Recomiendo:
0

Terrorismo mediático

Fuentes: Aporrea

En estos días he estado viendo CNN, ociosidades de uno. Creo haberle hallado lo que en una interpretación holgada de Noam Chomsky el lingüista podríamos llamar el ahormante, es decir, el principio que le da forma, la cocaína de la coca, el alcohol de la caña, la cafeína del café, el estupefaciente que le da […]


En estos días he estado viendo CNN, ociosidades de uno. Creo haberle hallado lo que en una interpretación holgada de Noam Chomsky el lingüista podríamos llamar el ahormante, es decir, el principio que le da forma, la cocaína de la coca, el alcohol de la caña, la cafeína del café, el estupefaciente que le da forma, horma; el ahormante, pues.

La idea confesa es que es un canal de noticias de todo género, políticas, claro, pero también de farándula, de economía, de cultura, de tecnología, de ciencia, todo el espectro humano y sobre todo inhumano. Y sobre todo pestes, guerras, recesiones, ruina moral, catástrofes naturales y sobre todo antinaturales y terrorismo, terrorismo, terrorismo. Terrorismo.

Porque ese es el ahormante: una mezcla de intimidación con resignación. Resignarse a que el individuo más rico duplique las reservas monetarias de Venezuela. Que una actriz exhiba para la entrega del Oscar un collar de casi tres mil diamantes. Que Jennifer López llegue al Hilton de Londres con 30 limusinas, para su equipaje. Que cada minuto muera en el mundo una mujer en el momento del parto. Que el Presidente gringo sea un idiota. Que unos terroristas derriben rascacielos, dirigidos desde un desierto a través de mensajes transmitidos por postas transportadas en camellos. Que el dólar se desbarranque. Que el sector financiero juegue con dinero ajeno en un casino y amenace con una debacle la economía mundial.

¿Qué puedes hacer ante eso? Resignarte. Encerrarte intimidado en tu casa, abrazado a tu tostiarepas. Es un mundo aterrador, loco, como dice la canción de Cat Stevens. Difícil desenvolverse en él solo con una sonrisa, añade Stevens. Claro, hay soluciones. Si los malvados sudacas contrabandeamos cientos de toneladas de cocaína, los federales gringos se las arreglan para incautar unos cuantos kilos en unos operativos espectaculares y costosísimos. Por supuesto que no cuentan que fue gracias a Ronald Reagan que la cocaína se introdujo en Los Ángeles mediante la operación Irán-Contras. Y una heroína atiende a unas decenas de mujeres en México para prevenir los millones de partos mortales. Hay un cuentagotas para drenar la inundación de Nueva Orleáns.

Mientras tanto resignación cristiana. De cristiano pánfilo, se entiende.

[email protected]