Norita es una de las principales referentes en la lucha por los derechos humanos, sin duda, faro de una generación entera de jóvenes militantes que con la vuelta a la democracia encontraron en la lucha por la Verdad y la Justicia el camino para empezar a hacer política. Hoy es imposible pensar en Norita sólo […]
Norita es una de las principales referentes en la lucha por los derechos humanos, sin duda, faro de una generación entera de jóvenes militantes que con la vuelta a la democracia encontraron en la lucha por la Verdad y la Justicia el camino para empezar a hacer política. Hoy es imposible pensar en Norita sólo como una luchadora de los DDHH, ella se involucra en los grandes temas de la política sin comprometerse con gobiernos ni con partidos políticos sino con las causas justas o mejor dicho, contra las injusticias del sistema. Posiblemente todas sus apariciones públicas despisten a la hora de pensarla como defensora de los derechos de las mujeres sin embargo cuando le preguntamos si ella se sentía feminista no dudó en afirmarlo.
– ¿Nora, usted se considera feminista?
Si ahora si, antes no, antes no era y no entendía qué significaba. Yo vivía en mi hogar de machistas y como estaba rodeada de gente que criticaba el feminismo, no entendía qué era ser feminista. Hasta que se llevaron a mi hijo y empecé a salir a la calle, empecé a tener amigas del feminismo que me fueron explicando que ya no era como yo pensaba y empecé a entender que yo además de deberes tenía derechos y ese fue el primer paso y después bueno, soy moderada porque no podés ser feminista de golpe. En algunas cosas por ahí opino y no parezco tan feminista pero uno no puede darse vuelta como un guante, sino que vas aprendiendo y vas tomando lo que te parece que es sensato y que vos vas estando de acuerdo.
– ¿Le costó empezar a hacer política?
Mirá, lo que hacemos nosotras es política pero yo no me metí en política, yo no tuve más remedio que ser una mujer pública, no me quedó otra. Salir a buscar a mi hijo me implicó un compromiso y tuve que tomar muchas decisiones. Nosotras las madres tuvimos muchos inconvenientes cuando empezamos la búsqueda, con algunas feministas por un lado y también con mujeres políticas, de los partidos mayoritarios, grandes, no sé si por celos o porque nuestra actitud era distinta, entrábamos a todos lados sin pedir permiso mientras que a las mujeres políticas argentinas les ha costado mucho en general hacer política.
Lo nuestro fue distinto porque nosotras no hacíamos partidismos político, yo nunca me entusiasmé con ningún partido o gobierno de turno porque mi compromiso tiene que ser de manera independiente. Si yo tuviera compromisos no podría actuar como actúo, porque tenés que estar ceñida a lo que te indican y al camino que van haciendo de acuerdo a la situación del país. Hay gente que está dispuesta a ser cooptada porque quiere pasar a otro momento de la lucha y por otro lado hay protagonismos de DDHH que nacieron con gente de distintos partidos políticos, que yo lo veo muy bien y los felicito, como la APDH, el MED, la LADH, etc. pero es un camino distinto al que hicimos nosotras.
Cuando empezamos con las Madres de Plaza de Mayo, nuestro enfrentamiento con políticos, iglesias y militares fue duro, siempre fuimos maltratadas por unos y otros. Pero la respuesta de la familia fue en otros términos porque la desaparición de una persona afectó adentro de todas las familias, esto fue lo que representó el terrorismo de Estado. Por otro lado, está el tema de lo que era el rol de madre que una tenía, en mi caso personal, yo era una madre ama de casa ceñida a las 4 paredes, como decía mi hijo que ahora desde donde esté me verá que soy otra, no? Así que bueno, ahora ya estoy asumida y no tengo reparo en decir que soy feminista.
– Con su larga trayectoria de lucha, ¿Qué mujeres reivindica?
Reivindico a muchas mujeres que he conocido en este caminar, muchas mujeres que me enseñaron a reconocer mis derechos, que me enseñaron a no rendir siempre el culto a las obligaciones, de a poco yo fui aprendiendo. Tengo muchas mujeres referentes y cada día van surgiendo nuevas, una de las cosas más importantes que aprendí fue decir «acá estoy y soy así», no tengo vergüenza en decir que mi papá era un machista terrible, que mi marido también era machista, celoso, terrible todo. Además de eso tengo dos hijos varones: Gustavo (desaparecido) y Marcelo, pero ellos no heredaron ese machismo que tenía el padre por suerte.
Yo soy optimista con la Juventud, creo en la juventud, la juventud para mi no es el futuro sino el presente, son hoy y ahora, cada tanto veo un florecer de hombres y mujeres jóvenes que toman una posición política sin hacer partidismo, los estudiantes, profesionales, yo creo que están avanzando. Está muy difícil la cosa para la mujer en Argentina y en el mundo. Yo una vez que viajé a Italia que nos habían invitado unas feministas, después de estar ahí viéndolas, nos dábamos cuenta que eran feministas pero donde ellas estaban mandan los hombres, en general los lugares de decisión son ocupados siempre por hombres, falta mucho…
Acá en América Latina se ha avanzado, hay presidentas mujeres en varios países, de la única que me avergüenzo definitivamente es de Isabel Martínez de Perón que fue el fiasco más grande como mujer, pero después todas las mujeres que tenemos presidenciables y presidentas tienen que pelear contra un mundo de hombres y de machismo y me imagino que la deben pasar a veces medio duro. Yo admiro a todas las mujeres jóvenes que hacen comunicación, a las mujeres maestras que antes se las consideraba como el último grado de profesión, etc. Me pasó que hace 60 años yo tenía un primo que era maestro y yo se lo cuestionaba porque no entendía por qué él era maestro, en fin, siempre viví con ese tipo de confusiones y ahora también seguro tengo otras confusiones también, yo todavía soy ingenua, aprendo de los jóvenes.
– ¿Cómo definiría usted a «Nora Cortiñas», como una referente política, como una militante, como un cuadro…?
Yo hice un camino puramente militante. El hecho de ser madres, madres en todo sentido, Madres con mayúsculas por donde pertenecemos y madres de familia, no nos da ningún privilegio para llevarnos por delante a nadie, ni para vender principios, ni para bajarlos. Para terminar quiero decir que la mujer tiene que hacerse valer como mujer donde esté y no regalar sus principios.
Fuente: http://www.agenciacta.org/spip.php?article15199
*Entrevista realizada en el programa Graves y Agudas en Radio Sur FM 88.3