1- Hay que comenzar señalando la tremenda tristeza que produce ver que este pueblo que protagonizó la heroica pueblada del 2001, que hizo temblar las estructuras de la institucionalidad burguesa, 15 años después haya optado por dos alternativas de derecha y entre ellas, ungió a la peor. Macri evidentemente ganó con millones de votos de […]
1- Hay que comenzar señalando la tremenda tristeza que produce ver que este pueblo que protagonizó la heroica pueblada del 2001, que hizo temblar las estructuras de la institucionalidad burguesa, 15 años después haya optado por dos alternativas de derecha y entre ellas, ungió a la peor. Macri evidentemente ganó con millones de votos de trabajadores, lo que indica la nefasta influencia del kirchnerismo en el nivel de la consciencia popular, empujándola hacia la derecha. Humildes explotados que cansados de la mentira, el engaño, la soberbia, la prepotencia, el punterismo, la patota, la corrupción y la precarización laboral kirchnerista, se volcaron a la alternativa que visibilizaron como la única que podía derrotarlo, aunque esta fuese aún más de derecha.
2- Sin embargo, el triunfo fue más ajustado de lo que se pensó. Si bien los 13 millones de votos que obtuvo el lacayo de la Embajada yanqui fueron más que los casi 12 que sacó CFK en el 2011 (54% de los votos afirmativos, 38% del padrón), representan sólo el 40% del padrón. Macri va a asumir con un margen de maniobra acotadísimo, no sólo porque sólo obtuvo menos de 3 puntos de diferencia con Scioli, sino porque va a tener el Congreso en contra, donde el kirchnerismo tiene quórum propio en el Senado y es la primera minoría en Diputados. Eso lo va a obligar a negociar sus políticas, porque gobernar recurriendo permanentemente a decretos de necesidad y urgencia, deslegitimaría su administración ante la población.
3- Las relaciones con los países hermanos de Latinoamérica que han encarado alguna forma de política antiimperialista se verán resentidas, evidentemente. Sobre todo con Venezuela, a la que el contrabandista de autopartes ya le ha dedicado su tiempo más de una vez para criticarla. Macri se alineará con el establishment global, como lacayo asumido del imperialismo yanqui y europeo.
4- A pesar de su impronta noventista, Macri no las tendrá todas consigo para aplicar políticas antipopulares: aunque suene contradictorio con el resultado de la elección, este pueblo no es el mismo que el aquel que asumió sumisamente (salvo dignísimas excepciones) las políticas neoliberales aplicadas por el menemismo (con el apoyo de los Kirchner) como la salvación para la hiperinflación y el descalabro económico alfonsinista; éste es el que surgió de la lucha contra esas políticas y estalló en el 2001. Un pueblo que sale a la calle a luchar y a hacer piquetes cuando se siente agredido y avasallado. Además, deberá lidiar con el aparato punteril pejotista y los sindicatos. Tendrá que hacer un fino equilibrio con todo ello si quiere terminar su mandato y no emular a De La Rúa escapando en helicóprero.
5- Un párrafo final para el kirchnerismo: la imagen final de CFK, a la que escondieron en un baúl para que no generara más rechazo del que ya había generado, fue la forma de reconocer que el oficialismo debía negarse a sí mismo para tener alguna posibilidad de ganar las elecciones. Final de ciclo acorde de una corriente nefasta.
6- Cuando CFK le entregue el bastón presidencial al contrabandista de autopartes, el kirchnerismo habrá completado el ciclo para el que fue concebido:
a) Reconstruír la institucionalidad del estado burgués
b) Entregarle el país atado de pies y manos al imperialismo
c) Entregarle el gobierno a la derecha explícita que se había tenido que esconder bajo tierra en el 2001
7- Que se hagan cargo aquellos que apoyaron tanta mentira y tanto engaño, sobre todo los que se llaman «de izquierda» y terminaron siendo lacayos de las multinacionales. La consecuencia de los 12 años K es Macri presidente. El kirchnerismo se va dejando dejando todas las riquezas estratégicas del país en manos extranjeras y después de haber pagado una «deuda» que nunca debimos por 200.000 millones de dólares (desconociendo el fallo del juez Ballesteros del año 2000 que la declaró ilegal, ilegítima y fraudulenta), dejando una deuda igual o mayor, pero esta vez legitimada. Se va dejando mínimamente 12 millones de seres humanos viviendo en la miseria (según las estimaciones más benévolas), con el 10% más pobre accediendo sólo al 1,5% de la masa salarial, mientras el 10% más rico se lleva casi el 30% (dato del INDEC, EPH 2º trmestre 2015). Las cifras que ellos esgrimen son las mismas que los condenan.
8- Para finalizar, un párrafo para la izquierda: Toda la soberbia, la intolerancia, el sectarismo, la división, es decir, los vicios pequeñoburgueses entre los que decimos querer combatir y destruir el sistema de explotación capitalista y la cultura que de él deviene, hay que desterrarlos. Nadie es el dueño de la verdad, y no puede ser que quienes luchamos contra la propiedad privada generemos espacios donde haya «dueños y porteros». Si está visto que no nos puede unir el amor, que al menos lo haga el espanto. Y si 12 años de kirchnerismo no fueron suficientes, ahí está el horizonte inminente con una lacra explícitamente derechosa como Mauricio Macri.
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