Túnez se encuentra volcada en la preparación de la II fase de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información (SMSI, por sus siglas en francés) que se celebrará en este país norteafricano entre los días 16 y 18 de noviembre de 2005. Durante los meses previos, se están llevando a cabo numerosas reuniones […]
Túnez se encuentra volcada en la preparación de la II fase de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información (SMSI, por sus siglas en francés) que se celebrará en este país norteafricano entre los días 16 y 18 de noviembre de 2005. Durante los meses previos, se están llevando a cabo numerosas reuniones preparatorias, y una intensa actividad diplomática destinada a recabar apoyos para el gran reto que supone la organización de un evento de estas características en un país como Túnez.
El pasado 3 de diciembre el Consejo de ministros decidió adoptar las medidas propuestas por el presidente tunecino Zine El Abidine Ben Ali. Estas medidas comprenden una declaración de intenciones, y las líneas generales de por dónde transitará Túnez, al menos sobre el papel, durante los próximos años.
Es intención de Ben Ali cimentar «una base adecuada para construir la economía del conocimiento», apoyándose en «una cultura abierta al mundo», y trabajar para conseguir «una juventud preparada para un futuro prometedor» que vendrá de la mano de los empleos que no faltarán con la creación de empresas innovadoras, volcadas a la exportación y apoyadas en la investigación. Todo ello inducido por «un desarrollo más fuerte y una integración mayor en la economía mundial», y gracias a «una infraestructura moderna para una nueva economía». Estas prometedoras expectativas mejorarán sin duda «la calidad de vida» y generarán sin duda «una sociedad del conocimiento y una industria de la inteligencia portadora de prosperidad, modernidad y emancipación social».
Críticas al gobierno
Sin embargo, la visión de los críticos es sensiblemente diferente. Es cierto que Túnez cuenta con una infraestructura de internet razonablemente buena, incluidos 300 cibercafés operados por el gobierno y todos los centros de enseñanza media y universidades. Pero el acceso a la red mundial informática está estrictamente controlada por el gobierno, que recurre a tecnología muy avanzada y a cientos de técnicos que tratan de impedir a los tunecinos acceder a numerosos sitios, aseguran algunos disidentes.
El Instituto de Prensa Internacional, red de periodistas y directores de medios con sede en Viena, afirmó que Túnez mantiene algunos de los procedimientos de censura más opresivos del mundo. Esta organización mundial, entre otras, pretende que la comunidad internacional cambie la sede de la segunda fase de la Cumbre sobre la Sociedad de la Información.
Mark Bench, del Comité Mundial por la Libertad de Prensa, que reúne a 45 países, afirmó que en la reunión preparatoria de la Cumbre en la ciudad tunecina de Hammamet -en junio de 2004- se acallaron todas las críticas al gobierno del país anfitrión. «Hubo interrupciones e incluso se le retiró el micrófono a oradores en medio de las reuniones», dijo Bench. Ochenta y siete de las 200 organizaciones no gubernamentales participantes en la reunión eran tunecinas, y sus delegados fueron los encargados de restringir la participación.
Ninguna de estas denuncias tienen hueco en la prensa oficial tunecina, que no deja de felicitarse por el extraordinario papel que desempeña el jefe del estado. A Ben Ali, al que califican de «gran visionario», le llueven los halagos y las alabanzas. Según el periódico La Presse, «Túnez ha sido pionera en las nuevas tecnologías» y no es fruto del azar el que actualmente exporte este tipo de conocimientos a varios países, principalmente árabes y africanos. En la actualidad, el país se encuentra «preparado para integrarse en esta nueva revolución tecnológica que afecta tanto a nuestro comportamiento como a nuestro modo de vida». Para el diario tunecino, «las tecnologías de la información han sido progresivamente introducidas en Túnez para todas las categorías sociales, y en todas las regiones del país con el fin de permitir a todos los tunecinos su uso y su dominio. Así, gracias a las diferentes medidas y decisiones presidenciales, el ordenador ha sido puesto a disposición de familias y de estudiantes».
Apoyos internacionales
El pasado 30 de noviembre, este mismo periódico recogía la crónica de la entrevista mantenida entre Hatem Ben Salem, secretario de Estado, y Nitin Desai, consejero especial de la secretaría general de la ONU para la SMSI, en visita de trabajo en Túnez. En la agenda del encuentro se encontraban los diversos procesos preparatorios para la segunda fase de la SMSI.
Desai felicitó al gobierno tunecino «por los esfuerzos desarrollados para garantizar el éxito de ese evento histórico, recalcando la importancia de la participación activa de todas las partes implicadas», destacando en particular al sector privado. El secretario de Estado por su parte aprovechó la ocasión para reafirmar su convencimiento de que los logros de la Cumbre servirán «para contribuir al establecimiento de una sociedad de la información y de la comunicación equilibrada y accesible para todos, y consagrarán las tecnologías de la información y de la comunicación como una herramienta para el desarrollo».
Esta misma semana también se ha dado a conocer el apoyo ofrecido por el gobierno japonés a la SMSI, durante un encuentro celebrado en Tokio que reunió a Montasser Ouaïli, ministro tunecino de Tecnologías de la comunicación, su homólogo japonés, Taro Aso, y 44 grandes empresas del país asiático. Unos y otros hicieron especial hincapié en que la SMSI «constituirá la mejor oportunidad para hacer valer la voz del sector privado y tomar en cuenta sus intereses y sus perspectivas de cooperación y de expansión», como expresó Ouaïli.
Contraconferencia contra la SMSI
Otra circunstancia a añadir en torno a la Cumbre, ha sido la propuesta de la periodista tunecina Sihem Bensedrine de organizar una contraconferencia a la SMSI en protesta por las restricciones impuestas por el régimen tunecino a la libertad de expresión.
Sihem Bensedrine recibió la pasada semana en Toronto (Canadá) el Premio Libertad de Prensa Internacional 2004, que asigna Periodistas Canadienses por la Libertad de Expresión. Según la periodista «no hay medios independientes en Túnez. Que mi país sea sede de la Cumbre es una paradoja».
El gobierno de Ben Ali no permite que Bensedrine participe en el encuentro, por lo que la periodista dio a conocer durante la entrega de premios su intención de organizar una «Contraconferencia contra la Cumbre», en la que prevé contar con la presencia de delegados de organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales.
Sihem Bensedrine sufrió un continuo hostigamiento durante los muchos años en que trabajó como reportera y secretaria de redacción en cinco diarios, algunos de los cuales fueron clausurados, entre ellos Kalima! y Blanc sur Noir. Aunque aún intenta publicar Kalima! como periódico electrónico, no puede actualizarlo en Túnez porque el acceso al sitio en Internet está bloqueado por las autoridades.
Según algunos activistas, en la Cumbre tampoco habrá espacio -tanto intervenciones como oficinas- para las organizaciones no gubernamentales internacionales. «Sólo cuatro o cinco organizaciones de la sociedad civil de Túnez son realmente independientes», afirmó Bensedrine.