M.H.: Alertaron sobre el paso del submarino nuclear norteamericano Greenville frente al Mar Argentino y el apoyo que recibió en Malvinas de un avión de la marina británica. ¿Qué análisis te merece este hecho?
G.L.: En principio es un hecho muy grave y voy a tratar de explicar por qué además de lo harto evidente, tiene que ver con que a escala global hay una aceleración en el conflicto entre EE UU y China, que además tiene una fuerte vinculación a la Federación Rusa por cuanto desde los EE UU hace ya tiempo se tiene la percepción que tanto rusos como chinos están acelerando sus sistemas y proyección de poder naval en distintas regiones marítimas del mundo. Por ende,desde la percepción norteamericana hay una necesidad de generar actos de presencia a escala que la Marina norteamericana está en condiciones de hacerlo, como el poder naval más importante del mundo en términos de proyección.
Y el otro elemento ligado, que es una fuerza que está por debajo y mueve el tablero geopolítico, es que el Atlántico Sur y el Pacífico de nuestra región sudamericana empiezan a convertirse en áreas de creciente presencia vinculada sobre todo a las riquezas ictícolas de nuestros caladeros; pensemos por un lado nuestro Atlántico sur y la tarea de usurpación de más de 30 años y la tarea de otorgamiento de licencias pesqueras ilegales y todo lo que esto ha significado en términos de pérdidas multimillonarias que cuya contracara es el efectivo posicionamiento de la potencia ocupante a través de la población kelper como una de las naciones en términos de PBI per cápita más rica del planeta. A partir justamente de este saqueo organizado.
Lo que ocurrió el otro día para mí, se inscribe en esta lógica combinada de acción conjunta de británicos y estadounidenses en el Atlántico Sur, que al calor del conflicto con China y de las últimas expresiones chinas, por ejemplo, en el marco de la reunión del Grupo de los 77 más China, donde se reafirmó la posición favorable a la soberanía de la Argentina sobre las Malvinas y los espacios correspondientes.
Ahí hay un contexto que los EE UU eligieron con mucha gravedad para realizar una acción conjunta que es inédita desde el tiempo que Gran Bretaña está ocupando y, sobre todo, luego del escenario del teatro de guerra de 1982 en nuestro Atlántico Sur, en aguas de alta mar, aguas internacionales pero que, por otro lado, no tenemos información para corroborar si este submarino Greenville, que es nuclear más allá de que no sabemos si portaba o no armas nucleares; esta es la duda que se planteaba el ministro Rossi.
M.H.: Rossi que por otro lado estaba pensando en reformar los tanques ¿no?
G.L.: Es que lo que pasa en el Atlántico sur, que tiene estos componentes…
M.H.: Después del hundimiento del ARA San Juan.
G.L.: Hemos perdido el elemento de posible incursión de naves foráneas que teníamos, que era el ARA San Juan. Porque el otro submarino que nos queda está inoperable. Entonces no hay una conciencia muy clara respecto a cómo encarar un esquema integral de reconfiguración de nuestros medios materiales en el ámbito marítimo.
Y en cuanto al tanque argentino, va a ser modernizado a partir de un viejo acuerdo que había quedado en estudio incluso durante la administración de Macri con el sistema de defensa israelí. Y a la vez hay todo un esquema o planteos de modernización de sistemas de armas que no reconoce un criterio de costo/oportunidad, prioridad estratégica, evaluación de escenarios, que tiene que estar dirigido en función de potenciar la capacidad de la Argentina. Porque lo que ocurre con esto, es que si se hace un esquema de repotenciación de los medios terrestres, navales y aéreos, hay que tratar de guardar una lógica de unicidad, porque no se puede depender de cualquier proveedor teniendo en cuenta cómo es la dinámica de los 10 o 12 países que operan en el mundo de la industria de defensa.
Me parece que lo que nos deja ver este asunto gravísimo del USS Greenville que estuvo por las Malvinas con el apoyo de un avión de la Fuerza Aérea que está en la Base de Monte Agradable, de nuestras islas usurpadas, es que esa interoperabilidad, ese esquema de acción conjunta que británicos y norteamericanos se han planteado en los últimos años, se empieza a profundizar al calor de una aceleración de la disputa con China y Rusia.
Este es el escenario en que coloco este hecho, pero además aparece una mención, como comentó el Gobernador de Tierra del Fuego, Melella, y el Director del Observatorio Malvinas de la provincia, hay una cuestión gravísima que se agregó, además que se violó la zona de desarme y paz que la ONU reconoce desde mediados de los 80 en el Atlántico Sur, ha habido algo así como una innovación del propio comando del Atlántico norteamericano, que en una comunicación de Twitter comenta que ha estado haciendo operaciones en el ámbito del territorio independiente británico ultramarino. Esta sigla no está reconocida en ninguna parte del mundo, ni siquiera en los documentos diplomáticos norteamericanos, que como tantos otros países reconoce la existencia de un conflicto en términos diplomáticos entre Argentina y Gran Bretaña.
¿Qué es esto de “territorio independiente británico”? Así fue comunicado en los Tweets que el comando del Atlántico deja entrever y también la duda que tenemos, finalmente en el plan de comandos navales 2021 de EE UU y esto lo comenta muy bien Claudio Mardones en un artículo de Tiempo argentino, que afirma que tanto el Comando del Pacífico como el Comando del Atlántico, podrían estar encarando tareas conjuntas en todo este arco, pasando por el Cabo de Hornos y el pasaje de Drake uniendo el Atlántico y el Pacífico en dos áreas que en términos de presencia y pesquería comienzan a ser vitales.
Tenemos una incapacidad absoluta tanto de control satelital propio como en tierra y de regulación pesquera
M.H.: Vamos a citar a Mardones: “El plan de navegación 2021 de la Armada de los EE UU USA Navy publicado hace un mes por el Jefe de operaciones navales, Almirante Michael Gilday sostiene que tanto China como Rusia están intentando controlar injustamente el acceso a valiosos recursos marítimos fuera de sus aguas de origen, ambos intimidan a sus vecinos y hacen cumplir las reclamaciones ilegales con la amenaza de la fuerza. Sostiene que para lograr sus objetivos estratégicos China está construyendo agresivamente una armada para rivalizar con la nuestra, posee la flota pesquera más grande del mundo y continúa construyendo portaviones, submarinos, barcos de asalto anfibios y cazas de próxima generación. Con esa inversión, para desafiar las ventajas de EE UU, China es nuestra amenaza estratégica a largo plazo más urgente. Respecto a Rusia, también advierte que está modernizando sus fuerzas convencionales y sus fuerzas nucleares estratégicas con el desarrollo de fragatas modernas, aviones de combate, bombarderos, misiles hipersónicos, armas nucleares y submarinos modernos.”
¿Cómo nos ubicamos frente a esta situación”
G.L.: Por un lado, toda esa parafernalia de “modernización de los sistemas de armas” en los que estarían involucrados China y Rusia, que es justamente el gran argumento que exponen los EE UU, es algo que habría que revisar con profundidad. Todos sabemos que el acecho y la proyección de amenaza sobre nuestro Atlántico Sur y Pacífico sur americano viene de la mano de los EE UU en esta estrategia de largo aliento que tiene, y tenemos la presencia británica. A nosotros nos queda por encarar dos grandes tareas urgentes, tenemos que recuperar un ámbito de ofensiva diplomática en el grupo de los 77, en la CELAC, en el marco latinoamericano que es una organización que queda en pie. Tenemos que poder recuperar una estrategia de revinculación con los países sudamericanos en términos de tratar de neutralizar acciones que tanto Chile, como Brasil, como Uruguay, de muy distintas maneras en los últimos años, por acción u omisión han estado encarando sobre el Atlántico Sur y que han terminado siendo favorables a la logística británica y han logrado consolidar sus posiciones.
Otro aspecto es que Argentina tiene que poder sentarse con potencias como China, Corea, Taiwán, España, que son algunas de las grandes naciones que han estado aprovechando las licencias ilegales expedidas por los británicos en Malvinas y que son parte del escenario de depredación que acumulamos en las últimas décadas. Aquí se presenta otro problema, donde podemos quedar en una situación de enorme debilidad porque sabiendo que tenemos esta situación y flanco abierto con China, mientras que a la vez el gobierno nacional está en negociaciones con China por emprendimientos muchos de carácter extractivos, los EE UU, en este contexto de debilidad estratégica nuestra, opera del modo que está haciendo.
Tenemos que poder recuperar junto con esta estrategia diplomática e intentar de alguna manera modificar la posición de extrema debilidad que hoy tenemos en el Atlántico sur y poder emplear en los próximos años, medios de control de captación de presencia ilegal, que nos permitan empezar a partir de la presencia a controlar el fenómeno de ilegalidad creciente. Porque muchas de estas embarcaciones pescan nuestras especies en los límites de las 200 millas marinas, de la zona exclusiva económica (esto ya es sabido por todos) y tenemos una incapacidad absoluta tanto de control satelital propio como en tierra y de regulación pesquera.
Lo único que se ha hecho es aumentar de manera muy importante, modificando la Ley de pesca, las posibles sanciones medidas en litros de gasoil para las embarcaciones apresadas in fraganti en situaciones de pesca ilegal. Está muy bien esto. Pero los medios tienen que ser mejorados y dispuestos en función de cortar esa sangría que la Argentina tiene permanentemente junto con una acción diplomática muy activa que tiene además que disponer de una denuncia abierta de lo que los británicos vienen haciendo permanentemente.
Y finalmente, hay un escenario que también me preocupa, tenemos con Brasil, Uruguay y Chile, pero con este último tenemos la posibilidad de consolidar una política de proyección a la Antártida común, que nos permita empezar a reconocer ciertos intereses comunes en este contexto tan conflictivo; pero brasileños y uruguayos han estado en estos últimos años sistemáticamente siendo funcionales de muy diversas maneras, a los intereses británicos en el Atlántico Sur. Y ahí hay un problema diplomático que hay que poder revertir rápidamente porque esto le agrega debilidad al escenario en el que está la Argentina. Es una situación que no depende solo de nosotros, pero en lo que dependa de nosotros, entre una ofensiva diplomática y acrecentar rápidamente medios de presencia en el Atlántico Sur, es la primera vía de salida que tenemos que empezar a considerar.
M.H.: Quiero consultarte sobre las declaraciones del ex Canciller Fauri, más que ex Canciller yo siempre lo califiqué como un personaje que se dedicaba a organizar las fiestas en el ministerio de Relaciones Exteriores. Él sostiene que este tema está vinculado al fallido amarre en Mar del Plata del buque de la guardia costera USG Stone como parte del ejercicio “Cruz del Sur” realizado de manera conjunta con Guyana, Brasil, Uruguay, Portugal. ¿Están estos dos hechos a tu entender vinculados?
G.L.: Sí. Este incidente del Greenville fue la semana pasada y el de US Stone que no pudo atracar en Mar del Plata, fue a comienzos del mes de febrero. Desde mi óptica, son sucesos que están vinculados producto de este escenario que está tratando de imponer EE UU con su presencia en el Atlántico Sur y no casualmente en la observación de seguridad hemisférica de EE UU la cuestión de las pesquerías está siendo puesta como un objetivo de primer orden. Que es lo que no pasaba en los últimos años.
M.H.: Voy a citar al Vicealmirante de la guardia costera Steven Powling: “Mi país está preparado para responder ante cualquier eventualidad relacionada a la pesca ilegal, que se le pueda presentar y hacerlo en colaboración con los países de la región latinoamericana”.
G.L.: Justamente los ejercicios Cruz del Sur, en los que además participó un país integrante de la OTAN, Portugal, que contó con la participación de Guyana, Brasil y Uruguay, fue un ejercicio que junto con otras maniobras o fines, actividades de rescate y salvamento, tuvo en consideración este objetivo del control de la pesca ilegal. Sin embargo, la Cancillería cuando no le permite atracar en el puerto de Mar del Plata lo hace bajo la perspectiva de que pudiera estar encarando maniobras de reconocimiento y control en nuestras aguas territoriales. Que por otro lado, no tenemos manera de evitar que suceda. Y este es uno de los grandes dramas al que nos enfrentamos.
Desde la fundación de la gran doctrina del Almirante Mahan en los EE UU a fines del siglo XIX que fundó esta idea de USA bioceánico y su proyección naval, y como bien lo saben los creadores de esta gran industria que son los británicos, soberanía tiene aquel actor que logra control efectivo con medios sobre un ámbito en donde se desarrolla un escenario posiblemente conflictivo o cooperativo. Están estas dos posibilidades sobre la mesa, pero si no hay medios para acceder al control estamos complicados. Y es esto lo que deja entrever el propio comunicado de Cancillería, cuando dicen que no se lo dejó fondear en Mar del Plata porque había una sospecha, seguramente muy bien fundamentada, de que esta nave podría realizar tareas de reconocimiento y vigilancia dentro de nuestras aguas, lo cual hubiera llevado a un conflicto seguramente porque en el caso de encarar este tipo de tareas, tendría que haber solicitado algún tipo de permiso. Y creo que es esto lo que se quiso evitar. Como además la Argentina no participaba particularmente de los ejercicios de Cruz del Sur, estamos agregando un elemento que hay que mirar con mucho cuidado porque lo que tenemos que empezar a pensar es que para neutralizar o revertir esto junto con una acción diplomática más efectiva y una presencia que nos permita control satelital en tiempo real y medios efectivos en el mar, es la única manera de hacerlo.
Habrá una puja importante con las empresas distribuidoras tanto eléctricas como gasíferas
M.H.: En marzo está prevista la audiencia pública por la tarifa de gas ¿qué podemos esperar?
G.L.: Hoy justamente se publicó en el Boletín oficial, va a ser el lunes 15 de marzo la audiencia y está convocada por la secretaría de Energía y no por el ente regulador (ENARGAS). Esto significa que en principio lo único que se va a discutir en esa audiencia es el monto que el Estado va a poner para subsidiar el precio del gas natural, que las empresas van a extraer a partir del plan gas 2020/2024 que se largó a fines del año pasado. Este plan generó un nuevo esquema de incentivos a la industria gasífera, porque la Argentina está en un contexto de caída acelerada por los dos últimos años de Macri y más aún por el 2020 en el marco de la pandemia y otra vez se ha vuelto con el viejo esquema de incentivos, como viene pasando desde Kicillof en adelante.
Recordemos que con Aranguren tuvimos la peor muestra de desvergüenza que fue la directa dolarización del precio mayorista de gas con la resolución 46 que reconocía valores que eran hasta 100% mayores que los que reflejaban los costos de producción en nuestro país. Este nuevo plan gas, determina precios para los productores que van a estar en un rango que oscila entre los 2 dólares por millón de BTU y hasta los 3,50 dólares por millón de BTU. Es un criterio que marca una racionalización en términos del incentivo que estaría dispuesto a reconocer el Estado a las empresas y que trata de dar un horizonte de previsibilidad en cuanto a cubrir entre el 40 y el 50% de la oferta diaria en el país. Y evitar el aumento de importaciones de manera descontrolada a futuro.
Pero el Estado mismo plantea a través de la secretaría de Energía, que una parte de ese pago por el gas a las empresas lo va a tener que sostener el Estado y es esto lo que va a discutirse en esta audiencia, a cuánto va a llegar.
Este es un tema que después debería derivar en una audiencia que convoque el ENARGAS para discutir hasta donde se modifican las tarifas de transporte y distribución de gas, que es lo que no ha sido convocado todavía. Y esto se hace en el marco de la sentencia de la Corte Suprema, luego del desastre del ajuste del gas durante el macrismo en 2016, que fue la sentencia que logró la organización SEPI, que instaló que se debe discutir en un marco de audiencia pública el precio del gas que, en el marco regulatorio argentino, las empresas productoras tanto de gas como de petróleo, no configuran un servicio público, sino que son una actividad competitiva. Eso es lo que se va a discutir ahora, y aquí aparece la intención del gobierno de tratar de generar una dinámica de aumentos de tarifas que estén respondiendo en promedio a lo que se espera en términos de índice inflacionario que ronda el 30% más allá de que la situación económica muy probablemente rechace ese pronóstico porque ya estamos con una inflación muy arriba del 4% y arrastramos otra de enero en ese mismo nivel.
Yo diría que se va a venir una puja importante con las empresas distribuidoras tanto eléctricas como gasíferas. No estamos en el escenario macrista obviamente, creo que el secretario de Energía, Martínez, entiende muy bien que no hay viabilidad en absoluto para habilitar aumentos como los que requieren las gasíferas en torno al 80/90% y que además tiene que poder revisarse detrás de esto.
Entonces, si debería servir para algo este escenario de audiencia pública el próximo 15 de marzo es para tratar de establecer un horizonte en el que la Argentina vaya hacia un esquema de oferta y demanda integrada que gire en torno a la restitución del poder de la empresa testigo YPF en el mercado. Y que nosotros trabajemos en términos de costos de explotación.
Hoy se está vendiendo gas entre U$S 2 y 2,10 el millón de BTU, entonces ¿por qué nosotros tenemos que pagar hasta U$S 3,5 y 3,6? ¿Ese es el costo del incentivo? ¿Es ese el costo que permite que las empresas productoras extraigan el gas y no nos dejen sin suficiente oferta interna y tengamos que gastar los dólares que no tenemos para importar gas de manera creciente? Es un tema que hay que discutir de manera seria alguna vez, porque de una u otra manera podemos terminar en un nuevo parche que intente recuperar algún grado de mayor viabilidad, no siendo la irracionalidad que cometió el macrismo, pero que tampoco logra desenganchar la discusión de la efectiva dolarización inducida que van a tener las tarifas porque el precio del gas lo seguimos considerando como un commodity, dolarizado. Ahí está la discusión de fondo que hay que tratar de poner. En caso de poder participar de esa audiencia, trataremos de hacer alguna pregunta o algún cuestionamiento que gire en torno a esto.