Por estos días, está circulando en Internet un e-mail que contiene una investigación llevada a cabo por el periodista argentino Emilio Marín acerca de la verdadera cara del mayor directivo de la Organización No Gubernamental (ONG) Reporteros sin fronteras (RSF). El nombre confunde a los más desprevenidos, porque se supone que su política es la […]
Por estos días, está circulando en Internet un e-mail que contiene una investigación llevada a cabo por el periodista argentino Emilio Marín acerca de la verdadera cara del mayor directivo de la Organización No Gubernamental (ONG) Reporteros sin fronteras (RSF). El nombre confunde a los más desprevenidos, porque se supone que su política es la defensa de la información sin condicionamientos de ninguna índole. Muy por el contrario, Robert Mènard -presidente de RSF- tira por el piso la ética periodística, y negocia con multinacionales, amén de tener vinculación directa con la CIA y el gobierno de Estados Unidos. De esta manera, el formador de opinión parisino, ataca permanentemente a Cuba y Venezuela, y oculta información relacionada con las atrocidades cometidas en la guerra de Irak por el «gran país del norte».
Entre los temas que Reporteros tenía la obligación de difundir y tomar partido, se encuentra la muerte de José Couso, camarógrafo de Telecinco de España, asesinado el 8 de octubre de 2003 en el Hotel Palestina de Bagdad. Couso murió al ser alcanzado por un obús de un tanque estadounidense contra ese hotel donde se hospedaba la prensa internacional desde antes de la ocupación militar. Mènard operó en contra de la difusión del ataque y de los responsables del mismo.
No fue él quien dio a conocer internacionalmente la resolución del juez Santiago Pedraz Gómez, del Juzgado Central de Instrucción N° 1 de la Audiencia Nacional, reclamando la extradición a España de tres militares implicados en el crimen. Familiares y amigos de Couso difundieron la solicitud de extradición del Sargento Thomas Gibson, de la Compañía A del Regimiento de Blindados N° 64 de la Tercera División de Infantería Acorazada del Ejército de Estados Unidos, autor del disparo, del Capitán Philiph Wolford, al mando de la Unidad de Blindados de la compañía A del Regimiento de Blindados N° 64 de la Tercera División de Infantería Acorazada, que lo autorizó, y del teniente Coronel Philiph de Camp, al mando del Regimiento de Blindados número 64 de la Tercera División de Infantería Acorazada, quien ordenó el tiro de obús.
Ese proyectil no sólo mató al camarógrafo español sino también al Reportero Taras Protsyuk, de la agencia Reuters. El mismo día fueron bombardeadas las cadenas árabes Al Jazeera y Abu Dhabis TV, matando al periodista Tareq Ayub. Luego las tropas de ocupación asesinaron a Mazen Dana de Reuters, a Alí al Jabit y Alí Abdel Asís de Al Arabiya TV. Por su parte, la periodista italiana Giuliana Sgrena, fue tiroteada por los marines cuando era trasladada al aeropuerto tras ser liberada, y salvó su vida de milagro.
Sin embargo, Mènard no tiene empacho de atacar a Fidel Castro por defenderse del bloqueo y el terrorismo, y ocultar las muertes de periodistas causadas por obuses lanzados por Abrams M1 estadounidenses a la vera del Tigris. Pero, ¿cuál es la razón de que una ONG que se pronuncia a favor de la libertad de prensa actúa de esta forma? Sus sponsors millonarios son los que le ponen «fronteras» a la comunicación.
El 27 de abril del 2005 dejó de ser una duda la postura de la organización, cuando un artículo publicado por Thierry Meyssan en el diario francés Red Voltaire, develó que en 2001 Ménard negoció un contrato con Otto Reich y el Centro en Pro de una Cuba Libre (CFC). La institución, de la cual Reich formaba parte del directorio, es financiada por la Casa Blanca. El contrato se firmó en 2002 cuando Otto era Enviado Especial para el Hemisferio Occidental por el Secretario de Estado. El periodista afirmó que RSF recibió en ese año casi 25 mil euros y en 2003 la cifra se elevó a casi 60 mil.
Por supuesto que las abultadas cifras no se pagaron a cambio de nada. En el contrato se estipula que tiene que informar en Europa sobre la «represión contra los periodistas en Cuba» y además brindar apoyo a los que están presos en la Isla. Lucie Morillon, representante de RSF en Washington y entrevistada por Meyssan, afirmó que en 2004 el CFC le pagó 50 mil dólares a la organización que dirige Ménard y este año recibirá la misma cantidad. Asimismo, el 18 de abril en un Foro Digital de Le Nouvel Observateur, Ménard reconoció por primera vez que su organización recibía dinero de la denominada Fundación Nacional para la Democracia (NED).
En tal sentido, la reportera norteamericana Diana Barahona siguió la pista de tales vínculos y supo a través de una representante de la NED, que el 14 de enero del 2005 la Fundación «donó» 39 mil dólares a RSF. Bien sabido es que la NED es una fachada de la CIA, ya que fue fundada por el ex presidente norteamericano Ronald Reagan en 1983 y su claro objetivo es debilitar a los gobiernos que luchan para no dejarse dominar por Norteamérica.
La NED también actuó en contra de la revolución bolivariana. En 2004, 13 grupos de la oposición del presidente Chávez, recibieron 875 mil dólares de la fundación para su sostenimiento. Además, se ha descubierto la relación de Ménard con la mafia cubana de Miami, a pesar de que durante mucho tiempo se cuidó de aparentar independencia de ella. Sin embargo, en marzo de 2004 se presentó con Frank Calzón en un evento de diputados europeos efectuado en Brucelas. Calzón es un viejo agente de la CIA de origen cubano, dirigente del Center for a Free Cuba, adscrito a la Freedom House, una dependencia de la CIA presidido por la firma Bacardí (responsable de las leyes de endurecimiento del bloqueo económico). También ha participado en decenas de acciones violentas contra la Isla, por lo cual cumplió condena a mediados de la década de los setenta.
Por otra parte, Mènard cumple a rajatabla con los estamentos de los acuerdos efectuados con las multinacionales y compañía. Por ejemplo, en la agresión de 1999 de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra Yugoslavia, murieron 16 periodistas al ser bombardeado el edificio de la radio y televisión de Serbia, pero el reporte de 2000 de RSF no los mencionó. Seguramente tal olvido se debió a que RSF recibía aportes millonarios de los conocidos fabricantes de armas Jean-Guy Lagardère y Serge Dassault. En noviembre del año pasado, en un foro de internet organizado por el semanario Le Nouvel Observateur, Ménard admitió que el presupuesto anual de su organización era de más de 4 millones de dólares, que según sus dichos provenían en su mayor parte de lo recaudado en subastas de notas y fotos. Hasta un niño puede darse cuenta que esto es una falacia, ya que por tales conceptos como mucho podrá recaudar unos pocos miles de euros.
Entre las firmas que pagan y venden a RSF en los medios se encuentran Publicis (una multinacional apoderada de una buena porción del negocio publicitario internacional), su socia neoyorquina Saatchi & Saatchi y la francesa Vivendi, por medio de su rama Vivendi Universal Publishing Services.
Este mes, RSF difundió «su ranking» anual y el gobierno cubano aparece como el peor de la región en libertad de prensa. Para tener una idea de la ideología de Mènard, basta mencionar que su criterio es una copia del empleado por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), pues ambas ponen como blanco central de sus ataques a Cuba y Venezuela. Al tiempo que Reporteros coloca a Cuba como el país donde menos se respetan los derechos humanos, ubica mucho mejor a Colombia, donde los sucesivos gobiernos y sus militares y «paras» asesinaron a cien periodistas en los últimos tres lustros.
El informe del periodista Marín es contundente y además está avalado por los otros comunicadores que independientemente recogieron información sobre el inescrupuloso Mènard. Concluye Marín diciendo que «Ménard está al descubierto, al desnudo en sus relaciones con lo más recalcitrante de la derecha de los Estados Unidos. Ahí está la clave de su odio desmedido hacia la revolución cubana», y en referencia a los informes que RSF publica, el periodista argentino sostiene que «cualquier coincidencia con el diagnóstico del Departamento de Estado y la CIA no es mera casualidad».
Cabe mencionar que Emilio Marín es un periodista responsable, nacido en Córdoba (Argentina) que publica sus columnas semanalmente en el diario La Arena, de Santa Rosa, La Pampa, otra provincia argentina, en forma ininterrumpida desde 1987 a la fecha. Además, sus artículos (sobre temas internacionales, políticos y económicos), son publicados también en Resumen Latinoamericano, Argenpress, Agencia ALIA, La Fogata, Prensared, Boletín de la Asociación de Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional de Salta (Adiunsa), sitio web Rebelión (España), Solidaire (Bélgica) y Agencia de Información Nacional (Cuba) entre otras publicaciones progresistas y antiimperialistas.