Recomiendo:
0

Desinformación a propósito del libro regalado por Público de Manuel Sacristán

Sobre un libretucho de un catedrático (¡tatachán!) de metodología de las ciencias sociales que pontifica en la SER vomitando sandeces sin cuento

Fuentes: Rebelión

El disparate es de tal calibre que merece un breve comentario. Lo exige incluso: la desinformación, la chulería, el insulto al lector es de tal calibre que no merece, mereciéndolo, que pasemos página. José Antonio Atanet Paniagua ha publicado recientemente en el diario La opinión de Murcia un artículo titulado «Burguesía en lonchas» [1]. Los […]

El disparate es de tal calibre que merece un breve comentario. Lo exige incluso: la desinformación, la chulería, el insulto al lector es de tal calibre que no merece, mereciéndolo, que pasemos página.

José Antonio Atanet Paniagua ha publicado recientemente en el diario La opinión de Murcia un artículo titulado «Burguesía en lonchas» [1]. Los pasos iniciales son neto indicio del tono general utilizado. A Atanet Paniagua la sociología, como disciplina académica, siempre le ha parecido «un timo en beneficio exclusivo de ratones de biblioteca, aspirantes a la muceta y otros parásitos universitarios». Escudriñar con aguda mirada a la sociedad circundante, prosigue Atanet Paniagua, y sacar conclusiones, obvias por supuesto, está al alcance de cualquier ciudadano o ciudadana sin preparación especial, «sobre todo de las porteras cuyas enseñanzas, por completo gratuitas, ilustran infinitamente más que los mamotretos debidos a tanto maestro Ciruela que, como diría Rajoy, no saben leer y ponen escuela» (super sic) [2].

Pasa a continuación el autor a temáticas filosóficas. Si aplicamos las mismas premisas (¿qué premisas?), sostiene Atanet Paniagua, a la filosofía obtendríamos idéntica conclusión [3], eso sí, advierte, sin que ello desmerezca las licenciaturas en Filosofía Pura, algunos familiares suyos tienen titulaciones filosóficas.

Todo ello está en la base de la angustia de Atanet Paniagua, que ha sufrido, según él mismo apunta, hasta lo indecible por el siguiente motivo:

[…] sin comerlo ni beberlo, me he encontrado en las manos un libretucho anexo al diario ‘Público’, intitulado con pompa [sic] ‘Pacifismo, Ecologismo y Política Alternativa’ [4], perpetrado por un Manuel Sacristán (ajustado apellido), catedrático de ¡¡¡tatachán!!! ‘Metodología de las Ciencias Sociales’ en la Universidad de Barcelona. Conozco al tipo de oídas, es decir de la SER, donde en tertulia pontifica ‘ex cátedra’ y sin fundamento sobre lo humano, lo divino, lo animal y lo vegetal, cuidando siempre de resultar originalísimo en cuya procura vomita sandeces sin cuento…. Como se puede deducir, este escribiente no es sociólogo metodológicamente científico -nunca el concepto de ciencia fue peor empleado- ni puñetera falta que hace, pues avizora sin prisa y sin pausa, cual modelo de portera implacable, el universo adjunto. [las cursivas son mías]

Conoce al tipo de oídas, afirma el señor Paniagua; lo ha oído en la SER, afirma el colaborador de La opinión, donde «ese tipo» pontifica en tertulias sobre lo divino, lo humano, lo vegetal y lo animal, sin fundamento alguno claro está, a diferencia del señor Atanet Paniagua que siempre sabe de lo que escribe, no como el catedrático de… ¡tatachán! «metodología de las ciencias sociales» (chiste, gracioso chiste del señor Pan i agua) que al desear ser «originalísimo» vomita sandeces sin cuento. Como se puede deducir prosigue (¿y cómo se puede colegir?), este escribiente, ese tertuliano de la SER, no es sociólogo metodológicamente científico (sic): no hace falta alguna: «avizora sin prisa y sin pausa, cual modelo de portera implacable, el universo adjunto»[el énfasis es mío].

¿Es concebible que el señor Atanet Paniagua haya leído alguna página del libro que comenta y critica sin argumento alguno? Efectivamente, es imposible: ni una página, ni la solapa interior ni tan siquiera la contraportada. Si lo hubiera hecho, si se hubiera tomado la molestia de informarse durante dos segundos y tres décimas, hubiera sabido que su autor, Manuel Sacristán Luzón, falleció hace 25 años, que no es, que nunca fue tertuliano de la SER, que es muy difícil leerle una sandez y que, y sobre todo, a diferencia de él, no solía vomitar tonterías e intentaba en la medida de sus fuerzas, que eran muchas, todo hay que decirlo, fundamentar sus comentarios y opiniones, y que no escribía ni hablaba sobre todo lo divino, humano, animal y vegetal (¡que ignominia! ¡qué chulería de Atanet Paniagua!), práctica ésta que siempre le pareció a Sacristán deleznable, sino que, por el contrario, se aproximaba a determinados asuntos sobre los que se informaba adecuadamente, y analizaba y estudiaba, contrastando fuentes y abriéndose al comentario crítico de amigos y lectores.

Por si le faltara algún condimento al desaguisado, el señor Atanet Paniagua, como él mismo informa en su artículo, tiene una hija que es licenciada en Filosofía Pura y un yerno que tiene la misma titulación (y otras, desde luego, más caras al mercado, señala también su suegro para dejar claro el estatus y la ideología familiares).

Los compases finales del artículo del señor J. A. Atanet Paniagua tienen el mínimo interés: están en perfecto estado de revista, a tono con las sofisticadas reflexiones comentadas. No vale la pena transitar un nanosegundo por ellos.

Vale la pena insistir: informar o desinformar, ésta es la cuestión o una de las cuestiones esenciales, ha señalado Pascual Serrano.

PS: Se me olvidaba: ¿alguien dijo alguna vez que ya no existía la lucha de clases (o concepto afín) en el ámbito de la teoría? ¿Tenemos certeza de ello?

Notas:

[1] http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2009/12/26/burguesia-lonchas/219643.html

[2] Innecesario es señalar el insulto populista dedivado a las personas que ejercen esa ocupación.

[3] La creencia de que la extensión del filosofar a amplios de la ciudadanía es una enorme conquista ilustrada es, como sabida, compartida por pensadores y filósofos de la talla de Antonio Gramsci. Ni que decir tiene que sus formulaciones son muy distintas a las del autor del artículo comentado.

[4] El libro de Sacristán, recomendable sin fisuras, fue publicado un sábado en la colección «Pensamiento crítico». El título, sin las ostentosas mayúsculas, es Pacifismo, ecologismo y política alternativa.