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5 mentiras sobre la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual

Ya lo sabemos

Fuentes: Página/12

A días de este infausto gobierno, que evita los debates y atenta contra leyes de las democracia, es necesario que reflexionemos todo lo profundo que podamos soportar. Los medios, esos robustos latifundios semióticos supeditados al negocio de los rapiñeros de siempre, como principales gestores de las maquinarias neoliberales, son los mayores dispositivos de castración simbólica […]

A días de este infausto gobierno, que evita los debates y atenta contra leyes de las democracia, es necesario que reflexionemos todo lo profundo que podamos soportar.

Los medios, esos robustos latifundios semióticos supeditados al negocio de los rapiñeros de siempre, como principales gestores de las maquinarias neoliberales, son los mayores dispositivos de castración simbólica del capitalismo contemporáneo: desarman el deseo, domestican voluntades, amaestran cuerpos.

El neoliberalismo es un tipo de racionalidad que no sólo circula en las decisiones de los mandatarios de Estado sino en las imposiciones de nuevos órdenes jurídicos, sociales, culturales y políticos. La grieta es esa enorme brecha que en los 90 separaba los ganadores de los derrotados del mundo; el tajo que se abrió en el 2001 y la distancia que hoy quieren volver a cavar con nuevas gramáticas, las que materializan las desigualdades y subalternidades como destinos que se presentan como particulares y naturales.

La comunicación, conducida a configurar los modos de disciplinamiento y represión del goce de los pueblos, se vuelven en sí una estructura tan feroz como la del capital, de manos invisibles que transfieren los recursos de las mayorías a las bóvedas cifradas con acuerdos infames de los que poseen vocación de adueñarse de lo común.

Quieren borrar la historia sin dejar huellas; pero no hay decreto que pueda arrebatar la enorme experiencia que hace eco en un pueblo que pudo creer.

El que quiere ver y oír puede hacerlo. Todos sabemos. Estas son las mentiras detrás de la intención de incumplir una Ley como la de Servicios de Comunicación Audiovisual que ha crecido desde el pie y desde hace décadas. Y que ha sido votada por mayorías plurales en el Congreso de la Nación.

Las mentiras detrás de los argumentos de la intervención

– Mentira N 1: sobre el diálogo y el consenso.

Al momento de aprobarse la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, el kirchnerismo agrupaba a 107 de los 257 miembros de la Cámara de Diputados y a 38 de 72 miembros que conforman la Cámara de Senadores. Aún así, Cristina Fernández de Kirchner, una presidenta que siempre honró la democracia, envió el proyecto al Congreso para promover el debate entre distintos representantes de los intereses del pueblo. Macri, en cambio, luego de una extensa campaña atiborraba de palabras como democracia, diálogo, respeto, institucionalidad, consenso, elige el monocorde decreto en vez de la pluralidad de voces. Los votos no habilitan este tipo de maniobras que se desentienden de la democracia. Los votos no determinan el carácter democrático ni popular de un gobierno. Esto quedó demostrado en las dos semanas de gobierno macrista.

– Mentira N 2: la ley de medios no se toca, por ahora.

Al contrario de lo expresado hoy por el Ministro Aguad, desde la asunción del presidente Macri, la LSCA se ha visto seriamente «tocada» en movimientos que contradicen su espíritu democrático y plural. Primero fue el Decreto de Necesidad y Urgencia 13/15, firmado por el presidente, que desnaturaliza la LSCA y la Ley Argentina Digital al colocar bajo la órbita de un nuevo ministerio (el de Comunicaciones) a los entes autárquicos específicos encargados de aplicarlas (Afsca y Aftic). De eso modo, se vacía de competencias a dichos órganos para atribuirlas a un ministerio designado en forma directa por el Poder Ejecutivo Nacional.

Ahora se volvió a tocar la Ley el decreto 236/15, a través del que se hace cesar todos los miembros de los directorios de Afsca y Aftic y designa a interventores. De esto modo, se afecta el mandato legal contemplado en la LSCA y por lo tanto, la ley de medios sí se está modificando.

– Mentira N 3: sobre la rebelión.

Martín Sabbatella fue legítima y legalmente designado presidente de la AFSCA de acuerdo a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que en su artículo 14 expresa con claridad la conformación del directorio, los tiempos de duración de los cargos y los mecanismos de remoción por incumplimiento o mal desempeño de sus funciones.

La letra de la ley es clara, pero el flamante ministro Aguad se limita a justificar la intervención y la remoción de las autoridades de AFSCA y AFTIC con la célebre frase: «Esta rebelión justifica la intervención porque si no estamos en un caos». Es mentira que el cumplimiento de las leyes de la democracia son actos de rebelión tal cual entiende este gobierno.

– Mentira N 4: sobre las autoridades.

«Queremos aplicar la ley de manera objetiva e imparcial» dijo Aguad. Según la página oficial del PRO (recordemos que a Sabbatella se lo impugna por su condición de «militante») el interventor seleccionado, Agustín Garzón, es abogado egresado en la UCA. Tiene 39 años y un master en Derecho Administrativo de la Universidad Austral. Era hasta hace poco legislador porteño y se desempeñaba en la Secretaría General del GCBA. Además, figura en el sitio oficial del partido conducido por Macri como «Coordinador de Profesionales PRO».

Mario Frigerio, interventor de Aftic, repite los antecedentes de neoliberalismo militante. Fue asesor técnico de Radio Rivadavia durante la dictadura, subsecretario de Industria y Pymes de De La Rúa, coordinador del Programa Pymes del BID, docente de la Universidad Católica y la Universidad de Palermo.

La remoción de las autoridades de Afsca y Aftic no siguieron los mecanismos institucionales y legales. El ministro dice «Sabbatella es un militante político», dato objetivo, constitutivo y reivindicado por el presidente de Afsca y que no consta en la ley como motivo para su remoción. Salvo que asumamos, como el gobierno espera, que el estado sea territorio exclusivo de la CEOcracia y la política haya sido desterrada.

Es muy difícil creer honestamente que el grupo de los CEO va a defender los intereses de las mayorías para aplicar la ley de manera objetiva e imparcial.

– Mentira N 5: «se ha utilizado la ley de medios para atacar a algunos medios».

Otro de los argumentos planteados es la presunta intención de la Ley de perjudicar al grupo Clarín (se atreven a decir incluso que es la intencionalidad constitutiva de la ley, desconociendo años de lucha y debates de organizaciones, universidades y medios de comunicación de todo el país).

Este argumento es insostenible desde todo punto de vista. Por un lado, 1400 licencias de radio y televisión fueron concursadas hasta el mes de octubre. Pero además, respecto de los grupos de medios ya existentes al momento de sancionarse la ley, todos menos el Grupo Clarín presentaron planes de adecuación en tiempo y forma, en diciembre de 2012. Fueron el Grupo UNO, que debió adecuarse en licencias de radio y televisión -y que además presta servicios de cableoperador-, el Grupo Prisa, excedido en porcentaje de capitales extranjeros, Telefe, excedido en el campo de acción de su licencia de televisión, DirecTV por incompatibilidad satelital, y C5N, Telecentro y Cadena 3 por en relación a las señales que poseen.

La LSCA no fue pensada para perjudicar a los medios. Contrariamente, habilitó en 6 años a 1400 nuevos medios y promovió la adecuación de los conglomerados más grandes del país, que presentaron planes de adecuación de acuerdo a sus lineamientos comerciales en tiempo y forma.

Florencia Saintout. Decana de la Facultad de Periodismo de la UNLP.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-289053-2015-12-26.html