La fuerte represión a docentes en la Provincia del Chubut (que gracias a Dios no culminó en algún muerto/asesinado) es ocultada por los grandes medios de comunicación. Por eso la CETERA hará un paro docente nacional el próximo martes. Recordemos que años atrás la policía asesinó al maestro Carlos Fuentealba en la Provincia de Neuquén […]
La fuerte represión a docentes en la Provincia del Chubut (que gracias a Dios no culminó en algún muerto/asesinado) es ocultada por los grandes medios de comunicación. Por eso la CETERA hará un paro docente nacional el próximo martes. Recordemos que años atrás la policía asesinó al maestro Carlos Fuentealba en la Provincia de Neuquén (cuyos autores intelectuales siguen impunes).
No hay reforma educativa posible sin revalorizar el rol docente. Y resulta imposible revalorizar el rol docente con una reforma educativa sobre-ellos y a pesar-de-ellos, cuando debiera ser con-ellos.
Pero, más aún, y tan grave. Existe un aprendizaje social. Al día siguiente de la muerte del maestro Carlos Fuentealba, sus propios alumnitos de escuela primaria aprendieron que «no tuvieron clases porque su maestro fue asesinado». Los alumnos del Chubut están aprendiendo que el Estado reprime a sus docentes. Tienden a realiza un aprendizaje social: el nulo valor que el Estado le otorga a su maestro, donde el diálogo pareciera ser imposible, siendo que el diálogo es el alma de la relación entre maestros y alumnos. Por lo que cabe la siguiente pregunta, que los alumnos viven aunque no la teoricen o verbalicen: ¿qué valor se le asigna a mi maestro y por qué debo respetarlo cuando me dice qué tengo que hacer para aprender?
No hay auténtica reforma educativa sin el reconocimiento de un auténtico sentido de la autoridad del maestro por parte de la sociedad, y en particular de los alumnos.
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