«Libertad inmediata a los presos políticos y amnistía o desprocesamiento a los luchadores populares.» La consigna se repetía en cientos de carteles y expresaba el reclamo unívoco de las organizaciones piqueteras, políticas y estudiantiles que ayer marcharon a Plaza de Mayo. El pedido más fuerte fue por la liberación de las 39 personas que se […]
«Libertad inmediata a los presos políticos y amnistía o desprocesamiento a los luchadores populares.» La consigna se repetía en cientos de carteles y expresaba el reclamo unívoco de las organizaciones piqueteras, políticas y estudiantiles que ayer marcharon a Plaza de Mayo. El pedido más fuerte fue por la liberación de las 39 personas que se encuentran detenidas en todo el país por hechos de protesta social, entre ellas Raúl Castells. Este reclamo, según se supo, llegará esta semana al Congreso a través de un proyecto de «eximición de pena» que presentarán varios diputados.
La jornada de protesta comenzó temprano frente al Congreso Nacional, con un serie de actividades culturales organizadas por el colectivo Alerta Salta. Luego fue el turno de la movilización hacia la Plaza de Mayo organizada por la red de Autoconvocados contra la criminalización de la protesta social, que reunió a piqueteros opositores al Gobierno del Bloque Piquetero Nacional, la FTC, el Teresa Vive y la CTD Aníbal Verón, y dialoguistas como la Corriente Clasista y Combativa y el MTD Aníbal Verón de Juan Cruz Daffuncchio. «La lucha unitaria de todos los sectores obreros y populares es la respuesta que tenemos que dar para sacar a nuestros presos de la cárcel», aseguraron.
Aunque el día arrancó nublado y ventoso, por la tarde, cuando las columnas comenzaron a alinearse frente al vallado que divide la plaza, no quedaba una sola nube. Lo único que se observaba en el cielo era un helicóptero de la Policía Federal que vigilaba la escena.
«Ningún gobierno que se precie de nacional y popular puede tener casi 40 presos políticos como si no pasara nada», señaló a Página/12 la diputada de Izquierda Unida, Patricia Walsh, quien también participó de la movilización. Walsh, junto al diputado socialista Ariel Basteiro, son los impulsores del proyecto de ley de «eximición de la pena y la acción penal» para todos los procesados y detenidos por hechos de protesta, que esta semana ingresará al Congreso. Esta iniciativa recupera los objetivos de los distintos proyectos de amnistía que están trabados en el Parlamento y avanza sobre la figura de quienes están ya detenidos o al borde de una condena penal. El texto final está definido y será ingresado en la Cámara baja el martes por la noche con la firma de integrantes de varios bloques. El contenido de este proyecto será presentado el jueves en una conferencia de prensa y al mismo tiempo se solicitará al titular del cuerpo legislativo, el justicialista Eduardo Camaño, una sesión especial para tratar el tema de manera exclusiva y evitar superposiciones con las discusiones por el Presupuesto. La fecha probable de esa sesión es el 9 de noviembre, y ese mismo día el arco piquetero realizará una nueva jornada de lucha frente al Congreso para fortalecer el pedido mientras es debatido dentro del recinto.
La convocatoria para la futura marcha cerró la jornada de ayer. Luego las columnas comenzaron a dejar la Plaza. Según informó más tarde la policía, durante la desconcentración fueron detenidas tres personas por dañar un teléfono público, y permanecían alojadas en la comisaría 3ª.
Alfredo Ves Losada
Página 12
Los piqueteros fueron a la Plaza, para pedir por presos y juicios
Con una nutrida marcha a Plaza de Mayo, los grupos piqueteros más duros, junto a los partidos de izquierda y distintas organizaciones sociales, reclamaron ayer la liberación y desprocesamiento de casi cuatro mil personas con causas vinculadas a las protestas.
Estos sectores son los más enfrentados al Gobierno, y los últimos actos habían registrado un descenso en la concurrencia.
La marcha de ayer se prolongó a lo largo de varias cuadras y sus organizadores, entusiasmados, calcularon en 20 mil manifestantes la asistencia. Clarín consultó a la Policía, para quienes no hubo más de 4 mil personas.
En un día poco usual para este tipo de protestas, la marcha partió pasadas las 16.30 de la Plaza Congreso, por Callao, hasta la avenida Corrientes. Luego tomó Diagonal Norte y culminó el recorrido en la Plaza de Mayo.
Los principales referentes de los grupos piqueteros, junto a los diputados nacionales Patricia Walsh y Ariel Basteiro -autores del proyecto de Ley de desprocesamiento que se va a presentar el jueves en el Congreso-, encabezaron la manifestación con una gran bandera que rezaba «Libertad a los presos políticos».
El orden que cada organización debió ocupar se decidió por sorteo para evitar vedetismos. Entre las columnas de manifestantes se encontraban el Bloque Piquetero Nacional, la Corriente Clasista y Combativa, Partido Comunista, el Polo Obrero (PO), el MST, FTC, MAS, los dos MTD Aníbal Verón, el Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD), el Movimiento Teresa Rodríguez y otros grupos.
Pasadas las seis de la tarde todas las columnas ya habían ingresado a la Plaza. Y fue sólo entonces que seis locutores, sin gorras ni pañuelos que los identificaran con sus grupos, leyeron un documento que había sido acordado un par de días antes entre las más de 60 organizaciones.
El documento decía, en su primer tramo, que «en los últimos meses, el gobierno de Kirchner ha avanzado violentamente en la escalada represiva contra el movimiento popular».
Y mencionaron como parte de esa escalada el desenlace violento que tuvo la manifestación y los ataques a la Legislatura Porteña, cuando se trataba el Código Contravencional; la detención del dirigente Raúl Castells en el Chaco y el encarcelamiento a quienes tomaron la planta de Caleta Olivia, en Santa Cruz, «con prácticas de tortura y amenazas de violaciones por parte de la Policía del gobernador kirchnerista de Santa Cruz», según denunciaron.
Como cierre del acto, leyeron los nombres de cada una de las personas detenidas para despues abandonar la Plaza de Mayo.
Jorgelina Vidal
Clarín