La manipulación de la huelga de los empleados de Telemadrid saca a relucir los intereses de las cadenas privadas y las luchas partidistas. Los trabajadores siguen defendiendo el servicio público sin manipulación. El pasado junio Telemadrid sorprendió a todos cuando su programación se convirtió en una pantalla en ‘negro’ durante 23 horas. Culminaba así una […]
La manipulación de la huelga de los empleados de Telemadrid saca a relucir los intereses de las cadenas privadas y las luchas partidistas. Los trabajadores siguen defendiendo el servicio público sin manipulación.
El pasado junio Telemadrid sorprendió a todos cuando su programación se convirtió en una pantalla en ‘negro’ durante 23 horas. Culminaba así una larga batalla legal por el reconocimiento del derecho de huelga en los medios de comunicación. Durante años los trabajadores de Telemadrid han sufrido unos servicios mínimos abusivos, vulneraciones del derecho de huelga y hasta la ira de cuerpos de seguridad contratados para impedir la acción del Comité de huelga. Ahora los sindicatos han conseguido que la justicia les diera la razón. La Comunidad de Madrid y la dirección de Telemadrid han defendido sus abusos basándose en el derecho de los madrileños a estar informados durante una huelga y bajo ese paraguas emitían un informativo, una película o un concurso. Las sentencias que han hecho posible este ‘negro’ histórico reconocen el carácter esencial de la radiotelevisión pública y el derecho a estar informados de los madrileños pero sólo eso. Unos informativos reducidos y nada más porque los trabajadores están en huelga y tienen derecho a que tenga repercusión.
La dirección de Telemadrid y la Comunidad de Madrid han querido ganar en los medios lo que no han podido ganar en los tribunales. Se desató una ofensiva total contra los huelguistas desde la ‘brunete mediática’ (El Mundo, la COPE y Telemadrid) a la que se unieron también ABC y Onda Cero. En ABC, Miguel Oliver firmaba un artículo que titulaba «Los sindicatos abren en Telemadrid un frente político contra el Gobierno regional», dando voz solamente a la versión de la empresa. También se exageraron las pretensiones económicas de los trabajadores y se ridiculizaron en el marco de la crisis mundial. Carlos Herrera en Onda Cero, además de afirmar que los sindicatos habían saboteado la señal de Telemadrid, vino a decir que con lo bien que se vive en la empresa pública, comparada con la privada, no sabía de qué se quejaban.
La derecha ha aprovechado para decir que los jueces no reconocen el carácter de ‘servicio esencial para la comunidad’ de la radiotelevisión pública. No hay una sola frase en las sentencias en las que se diga eso, pero esto no ha impedido que La Razón entrecomillase la frase «no es un servicio público esencial» como si estuviera extraída de la sentencia. Preparan así el caldo de cultivo para una futura privatización.
El grupo Prisa ha cubierto el conflicto a través de El País, la SER y sus respectivas web, pero Canal+ y Cuatro no han dicho una palabra sobre el tema. Estaban divididos entre sus ganas de atacar a Esperanza Aguirre y el riesgo de dar bombo a una movilización laboral en una tele. Mañana podrían ser ellos los que fundan a negro. Por eso han hecho énfasis en la manipulación informativa y en la situación financiera de la empresa anunciando que se encontraba «al borde de la suspensión de pagos», lo que, de momento, no es cierto. Pero se olvidaron de hablar del conflicto laboral. El grupo Prisa siempre ha atacado a las televisiones autonómicas porque le quitan una parte importante de sus ingresos publicitarios y por supuesto nunca ha creído en el servicio público de radiodifusión.
Todo esto quedó patente en el reportaje publicado por El País el 13 de julio, en el que mezclaban las deudas de las televisiones autonómicas, la manipulación y las movilizaciones en Telemadrid para concluir que son una ruina que soportan los ciudadanos. Lo que no decía el reportaje es que esa semana TVE y las autonómicas le habían ‘levantado’ la Champions a Canal+ a partir de 2009. Este hecho ha reducido considerablemente las posibilidades de venta de la cadena de pago que Prisa lleva tiempo intentando quitarse de encima.
José Ángel Jiménez, miembro de la Sección Sindical de CGT en Telemadrid.