Mercedes Meroño, «La Porota», a sus 85 años es la Vicepresidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo de Argentina. El 5 de enero de 1978, Alicia, la hija de Mercedes estaba en casa con sus tres hijos. Los agentes de la dictadura militar de Jorge Rafael Videla entraron rompiendo las puertas, encapucharon a […]
Mercedes Meroño, «La Porota», a sus 85 años es la Vicepresidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo de Argentina. El 5 de enero de 1978, Alicia, la hija de Mercedes estaba en casa con sus tres hijos. Los agentes de la dictadura militar de Jorge Rafael Videla entraron rompiendo las puertas, encapucharon a Alicia delante de los niños y se la llevaron. Las vecinas le comentaron a Mercedes que habían sido sujetos de la Brigada de Morón.
La Asociación Madres de Plaza de Mayo está ubicada muy cerca del Congreso Nacional, en el centro cívico de Buenos Aires. Sus dependencias están llenas de agitación, vida y memoria. Su lucha comenzó el 30 de abril de 1977, con la histórica marcha alrededor de la plaza, justo frente a la Casa Colorada, para denunciar y exigir la aparición de los que llegaron a ser 30 mil desaparecidos durante la dictadura militar que azotó a Argentina entre 1976 y 1983 . Desde entonces no se detuvieron más. En la actualidad, cuentan con una universidad, biblioteca, videoteca, librería, una emisora, revista, editorial, imprenta, entre otras iniciativas concretas. Y sobre todo, cuentan con una extraordinaria autoridad ética que trasciende las fronteras de la patria del autor de ‘Martín Fierro’, José Hernández.
-Ha sido noticia mundial el encarcelamiento reciente del ex tirano Videla. ¿Cómo cursa ese proceso?
«Tiene alrededor de 200 años de condena. Y le están haciendo distintos juicios porque como jefe principal de los crímenes actuó en todos lados. Además es el que salió por televisión diciendo que las víctimas ‘no están acá, nos están allá’, que simplemente están desaparecidos, mirá qué cómodo. A quienes les están efectuando los juicios, está comprobado que estuvieron en Tucumán, en Bahía Blanca, en Salta. Y en todos aquellos lugares están procesados.»
-¿Qué castigo buscan para los responsables de la dictadura?
«Las madres no pedimos la pena de muerte para nadie, porque nadie tiene derecho a quitarle la vida a otro. Pero sí los queremos en cárceles como la partida de asesinos que son. Con la pena de muerte nos estaríamos pareciendo a ellos. No deseamos venganza, buscamos justicia. Los gobiernos constitucionales, no democráticos, que vinieron luego de la dictadura, hicieron leyes con la intención de pagarnos económicamente por la vida de nuestros hijos.»
-¿Cómo fue eso?
«Ofrecieron US$ 250 mil dólares por cada desaparecido a las familias. Como si fuera poco, esto lo dividieron en categorías. Es decir, si se trataba de un obrero desaparecido se pagaba el monto que te mencioné. Pero si era un abogado, valía más por su compensación de cesantía. Esas cosas fueron muy tristes porque para nosotras todos son nuestros hijos. Porque las madres también socializamos la maternidad. En las fotografías de los desaparecidos que cubren las paredes de las dependencias de la Asociación no están sus nombres a propósito: son todos nuestros hijos. Ahora, respecto de ese dinero, hay que aclarar que nuestra Asociación, que no ha aceptado dinero, es Madres de la Plaza de Mayo. Porque la llamada Línea Fundadora fue la que quiso cobrar y se apartó de la Asociación por ello. Pero para cobrar se tenía que firmar que tu hijo había fallecido hipotéticamente en alguna fecha y, por lo tanto, se estaba salvando a todos los asesinos mientras vos estabas matando a tu hijo para comer. Eso nosotras no lo aceptamos. Aparte, no se puede entender que una madre que sabe que a su hijo lo torturaron, lo violaron, lo tiraron al mar, cobre pensión.»
«¿Cómo vamos a vender esa sangre que ellos dieron con tanto amor?»
-¿Cuáles son los principios tutelares de la Asociación?
«Nosotros siempre reivindicamos a nuestros hijos como revolucionarios. Estamos orgullosas de ellos. Muchas de nosotras le dijimos a nuestras hijas e hijos, ‘queridos, esto en lo que están es bravo’, y muchos nos contestaron, ‘yo mami no estoy haciendo nada malo, me voy a quedar en mi país», y sabían lo que les esperaba. ¿Cómo vamos a vender esa sangre que ellos dieron con tanto amor? Yo una vez regañé a mi hija porque había dado un saco de cosas nuevas, y ella me respondió que dar no es dar lo que te sobra; es compartir lo que tenés, y eso me sirvió para siempre. Nosotras tenemos el orgullo de haber parido hijos revolucionarios, y ellos nos parieron a nosotras para la lucha y nos hicieron revolucionarias.»
-¿De dónde sacan esa fuerza larga?
«Todo lo que hemos hecho lo aprendimos de nuestros hijos, porque entonces nosotras éramos mujeres que no sabíamos nada. Sabíamos de lavar, planchar, cocinar. Mientras los hombres en mi época se apartaban a fumar y hablar de política, nosotras estábamos en otro sitio conversando sobre el tejido y la costura. Sin embargo, hoy por hoy, nosotras estamos junto al hombre y la mujer. Somos seres humanos iguales.
-En Chile, las agrupaciones de DDHH nunca lograron reunir a la mayoría de los familiares de los desaparecidos y ejecutados de la dictadura pinochetista…
«Aquí hubo 30 mil desaparecidos y nunca llegamos a ser 10 mil madres. De la Plaza de Mayo nos llevaron muchas veces presas. Todavía estamos amenazadas. Por teléfono, hasta hoy, llaman para decirnos que ‘nos van a ser boleta’. La palabra más suave que usan es ‘puta’. Y les pido disculpas a las prostitutas, porque yo no tengo nada en su contra. El tipo que habla así debe tener una matriz podrida para intentar generar semejante miedo.»
-¿Por qué en otros países del Continente que sufrieron tiranías no existen organizaciones tan fuertes como la de ustedes?
«En América Latina hay alrededor de 150 mil desaparecidos. El problema es que en los organismos que se crearon se metieron los partidos políticos, cosa que nosotras no permitimos nunca. Nosotras somos independientes.»
-¿Qué es la memoria para las Madres?
«Saber la verdad, defender y luchar por esa verdad. Memoria es verdad. Y aunque nos amenacen, no tenemos miedo de los cobardes.»
«La lucha debe ser alegre, si no no sirve»
-En Chile, bajo la estrategia de la ‘represión por sospecha’ del Estado, sin pruebas, está siendo procesado un grupo de jóvenes en el denominado ‘caso bombas’, donde no hay bombas, por lo demás; y, por otra parte, cuatro comuneros mapuche están condenados a 20 y 25 años de cárcel por luchar tras la recuperación de sus territorios ancestrales mordidos por la industria forestal y las hidroeléctricas. ¿Qué piensas al respecto?
«Lo que hay que hacer es no dejarse vencer por sus perseguidores. La lucha debe ser alegre, sino no sirve. Lo peor que nos puede pasar es volvernos tristes. Y ninguna lucha es infructuosa. Deben estar orgullosos de lo que hacen, no pueden aflojar.»
«Kircher anuló las leyes de ‘punto final’ y ‘obediencia debida’ que dejaban libres a los criminales»
-Hoy la Asociación está muy ligada al gobierno de Cristina Fernández….
«Estamos involucradas en el proyecto popular y nacional del gobierno actual. Nunca tuvimos partido político y hoy decimos que somos kirchneristas, y queremos que Cristina Fernández gobierne hasta el 2015.»
-¿Por qué?
«Porque ella y su esposo Néstor permitieron que se juzgara a los asesinos de la dictadura militar. Kircher anuló las leyes de ‘punto final’ y ‘obediencia debida’ que dejaban libres a los criminales. Esas leyes las había hecho Raúl Alfonsín (presidente argentino entre 1983 y 1989). Él realizó un juicio mentiroso donde los culpables nunca estuvieron presos, sino que les fabricó un chalet fuera de la cárcel de Magdalena, que es una cárcel militar. Luego vino el presidente Carlos Menem y les dio el indulto. El golpe que hubo en toda América Latina fue cívico-militar y estuvo muy involucrada la Iglesia Católica.»
-En Chile, parte de la Iglesia jugó un papel muy relevante en la defensa de las víctimas de las violaciones a los Derechos Humanos…
«Por eso hablamos de la Iglesia como Institución, porque acá también tenemos obispos, monjas y sacerdotes detenidos desaparecidos de los que nunca se ocupó la Iglesia institucional, distinta a los curas que van a las villas, a las monjas que actuaban cuando había que hacerlo, y a los obispos que traían las denuncias y los mataron en el camino, como Ponce de León y monseñor Enrique Angelelli. En la Argentina ha habido 85 obispos y podemos rescatar sólo a cinco. Todos los demás estuvieron involucrados en la dictadura. Eran los que iban a los campos de concentración, veían las torturas, e incluso algunos torturaron.»
-¿Cómo se explica un compromiso tan fuerte con la administración actual del país, siendo históricamente tan independientes como Asociación?
«Continuamos manteniendo nuestra autonomía igual que siempre. De hecho, cuando llegó Néstor Kirchner al poder el 2003, Hebe Bonafini (Presidenta de la Asociación) dijo pública y personalmente que le parecía que era ‘la misma mierda que Menem y Fernando de la Rúa’. En 1982, Hebe había escrito una carta señalando que ella esperaba que un día uno de nuestros hijos cruzara la Plaza de Mayo y llegara a la Casa de Gobierno. Y un día ella enmarcó la carta y se la llevó a Néstor.»
-¿Qué características tuvo Néstor Kirchner para ustedes?
«Fue un peronista de izquierda. Cuando se convirtió en primer mandatario, envió a un general a bajar las fotografías de los asesinos que estaban en la Casa Rosada, como la de Jorge Videla, ‘porque estos no fueron presidentes’. También manifestó públicamente que los desaparecidos eran sus compañeros y nosotras sus madres. Por intermedio de su gestión, las Madres, a través de arquitectos y profesionales que trabajan con nosotras, se comenzó a enseñar oficios que ya no existían en la Argentina y así poder hacer viviendas para erradicar villas miseria donde laboran al cincuenta por ciento hombres y mujeres, con derecho a sindicalización, y la misma gente resuelve a quiénes las distribuyen. Nosotras no nos metemos. Las viviendas se entregan amuebladas, con camas, colchones, cortinas, cunas para quienes las necesitan, con heladeras, lavarropas, y una cocina completa, como debe vivir un ser humano. No se trata de viviendas sociales básicas. Y nosotras sentimos que estamos siguiendo las ideas de nuestros hijos en materia de erradicación de las villas miseria de esta manera.»
-Pero Argentina, en rigor, está lejos de ser una sociedad socialista…
«No, no es una sociedad socialista. Ahora bien, nosotras creemos que debemos avanzar mediante la educación, la solidaridad y el amor.»
-¿Y si Cristina Fernández torciera su conducta política?
«Le diremos que eso está mal.»
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