuentes: Ria Novosti

Con el propósito de defender la libertad de prensa, Menard siempre se ha asociado con aquellos que más seriamente la amenazan: los grandes consorcios de las comunicaciones. Su relación con Publicis -creadora de las campañas de publicidad para el Ejército de EEUU, la Coca Cola y MacDonalds, y un consultor para la compañía del ron […]


Con el propósito de defender la libertad de prensa, Menard siempre se ha asociado con aquellos que más seriamente la amenazan: los grandes consorcios de las comunicaciones. Su relación con Publicis -creadora de las campañas de publicidad para el Ejército de EEUU, la Coca Cola y MacDonalds, y un consultor para la compañía del ron Bacardí, la cual subvenciona el terrorismo anticubano- es particularmente preocupante.

La feroz campaña que RSF sigue desarrollando contra la Revolución Cubana contrasta con su obsequioso silencio cómplice cuando se trata de condenar a gobiernos amigos de Estados Unidos, y al propio gobierno de Estados Unidos, causantes o responsables de la muerte, el secuestro o la censura de periodistas y otras voces disidentes.

Bajo el gobierno de Alvaro Uribe de Colombia, ese país ostenta un record de periodistas asesinados y perseguidos único en el mundo: jamás RSF ha organizado invasiones a las embajadas colombianas por el mundo, como se intentó hacer con la de Cuba en Paris.

El gobierno de Estados Unidos es responsable directo o indirecto de la muerte de numerosos periodistas y reporteros en Irak, entre ellos un camarógrafo de la televisión española asesinado por el disparo de un tanque norteamericano mientras estaba en la habitación de su hotel en Bagdad: jamás RSF ha organizado boicots contra el turismo que desea conocer Disneylandia u otros sitios de Estados Unidos, como si ha intentado hacer, sin resultados, con el turismo que viaja para bañarse en la playa de Varadero.

Ponemos a continuación a disposición de nuestros lectores algunos documentos sobre RSF:

1.- Una ‘historia noticiosa’ ha circulado recientemente acerca de la restricción en Cuba del acceso a Internet. Una de las fuentes fueron los Reporteros sin Fronteras (RSF) y su vocero Robert Menard, quien ha tenido conexiones con la CIA y otras organizaciones como Bacardí, la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA) y Freedom House, opositoras del gobierno cubano. Esto significa que RPSF y Robert Menard no son independientes, objetivos e imparciales con respecto a Cuba. Para más información, vea el siguiente artículo:

Robert ‘CIA’ Menard: Sensacional Descubrimiento. Reporteros sin Fronteras junto al ejército norteamericano, Bacardí y FNCA, Por Jean-Guy Allard

Las más deshonestas campañas de propaganda anticubana, accionadas por Reporteros sin Fronteras, organización que ha estado atacando febrilmente a Cuba en los últimos años, fueron creadas por Publicis, el gigante mundial de la publicidad.

Entre los más importantes clientes de Publicis están el Ejército de los EEUU, Bacardí y ciertos representantes de la mafia de Miami, incluyendo a algunos que financian a destacados terroristas como Luis Posada Carriles.

El secretario general de los Reporteros sin Fronteras, el oficial operativo de la CIA Robert Menard -quien debutó en la década de 1960 infiltrándose en grupos izquierdistas como las organizaciones trostkystas-, conoce que Saatchi & Saatchi, la famosa agencia de publicidad de Nueva York, está detrás de sus ataques contra Cuba y que la gigantesca empresa de propaganda comercial le proporciona sus servicios ‘libres de costo’.

Saatchi & Saatchi no se dedica a desarrollar con benevolencia campañas de publicidad para las organizaciones no gubernamentales (ONGs) ni para obras de caridad. Sus principales clientes son compañías como Dupont, General Mills, Johnson & Johnson, Toyota y Visa.

De hecho, Saatchi & Saatchi Worldwide -para usar su nombre completo- es uno de los tres pilares estratégicos del cuarto grupo más grande de comunicaciones en el mundo: Publicis Group, radicado en París, Francia.

Según sus accionistas del sitio web, Publicis es el número uno en Francia, y el número tres en los Estados Unidos, así como el número uno en el mundo en consultoría y compra de equipos de comunicación.

Como grupo, sus clientes no tienen las características de la ONG de Robert Menard, la cual fue provisionalmente suspendida recientemente debido a actividades como el mal manejo de la organización que no se rige por los lineamientos de las Naciones Unidas. Otros famosos clientes son Coca-Cola, Heinz, Kelloggs, McDonald, Phillip Morris, General Motors, Citibank, United Airlines, Walt Disney, y el Ejército de los EEUU.

‘Emoción, aventuras y placer’

El Ejército de los EEUU gasta $100 millones de dólares anualmente en sus campañas de propaganda, dirigidas esencialmente a estimular a los jóvenes a optar por la carrera militar, principalmente para participar en sus guerras de ultramar. A través de su subsidiaria norteamericana, Starcom Mediavest, Publicis ha generado la ‘nueva imagen’ del ejército imperial, pues las anteriores campañas de publicidad del ejército tuvieron poco impacto en el mercado designado.

La desinformación es el lenguaje usado por Publicis para incitar a los jóvenes norteamericanos a la idea de ir al combate. Tres párrafos del sitio web de la propaganda militar en idioma español creada por aquellos ‘generosos’ patrocinadores de los Reporteros sin Fronteras dan alguna idea del nivel de demagogia de la operación: ‘Los beneficios del Ejército pueden empezar por ti hoy y para el resto de tu vida. Algunos de ellos no tienen precio. Otros merecen sustanciales pagos’, así se manifiesta la publicidad de la subsidiaria Publicis.

‘Tu entrenamiento en el Ejército pudiera llevarte a lugares que no conoces de los Estados Unidos o del resto del mundo. Podrías recibir un puesto en Hawai, en el Caribe, Alaska, Lejano Oriente o Europa’. Por supuesto, las palabras Irak o Afganistán no forman parte de este ‘concepto’.

Y finalmente viene el aspecto sensible del cuidado de la salud para los cuatro millones de familias norteamericanas que no tienen acceso a los servicios médicos: ‘Nuestros excelentes servicios de atención a la salud se convertirán en un sustancial beneficio si estás en el Ejército. Tú y tu familia recibirán gratuitamente o a bajo costo los servicios médicos y de estomatología según la disponibilidad’. No hay necesidad de comentar el bajo nivel ético de los engendros del agente Menard en este sitio web dedicado al reclutamiento de ‘carne de cañón’.

Publicis, asesor de Bacardí

También está sucediendo que el Consejo de Publicis, la rama de consultoría del grupo, tiene a Bacardí como a uno de sus clientes. Bacardí es el gigante del ron que tiene su oficina central en las Bahamas y una historia como patrocinadora del terrorismo anti-Cuba que data desde enero de 1959.

Según la documentación aparecida en el libro Ron Bacardí: la Guerra Oculta, de Hernando Calvo Ospina y Katlijn Declercq, las relaciones entre los principales líderes y accionistas del ron Bacardí, la Fundación Nacional Cubano-Americana, y el ala ultraderechista de la organización terrorista y la CIA están lejos de alcanzarse.

A través de la arriesgada investigación, Ospina y Declerq muestran cómo este seudonegocio de fabricar ron (Bacardí está básicamente dedicado a promover su producto en el mercado), ha creado su propia red de terrorismo; y ha promovido, organizado y financiado actos de terrorismo; también ha servido como punta de lanza de los fondos de la CIA para los mercenarios paramilitares en Nicaragua y en Angola.

En otra investigación, Ron Bacardí: la CIA, Cuba y la globalización -publicada en Francia por la casa de publicidad belga EPO- Calvo declara que Bacardí ha ayudado a organizar la legislación norteamericana en cuanto a Cuba, con la ayuda de su ‘consultante’ Otto Reich, empleado de la FNCA y actualmente uno de los principales asesores de George W. Bush sobre Cuba y América Latina. Los abogados de Bacardí influyeron en el proyecto de la Ley Helms-Burton, la cual permite al gobierno norteamericano sancionar el comercio de firmas extranjeras con propiedades expropiadas en Cuba.

Los ocultos vínculos entre Bacardí, la FNCA y Bush, y las ‘firmas de ron’ relacionadas con el líder español José María Aznar y la extrema derecha europea también han contribuido a la actual confrontación con la Unión Europea.

Publicis en Miami

Publicis también tiene un dedo en el pastel en Miami. Se trata de la compañía Sánchez & Levitan, la cual influye en la comunidad hispanoparlante norteamericana con masivas cuentas tales como Coca Cola y Bell South. Con 100 empleados Sánchez & Levitan tiene un reintegro anual de alrededor de $80 millones de dólares. Es propiedad de Aida Levitan y a Fausto Sánchez, dos emigrantes cubanos.

Aida Levitan, quien fue llevada a la Florida a la edad de cuatro años, fue una de las personas que públicamente expresó su discrepancia por la presencia de la orquesta cubana Los Van Van en Miami en el 2000.

Su nombre apareció recientemente entre otros empresarios que desarrollaron una campaña anticubana en Francia junto a otros individuos famosos más por sus riquezas que por su imagen espiritual: José Valdés-Fauli, anterior presidente del Banco Colonial del Sur de la Florida, un grupo que vale $16 billones de dólares.

Eloy Cepero, otro banquero y propietario de Peninsula Mortgage Bankers; Santiago Morales, fabricante de maquinaria industrial; Richard O’Connell, un millonario de Miami que ahora reside en París, y ¡sorpresa, sorpresa!: el líder extremista Diego Suárez, terrorista y anterior financiero de la Fundación Nacional Cubano-Americana, así como Feliciano Foyo, uno de los miembros más fanáticos y de ‘línea dura’ del Consejo Cubano de Libertad (CLC) de Ninoska Pérez-Castellón.

Tanto el propietario de Sánchez & Levitan como el secretario de los Reporteros sin Fronteras conocen perfectamente bien que los agentes del CLC promovieron recientemente la campaña de recaudación de fondos para pagar la defensa de Luis Posada Carriles, encarcelado desde hace tres años en Panamá junto a los asesinos a sueldo Guillermo Novo Sampoll, Pedro Crispín Remón y Gaspar Jiménez Escobedo, después de su fallido intento de volar el salón de conferencia en la Universidad de Panamá.

Pero el anteriormente seudotrotskysta Ménard no ha hecho nada por esconder su inclinación hacia los representantes de las fortunas más grandes del mundo. El incluso ha depositado cheques del editor multimillonario François Pinault en su cuenta bancaria en muchas ocasiones, y también de Jean-Guy Lagardére, el acaudalado comerciante de bombas pesadas -recientemente fallecido-, así como de Serge Dassault, otro notorio comerciante de armas.

Chantaje de los medios

Lo realmente cierto es que para los medios franceses Publicis representa una enorme tajada para sus presupuestos publicitarios. Cuando la campaña de desinformación de Ménard alcanza una publicación o una red de televisión que lleva la marca de Saatchi & Saatchi, el mensaje es cada vez más claro y las maniobras de la propaganda están acompañadas de chantaje.

Por lo tanto la penetración de Ménard dentro de varios departamentos editoriales importantes en Francia no debe sorprendernos, ni tampoco su sistemática censura de muchas respuestas dadas por Cuba a estos ataques.

¿Y por qué debería sorprenderse alguien ante la presencia de varias figuras francesas famosas de la ‘alta sociedad’ en un salón de los Champs-Elysées durante un reciente repliegue anti-Cuba orquestado por Ménard y su maquinaria de publicidad?

Los vínculos de Ménard con varios individuos de la extrema derecha de Miami -quienes dedican su tiempo a atacar a Cuba usando cualquier medio posible, incluyendo el terrorismo- son ya muy bien conocidos. También es conocido que él mantiene relaciones con organizaciones como Freedom House creada desde hace tiempo por el oficial operativo de inteligencia Frank Calzon.

También se conocen las actividades dirigidas por la CIA en la isla para transformar a los favoritos mercenarios de la Sección de Intereses de EEUU en ‘periodistas independientes’. Un grupo de individuos fueron reclutados de forma sistemática por la USIS, y su labor es pagada en dólares norteamericanos; ellos se reúnen regularmente en la casa del principal representante diplomático norteamericano en Cuba con el objetivo de recibir instrucciones.

De hecho esto fue demostrado por testimonios de varios patriotas que se infiltraron en las filas de esos mercenarios, algo que la prensa controlada por Ménard omitió totalmente en cualquiera de sus referencias a los arrestos de la red de informantes llamados ‘periodistas independientes’.

Y ahora, conociendo que este mismo individuo es un asociado publicitario del Ejército norteamericano, de Bacardí y muchas otras compañías con cuentas multimillonarias para la publicidad, uno se cuetionaría el porqué de la magnitud del gran fraude de los medios en la campaña anti-Cuba desarrollada contra este país por Ménard, a través de los magnates franceses, la USAID y de varias agencias norteamericanas que anualmente dedican cientos de millones de dólares del dinero de los contribuyentes para destruir la imagen de la isla rebelde y su Revolución.