Hace dos años cobrábamos por última vez nuestro sueldo como trabajadores de Balkbrug SA. Poco después el diario dejaba de imprimirse. La angustia y la lucha se transformaban en un boletín llamado Por Más Tiempo, que entonces era sólo un pedido y luego se convirtió en una apuesta colectiva: de los 100 compañeros que integramos […]
Hace dos años cobrábamos por última vez nuestro sueldo como trabajadores de Balkbrug SA. Poco después el diario dejaba de imprimirse. La angustia y la lucha se transformaban en un boletín llamado Por Más Tiempo, que entonces era sólo un pedido y luego se convirtió en una apuesta colectiva: de los 100 compañeros que integramos la cooperativa y de los miles que hoy compran el diario, visitan nuestra web o decidieron ser socios invirtiendo todos los meses en este proyecto. Renacimos como Tiempo Argentino-Dueños de nuestras palabras, porque nos habían vaciado materialmente, pero no pudieron hacernos callar.
Hace 12 meses nos mudábamos. Estrenábamos una nueva redacción y construíamos una nueva base para nuestros sueños. Dejábamos atrás las marcas físicas del vaciamiento y del ataque a la vieja sede de la calle Amenábar, aunque las seguimos llevando en nuestro cuerpo y exponiendo en la Justicia cuando se anima a investigar. Lo hicimos hace 10 días en el marco de la quiebra de Balkbrug lograda por los trabajadores. Lo haremos cuando algún juez quiera saber quiénes estuvieron realmente detrás de la agresión más grave a un medio desde la recuperación de la democracia, tal como exige la CIDH.
La mudanza fue sólo el primero de nuestros viajes. En enero llegamos a la Costa en una experiencia inédita para la cooperativa que comenzó como un romance de verano y que en algunas localidades se extendió durante el año con el apoyo de grupos locales que nos ayudaron a sortear las dificultades del sistema de distribución. La idea tomó impulso y voló a Tucumán, donde una gran comunidad de lectores recibe el diario impreso todos los domingos.
Pero este año no sólo viajó el diario, sino también sus integrantes. Los periodistas de Tiempo estuvimos en Jujuy para informar sobre la persecución a Milagro Sala y en el sur para cubrir la desaparición de Santiago Maldonado y el asesinato de Rafael Nahuel; para hablar con las comunidades y denunciar el accionar represivo de las fuerzas de seguridad. Hace un mes también fuimos al Litoral para contar cómo mata el glifosato y cómo se intenta esconder sus consecuencias. Todas noticias que sólo van a investigarse y publicarse en un medio autogestionado, donde el único compromiso es con los lectores.
Como era imposible estar en todos lados a la vez, Tiempo coordinó una cobertura colaborativa en más de 17 países para el Paro Internacional de Mujeres del 8-M. Esta iniciativa nos valió el reconocimiento del premio Lola Mora y dejó armada una red vital y vigente para contribuir en la lucha por los derechos de las mujeres.
Nuestra experiencia también siguió llamando la atención dentro y fuera del país. Participamos en charlas y eventos adonde explicamos que un periodismo sin condicionantes es posible. Fortalecimos alianzas con medios autogestionados del exterior y ahora aspiramos a consolidar regionalmente esos vínculos. Es parte de los objetivos para el año que empieza.
En 2018 también relanzaremos íntegramente nuestro sitio web, que en su primer año ya alcanzó los 3,5 millones de visitantes. Lo haremos tomando en cuenta los nuevos consumos informativos y los formatos más cómodos para que nuestros lectores puedan mantenerse actualizados con la mirada de Tiempo. Y, como sabemos que hay cosas que los poderosos prefieren ocultar, invertimos en tecnología para renovar todo el equipo fotográfico y desarrollar una nueva área audiovisual.
Todo esto lo hicimos con el apoyo de nuestros lectores, cuyo aporte sigue representando el 70% de los ingresos de la cooperativa. Y su compromiso no caduca, mientras los medios corporativos cierran o echan a trabajadores, Tiempo invierte en periodismo y nuestros socios aumentan. Ya son más de 2.000, pero necesitamos más.
Llevamos una agenda incómoda para el poder. Nos lo hace saber el Ejecutivo nacional con la arbitraria discriminación en la distribución de pauta oficial de publicidad. Pero reafirmamos nuestro compromiso con la información y con nuestros lectores. Ellos son los que hicieron posible que estemos acá y son los que empujan nuestros sueños. Por ellos y por nosotros. Tenemos Tiempo.
Javier Borelli, presidente de la cooperativa que edita Tiempo Argentino
Fuente: https://www.tiempoar.com.ar/articulo/view/73623/tenemos-tiempo-por-javier-borelli