Una vez más la parcialidad en la TV chilena se asomó a los televisores de los tele-espectadores con respecto a un tema tan delicado y complejo a la vez como lo es el conflicto en Medio Oriente que cada cierto tiempo acostumbra a prender y apagarse dentro de la agenda mediática según los hechos que […]
Una vez más la parcialidad en la TV chilena se asomó a los televisores de los tele-espectadores con respecto a un tema tan delicado y complejo a la vez como lo es el conflicto en Medio Oriente que cada cierto tiempo acostumbra a prender y apagarse dentro de la agenda mediática según los hechos que se estén desarrollando.
Los tele-espectadores fueron testigos de un espectáculo propagandístico, más que de un programa que, según su nombre, se podría sospechar que su objetivo sería el de informar. Pero ¿qué se podría esperar dentro de un panel donde la parte pro-israelí estaba compuesta por dos personajes mediáticamente conocidos, tal como son Rodrigo Guendelman y Max Colodro, con una clara posición sionista (los dos de origen judío), frente a la parte pro-palestina, compuesta por dos personajes mediáticamente desconocidos, como Jorge Baradit y Mladen Yopo, y que, además, no forman parte activa de los intereses de los palestinos? ¿Acaso en Chile no existe una gran comunidad de origen palestino con representantes de suficiente peso político?
El desequilibrio desarrollado dentro del programa El Informante, de TVN, estuvo presente de principio a fin, tanto en lo visual, emocional, como en los pesos políticos.
Si se llegara a simplificar el mensaje del receptor podríamos fácilmente encontrarnos con algunas sorpresas que quizá en el momento los tele-espectadores no logramos captar. Pero si logramos masticar tranquilamente tanto la forma como el contenido podríamos llegar a esto:
Testimonios
Seis fueron los testimonios que se presentaron en el programa. Cada uno fue puesto con su contraparte. Llama la atención que los testimonios de la parte palestina todos hayan sido del sexo masculino (uno dando testimonio en español, de nacionalidad chilena, y los dos restantes dando testimonio en inglés); por la parte israelí los testimonios fueron del sexo femenino en condición de madres, y las tres de origen chileno dando testimonio en español.
Todos sabemos el contenido simbólico que representa una madre frente al simple testimonio de alguien que no representa nada más que su género y juventud. Todos sabemos lo que produce frente al sexo masculino lo que es una mujer desprotegida hablando de «miedo».
Pero más allá de los géneros fuimos testigos de cómo la parte testimonial israelí estaba lleno de contenido emocional (todas con miedo) frente a la parte testimonial palestina con muy bajo contenido emocional exceptuando el testimonio de Roberto Kettlúm.
Cabe preguntarse ¿la elección de los testimonios fueron elegidos al azar?
Incluso podríamos sospechar de algunos testimonios.
¿Todos fueron testimonios reales? El testimonio de la chilena-israelí Lea Tanenbaum, por ejemplo, da como para sospechar. Expresa la falta de «seguridad» en las carreteras y el «miedo» que siente junto a su bebé amplificado inmediatamente al escuchar las sirenas para luego expresar su preocupación por sus hijas que están donde sus padres que «son sordos» y a los cuales les debe avisar que están sonando las alarmas. Pregunta: ¿alguien nos podría explicar cómo se avisa por teléfono a unos padres «sordos» que están sonando las alarmas y para saber dónde están sus hijas? Su frase final también trae sospechas: «espero que haya paz y que esto termine pronto» sentencia casi al borde de las lágrimas. 10 años viviendo en Israel… ¿10 años con «miedo» e «inseguridad»?
También está el sospechoso testimonio, de la parte palestina, del joven Saaeed Alhouseini que más que dar su testimonio está al parecer leyendo una serie de datos sin ningún contenido emocional, pareciendo más un testimonio forzado.
Hasta algunos podrían quedar choqueados con algunos testimonios como el de Rocío Lahm, chilena, 13 años en Israel que cuenta: «Tuve que poner colchones en el pasillo pensando que cuándo va a llegar la sirena fortísima y verle la cara de miedo a mis hijos y tener que sacarlos de la cama y ponerlos en el suelo y tirarme encima de ellos para protegerlos… Da miedo… da miedo, mucho miedo. Y estoy orgullosa del ejército israelí que sí nos defiende.»
O el paradójico y sensible testimonio de «Jocelyn»: «…y rezo todos lo días para que a ninguno, a ninguno de nosotros, y a ninguno de todos los que vivimos acá nos pase algo. Porque es muy angustiante vivir así todos los días… escondiéndote…Yo sólo quiero la paz.»
¿Cuál era el objetivo de la parte testimonial? ¿Habían objetivos?
Si quisiéramos hacer una síntesis de los testimonios podríamos llegar fácilmente a la conclusión de que los palestinos son insensibles, carecen de emociones, no tienen familias, no tienen muertos y los israelíes son los que más sufren, tienen familia, y están muertos de «miedo» dentro de este conflicto. ¿Ese era el objetivo?
Discusión
Con respecto a la discusión vimos que el discurso sionista estaba bien representado con los invitados de origen judío, Rodrigo Guendelman y Max Colodro, dos destacados columnistas del diario La Tercera, líderes de opinión que ya venimos conociendo. El primero dentro del ámbito de las comunicaciones (locutor de radio) y el segundo dentro del campo intelectual burgués.
Representando supuestamente el otro lado, el lado palestino, estaban el escritor Jorge Baradit y el doctor en Ciencia Política Mladen Yopo. El primero con cierta tendencia neutral y con pobre conocimiento respecto al tema convocante, un invitado poco idóneo para hablar de un tema tan delicado como es el conflicto en Medio Oriente; y el segundo, Mladen Yopo, con un destacado conocimiento del tema que logró poner sobre la mesa muchos datos objetivos e históricos que lograron enriquecer la discusión -lejos lo más destacable dentro de la discusión a nivel general.
Pero todos sabemos que lo que logra hacer más «click» frente a los receptores no es precisamente la verdad sino que ciertos discursos que ya han venido consumiendo las audiencias de la mano de ciertos líderes de opinión desde ciertas posiciones de poder. Aquí el «miente, miente que algo queda» se cumple a la perfección de la mano de Rodrigo Guendelman y Max Colodro, fieles defensores sionistas. Y es precisamente Rodrigo Guendelman, como buen comunicador que es, que logra poner el discurso israelí de mejor forma.
Destaquemos ciertas frases de Rodrigo Guendelman:
1-«Hamas, para ganar el gobierno en Gaza tuvo un conflicto sangriento muy fuerte con Al-Fatah. Murieron muchos palestinos de por medio hasta que ellos se hicieron con el poder.»
2- «Si Hamas es un síntoma -tomando la idea de Jorge Baradit- ¿podríamos decir lo mismo de ISIS?»
3- Con respecto a Hamas: «movimiento integrista que trata muy mal a las mujeres, que persigue y mata a los cristianos, que es completamente homofóbico.»
4- Con respecto a que haya un Estado Palestino. «Si el primer paso lo toma Israel, saca los asentamientos, entrega el territorio, y lo que recibe a cambio en el fondo es la victoria política de un organismo llamado Hamas que quiere destruirlo y empieza a combatirlo con sus medios… que serán más pobres pero sí, también son muy dañinos… la pregunta es ¿es factible?»
5- «A mí el argumento de que Hamas use a su población civil como escudo humano, aunque lo comparto porque he visto videos que lo demuestran, no me parece suficiente justificación para poder decir: bueno, es que murieron porque lo usan como escudos humanos. Entonces tendrán que arreglárselas como ejército ultra desarrollado en términos tecnológicos para poder hacer este tipo de invasión, eliminar túneles, eliminar centros de lanzamiento de cohetes, pero matando demasiada menos gente». Agregando: «No soy crítico completamente del origen del problema… o sea, si te tiran 500 cohetes algo tienes que hacer. Tu población te exige una respuesta.»
Ahora precisemos.
1. Hamas ganó limpiamente y democráticamente las elecciones legislativas palestinas el 2006, logrando 76 escaños frente a los 43 de Al-Fatah, de 132 asientos que consta la Asamblea. Gaza y Cisjordania celebraron dichas elecciones. Quienes no respetaron el resultado de las elecciones fue Al-Fatah.
2. Hamas no es ninguna organización «terrorista». Hamas tiene amplio respaldo de la población tanto en Gaza como en Cisjordania. Y tal como señala Mladen Yopo: «Hamas es una respuesta a una situación determinada». Hamas no es ningún «síntoma». Los «síntomas» suelen ser pasajeros.
3. Hamas es una organización abiertamente nacionalista e islámica. Defiende valores nacionalistas y de la fe islámica. La mayoría de la población palestina es islámica. Los cristianos son minorías (1% en Gaza). Es una falacia que Hamas trate mal a las mujeres, persiga y mate a los cristianos o que sean homofóbicos. Defender una cultura, con tradiciones y costumbres propias del mundo árabe es muy distinto a defender una cultura como la cultura occidental que tienen otras costumbres y tradiciones e incluso otra religión. Las prioridades del pueblo palestino son otras, y en ningún caso en estos momentos el pueblo palestino desearían adoptar la cultura occidental.
4. Israel nunca ha tenido la voluntad política para la creación de un Estado Palestino. Siempre Israel se ha alejado de la idea de que exista un Estado Palestino. Que Israel pueda devolver ciertas tierras ocupadas, como lo hizo el 2005, no significa que busque la creación de un Estado Palestino. ¿Qué fue lo que hizo Israel cuando Hamas ganó limpiamente las elecciones? Pues Israel no hizo más que obstaculizar la victoria de Hamas, bloqueando la franja de Gaza y satanizando a Hamas, dando apoyo a Al-Fatah como entes válidos para «conversar», y para rematar ha lanzado tres ofensivas militares con sus respectivas justificaciones, incluyendo la presente: Operación «Plomo Fundido» 2008, Operación «Pilar Defensivo» 2012 y, la presente, Operación «Margen Protector» 2014.
5. Es otra gran falacia de que Hamas utilice a la población de Gaza como «escudos humanos». Ese es un recurso propagadístico israelí para justificarse ante la «comunidad internacional» y la opinión mundial, de la misma forma como EEUU ya lo ha hecho en otros conflictos y que lo ha denominado como «daños colaterales», cuando mata a gente civil. Pero para Rodrigo Guendelman la solución para que no mueran tantos civiles es que el ejército israelí tenga mejores tecnologías y así matar «demasiada menos gente». Pero terminando el programa, Rodrigo Guendelman nos habla de «coexistencia» y su «proyecto» típico de un pequeño burgués: «Hace poco menos de dos semanas cuando partió este conflicto, desarrollé en Twitter un proyecto que es @coexistchile. Que la idea es aglutinar a todos los judíos, palestinos, que viven en Chile, y también a toda la comunidad que quiera integrarse para mostrar todas las opciones que tienen que ver con la coexistencia, con la paz y con la armonía.»
O sea, que mientras en Gaza los palestinos están siendo asesinados por las fuerzas israelíes (ya van más de 800 palestinos asesinados) Rodrigo Guendelman ¿quiere que nos agarremos de las manos y que mostremos «todas las opciones que tienen que ver con la coexistencia, con la paz y con la armonía.»?
¿Por qué no postular a Rodrigo Guendelman para el Premio Nobel de la Insensatez?
Nota: El programa «El Informante» fue emitido el Martes 22 de Julio 2014, por TVN, Televisión Nacional de Chile. Conducido por el periodista Juan Manuel Astorga. http://www.youtube.
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