Facebook censuró la versión en neerlandés de este artículo. Resulta irónico que la información sobre la censura sea, a su vez, censurada…
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Los principales medios de comunicación rara vez se permiten auténticas mentiras mediáticas, pero ocurre. Basta pensar en la fosa común de Timișoara, en los bebés en la incubadoras de Kuwait o en las armas de destrucción masiva de Irak (para más explicaciones sobre esas flagrantes mentiras, véase el anexo al final del artículo).
La distorsión de la realidad se suele producir de forma más sutil, a través de evitar, omiitir o subestimar ciertos hechos, eliminar el contexto, seleccionar a los expertos, magnificar ciertos acontecimientos, titulares engañosos, imágenes sugestivas, etcétera.
Esta distorsión de la realidad no es obra de periodistas individuales en la mayoría de los casos, sino que es iniciada e impulsada por sus redactores jefe que, a su vez, están sometidos a la presión de los magnates de los medios comerciales. En el caso de las cadenas públicas, están bajo tutela y control político.
Otro filtro que colorea la cobertura procede de los anunciantes. En la medida de lo posible se prohíben los mensajes que no llevan a sus expectativas de beneficios.
Hay tres mecanismos para tener a raya a los periodistas. En primer lugar, se comprueba si su ideología coincide más o menos con la del redactor jefe y la del empresario. No es obvio hacerlo cuando se les contrata, pero con el tiempo es posible y determina su futuro profesional.
En segundo lugar, los periodistas se amoldan a la presión editorial aplicando la autocensura para poder seguir viviendo y no poner en peligro sus carreras.
Si esos dos mecanismos no bastan, los redactores jefe ajustan cualquier elemento «molesto» al revisar o simplemente suprimen determinados pasajes. En el peor de los casos, no se publican artículos o informes enteros.
La BBC y Gaza
En cuestiones sin importancia o políticamente neutrales no suele ser necesaria la intervención editorial. La cobertura informativa se distorsiona o manipula especialmente en relación a acontecimientos con carga política. Este ha sido sin duda el caso del genocidio en Gaza en estos últimos 15 meses.
Por lo general, al no trabajar en los medios de comunicación, la mayoría no somos conscientes de cómo se manipula o dirige la información. A nadie se le prohíbe hablar, pero un periodista que revele información confidencial puede temer por su futuro profesional.
Solo cuando las cosas se desbordan y todo un grupo de periodistas hace públicas sus dificultades para informar se vislumbra esa presión invisible pero muy presente sobre la información. Es lo que ha ocurrido en los últimos meses con la cobertura de la BBC de la guerra contra Gaza.
En noviembre de 2024 más de cien periodistas de la cadena estatal firmaron una carta abierta en la que pedían noticias más justas y precisas. Acusan a la BBC de parcialidad sistemática, de hacer hincapié en el relato israelíes, infravalorar a las víctimas palestinas y no reflejar lo asimétrico que es el conflicto.
Las críticas se centran principalmente en la sección de noticias on line, que desempeña un papel clave en la forma en que millones de personas de todo el mundo interpretan la situación en Gaza.
Sesgo estructural
El descontento de los periodistas es el resultado de años de frustración. Muchos colaboradores sostienen que la cobertura sobre Israel y Palestina está influida estructuralmente por altos ejecutivos, en particular Raffi Berg, jefe de la redacción on line sobre Oriente Medio. Se acusa a Berg de editar artículos y titulares que restan importancia a las críticas a Israel. La dirección ignora sistemáticamente las quejas de los periodistas sobre su influencia.
Los periodistas sugirieron declarar explícitamente que Israel no permite el acceso de periodistas extranjeros a Gaza. Quieren que se mencione más claramente la responsabilidad que tiene Israel y que se mencione proporcionalmente a los expertos en derechos humanos y crímenes de guerra y se les dé la palabra como fuentes. La gran mayoría de estas peticiones se ignoraron, lo que alimentó aún más la frustración entre los trabajadores.
Incidentes
Algunos incidentes han exacerbado aún más las tensiones internas. En diciembre de 2024 Amnistía Internacional publicó un informe en el que acusaba a Israel de genocidio en Gaza. Los periodistas criticaron a la BBC por su cobertura mínima y tardía de este informe.
Mientras que otros canales de noticias publicaron el informe en un lugar destacado, el sitio web de la BBC lo mencionó solo 12 horas después de su publicación y únicamente como séptima noticia de la primera página. Al principio el informe ni siquiera aparecía en la sección dedicada a la guerra entre Israel y Gaza, lo que provocó un descenso considerable de lectores.
Otro caso muy debatido fue la cobertura del caso de Muhammed Bhar, un palestino con síndrome de Down que fue atacado por un perro del ejército israelí y abandonado a su suerte. El titular original, «La solitaria muerte de un hombre de Gaza con síndrome de Down», fue muy criticado por no dejar clara la responsabilidad de Israel. Tras la presión pública e interna, se modificó el titular, pero incluso entonces siguió sin mencionarse demasiado la responsabilidad que había tenido el ejército israelí.
El papel de la dirección
Se considera que el mayor problema son las intromisiones de Raffi Berg. Se afirma que influye desproporcionadamente en la línea editorial y reescribe los artículos para mostrar a Israel bajo una luz más favorable. Incluso los reporteros experimentados que trabajan sobre el terreno tienen que recibir el visto bueno de Berg antes de publicar. Se afirma también que Berg adapta los titulares y los textos para resaltar la parte israelí y minimizar las reivindicaciones palestinas.
Se ha acusado a la dirección de ignorar estas preocupaciones del personal. A pesar de varias «sesiones de escucha» en las que los periodistas expresaron sus críticas, al parecer se hizo poco o nada para mejorar la situación.
Información desequlibrada
Un análisis de datos de más de 2.900 artículos y titulares del sitio web de noticias de la BBC muestra que se describe a las víctimas palestinas de una manera menos humana y emocional que las israelíes. Se utilizan mucho más a menudo, de forma desproporcionada, términos como «masacre» y «atrocidad» para referirse a las acciones palestinas que para referirse a las operaciones militares israelíes. Solo en el 27% de los casos en los que mueren personas palestinas se menciona explícitamente al autor en el titular, frente al 43% de casos de víctimas israelíes.
Por comparar, cuando se informa sobre Ucrania, los crímenes rusos se nombran más explícitamente, lo que, según los colaboradores, muestra la reticencia de la BBC a criticar a Israel. Esta pauta refuerza la sensación de que la BBC justifica al gobierno israelí.
Reacciones de la BBC
La BBC ha rechazado las acusaciones y ha afirmado que se atiene a estrictas directrices de imparcialidad. La BBC subrayó en un comunicado: «Informamos sin miedo ni favoritismos».
Aunque se reconocen y se corrigen los errores, muchos periodistas de la BBC consideran que sigue habiendo deficiencias fundamentales en la información y que las rectificaciones a menudo llegan demasiado tarde. Consideran que la cobertura actual no cumple las normas periodísticas que la BBC dice respetar.
Como dijo un periodista: «Tiene que haber una línea moral trazada en la arena. Y si esta historia no lo es, entonces ¿cuál?».
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Las distorsiones en la información que ofrece la BBC y la presión que ejerce la dirección han salido a la luz porque las y los periodistas de ese medio tuvieron el valor de dejar de callarse. La presión por parte de los redactores jefe no será igual de grande en todas partes, pero es de suponer que está presente en todos los medios de comunicación dominantes y que influye en las noticias.
Hoy más que nunca los grandes medios de comunicación son empresas con grandes intereses comerciales y tienen una considerable repercusión política. La cobertura informativa -y la manera de enfocarlo- desempeña un papel fundamental en la forma en que la ciudadanía entiende el mundo, cómo toman sus decisiones políticas quienes votan y la población consume. De modo que hay mucho en juego.
La manipulación dentro de la BBC muestra que el establishment hace todo lo que está en su mano para hacer más eficiente su información y alinearla con una visión favorable al establishmento o, cuando menos, inofensiva. Esto demuestra una vez más la importancia de medios alternativos como www.rebelión.org.
Anexo: Mentiras mediáticas
La fosa común de Timișoara
Tras la caída del Muro de Berlín, en diciembre de 1989 estallaron protestas a gran escala en Timișoara, una ciudad del oeste de Rumanía. Durante los caóticos días que siguieron surgieron informes de que se había descubierto una fosa común en Timișoara en la que supuestamente estaban enterrados cientos de cadáveres.
Los medios de comunicación internacionales informaron ampliamente sobre estas supuestas pruebas de asesinato sistemático por parte del régimen. La noticia de la fosa común intensificó la ira contra el líder del gobierno Ceaușescu, tanto en Rumanía como en todo el mundo. A raíz de este «escándalo» en Occidente se llegó a pedir una intervención militar.
Después resultó ser un noticia falsa. En realidad se trataba de era una cantidad pequeña de cadáveres que no tenían nada que ver con las protestas.
Los bebés de las incubadoras de Kuwait
El Irak gobernado por Saddam Hussein invadió Kuwait en 1990. Estados Unidos formó una coalición militar para expulsar al ejército iraquí de Kuwait. En los prolegómenos de la intervención una niña de 15 años testificó ante el Congreso estadounidense. Afirmó que había trabajado en un hospital de Kuwait y había visto ella misma a los soldados iraquíes sacar a los bebés de las incubadoras y dejarlos morir en el frío suelo.
Este testimonio tuvo una amplia difusión en los principales medios de comunicación internacionales y se convirtió en un símbolo de la brutalidad de Sadam Husein. La noticia desempeñó un papel fundamental para conseguir el apoyo de la opinión pública a la invasión militar que se estaba planeando.
Después de la guerra salió a la luz que la historia de los bebés y las incubadoras había sido un invento. La chica resultó ser la hija del embajador de Kuwait en Estados Unidos. Su testimonio había sido cuidadosamente preparado por Hill & Knowlton, una importante empresa estadounidense de relaciones públicas contratada por el gobierno kuwaití para generar apoyo a la acción militar.
Las armas de destrucción masiva en Irak
Estados Unidos quería invadir Irak e implantar un cambio de régimen dentro del marco de la «guerra contra el terrorismo». Para legitimar ese ataque, el presidente estadounidense Bush y el primer ministro británico Tony Blair afirmaron que Irak poseía armas químicas, biológicas y posiblemente nucleares. Argumentaron que el líder iraquí Sadam Husein era un dictador peligroso que podría entregar esas armas a grupos terroristas, como Al Qaeda, y que, por tanto, suponía una amenaza para el mundo entero.
Los principales medios de comunicación asumieron y difundieron estas afirmaciones. Después resultó que los servicios de inteligencia y las supuestas pruebas en las que Estados Unidos y el Reino Unido habían basado sus argumentos no eran fiables, habían sido malinterpretadas o manipuladas. El gobierno Bush había hecho unas declaraciones que eran deliberadamente falsas sobre esa supuesta amenaza.
Fuente:
– The BBC’s Civil War Over Gaza
Artículo original: https://www.dewereldmorgen.be/artikel/2024/12/26/interne-opstand-bij-bbc-over-gaza/
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y Rebelión como fuente de la traducción.