El lunes 6 se llevó a cabo el 2º Plenario Obrero en solidaridad y apoyo a la ocupación de la planta de AGR-Clarín, que llevan adelante los trabajadores despedidos por la empresa. La nutrida concurrencia, compuesta por organizaciones de izquierda, estudiantiles, gremiales y comisiones internas de fábrica, aprobó las propuestas de la asamblea de los […]
El lunes 6 se llevó a cabo el 2º Plenario Obrero en solidaridad y apoyo a la ocupación de la planta de AGR-Clarín, que llevan adelante los trabajadores despedidos por la empresa. La nutrida concurrencia, compuesta por organizaciones de izquierda, estudiantiles, gremiales y comisiones internas de fábrica, aprobó las propuestas de la asamblea de los trabajadores en conflicto: romper el cerco mediático, concentrando la difusión y pegatina de afiches el miércoles 8; y un gran piquetazo nacional con cortes de calles, puentes y rutas para el jueves 9; para obligar al gobierno y al ministro Triaca a recibir a los trabajadores y exigir a las CGT y CTA a encarar un plan de lucha nacional ya. Los concurrentes, además de contribuir al fondo de huelga, acercaron sus propias propuestas para que la lucha por la reincorporación de los despedidos triunfe.
Lo más importante de toda la jornada fue, justamente, la voluntad de abordar la problemática desde la confluencia de distintas corrientes con distintas visiones y matices: la unidad de acción para lograr el objetivo propuesto.
Esa misma consciencia unitaria para la problemática de AGR-Clarín, debe extenderse y generalizarse al resto de las luchas: la manera de tener mayores posibilidades de triunfo para un conflicto, es que triunfen los trabajadores en todos sus conflictos y reclamos.
El gobierno de la Alianza Cambiemos (PRO-ARI-UCR) con Mauricio Macri a la cabeza, es la cabal representación política de los intereses de la burguesía, es decir, de los patrones. Como tal, pone todos sus recursos y capacidades al servicio de modelar la sociedad según los dictados de su ideología: asegurar las ganancias y los privilegios de los explotadores, para lo cual deben arrasar todos derechos laborales de los explotados. Es así que desde el principio de su gestión han encarado un feroz traslado de recursos hacia los ricos en detrimento de los humildes. Es así que encaran una brutal ofensiva contra los derechos laborales y los salarios. Destruir los convenios laborales es el gran objetivo de su administración.
Semejante contexto exige poner de pie a todas las organizaciones combativas y abroquelarse en un solo bloque. Hay que constituir un frente o una mesa de coordinación de todas las luchas para oponerse a los despidos, al ajuste y al tarifazo, en defensa de los intereses de los trabajadores, los salarios, los puestos de trabajo y los convenios colectivos. Ese bloque debe llenar el vergonzoso vacío de las claudicantes y cómplices posiciones de la CGT y las CTA, que nada hacen para oponerse a las bestiales políticas del gobierno nacional y los gobiernos provinciales, los que todos juntos constituyen una verdadera alianza antiobrera.
Quienes decimos defender los derechos de la clase trabajadora debemos dejar de lado las ambiciones sectoriales, personalistas y toda mezquindad. En un año electoral, hay que demostrar que los votos no están por encima de las luchas. Hay que torcerle el brazo a este gobierno y se puede, porque a pesar de todo es un gobierno débil, que debe retroceder cada vez que los trabajadores y el pueblo salen a la calle a enfrentarlo.
Para la izquierda es la oportunidad de dejar en claro que es el único sector ideológico que de verdad puede defender los intereses de los asalariados, y que pone esos intereses por encima de las aspiraciones sectoriales de cada corriente.
Hay algo que se está gestando y hay que ayudar a parir: el surgimiento de un nuevo movimiento obrero, desde las bases, clasista, honesto, combativo e intransigente en la defensa de sus intereses, encabezado por comisiones internas y trabajadores hartos de la burocracia tradicional, traidora y funcional a los intereses de los patrones.
La historia exige que nos pongamos la altura de las circunstancias.
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