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Discurso del ministro cubano de Exteriores en la Conferencia de Ministros de Información de los países No Alineados. Isla Margarita. 2-7-2008

«Resulta imperativo poner la Internet bajo el gobierno de una institución multilateral y democrática»

Fuentes: Rebelión

Compañero Comandante Hugo Chávez Frías, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Ministros y Jefes de Delegaciones de los países Miembros y Observadores del Movimiento de Países No Alineados. Distinguidos delegados e invitados: A nombre de la Presidencia del Movimiento de Países No Alineados, agradezco a la República Bolivariana de Venezuela por acoger la sede […]

Compañero Comandante Hugo Chávez Frías, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.

Ministros y Jefes de Delegaciones de los países Miembros y Observadores del Movimiento de Países No Alineados.

Distinguidos delegados e invitados:

A nombre de la Presidencia del Movimiento de Países No Alineados, agradezco a la República Bolivariana de Venezuela por acoger la sede y organizar esta Séptima Conferencia de Ministros de Información del Movimiento de Países No Alineados.

Esta Conferencia brinda una excelente oportunidad para el intercambio de experiencias e ideas, el diseño de iniciativas y proyectos, y el debate y la definición de estrategias y acciones concretas que permitan al Movimiento de Países No Alineados enfrentar con éxito la peligrosa y desigual situación que en el orden de la información y las comunicaciones sufren hoy nuestros países.

El injusto y antidemocrático orden internacional a que se nos pretende someter es responsable del abismo que separa al Norte del Sur en cuanto a la producción, acceso y flujo de la información. Sustenta, además, la violación del derecho de nuestros pueblos a recibir información veraz y objetiva, requisito imprescindible al ejercicio de la libertad y la libre determinación.

El control monopólico de la información y las comunicaciones constituye un componente estratégico en los planes de dominación imperial. Para los Países No Alineados, la reivindicación del acceso, la producción autóctona y un flujo de la información verdaderamente democrático, responsable y objetivo, constituye un objetivo irrenunciable.

Resulta imperiosa la lucha por la promoción de una imagen objetiva y justa de la realidad de nuestros países. Debemos exigir que se transmita la verdad. Plantear nuestra alternativa. Defender nuestros derechos. El Nuevo Orden Mundial de la Información y las Comunicaciones, silenciado veinte años atrás, no es una utopía, es un reclamo esencial de nuestros pueblos, que cobra hoy mayor vigencia.

La creciente concentración y transnacionalización de la propiedad sobre los medios de difusión de mayor impacto y el control de la publicidad, que ya factura más de un millón de millones de dólares anualmente, han sustituido la opinión pública por la opinión fabricada. Los medios, fabricantes de la supuesta verdad más que indagadores sobre ella, se han independizado ya del público para depender sólo del dinero de sus anunciantes. Más del 90 po rciento de las noticias provienen de un grupo reducido de empresas transnacionales. Disminuyen los propietarios y, por lo tanto, se reduce también la diversidad de las fuentes de información.

Somos bombardeados continuamente por falsas alegaciones fabricadas contra países miembros del Movimiento. Nuestras realizaciones son muchas veces tergiversadas o simplemente silenciadas. La mentira se vuelve práctica cotidiana. Se intenta interpretar y escribir la historia desde la óptica de los poderosos. Se pretende justificar la discriminación y la xenofobia. Se crean reflejos condicionados a través de los medios. Se convierte a las víctimas en victimarios. Se colocan etiquetas y se crean estereotipos a conveniencia. Se idiotiza y se miente.

La manipulación política de la información y la complicidad de los medios de comunicación alcanzan niveles extremos. Se articulan campañas con fondos multimillonarios y los más sofisticados medios. Se trata del terrorismo mediático, el arma más efectiva del Siglo XXI en manos de los poderosos.

Cuba conoce bien sus efectos. Por casi cinco décadas, ha debido también enfrentar la agresión radioelectrónica en contravención de las normas del Derecho Internacional . Desde los Estados Unidos de América se emiten semanalmente hacia Cuba casi 2 mil horas por 30 frecuencias diferentes, utilizando 19 emisoras de radio y televisión. En estas transmisiones, que crean interferencias perjudiciales a nuestros servicios nacionales, se llama a la violencia y al asesinato, se falsifican y tergiversan los hechos, se promueve la destrucción del orden constitucional legítimamente establecido y refrendado por el pueblo cubano.

Mientras, Cuba es reconocida por la UNESCO como el primer lugar en América Latina por la calidad de su educación, enseña computación masivamente a su población y desarrolla métodos de alfabetización usando estas tecnologías, que han permitido ya a Venezuela declararse libre de analfabetismo y a Bolivia estar lista para proclamarlo en diciembre de 2008.

Por otra parte, ante una crisis energética y alimentaria de alcance global, la idea del consumismo como sinónimo de bienestar continúa siendo irresponsablemente alentada. Los noticieros, espacios publicitarios y prácticamente toda la llamada industria del entretenimiento, imponen un modelo único de sociedad, depredador del medio ambiente y empobrecedor de las mayorías, a la vez que demonizan cualquier propuesta alternativa al orden vigente.

¿Cómo alcanzar el objetivo de una sociedad informada, participativa e incluyente, si en los países subdesarrollados casi 800 millones de personas siguen siendo analfabetas y 80 millones de niños no asisten a la escuela primaria?

No existen tecnologías milagrosas que hagan posible la erradicación de la pobreza y el subdesarrollo. Se necesita cambiar el orden mundial. Se necesita la voluntad política de aquellos que, además de ser responsables y beneficiarios de esta situación injusta e insostenible, cuentan con los recursos, hoy dilapidados en armas, lujos y extravagancias.

El orden económico internacional vigente, cuyo nefasto impacto se ha visto recrudecido por el efecto de la globalización neoliberal, hace imposible la superación de la llamada brecha digital, que crece y profundiza la desigualdad y la polarización del bienestar y la pobreza.

Internet ofrece la posibilidad de colocar a bajo costo la información que oculta la dominación mediática. Pero no nos engañemos, Internet está también invadida por las grandes empresas.

La abismal diferencia en el acceso a Internet entre las naciones del Sur y del Norte industrializado nos vuelve a colocar en desventaja. Hoy, más de la mitad de los usuarios de Internet en el mundo son de Norteamérica y Europa, pese a que la población de estas regiones no sobrepasa un sexto de la población mundial. Son ellos también los propietarios de las tres cuartas partes de la infraestructura de Internet. La democratización de la gobernabilidad de Internet se mantiene bloqueada. Los contenidos que circulan en el ciberespacio son elaborados abrumadoramente en los países del Norte y el 95% de ellos en sólo 10 lenguas. Resulta imperativo poner la Internet bajo el gobierno de una institución multilateral y democrática, que promueva la cooperación internacional y la igualdad de acceso a la tecnología para todas las naciones.

En adición a todo lo anterior, hay un empleo creciente por parte de las grandes potencias de las tecnologías de la información y las comunicaciones para el espionaje contra nuestros países y para la guerra. Grandes redes de inteligencia electrónica, de las que la Red Echelón es la más conocida, operan con la complicidad y la connivencia de las grandes corporaciones transnacionales. Asimismo, el uso de estas tecnologías para la proliferación vertical de las armas nucleares, es también fuente de extrema preocupación. Mientras los países no alineados trabajamos a favor del desarme general y completo y, muy particularmente, del desarme nuclear, Estados Unidos anunció hace un par de semanas la puesta en operación de una supercomputadora bautizada como «correcaminos» que será dedicada al mantenimiento de su arsenal nuclear y la consolidación de su hegemonía militar.

Por si esto fuera poco, el Coronel Charles W. Williamson escribe en la Revista de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos lo siguiente: «Los Estados Unidos necesitan (…) la creación de una red robótica de la fuerza aérea y el ejército, capaz de dirigir volúmenes de tráfico gigantescos hacia las computadoras objetivos a fin de que no puedan comunicarse más entre sí e inutilizarlas para que nuestros adversarios sólo cuenten con un amasijo de metal y plástico. Los Estados Unidos necesitan tener la capacidad de realizar bombardeos prolongados y sistemáticos en el ciberespacio».

Excelencias:

El Movimiento de Países No Alineados debe trabajar mucho más en el ámbito de la información, en cumplimiento del mandato que nos fuera planteado por nuestros Jefes de Estado y de Gobierno en la Cumbre de La Habana.

Tanto para retomar la lucha por un nuevo orden internacional de la información y las comunicaciones, como para generar iniciativas que propongan visiones alternativas a la que se nos impone, resulta imprescindible actuar unidos y concertar acciones.

Aprovecho para reconocer el esfuerzo desplegado por Malasia en la revitalización de la Red de Noticias del Movimiento de Países No Alineados (NNN) y de las Organizaciones de Radiodifusión de los Países No Alineados (BONAC). Estos mecanismos han permitido aumentar el flujo de información sobre y desde nuestros países.

Urge la articulación de proyectos multinacionales a nivel regional e internacional. La experiencia de Telesur, nacida a partir de la iniciativa del Presidente Chávez e impulsada por varios gobiernos latinoamericanos, demuestra que es posible construir una alternativa. La televisión Al Jazeera, con varias de sus corresponsalías bombardeadas, es otro ejemplo de información independiente. Iniciativas como el Fondo de Solidaridad Digital, para financiar la reducción de la brecha digital, deben ser estimuladas.

Unamos fuerzas para defender nuestro derecho a la verdad, a un orden internacional justo y equitativo y a la solidaridad internacional.

Trabajemos en esta VII Conferencia de Ministros de Información del Movimiento de Países No Alineados con la convicción de que, aunque el reto es grande, nuestra determinación es mayor.

Sí se puede luchar y lucharemos.

Muchas gracias