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Se asesina bajo el gobierno de los Derechos Humanos

Fuentes: Nuevo Proyecto Histórico

«Todavía estamos en el infierno (..) Siempre voy a apelar a la convivencia, incluso a costa de que me digan permisivo (..) Cada uno puede expresar lo que quiera en democracia (..) No tengamos miedo de que se produzcan conflictos en democracia (..) Yo amo la vida, quiero la vida de todos, aún la de […]


«Todavía estamos en el infierno (..) Siempre voy a apelar a la convivencia, incluso a costa de que me digan permisivo (..) Cada uno puede expresar lo que quiera en democracia (..) No tengamos miedo de que se produzcan conflictos en democracia (..) Yo amo la vida, quiero la vida de todos, aún la de los adversarios más fuertes. Siempre con verdad y justicia. Debemos garantizar la vida. (..) Era un argentino que según su visión estaba haciendo lo que correspondía y por pensar distinto fue fusilado, y eso evidentemente no puede pasar más en la Argentina».
Néstor Kirchner, presidente argentino, 9/4/07.

«Que se vaya Sobisch y que se vayan todos… huelga general».
Obreros y obreras de Zanon y Sindicato Ceramista del Neuquen, 9/4/07.

«¿Por qué Cuéllar no es Teresa Rodríguez, no es Aníbal Verón? ¿Porqué algunos mártires se pierden? Mandaron el silencio. El silencio es el olvido. El olvido, el incalificable encubrimiento. Si nadie lo reclama, se olvidan. El olvido, impunidad. Cuéllar murió en tierra jujeña. Gobernador Fellner, escudero K en épocas electivas. Número puesto en la dirección justicialista. Hombre del presidente. Aquel presidente que repetía por sí o por sus «Fernández» que ni la represión ni la criminalización eran la salida a las reivindicaciones sociales. A Cuéllar lo mató la policía, hace un año, en Jujuy, provincia K sin cortapisas. No en una provincia menemista o radical. Fue el primer muerto de Kirchner y mandaron olvidar. Cuéllar fue el Víctor Choque de Menem. Con más presos políticos que en la era menemista, K todavía plantea que no reprimió con sangre la protesta. Olvidan un muerto. Cuéllar de Jujuy. El muerto olvidado de K».
Correpi, 28/10/04.

«Apenas tres días. Ese tiempo medió entre un país casi indiferente de los enjuagues electorales y otro conmovido por horas de furia represiva y de violencia que dejó un muerto y detenidos. (..) Aquella mutación brusca y salvaje desnuda la precariedad que continúa imperando en la Argentina maquillada de bonanza económica. El gobierno no debería creer, como cree, que tiene su continuidad ganada. Una ráfaga podría cambiarlo todo».
Eduardo van del Kooy, 8/4/07.

«Este es el gobierno de los Derechos Humanos, el que reprime en todo el país a cualquier conflicto social que se le presente; este es el gobierno que dice que a Julio López lo secuestraron «los de siempre» y no dice quiénes son».
Coordinadora por la Libertad de los Presos Políticos, 4/4/07.

«Estoy confiado y seguro de seguir en campaña hacia la presidencia».
Jorge Sobisch, gobernador neuquino, 7/4/07.

«¡Oh, Qué se Vayan Todos, que no quede, ni uno solo!»».
Docentes neuquinos, arenga en la ruta tras el asesinato de Fuentealba, 5/4/07.

A Luis Marcelo Cuéllar y Carlos Alberto Fuentealba. Uno asesinado en Jujuy y el otro en Neuquén. Dos crímenes más del Estado del Capital, dos nuevos mártires de la multitud.


1.- La policía como institución sadomasoquista


«Así, el tirano somete a los súbditos por intermedio de otros, y es cuidado por aquellos de quienes debería cuidarse. Ahí están sus arqueros, sus guardias, sus alabardas; no porque ellos mismos no padezcan a veces por él (..) están contentos de padecer el mal para hacerlo, no a quienes se lo hacen, sino a aquellos que lo padecen como ellos, y que no dan más».
Étienne de La Boétie, 1548.

A Carlos Fuentealba lo acribilló Sobisch. A Carlos lo asesinó Filmus. Al compañero docente lo ultimó Poblete. Al profesor neuquino lo mató Yasky. A Carlos Alberto Fuentealba lo mató Kirchner. Entre un gobernador petrolero, un ministro de educación, un cabo, el secretario general de CTERA y el gran simulador que ocupa la presidencia, se reparten los méritos, para ver quien es más duro contra los que no se entregan, ni se callan. Entre todos se dividen los papeles de un espectáculo macabro. Está el que pone la morgue, otro una falsa congoja, más allá el que lleva los cartuchos, más acá el que decreta un ritual funerario para aplacar tanto odio y, por último, un maestro de ceremonias que cuando todos apuntan a él.. desaparece entre bambalinas.

Todos son coresponsables de la muerte de Fuentealba. Uno asesina para demostrarle a la patronal que está más a la derecha que Kirchner, y está presto para ser su recambio. Al ministro candidato, porque gerencia la pobreza docente sin que se le mueva un pelo, y es todo un dechado de coherencia desde que le hacía los discursos al ex ministro menemista Jorge Rodríguez. Al policía Poblete porque le pagan por el placer de reprimir, como a los 9.000 genocidas que siguen poblando la policía bonaerense desde la época militar. A Yasky, el secretario general de CTERA-CTA, porque no sólo no apoyó a las bases docentes de 15 provincias que le enrostraba que la ley de Financiamiento Educativo continúa la política menemista, sino, que operó para boicotear las luchas más consecuentes. Y al pingüino, por juguetear con los DD.HH. mientras los viola cotidianamente, porque se burla del genocidio al recrear la impunidad homicida en el presente, porque sostiene a gobernadores que reprimen y matan. Porque alardea de lo que carece: coraje para enfrentar al poder. Porque fue el mejor alumno de Menem, manteniendo con su marioneta en Santa Cruz, hasta el día de hoy, los recortes que fijó en 1991 con la ley de emergencia económica. Haciendo que el básico de un docente sea de $161 (U$S53). Porque es el causante de la ira popular que crece desde abajo. Porque mantiene militarizada Las Heras hace más un año y ahora las escuelas de Santa Cruz. Ser el Uno tiene sus riesgos. Cuando se quiere ser the first, el único, el primus inter pares, hay que hacerse cargo. Porque cuando se adopta un modelo Capital-Ejecutivista de gestión del poder, cuando el hiperpresidencialismo lo ocupa todo, no hay pretextos ni fusibles. Entonces, el César, es el primer y último culpable de todo.

Mientras el ministro Daniel Filmus se hace el distraído para ver si se despega de su responsabilidad, como si no administrara el ministerio de educación de la nación, una vez más, el Estado del Capital mostró su garra asesina. Mientras Kirchner huye el dos de abril porque sabe que 50 docentes lo esperaban en Ushuaia bajo la bandera «Militarización K» de la provincia de Santa Cruz, territorio que gobernó en tres oportunidades; bajo su presidencia, se mató a otro militante popular. Fue en la provincia de Neuquén, pero podría haber sido en cualquiera de las provincias donde la lucha gremial está en pleno desarrollo. Sea en Jujuy, Salta y La Rioja, Santa Cruz y Tierra del fuego. En cualquiera caso, por más que el primer mandatario cínicamente juegue a las escondidas, la multitud, le sigue los pasos.

Santa Cruz está bajo un estado de sitio no declarado. En la provincia gobernada por el re-reeleccionista de Kirchner, y ahora por su lugarteniente Carlos Sancho del FPV, ambos, ocupan las escuelas con la policía, la prefectura y la gendarmería. El presidente y su gobernador despliegan las fuerzas del orden de los cementerios. Un ejército de uniformados para enfrentar la lucha docente y de otros sectores de la multitud. Se reprime en Salta conducida por Carlos Romero del Partido Justicialista (PJ), mientras que los docentes son espiados por los servicios de inteligencia del estado. En Neuquén, con Jorge Omar Sobisch del Movimiento Popular Neuquino (MPN), la policía desalojó de la ruta 22 a los docentes de ATEN a pura bala de goma, carros hidrantes y gas pimienta. Mientras se retiraban los educadores, vuelven a ser atacados por la policía. Un cabo homicida utiliza su pistola lanzagases como un arma letal, disparando por la espalda, y a un metro de distancia, un cartucho de gas lacrimógeno, directa y alevosamente, a la luneta trasera del auto donde estaba el compañero Carlos Fuentealba, partiéndole el cráneo, como quien rompe un melón.

Sean kirchneristas, peronistas o sobischistas, los gobiernos del capital criminalizan, reprimen y matan a los que no entregan su dignidad por un plato de lentejas.

Los gobiernos del capital siempre asesinaron, asesinan y continuarán asesinando hasta el final de sus días. Es más, de triunfar la revolución social, van a morir matando.

El matador fue el cabo Daniel Poblete, pero el dispositivo criminal del capital son todas las instituciones represivas.

El que acciona el gatillo es un policía, pero el que carga su arma es el sistema mercantil. ¿O todavía no aprendimos para que existe la guardia de infantería en democracia? ¿Qué se puede esperar de un uniformado que lo formatea el estado para acribillar seres humanos? ¿Qué se puede esperar del Capital-Parlamentarismo como cleptocracia homicida?

¿Qué se puede esperar de la policía cuando el estado la educa torturando su cuerpo, para introyectar el autodesprecio ante su sometimiento a un agenciamiento despótico, verticalizante y despersonalizador? Una formación estatal sadomasoquista que se  basa en castigos físicos y fuerte remodelaje de la psiquis. Alumbrando, de este modo, la subjetividad de un represor eficiente.

Los perros de caza del capital, sueltos en el territorio y armados hasta los dientes, intercambian el mal padecido y el recurrente absolutismo de la institución policial, por el sádico placer de poder devolver, a otros, los maltratos que absorben cotidianamente de parte de las instituciones del orden público. Toleran el mal que reciben, a cambio, de la potestad legalizada de poder hacerlo. Aguantan el masoquismo, a cambio del sadismo. Odian la insubordinación de la multitud porque les devuelve, como un espejo de libertad, la imagen de su miserable servidumbre en defensa de un poder homicida.

Por supuesto, que la policía no devuelve golpe por golpe a quien los modeló. Sino que se desquita con la multitud. Mientras que, esta última padece, todo tipo de atropellos de parte del mismo poder social del capital que establece la relación represor-reprimido. El Capital constituye una relación social violenta. Ya que obliga a la fuerza viva del hacer a venderse o perecer en la sociedad de mercado. Una ligadura universal que creó al cuerpo policial como intermediario para hacer el trabajo represivo. Interponiéndolo, entre la lucha directa de la clase de los trabajadores y el lucro patronal, o violencia naturalizada de la clase de los capitalistas. Separando, de este modo, a través del estado, el combate directo entre trabajadores y empresarios.

La democracia para ricos de la Nueva Clase tiene sus lacayos armados, para no ensuciarse directamente las manos con la sangre que derramarán cada vez que lo necesiten. Fuerzas policiales, de seguridad y castrenses, que conducen los gobiernos Capital-Parlamentaristas que se desenvuelven bajo la forma-estado. Una violencia de clase del capital organizada políticamente. Fuerzas del orden mercantil para vigilar y controlar, detener y encarcelar, apalear y asesinar, la insubordinación de las y los trabajadores. No es solamente un policía el asesino de Fuentealba, ni siquiera todas las instituciones represivas; sino, que, todo el sistema social capitalista resulta una forma política criminal. Un sistema que atenta contra la naturaleza y el trabajo, la libertad y la igualdad, la ternura y la fraternidad, un sistema que atenta contra la vida.

2.- El trabajo es muerte

«Todo OK, pero los que trabajan todo el mes, ni la vei que lo que ven en la tele, no lo van a tener. Con el part-time, que no te deja money, ni time, es como un flotaor, y sólo te salvai porque el agua te llega hasta el cogote, y tu vida entera está al lote (..) De que te vale ganar 100.000, 200.000, si llegas en la noche a puro dormir. Y a tu mujer no la ves, no le tocas su piel y tus hijos son extraños que no vez crecer. Y así es, y no ves como la vida se te fue en la rutina, la vida se te fue (..) Eso no es vivir, el derecho de vivir es sentirse feliz, voy a luchar hasta morir (..) Todos los días, este sistema nos niega la vida, nuestros derechos ya no valen nada, lo tomo a pecho y cultivo mi rabia, nuestra rabia. Nuestra rabia es rebeldía. (..) Contra el enemigo que por siglos ha sido el gringo, el rico, sus leyes y su policía. Los ratis no vigilan con micrófonos y antenas, cámaras ocultas en semáforos. (..) La lucha es larga, una batalla en el territorio de la conciencia, para convencernos que ha acá abajo está la fuerza, nuestra riqueza, el poder de los que somos más en esta tierra. Todos los días, este sistema nos niega la vida, nuestros derechos ya no valen nada, lo tomo a pecho y cultivo mi rabia, contra el poder de los ricos que matan, pero entre todos la cosa es distinta, es peligrosa la pobla unida, es tan hermosa la pobla activa, organizando la rebeldía. Organizando la rebeldía».
CoN$PiRaZioN, Hip Hop, Nuestra Rabia, 2006.

El trabajo mata. Su carencia asalariada mata cada día de hambre y de enfermedades evitables. Pero también mata de explotación y de aburrimiento. Mata al artista y mata a la puta. Mata en efectivo y en cuotas. Mata en la fábrica y en el call center. Mata cuando el empleo está asalariado y cuando está autoexplotado y negado. Mata vendiendo paco y mata a los docentes en lucha. Mata en la juventud y mata en la vejez. Mata paulatinamente y súbitamente. Mata a los niños y a los adultos. Mata revolviendo la basura y mata en los cortes de ruta. Mata a varones y mujeres. Mata la creatividad y mata la imaginación. Mata en los talleres clandestinos y en la zafra. Mata el deseo y mata la voluntad. Mata en accidentes laborales y mata de tristeza. Mata de inanición y mata a balazos. La sociedad del trabajo mercantil mata con la enajenación y la adicción. Mata en los campos y mata en la ciudad. Mata poco a poco bajo la miseria con empleo, mientras mata al desempleado expulsándolo del paraíso consumista. El trabajo mata a la multitud. El trabajo empleado y negado por el capital mata. Siempre mata.

El trabajo es la fuerza vital del humano para cambiar la naturaleza y termina muerto como capital acumulado por los patrones. Bajo el capitalismo el trabajo es vida para la muerte. El trabajo vive para ser reabsorbido por el capital. El trabajo es presente para transformarse en pasado. El trabajo vivo resulta una función común y singular que termina expropiado privadamente como trabajo muerto, dinero, capital fijo, y estado.

Víctor Choque, Teresa Rodríguez, Aníbal Verón, entre otros; nos recuerda cotidianamente que el trabajo es muerte. Porque en la época del excedentariado postfordista de los ’90, reclamar consecuentemente el asalariamiento registrado de la época fordista se castigó con la muerte.

El trabajo es muerte, porque en la época del precariado del working poor del siglo XXI, un salario promedio fordista (como hasta 1975 que significaba tres veces la actual línea de pobreza), para el 70% de la actual fuerza de trabajo en la clandestinidad, el subempleo y aún el trabajo registrado indigente, atenta contra la tasa media de ganancia del capital y lo puede hacer entrar en crisis. Tasa de ganancia directamente proporcional al trabajo en negro del Precariado, al des-asalariamiento crónico del Excedentariado, y al trabajo muerto como general intelligence. Recordemos, por otro lado, que esta última resulta la tendencia de lo más avanzado del capital. Las 500 firmas más importantes que operan en el país expolian solamente al 4 por ciento de todos los empleados; mientras que concentran tres cuartas partes de las exportaciones y un tercio de la producción total. ¡Y algunos todavía se preguntan que es la subsunción real del trabajo en el capital, y el reinado del capital fijo y la plusvalía relativa como tendencia del mercado!

Por todo esto, toda lucha salarial que pueda expandirse y generalizarse resulta un riesgo mortal para el capital. Capital, que a cambio, para impedir la expansión de su propia muerte, desde sus instituciones, paga con la muerte de las y los luchadores. Evitando, preventivamente, la profundización radical de la lucha salarial. Los gobiernos del capital al resistirse a dar aumentos salariales como en los ’70, palpitan que la lucha sindical insatisfecha en la era postmoderna de la insurrecciones destronantes de la multitud, puede devenir crisis política de la forma-Estado. Que es lo mismo que decir: «¡Qué Se Vayan Todos»! y rechazo al trabajo mercantil.

La crisis política no es externa al capital. Es la clase trabajadora, con su lucha autónomamente organizada, asamblearia y antagónica, directa y conciente, la única que lo puede hacer entrar en crisis.

La hegemonía del estado del capital no resulta externa a la multitud. Es ella, la que cuando se autodetermina y supera las mediaciones partidarias patronales y al movimiento obrero oficialista, y niega los aparatos alienantes de comunicación y la educación formal como dispositivo castrador del pensamiento radical; destrona, la capacidad dirigente de la Nueva Clase política, los burócratas sindicales, los chupatintas de la prensa y el mandarinato académico.

Carlos Alberto Fuentealba ha sido la última víctima de este modelo postdevaluatorio. Iniciado por el ex senador Eduardo Duhalde, presidente de un golpe de estado de nuevo tipo; y continuado por Néstor Kirchner bajo la legalidad democrática devenida Capital-Ejecutivismo, o institucionalización del estado de emergencia permanente.

3.- 1973-2007: 34 años de impunidad homicida

«Con nuestra inclaudicable lucha por justicia logramos la anulación de las leyes de Punto final y Obediencia debida; la reapertura de las causas contra los genocidas en todo el país. Como querellantes en esas causas conseguimos la detención y el procesamiento de 257 represores. Sin embargo la mayoría de estos están en su casa con prisión domiciliaria o supuestamente detenidos en unidades de las fuerzas armadas. (..) Durante el gobierno de Kirchner hay más presos políticos que en todos los gobiernos constitucionales anteriores y se profundiza la criminalización de la protesta social. Día a día aumenta el número de procesados por luchar y, contradiciendo sus promesas, el gobierno obstaculiza la sanción de la amnistía o desprocesamiento de los luchadores populares. (..) Continúan impunes los asesinatos a fines del 2003 de Ibáñez y Cuellar en Jujuy; la detención, cárcel y tortura a trabajadores y desocupados, incluidos mujeres y niños en Caleta Olivia; la represión de los días 19 y 20 de diciembre de 2001; los más de 2000 casos de gatillo fácil; la bomba de Plaza de Mayo en diciembre de 2003; la muerte de los 14 obreros de Río Turbio, la masacre de Cromagnon y de la cárcel de Magdalena».
Multisectorial La Plata, Berisso y Ensenada, 23/3/07.

«Al inaugurarse este mediodía un busto en memoria de Rodolfo Walsh en plaza San Martín de La Plata, concurrimos a exigirle al gobernador respuestas por la desaparición de Jorge Julio López, y que recibiera a los organismos integrantes Justicia ¡Ya!, ya que desde hace seis meses, no nos atiende. La respuesta que recibimos fue una patoteada de su militancia. Miembros de la propia custodia de Solá, junto a integrantes del movimiento Evita y de la agrupación universitaria Mancha de Tinta de la Facultad de Periodismo de la UNLP, nos sacaron del acto a los empujones y agravios, en medio de un clima de violencia generado por ellos a la que el Gobernador no solo no se opuso, sino que ni siquiera expuso disculpa alguna. Es una vergüenza que en un acto por Rodolfo Walsh, quien hace 30 años está desaparecido, Solá se niegue a dar una respuesta por Julio López, quien desde el 18 de septiembre pasado corre la misma suerte».
HIJOS La Plata, 28/3/07.


Bajo el autotitulado Gobierno de los «Derechos Humanos» (DD.HH.), campea la impunidad de los responsables materiales y, sobre todo, patronales y políticos del genocidio militar y el genocidio civil en democracia. Sin juicio y castigo contra toda la Triple A, prosigue la arbitrariedad. A poco menos de una mes de que Kirchner cumpla cuatro años en la Casa Rosada, no hay ningún militar condenado por el genocidio setentista, en cambio, Jorge Julio López sigue desaparecido. El bloqueo de la anulación de los indultos que hace la bancada oficialista del Frente Para la Victoria de la impunidad; todos los políticos homicidas de piqueteros ultimados en la última década sin condena; y los crímenes del ex-presidente Fernando De la Rúa, demuestra, que se continúa protegiendo desde el estado a los asesinos. La ilegalidad de la Nueva Clase, ante las muertes de Javier Barrionuevo, Maximiliano Kosteki y Darío Santillán; estos últimos, acribillados en la masacre del Puente Pueyrredón ordenada por el ex presidente Eduardo Duhalde y el actual gobernador bonaerense Felipe Solá, sigue su curso.

A todo este mar de sangre popular hay que sumarle otros dos crímenes políticos bajo el gobierno de Kirchner: 1) el asesinato en la provincia de Jujuy de Luis Marcelo Cuéllar en octubre de 2003, mientras participaba en una pueblada por el homicidio en una comisaría, simulado de suicidio, de otro luchador popular: Cristian Ibáñez. 2) el segundo crimen político, pero que no será el último, del profesor Carlos Fuentealba fusilado en Neuquén.

Bajo el autotitulado Gobierno de los DD.HH. se amenaza a testigos de los juicios contra la última dictadura cívico militar del capital. Se apreta a militantes de los DD.HH. no oficialistas y la policía con uniforme y de civil secuestra activistas de los movimientos sociales. Con Kirchner volvió la desaparición forzada de personas. Aumentó la criminalización de la pobreza y se militariza las zonas bajo conflicto sin declarar el estado de sitio. Se gasea, golpea y encarcela a los que reclaman derechos elementales consagrados por la propia constitución nacional. Se tortura en las comisarías y en las cárceles y la policía continúa teniendo licencia para matar impunemente.

Los Recors de Néstor Carlos Kirchner:

– El compromiso «K» es récord en judicialización de la protesta.
– Es récord en pago de la deuda externa.
– Es récord en gatillo «fácil» policial.
– Es récord en Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU).
– Es récord en superávit fiscal y subsidios al capital.
– Es récord en pobreza con empleo.
– Es récord en la manipulación de los datos oficiales del INDEC.
– Es récord en disminución del presupuesto en salud.
– Es récord en trabajo infantil.
– Es récord en ganancias de bancos, la bolsa y grupos económicos.
– Es récord en empleo en negro en las Pequeñas y Medianas empresas (PyMEs).
– Es récord en la inequitativa distribución de la riqueza.
– Es récord en fondos fiduciarios sin control y superpoderes permanentes.
– Es récord en presos sin condena, es decir, privados ilegalmente de su libertad.
– Es récord en impunidad para los responsables políticos de los asesinatos fulminantes efectuados desde el estado. 

4.- Sindicalismo de clase, organización de base y el no voto al Capital-Parlamentarismo

«Somos trabajadores asalariados. Formamos parte del MIC y del Frente Popular Darío Santillán. El Movimiento Intersindical Clasista (MIC) es un espacio de coordinación donde confluimos con trabajadores de todo el país, en el intento por hacer un aporte a la construcción de un movimiento de trabajadores que pueda fortalecer la organización desde la base. El Frente Popular Darío Santillán es una articulación de organizaciones de trabajadores -ocupados y desocupados-, de estudiantes, barriales, de cultura y comunicación. En este espacio compartimos una forma de construcción común, forjando una nueva identidad a través de fuertes lazos de confianza en el debate y en la acción permanente».
la fragua Nº11, FPDS, 3/07.

«Ya antes dijimos que hacia arriba sólo volteamos si una mano de abajo nos señala hacia allí. Pero éste no es el caso. No estamos mirando hacia arriba, sino hacia abajo. Más en concreto: hacia abajo y a la izquierda. Y lo que viene de abajo tiene otro ritmo. Como no apunta a lo inmediato, sino al futuro, va más lento… pero va».
Comunicado EZLN, Subcomandante insurgente Marcos, Abajo a la izquierda. México, febrero de 2005.


Hasta que no exista los resultados completos de todo el turno electoral del 2007, y comprobemos si cambió, o no, la tendencia del no voto; los únicos datos fidedignos -para sacar conclusiones políticas y organizativas- son los guarismos completos de las últimas elecciones nacionales y las luchas de estos dos últimos años.

En el 2007, por lo que demuestra la lucha docente en estos primeros meses del año, resulta más difícil disciplinar a los trabajadores a partir de lo que hayan pactado las cúpulas sindicales a espalda de sus bases.

La CTA va a pagar muy caro la torpeza de haber puesto como Secretario General a un dirigente oficialista como Yasky. Las organizaciones de la clase trabajadora siempre tienen que ser independientes de empresarios, del estado y los partidos. Y por estas semanas, la mejor lección de esta máxima, la está dando ATEN en Neuquén, ADOSAC en Santa Cruz y la Asamblea Provincial Docente salteña.

Hay un sindicalismo clasista que se va abriendo paso. Hay federaciones a la izquierda de las confederaciones gremiales. Y gremios a la izquierda de las federaciones. Y delegados a la izquierda de las conducciones de los gremios, y aún asambleas de base, a la izquierda, de los delegados más combativos.

Estas luchas docentes son impulsadas por las y los compañeros en asamblea, dirigidas por delegados mandatados por sus bases y por dirigentes sindicales seccionales apegados a la democracia obrera y al sindicalismo clasista.

a) Elecciones en Neuquén:

Neuquén tiene una rica tradición de lucha piquetera, sindical y popular. Las obreras y obreros de Zanon, y Multisectoriales varias, siempre han traspasado el mero conflicto corporativo y ha incorporado -y comprometido- al conjunto de la comunidad de trabajadores y trabajadoras.

En las últimas elecciones legislativas del 23 de octubre de 2005 fue record en la provincia de Neuquén el voto en blanco. Y entre la abstención, los sufragios nulos y en blanco, el 57.4 % no votó por nadie. Desagregado: Abstención: 26.9 %, Nulos: 3.23%, Blancos: 27.34%. Jorge Sobisch, el agente de Repsol, no sacó el 49.3 %, sino apenas el 25 % del total del padrón.

Si bien el universo de las autonomías anticapitalistas y sus organizaciones no son los dueños de la abstención y el voto bronca, los movimientos que se mantuvieron exilados del circo electoral, integran una cosmovisión que mantuvo su coherencia y se preparaba para enfrentar consecuentemente lo que venía:

1. Un sistema de partidos abroquelado contra las luchas de la multitud.
2. Los conflictos económicos de base.
3. La extensión de la independencia territorial piquetera.
4. La ampliación de la contracultura anticapitalista.
5. La defensa de la vida contra la muerte del capital en todas sus formas.
6. La organización antisistémica de la resistencia popular.
7. Nuevas prácticas, valores e ideas.
8. Pergeñando y construyendo, y confiando sólo en sus propias fuerzas, un proyecto social de poder constituyente de la multitud.

b) Elecciones en Santa Cruz:

Sobre el total de votos en la provincia de Santa Cruz para diputados nacionales, los guarismos fueron los siguientes: La abstención fue del 26.5%, el voto en blanco el 5.6%, los nulos el 3.7% y los recurridos e impugnados el 0.07%. Mientras que la Alianza Peronismo-Frente Para la Victoria kirchnerista (FPV) obtuvo el 50.8 % de votos positivos, pero sólo el 33.8 del total del padrón. Es decir, que el voto por ninguno ganó las elecciones con el 35.9 %, mientras K obtuvo un escaso 33.8% en la provincia que había gobernado por 12 años.

Sino se comprende que el éxodo de la multitud en las urnas del capital constituye, básicamente, un comportamiento clasista como preanuncio de la ruptura del consenso mayoritario y la futura acción directa de la multitud; resulta difícil entender el asalto a la comisaría en Las Heras en el 2006 por parte de la clase obrera, el precariado y los desempleados; y la militarización actual de Santa Cruz ante la lucha en las calles que desborda al estado de partidos, y el escrache de los docentes y empleados estatales en el domicilio del presidente, acompañada, por buena parte de la multitud.

c) Elecciones en Salta:

El triunfador Frente Justicialista del gobernador Juan Carlos Romero sacó el 36.2% de los votos positivos, que representan en realidad, un escasísimo 22.2% del total de empadronados habilitados para sufragar. Mientras que la abstención fue del 32.7 %, los votos anulados el 1.6% y en blanco 7%. Es decir: Frente Justicialista 22% vs. Abstenciones+anulados+en blanco= 41.3 %
 
La abstención y el «voto bronca» de la multitud, resulta un comportamiento de la autonomía electoral, como fuga de las urnas del capital. Esta práctica del trabajo, que se independiza del llamado del capital a legalizar el dominio de la clase patronal por medio del sufragio, es propia de un cambio de época. Quien no delega en nadie, cuando para combatir actúa su propia autonomía, es para terminar enfrentando directamente en quien ya no confía. No resulta un éxodo electoral de abúlicos, sino de futuros luchadores y luchadoras. No fue pasividad permanente, sino el preámbulo de la acción directa. Y por lo que se vivió en el último bienio de la lucha de la multitud no ha cambiado esta tendencia.

Para los que ningunean la pérdida de hegemonía al debilitarse el consenso Capital-Parlamentario y Capital-Ejecutivo, y por extensión, el descreimiento del poder judicial y el aparato ampliado del estado, que surge, del rechazo al acto voluntario de la delegación de poder. Para tantos que subestiman la fuga electoral y la disminución del consenso del sufragio, diciendo que da lo mismo cuantos voten a los gobernantes; sirvan estos guarismos, y las consecuentes luchas y represiones en Neuquén, Santa Cruz y Salta de las últimas semanas, para relacionar: huida electoral y autodeterminación de la multitud.

La abstención y el voto en blanco carcomen calladamente al sistema de partidos. Hasta que se produce el estallido y se constata la incapacidad de maniobra de la clase política. O ese profundo desprecio tildando como fascista la expresión del conflicto social en las calles que hace la multitud. En vez de entenderlo como una muestra de verdadera democracia. Un poder de veto cuando los gobiernos no cumplen con sus promesas. Multitudes hartas de ser estafadas, descreídas de la democracia burguesa, y que no están dispuestas a esperar el calendario electoral para que los políticos se acuerden de que existen.

d) Totales Nacionales:

En las elecciones del 2005, a nivel nacional, al partido de gobierno Frente Para La Victoria (FPV) lo votó solamente el 26.1% del total del padrón electoral. Mientras los que sufragaron por nadie fueron el 35.4%.

El de Kirchner ¿Fue un importante triunfo electoral? Con una economía creciendo durante tres años a valores chinos, con el botín del estado en sus manos, el Congreso Nacional paralizado, con la mayoría de los medios masivos de comunicación a su favor; de los cinco distritos más importantes: salió tercero en Capital Federal, fue derrotado en Santa Fe y Mendoza, tuvo un éxito prestado en Córdoba y apenas el 30% de los votos de la provincia de Buenos Aires. Este no fue ningún triunfo importante, ni menos aún un plebiscito del estilo K. De un partido justicialista monolítico, acostumbrado a tener medio padrón electoral en el bolsillo; el FPV, se transformó en un club de caudillos territoriales de la política, que solo se unen, para lotearse el estado. 

Por el momento la abstención electoral resulta inorgánica. Es una fuerza no metabolizable por la votación comandada por la Forma-Estado del capital. Lo que no queda atrapado en las urnas, lo que sigue en pie, en pie de lucha por su puesto, es la antagonía salarial de base y la universalización y aumento de los planes sociales de los piqueteros consecuentes. Las empresas recuperadas que resisten la cooptación del estado y de gerentes como Caro. El autoconsumo campesino y la defensa de los recursos naturales del activismo ecológico. La autoafirmación de género clasista y el cirujeo rebelde. Las asambleas y los indígenas autónomos. Los estudiantes insumisos y el arte insurgente. La organización del precariado y la contrainformación anticapitalista.

Mientras todo este basto, complejo y multidimencional campo que se autonomiza del llamado a las urnas no se exprese electoralmente, va de suyo, que no existe representación de este comportamiento antielectoral. La práctica es el más alto grado de conciencia. Y no sufragar en un país con voto obligatorio es un acto conciente. Es la fuerza del no voto. Es una fuerza silenciosa, inorgánica, pero potencialmente demoledora. Va socavando los cimientos de la democracia del capital, la debilita, le resta sustancia, vida. Todas las nuevas formas de resistencia tienden a la salida electoral en lugar de expresarse como una voz ciudadana encerrada en el sufragio. Reniegan de ser pueblo estatalizable y se mantiene en su condición de multitud irrepresentable. Un escape de más de un tercio del total de los potenciales votantes.  Un autoexilio de más de nueve millones de no votantes contra la maquinaria partidaria del capital. No así, un éxodo contra la ley del valor, la ley de la explotación. Que se reproduce todos los días y de la cual nadie se escapa si no es con una antagonía conciente y organizada que termine revolucionariamente con el capitalismo y sus instituciones. 

Sin estado de «bienestar» y con millones de personas excedentes para los patrones y empleadas en negro, manteniendo el capital bajo la pobreza salarial a media Argentina, no hay lealtad al estado y a los partidos; y en cambio, se incrementa el voto por nadie. El voto en blanco y anulado, una forma marginal de lealtad electoral, la última reverencia a la urna, el máximo comportamiento antisistémico que soporta la democracia indirecta; al igual que la inhibición, la huida, la salida, no tiene representantes ni dueños privados. Por lo tanto, es inexpresable como mercancía electoral. La no representación del que se abstiene, es de perogrullo, irrepresentable. Resulta un comportamiento inorganizable bajos los parámetros tradicionales del partido moderno, el estado planificador y el sindicato fordista.

La deserción en las urnas es el repudio más evidente, la presencia en ausencia más palmaria, el ostracismo antielectoral, de millones de nuevos desaparecidos sociales. Los pobres con empleo, los precarios y trabajadores negados por el capital, se vengan, precarizando la legitimidad de gobiernos y parlamentos. Con su ausencia en los comicios, dicen presente. Existen en ausencia. Son un malón cauteloso pero indomable. Como los niegan todos los días no se dejan contar como papeletas cada dos años. Como multitud en lucha los tratan de invisibilizar cotidianamente, corriéndolos de las calles con sus piquetes, robándoles sus tierras, destruyendo la biodiversidad, inestabilizando material y afectivamente sus vidas, recluyéndolos en cárceles, y asesinándolos sumariamente la policía. Por todo ello dicen ¡Basta!, y no se prestan al ritual dominguero de la misa del voto. De esta forma, su retirada electoral, se torna una presencia fantasmagórica, tenebrosa y peligrosa para la democracia indirecta. No creen en esta democracia pero tampoco piden militares. Aprendieron a desconfiar de todos los políticos. Son una fuerza latente en estado de ebullición, son la lava que no se encauza por medio de la urna.

Kirchner sueña con poder trasvasar el Partido Justicialista (PJ) a un neo-peronismo kirchnerista bajo el Frente Para la Victoria (FPV). Como si se tratara de pasar un líquido de un recipiente a otro. Como si el obrero masa del trabajo registrado y el estado-plan, que dio origen y sustrato al peronismo; se pudiera permutar con el obrero social precario y los desempleados del estado-crisis del posfordismo.

Las fracciones mayoritarias de la multitud trabajadora, el nuevo sujeto social dominante: la pobreza con empleo estatal, los precarios y los desocupados; es decir, los entenados del pacto post-keynesiano, los intermitentes y los negados por el capital; todos, están dominados por la ley del valor del capital. Sea incluido bajo un pobre salario, un sueldo discontinuo, o resulte incluido como expulsado del salario y fidelizado por los planes sociales. Pero subsunción no es sinónimo de lealtad al viejo sistema representativo.

Cuando actúa, esta porción del sujeto social de la multitud irrumpe en acto, articula puntualmente sus acciones, se despliega y repliega, para luego desplegarse con más fuerza. Se organiza en asamblea y con acciones directas. Y aquellos militantes y referentes más constantes y organizados de la democracia de base, se asocian para actuar y pensar con otros militantes y referentes, núcleos activos y colectivos, luego de haber construida un recíproco marco de confianza.

El mapa político muestra dos sociedades conviviendo en una misma sociedad. Con todo lo que eso trae aparejado. Un verdadero jeroglífico para la política que feneció después de 2001. Un comportamiento electoral intraducible bajo las coordenadas fordistas.

Por un lado, está la contratendencia del capital a partir de una nueva acumulación originaria. Con un relanzamiento de los ciclos de inclusión formal de la fuerza de trabajo bajo la forma del plusvalor absoluto (largas jornadas por poca paga), se remonta la crisis de la ley del valor a partir de 2002. Su encarnación está en el workig poor estatal y privado, el precariado y excedentariado desindicalizado y desfidelizado de las mediaciones partidarias.

Y por otro lado, tenemos, la tendencia hegemónica a la subordinación real del trabajo bajo la forma de la plusvalía relativa. La famosa «productividad» del capital maquínico, mayor intensidad y concentración del esfuerzo humano como carga psíquica de la fuerza viva del hacer. Es la humanidad del general intellect, del trabajo cognitivo y afectivo, artístico y comunicativo, relacional y servicial. Este intelecto general de masas resulta una trama de lo común singularizado, un espacio colectivo, político. Una potencia y acción distribuida en toda la trama social como fuerza directamente productiva. Cuando la fuerza de trabajo como política de la producción de lo común queda subordinada completamente por el capital, el estado deviene comando, y el poder, biopoder de esta biopolítica. Tornando el sufragio del trabajador de lo inmaterial en puro simulacro de participación política. Bajo The Matrix su voto ya no significa nada. La sociedad ha sido reabsorbida por el capital, la producción resulta una trama política, y el estado resulta una cánula de la que hay que desconectarse para no terminar completamente succionado por el capital.

La combinación de ambas tendencias: subsunción formal y real, del trabajo y la sociedad en el capital, deviene en días más extensos e intensos de trabajo. Que castigan cada vez más ferozmente el sistema físico y nervioso del trabajador. Dando como resultado la forma actual de la expoliación humana y el nuevo ciclo de reproducción del capital. Fordismo+post-Fordismo. Pobreza con empleo+precariado+excedentariado+trabajo inmaterial. Consecuentemente, deriva, en un estado cuyos gobiernos tienen cada vez menos consenso. Ante la postmoderna composición técnica de la fuerza de trabajo, la recomposición política que realiza el poder queda fragilizada. Ante la simultaneidad de dos mundos en un mismo momento histórico, se producen desacoples irresolubles. Se debilita la capacidad intermediadora de los gobiernos entre el capital y el trabajo. Tornando al estado más dominante y menos dirigente. Mas centinela que seductor, más controlante que incluyente, más parasitario que distribucionista. Una gobernaza del capital más excedentaria y excluyente, más ejecutiva y represiva.

Cuanto más crítico es el panorama electoral para los partidos, cuando más irrepresentativos se vuelven, mejor es el panorama para el precariado, los autoexplotados y el trabajo negado que se autoorganiza. En todo caso, los que todavía tienen alguna razones para votar son los empleados herederos del pacto fordista. Con sueldos dos o tres veces por arriba de la línea de la pobreza y con derechos sociales, además de civiles y políticos. Pero ellos hoy son la minoría. Recordemos que la oficialista Confederación General del Trabajo (CGT) apenas representa al 18.9% del total de la multitud como categoría de clase. Y por eso, también, la vieja izquierda partidaria carece del mismo anclaje social mayoritario que le falta al peronismo fordista: la hegemonía del trabajo manual indiferenciado y las legiones de obreros fabriles en blanco del pasado.

El único comportamiento electoral puro es la abstención. The exit sobre the voice, separación sobre la participación. Pero puro, no es unívoco; lo que significa, que sea indudablemente anticapitalista. Si bien en los que abandonan el cepo electoral hallaremos, a buena parte, de los actuales luchadores y potenciales actores de una revolución social contra el capital. Por cierto, sin menospreciar, a los que siguen votando. Así, comprobamos que Kirchner no salió más fuerte del 2005 que cuando asumió. Y que el sistema de partidos no estaba recompuesto. Tengamos presente que la UCR obtuvo únicamente el 8.9% del total del padrón. Y que sumandos los votos de todos los PJ+FPV+UCR obtuvieron el 42.2 % del padrón. Del bipartidismo radical- peronista solo quedan sus cenizas, mientras que hasta el Pacto de Olivos se distribuían el 90 por ciento de los votos. Por eso Kirchner y los radicales «K» tienen tamaña desesperación en cerrar una concertación. Se saben débiles como nunca. 

En el 2005 votaron menos que en 2003. Y lo que perdió el voto bronca de 2001, lo ganó la abstención y el voto en blanco. La izquierda partidaria perdió todas las bancas puestas en juego. Hubo más voto en blanco y abstención en los principales conglomerados donde domina la pobreza. De este modo se comprueba que a mayor miseria asalariada+precariado+autoempleo+trabajo negado= Multitud= +voto en blanco+ no voto. En localidades representativas con altos índices de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), desempleo y trabajo en negro; la abstención y el voto negativo resultaron mayoritarios o fue la segunda fuerza. Esto pone de manifiesto el contenido de clase del éxodo electoral y el voto en blanco de la multitud. Relacionando, por lo tanto: precarización, pauperización y trabajo negado, con la salida y el voto negativo.

Los que hablaban de reflujo después del 2005 por una cuestión de «ideología inmadura» del movimiento post 2001, en realidad subestiman el más importante disciplinador de la conciencia: la ley del valor. Para el precariado y los desocupados posfordistas, la conciencia no avanza como para los empleados registrados y fordistas. Ya no hay masas uniformes, sino multitud multiforme. Los que creen que la multitud no gira a la izquierda, por no votar a la izquierda partidaria, se equivocan. Por el contrario, los precarios y desocupados del capital, por sobreproductivos y subproductivos, están a la «izquierda» de la ley del valor de un hombre un voto. La ley de la explotación electoral contra el trabajo en cualquiera de sus formas. Los desvalorizados por el capital menguan una de las formas de la mercancía: la representación de la forma-Estado. Y la deprecian desconociendo la liturgia electoral, como ellos, son inestabilizados e ignorados por el mercado.

La fragmentación de la multitud que acarrea la carencia de partidos nacionales que los representen, indica nítidamente dos cosas:

1) la crisis de representación para cualquier partido, que trae aparejado la tendencia a la hegemonía de la plusvalía relativa.
2) la crisis de hegemonía sobre este basto y novedoso universo posfordista. ¿Que festejó Kirchner en octubre de 2005?, ¡Si en realidad sacó sólo el 30 % de los votos del padrón! Si hoy terminase su mandato no podría volver a la provincia que gobernó por más de una década y ahora lo odia. Algo parecido a lo que vivió Menem que terminó perdiendo la última elección hasta en el propio Anillaco.

La permanencia de los altos niveles de abstención es un síntoma que nos muestra una crisis política no resuelta y de larga duración. Uno de esos raros acontecimientos históricos que se da ante un pasaje inconcluso en la revolución del modo de producción capitalista. Es un tiempo «post» que no termina de morir. No estamos en el modernismo pero tampoco se supera el post-modernismo. No estamos en el fordismo pero tampoco se concluye con el post-fordismo.

El estado trata de capturar electoralmente la antagonía del trabajo que no pudo vencer al capital en la crisis del 2001, pero que provocó su reconversión devaluatoria. Todavía no encontró una nueva forma de acople consensual como antes de la debacle, inestabilizando a la administración capitalista bajo la forma-Estado de la mercancía del trabajo vivo. Los gobiernos provinciales y Nacional carecen de una lealtad de masas clara y convincente. Que les permita transitar por un «País normal», bajo la libre y consentida expoliación como en los primeros años ’90 del siglo pasado.

El proyecto Kirchnerista es un Frepaso a destiempo. Kirchner llegó una década tarde. Intenta hacer «la gran» Chacho Álvarez pero sin abandonar el PJ. Busca construir una fuerza progresista pero cambiando de columna vertebral. Una centroizquierda que mutó de aliado principal: hasta el 2001 eran los radicales y después de la caída de De la Rúa son los peronistas. Pero con esto sólo no le alcanza. Venimos del 19y20 de 2001 y seis años de una intensa lucha de clases. Ni contando con una oposición sistémica irrelevante + el partido del funcionariado + el silencio empresario + el FPV + el Duhaldismo y Frepasismo residual + la CGT y media CTA + la UCR «K» + las ONG’s del poder + la multimedia complaciente + el mandarinato académico + los artistas oficialistas + los DD.HH. cooptados + piqueteros rentados, se puede tomar una semana de respiro. Porque cuando la lucha de la multitud pone el pie en el acelerador pierde la iniciativa política. La multitud del trabajo es un sujeto de clase poderoso. Con capacidad de poner contra las cuerdas a toda la Nueva Clase del Capital.

El centro de gravedad electoral del proyecto «K» no son los trabajadores precarios, ni los desocupados; sino los resabios fordistas de la aristocracia del movimiento obrero, la clase media asalariada por encima de la línea de la pobreza y la pequeña burguesía beneficiada con la devaluación de los salarios. Ahí está el banquero Carlos Heller, cooperativista y del Partido Comunista, respaldando al candidato oficialista Daniel Filmus para jefe de gobierno de la Capital Federal. Y la abstención a presentar candidatos propios del Partido, que se dice, Comunista. Adoptando implícitamente una posición de furgón de cola del modelo devaluatorio. Un respaldo vergonzante del PC al kirchnerismo. Otro extravío más de una organización que perdió, hace rato, un mínimo de decoro clasista.

La mayoría del padrón electoral está compuesto por flexibles, sobrantes y subconsumistas. Pero como en ellos late la abstención electoral y la acción directa nacida de su desafiliación a las mediaciones sindicales y partidarias, resultan muy difícilmente seducibles por los gerentes del sufragio. El poder, cada vez más, representa a menos. Su democracia apenas si resulta un simulacro de la propia representación.

El respaldo del movimiento obrero peronista heteronomizado y organizado estatalmente, resulta vital para el proyecto kirchnerista de eso que dio en llamar «Un País en Serio» de la «burguesía «nacional». Cuya traducción fue el compromiso histórico UIA+CGT para salvar al capitalismo en 2002. Por eso los industriales y el gobierno toleran y miman tanto a Hugo Moyano. En cambio, al peronismo, las prácticas autodeterminadas de la multitud le resultan incontrolables. No pueden absorber a las organizaciones autónomas, pero si las reprimen, el efecto ¡QSVT! no tarda en reaparecer. Por eso dudan tanto en atacar violentamente a la Asamblea Ambientalista y Ciudadana de Gualeguaychú. No sea cosa que el efecto Sobisch los contagie.

El pasaje del Capital-Parlamentarismo al Capital-Ejecutivismo, del poder legislativo al poder administrativo, se refleja en el decisionismo de «Lupo» para repartir dinero por fuera del presupuesto. Un plagio de los ’90 pero magnificado, cuando Menem lo hacía con los ATN. Los coroneles políticos del presidente son mercenarios, y como tales, infieles por naturaleza. Punteros, intendentes y concejales, que el propio Luis D’Elía calificó de mafiosos. Kirchner no enamora a ninguno de ellos, apenas si los alquila. El corazón del proyecto K es el conurbano, sus tres cordones, y su correa de transmisión son el 70 por ciento de intendentes duhaldistas que se pasaron a última hora del lado de pingüino. La endeblez de la hegemonía kirchnerista es manifiesta, el postfordismo es impiadoso para el viejo sistema de partidos. Ante el arrugue del presidente el dos de abril en Ushuaia: ¿Dónde quedó el 80 por ciento de imagen positiva con que los medios bombardean hasta el hartazgo para simular una anuencia popular, cuando ni remotamente tiene ese respaldo?

La pingüina Cristina, pre-candidata presidencial, tampoco tiene mucho de que alegrarse. En octubre de 2005 conquistó sólo 3 votos de cada 10 posibles. Si esta es la base del Nuevo Proyecto Nacional que pregona Patria Libre, el Movimiento Evita, y la FTV, evidentemente están miopes de soberbia. Pero hay que reconocerle que, como ellos dicen, estamos viviendo un tiempo histórico. Claro, un tiempo que justamente los tiene a ellos del otro lado del mostrador sosteniendo lo decrépito: la paulatina pero permanente decadencia bipartidista. Y ellos, al actuar como respirador artificial de una partidocracia ruinosa, también, se han autoreservado un lugar en el basurero de la historia.

5.- El que mata se va

«Soy el responsable político de lo que pase en mi provincia y volvería a tomar la misma decisión. No nos pueden mandar las minorías de aquellos que creen que cortando las rutas, atacando, insultando, quemando, tenemos que darle la razón. La razón la tiene la constitución, la ley, y el pueblo que todos los días se levanta a trabajar».
Jorge Sobisch, Gobernador neuquino, 9/4/07.

«Este lunes cuando miles de argentinos salgamos a la calle, el nombre del compañero Carlos Fuentealba se convertirá en bandera de lucha de todos los que peleamos por el cambio social. (..) La burocracia de siempre que, personificada hoy en Hugo Yasky, mientras ratificaba un falso anuncio de aumento, esperó miserablemente a que muera un trabajador para convocar a un paro nacional. Tanto dolor no puede ser en vano.  Este lunes las letras de su nombre recorrerán las calles y rutas de esta patria, junto a las de Teresa Rodríguez y los mineros de Río Turbio. Estarán a tu lado, entre otros, Darío y Maxi, Agustín Ramírez, Víctor Choque y  los caídos del 19 y 20 y los 30 mil, que jamás olvidamos. Desde el Frente Popular Darío Santillán (FPDS) repudiamos el asesinato de Fuentealba y responsabilizamos a los gobiernos provinciales y al gobierno nacional por la salvaje represión al pueblo en lucha. Fuera Sobisch de Neuquén.»
FPDS, 6/4/07.

Para la multitud la cotidianeidad de la muerte en capítulos del trabajo, no llega, a la domesticación cuando son asesinados de manera tajante por la represión estatal. Se tolera el genocidio silenciado de más de medio millón de argentinos asesinados por hambre y enfermedades evitables desde 1983, pero donde encima, y sobre todo luego del 19+20, quieran apagar las llamas de la protesta con la nafta de la represión, la multitud se insurrecciona y va por la cabeza de los gobernantes.

Bien lo aprendió De la Rúa y bien lo está palpitando por estos días Jorge Sobisch. De todo esto ha tomado nota el presidente Carlos Kirchner. Sabe que donde la multitud le impute un asesinato empieza su cuenta regresiva.

Sin acción directa, sin conquista del espacio público, sin práctica asamblearia, los gobernantes y viejos sindicatos no reparan en el malestar social de millones de argentinos.

La lucha autónoma del trabajo es constitutiva de la conciencia de clase de la multitud. El destronamiento en las calles de los gobiernos que matan, es el veto social de la democracia directa.

Lo que el poder niega desde las alturas se conquista en el llano. Lo que el estado no brinda, se gana en la asamblea. La representación popular como ausencia de la presencia multitudinaria, se cuestiona desde el territorio común, el espacio público y la lucha en las calles.

El conflicto docente ha superado abiertamente la dimensión sindical. Ahora los maestros de Neuquén van por el gobernador. El reclamo de su renuncia ha dejado de ser sólo docente y empieza a ser de bastos sectores de la multitud. Se ha superado la frontera provincial y se nacionaliza. Los aliados del gobernador neuquino, como Mauricio Macri, lo abandonan como a una rata. Lucha gremial y de clase se unifica. La huelga económica dibuja sobre el horizonte la huelga política. Del aumento de salario al derrocamiento del gerente patagónico. El que mata se va. ¡Sobisch llegó tu hora!

Después de haberse escondido como ante los crímenes del boliche Cromañón, y haberse tomado sus vacaciones de semana santa en El Calafate, habló el presidente desde la casa de gobierno. En su discurso Néstor Kirchner mantuvo una mesura típica de un equilibrista sin red. No es tan diferente a Sobisch. Lo mismo que el 90 por ciento de la clase dirigente que ha conservado un silencio homicida. Ambos gobernantes utilizaron, y saben que precisarán, la represión para contener a la multitud insubordinada. Uno sigue en funciones, el otro es un cadáver político.

En su último discurso el presidente tuvo bastante mala memoria. Omitiendo acusar de asesino, con nombre y apellido, a Jorge Sobisch. En cambio, para lo que nunca tiene amnesia es para presumir de las estadísticas sociales retocadas, cuando no, lisa y llanamente inventadas al uso del paladar «K». Cifras que le facilita la ministra de economía Miceli, mientras continúa destruyendo el Instituto Nacional De Estadística y Censos (INDEC). Pero la realidad es tozuda, como la pobreza y el subconsumo, y no se puede ocultar maquillando los números, comprando encuestadores privados, o ser falsificada por el Diario Clarín. Periódico que pone una noticia grandilocuente por día en su tapa para apuntalar al gobierno. Una actitud oficialista que ha tenido el grupo económico multimedia Clarín, desde que fuera salvado por la devaluación, la propaganda estatal y el pavor que tiene ante el peligro de la caída de Kirchner. Sabe, que por el momento, no hay nadie que lo puede reemplazar por la vía electoral. La burguesía es despiadada, expoliadora, farsante y genocida, pero no tonta. Clarín ampara al gobierno desde una defensa de clase. Protegiendo al oficialismo se defiende. Resguardando a Kirchner se preserva.

El poder dominante, y Clarín como toda la mass media es parte de él, tiene absoluta conciencia que la única y verdadera oposición es la multitud asamblearia. Una forma de hacer política que los aterroriza. Un poder constituyente que madura en la antagonía a las instituciones mercantiles, que despliega sus nuevas ideas, que defiende otros valores y que de triunfar sobre la sociedad de mercado, estableciendo una nueva relación social anticapitalista, terminará con toda la clase patronal y la democracia del capital.

El presidente se tomó cinco días para alardear desde su atril, y no fue capaz de mencionar una vez el nombre de Carlos Fuentealba. Un escalofrío recorre el espinazo del presidente. Nada teme más que a la multitud autodeterminada. Midió sus palabras como quien sabe que va a tener que responsabilizarse por cada cosa que diga. Cualquier gesto altisonante contra la práctica piquetera y menosprecio al activismo asambleario, cualquier subestimación de la movilización multitudinaria y amenaza contra el clasismo de base, cualquier ademán represivo mayor; encresparía más aún todas las luchas que existen.

Entre tanto, en Neuquén, los docentes no abandonaron por cinco días las calles y se escrachó a funcionarios, locales partidarios del MPN y edificios estatales. Otros 30.000 se movilizan como una marea borrascosa, enlutan con pintura la casa de gobierno y bloquean los puentes. Ahora preparan un campamento hasta la caída del gobernador.  Saben que sin justicia popular Sobisch no se va.

El presidente tiene que evitar por cualquier medio que la multitud no asocie al gobierno de los «Derechos Humanos» con la represión. Que no se termine empardando: Kirchner = Sobisch. El día que así sea, su poder de castillo de naipes que construyó por cuatro años, se derrumbará por un vendaval de la multitud.

. Contra la represión del capital organización popular.
. Ninguna confianza en Kirchner, Yasky ni Moyano.
. A los DD.HH. los defiende la multitud en la calle.
. Escrache a funcionarios, autodeterminación y justicia popular.
. Gobierno que mata, gobierno que se va.
. ¡Qué Se Vaya Sobisch!, ¡Qué Se Vayan todos!