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Declaración del Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional

¿Por quién votamos el 22 de noviembre?

Fuentes: FPDS

Como resultado de las elecciones del 25 de octubre, sólo dos candidatos han quedado con posibilidades para ser elegidos presidente: Daniel Scioli y Mauricio Macri. La necesidad de tomar una decisión ha fomentado las discusiones en los lugares de trabajo o estudio, en nuestros barrios, en los facebooks, en nuestras propias familias, rompiendo la apatía […]

Como resultado de las elecciones del 25 de octubre, sólo dos candidatos han quedado con posibilidades para ser elegidos presidente: Daniel Scioli y Mauricio Macri.

La necesidad de tomar una decisión ha fomentado las discusiones en los lugares de trabajo o estudio, en nuestros barrios, en los facebooks, en nuestras propias familias, rompiendo la apatía que caracterizó a la primera vuelta. Basta prender la televisión para advertir cómo politiqueros de pésimos antecedentes, periodistas comprados que simulan ser independientes y opinólogos de distinto pelaje han invadido la pantalla no sólo para decirnos lo que tenemos que hacer, sino para llenarnos de reproches y culpas si no les hacemos caso.

Humildemente intentaremos aportar a este debate, empezando por un reconocimiento y una autocrítica. El hecho de que dos viejos conocidos de la política argentina y pésimos gobernantes sean las únicas opciones para elegir presidente representa una derrota popular, hemos sido incapaces de llevar a esta instancia a candidatos que defiendan nuestros intereses.

También, evidencia el fracaso del proyecto kirchnerista que se mostró muy astuto para capitalizar el vacío de poder que dejó la rebelión popular de 2001, pero que después de 12 años de gobierno se ha revelado como inútil para sustentar el proyecto alternativo de soberanía nacional y justicia social que tanto proclamó. El regreso del consenso mayoritario hacia propuestas políticas regresivas, el renacimiento en la oposición y el propio justicialismo de los muertos vivos neoliberales que parecían sepultados hace 15 años, son la constatación de ese fracaso.

Se desperdició un ciclo económico favorable donde los fabulosos ingresos por las exportaciones aportaban recursos que hubieran podido servir para financiar iniciativas que promovieran el cambio de la matriz productiva, la ruptura de las estructuras heredadas del neoliberalismo y promover el empoderamiento popular.

Decimos que las candidaturas de Macri y Scioli son nefastas porque los conocimos gobernando

Macri es intendente de Buenos Aires hace 8 años, y sus principales preocupaciones han sido embellecer la ciudad de los ricos con obras públicas que generan abundantes ingresos a sus contratistas amigos. Por otro lado, se ha despreocupado de las zonas de la ciudad donde viven los más pobres. No ha construido viviendas populares, ni atendido a los hospitales y la educación pública.

Scioli gobierna la provincia de Buenos Aires desde hace 8 años y su gestión se ha caracterizado por su excelente relación con los empresarios, el vaciamiento de los programas sociales y la desatención de la salud y la educación pública. Interrumpió las políticas de saneamiento de la policía y -ratificando el rumbo que convirtió a la bonaerense en una de las fuerzas más corruptas del mundo- propuso combatir la inseguridad incorporando diez mil nuevos policías.

En resumen, tenemos dos candidatos que se parecen mucho por su aparición en la política de la mano del menemismo en los ’90, su condición de empresarios, más preocupados por sus negocios particulares y los de su clase que por el bien común, y porque además tienen protección mediática de los grandes monopolios de comunicación. Sus negociados nunca aparecen en los principales diarios y canales de Televisión, que los protegen manifestando preferencias.

Tableros de ajedrez

Hilando muy fino se advierte que tienen algunas diferencias, que «no son lo mismo»; que expresan proyectos de dominación con matices diferentes. Pero la política popular no se construye en tableros de ajedrez donde fuerzas políticas sin ninguna incidencia efectiva imaginan estrategias defensivas, sino en la construcción cotidiana de acumulaciones de fuerzas basadas en la organización popular de base que permitan intervenir, resistir y generar transformaciones concretas. Desde el FPDS-CN hemos tratado de aportar a esa resistencia en marcos de unidad con otras organizaciones, siendo parte de la Campaña Nacional contra las Violencias hacia las Mujeres; de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito; desde agrupamientos de trabajadorxs como el Encuentro Sindical Combativo, Rompiendo Cadenas y la Corriente Nacional Docente Enriqueta Lucero; en redes de medios alternativos y derechos humanos, en polos de izquierda y apoyos a diversas expresiones político electorales de las izquierdas. Junto al pueblo movilizado y desde esas expresiones unitarias nos proponemos resistir e impedir que después del 22 de noviembre, el consenso ajustador que unifica al conjunto de las clases dominantes pueda avanzar sobre nuestras conquistas.

¿Debemos elegir al menos malo?

En la memoria de nuestro pueblo están presentes otras oportunidades en que fuera presionado para elegir al menos malo. En 1989 hubo que elegir entre el radical Eduardo Angeloz que amenazaba tachar con un lápiz rojo las política sociales y el justicialista Carlos Menem que prometía la revolución productiva y el salariazo, pero venía precedido de pésimos antecedentes. Diez años después forzaban a elegir entre el caudillo mafioso Eduardo Duhalde y el radical oligarca, Fernando de la Rua. Y cada vez que se apoyaba un candidato «menos malo» nos fue mal. Después venían los arrepentimientos.

Scioli y Macri acuerdan con los pagos al CIADI o al Club de París, que se debe negociar con los holdouts, los acuerdos con Chevron y Shell, con el grupo Eskenazi, la megaminería, la no aprobación de la ley de glaciares, los negocios con Monsanto y el no cumplimiento con la ley de bosques. Como así también acuerdan en las represiones y judicializaciones a los trabajadores, a los pueblos originarios, las escuchas telefónicas de Macri, el proyecto X y la infiltración de los servicios en las organizaciones sociales y los partidos de izquierda, defender a Milani, la ley antiterrorista, bajar la edad de imputabilidad de los menores, etc.

El Frente popular Darío Santillán-Corriente Nacional es una fuerza política, que es parte de los esfuerzos unitarios que luchan por la liberación y el cambio social, por una sociedad nueva sin explotadores ni explotados, sin discriminación ni dominaciones patriarcales, con soberanía nacional y dispuesta a defender la vida, empezando por el planeta que habitamos y esto nos obliga a expresarnos en este momento de la Argentina, siguiendo la línea consecuente de nuestros pasos cotidianos, aunque a algunos les resulte antipático.

Esa es nuestra responsabilidad y lo que permitirá construir un diálogo hacia delante con aquellos que nos acompañarán en nuestra opción de no votar a los malos candidatos, pero también, con aquellos que con la mejor intención pretendan elegir al «menos malo».

No votamos a nuestros verdugos

Porque no somos indiferentes frente a la amenaza planteada contra las conquistas alcanzadas por nuestro pueblo, elegimos luchar y no votar a los verdugos. Y esa será también, nuestra contribución a la unidad de los pueblos latinoamericanos que luchan por cambios sociales, a los que pretenderemos apoyar creciendo en nuestro propio país en lucha y organización popular, construyendo una alternativa política de liberación que aportará importantes trazos de senderos anticapitalistas, rescatando y actualizando los sueños de emancipación, proyectándolos hacia el futuro.

Se vienen tiempos de resistencia ante los avances contra nuestros derechos que traerán los gobiernos de Macri o Scioli, en sus versiones más apresuradas, o más lentas y estables. En condiciones desfavorables por el incremento represivo, tendremos que enfrentar la reducción de las políticas sociales, la baja de los salarios que traerán las devaluaciones, el aumento de las tarifas, las políticas desreguladoras que benefician al capital y la continuidad de la agresión ambiental y el despojo que promueve el modelo extractivo agro-minero. Para afrontar esas luchas vamos a necesitar rescatar nuestra mejor solidaridad y disposición de escucharnos, apelar a nuestra creatividad e imaginación, construir la mayor unidad popular posible.

Desde el camino de nuestras ideas y nuestras prácticas cotidianas, como Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional sabemos que hay una parte del electorado que supone que junto al kirchnerismo se pueden crear condiciones para la transformación social o que no apoyarlo le hace el juego a la derecha. Pero nosotros entendemos que tanto Scioli como Macri son candidatos que expresan las exigencias del capital, en un contexto de crecientes dificultades económicas del capitalismo argentino y en Nuestra América, ninguno de los dos candidatos expresan ni siquiera en forma muy parcial los intereses de las grandes mayorías. Por ello con humildad y firmeza, manifestamos que el 22 de noviembre no votaremos ni a Scioli ni a Macri.

Votaremos en blanco en este balotaje [segunda vuelta de las elecciones], porque ni Scioli ni Macri son alternativas para el pueblo, ambos son representantes del ajuste que se viene.

«Defenderemos en la calle todas y cada una de las conquistas del pueblo. Elegimos luchar y seguir creando poder popular».

El Frente Popular Darío Santillán (FPDS) es un movimiento social y político de Argentina. Fue fundado en 2004, a partir de la confluencia de distintas organizaciones, en su mayoría piqueteras, y también estudiantiles, obreras, campesinas, intelectuales, artísticas…

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