Al cumplirse un nuevo aniversario del incendio de boliche de Once, Gonzalo Sanz Cerbino, autor de «Culpable», plantea en su libro un análisis sobre lo ocurrido en 2004, en donde desentraña los cargos de cada uno de quienes participaron del siniestro. La premisa de la que se parte es que «fue un crimen social, consencuencia […]
Al cumplirse un nuevo aniversario del incendio de boliche de Once, Gonzalo Sanz Cerbino, autor de «Culpable», plantea en su libro un análisis sobre lo ocurrido en 2004, en donde desentraña los cargos de cada uno de quienes participaron del siniestro. La premisa de la que se parte es que «fue un crimen social, consencuencia del capitalismo impuesto en la sociedad actual».
A través de una investigación realizada para descifrar lo ocurrido en diciembre de 2004, en República Cromañón, Gonzalo Sanz Cerbino realiza un análisis sobre el caso y lo conceptualiza como crimen social, consecuencia del capitalismo, y posteriormente lo plasma en un libro llamado «Culpable», de la editorial Razón y Revolución.
Según se describe en el texto: «En el caso Cromañón, la burguesía dio una feroz batalla por imponer su interpretación del hecho: una tragedia. Es decir, que lo sucedido fue producto de la mala fortuna, del azar. Por lo tanto, no había culpables. Nosotros sostuvimos en ese momento, y seguimos sosteniendo, que no es una tragedia. En Cromañón hubo un crimen. Hubo muertos y no a causa del destino o la mala fortuna. Hubo asesinos. En tanto que las causas se desprenden del funcionamiento normal de la sociedad capitalista. La propia reproducción de la sociedad capitalista produjo Cromañón».
Por otra parte, y tal como lo describe Sanz Cerbino: «Escribimos este libro para desmontar cada una de las mentiras que ha sembrado la clase dominante, para combatir las interpretaciones deliberadamente falsas que a fuerza de repetición ya forman parte del sentido común. Para comprender qué sucedió, por qué sucedió y cómo evitar que se repita. Para que sean puestos sobre la mesa los elementos que permiten acusar a los culpables».
Además, se hace referencia a la burguesía en general, y al individuo que, según si autor, «encarna todo su accionar criminal en este caso particular: Omar Chabán». Asimismo, las balas apuntan al Estado, y según el escritor, «a los individuos al servicio del capital: Ibarra, Kirchner y sus funcionarios; al capitalismo, para denunciarlo, en tanto sistema perverso y descompuesto, que en su impotencia no puede hacer más que matar».
Por eso, según expresó Sanz Cerbino, «Explicar qué pasó en Cromañón es explicar al capitalismo mismo. Explicar la totalidad social, y explicar por qué el capitalismo mata. Utilizamos Cromañón, si se quiere, como excusa para explicar el funcionamiento de nuestra sociedad y la imperiosa necesidad de su trasformación».