El País, el periódico español no deportivo con mayor difusión, ha tomado una línea editorial claramente contraria a los gobiernos de izquierda que en los últimos años han surgido por América Latina, pese a considerarse como un diario de orientación socialdemócrata. En el caso concreto de Venezuela, los artículos de opinión, reportajes, editoriales y hasta […]
El País, el periódico español no deportivo con mayor difusión, ha tomado una línea editorial claramente contraria a los gobiernos de izquierda que en los últimos años han surgido por América Latina, pese a considerarse como un diario de orientación socialdemócrata. En el caso concreto de Venezuela, los artículos de opinión, reportajes, editoriales y hasta noticias son utilizados como un mecanismo de desprestigio del gobierno bolivariano, lo que supone que con frecuencia El País esté violando su propio libro de estilo y código deontológico.
Durante el mes de marzo, a raíz del bombardeo y asesinato de Raúl Reyes, número dos de la guerrilla colombiana FARC, se generaron una gran cantidad de noticias que buscaban relacionar a esta guerrilla con los gobiernos de Ecuador y Venezuela, lo que le ha costado a El País, duras réplicas que han dejado en evidencia su parcialidad y poca credibilidad en la región.
El 11 de marzo la corresponsal de El País en Bogotá, Maite Rico, en un reportaje titulado «Colombia acorrala a la guerrilla» [1] se permite de manera irresponsable dar por ciertos los datos que supuestamente se encontraron en la computadora de Raúl Reyes al afirmar la existencia de un «apoyo logístico y político prestado a la guerrilla por Ecuador y Venezuela (que ha enviado armas y dinero)». Ese mismo día la Editorial de El País asevera que «al venezolano (por el presidente de Venezuela) no le conviene que Bogotá siga escarbando en el ordenador personal de Reyes» [2] . La respuesta no se hizo esperar, y el 13 de marzo el Embajador de Venezuela en España, Alfredo Toro Hardy, replicó el artículo de Rico y el editorial de El País denunciando que no se puede dar por cierta una información aún por comprobarse [3] . La respuesta de Hardy, como imponen las estrictas reglas de El País a toda réplica, tuvo que ajustarse a la escueta cantidad de 1.800 caracteres. Lo justo sería tener la posibilidad de contestar con la misma cantidad de caracteres que utilizaron aquellos que dieron por cierta una información tergiversada o no contrastada y utilizaron fuentes de información no fiables.
Un día después a la anterior publicación, Maite Rico volvió a la carga y publicó la noticia «Las FARC hayan refugio en Ecuador» [4] . El desatino esta vez fue mayor al asegurar Rico, basándose en las declaraciones de un ex guerrillero, que Ecuador se ha convertido en un «santuario» de las FARC, y para reforzar sus planteamientos cita a un funcionario de la OEA que constató haberse cruzado en «comedores del área fronteriza (con Colombia) con miembros de las FARC perfectamente pertrechados».
La respuesta fue contundente en esta ocasión, y desde Ecuador se convocó una rueda de prensa en la que el ministro de Defensa, Welington Sandoval, denunció una campaña de descrédito contra Ecuador señalando la falta de veracidad de las fuentes utilizadas por El País. Esta rueda de prensa no fue mencionada en ninguno de los principales medios de comunicación españoles, entre ellos El País [5] . Sin embargo, El País sí se vio forzado a publicar un par de réplicas en sus páginas por el artículo de Rico, una del embajador de Ecuador en España, Nicolás Issa Obando, y otra del Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza. Mientras que Obando dijo haber recibido con «indignación y con sorpresa (…) afirmaciones tendenciosas que lesionan la dignidad de todo un país» [6] , Insulza declaró haber leído con «estupor e indignación» el artículo y le espetó a la periodista, en relación a las supuestas declaraciones del funcionario de la OEA que vio a guerrilleros de las FARC, «estoy en condiciones de asegurar a usted que tal afirmación es absolutamente falsa» [7] .
A finales de marzo, el ministro de Comunicación e Información, Andrés Izarra, harto del tratamiento de las noticias sobre Venezuela, publicó una carta dirigida al director de El País, Javier Moreno, en la que exponía una gran cantidad de casos que mostraban la obvia hostilidad de este diario hacia Venezuela [8] . Izarra expone que «como ejemplo del contenido sistemáticamente distorsionado sobre Venezuela, tan sólo durante el año 2007, El País calificó al presidente electo de Venezuela, Hugo Chávez, de «autoritario» 34 veces, 10 de «dictador», 7 de «totalitario», más un sinnúmero de veces «caudillo» y «populista»».
Esta carta, aunque no fue publicada en El País, si tuvo una amplia difusión y constituye una excelente denuncia que pudiera servir para que el destinatario se dé cuenta de que los periodistas a su cargo no pueden escribir cualquier cosa, ya que cada vez que se ponen en evidencia y dan a conocer los excesos del diario disminuye su credibilidad. Quizás la solución para controlar que medios como El País dejen de violar el código deontológico del periodismo y su propio libro de estilo, sea que cada mentira tenga su apropiada respuesta, en el mismo periódico, en declaraciones públicas o ante los tribunales si hace falta.
[1] El artículo completo se puede ver en el siguiente enlace:
[2] El Editorial se llama «Tregua con Colombia» y puede encontrarse en la siguiente página web:
http://www.elpais.com/articulo/opinion/Tregua/Colombia/elpepiopi/20080311elpepiopi_2/Tes
[3] La respuesta del embajador Hardy puede verse en el siguiente enlace:
[4] La respuesta del embajador Hardy puede verse en el siguiente enlace:
[5] Para saber más sobre la rueda de prensa se puede consultar la siguiente página web:
[6] La réplica del embajador Obando se puede leer en la siguiente enlace:
http://www.elpais.com/articulo/opinion/Respuesta/Embajada/Ecuador/elpepiopi/20080315elpepiopi_8/Tes
[7] La réplica del Secrario de la OEA Insulza se puede leer en el siguiente enlace:
http://www.elpais.com/articulo/opinion/Respuesta/OEA/elpepiopi/20080315elpepiopi_7/Tes
[8] La carta escrita por el ministro Izarra se puede leer en su totalidad en el siguiente enlace: