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De la censura y las ilegalidades realmente existentes

Fuentes: Rebelión

Con quince líneas es suficiente. Lo ocurrido el pasado lunes en el debate televisivo emitido por La Sexta y otras cadenas asociadas del grupo es un ejemplo -de manual si se quiere- de la censura realmente existente y de las ilegalidades cometidas sin rubor y apenas mala conciencia, amparándose, además, en pseudoargumentos que rozan el […]

Con quince líneas es suficiente.

Lo ocurrido el pasado lunes en el debate televisivo emitido por La Sexta y otras cadenas asociadas del grupo es un ejemplo -de manual si se quiere- de la censura realmente existente y de las ilegalidades cometidas sin rubor y apenas mala conciencia, amparándose, además, en pseudoargumentos que rozan el esperpento, la tomadura de pelo y el cinismo más evidente: lo que puede ocurrir en el futuro, señala las directrices del hoy.

Censura: se prohibió escuchar una voz política (también otras si se quiere) que tiene actualmente representación parlamentaria no menor basándose en posibles resultados ofrecidos por determinadas o por la mayoría de las encuestas. ¿Y si están fallaran y el 20% de los indecisos votaran a Izquierda Unida-Unidad popular? Aunque así no fuera: ¿hay que respetar o no hay que respetar la pluralidad político-ideológica en los medios? ¿Las encuestas en el puesto de mando, ahora y siempre?

La Constitución vigente, que por supuesto puede y debe ser reformada en numerosos puntos si no conseguimos un proceso constituyente general, no apunta mal en este nudo y exige de medios, públicos o privados (no vale el argumento de que «yo, en mi cadena, hago lo que me da la gana») la presencia proporcional de las diferentes propuestas con la finalidad de que la ciudadanía se informe adecuadamente. No es suficiente… por supuesto que no, pero cuanto menos es necesario.

Que ninguna de las fuerzas en presencia, Podemos no excluida, hiciera el más mínimo comentario sobre lo señalado las retrata a la perfección. Eso sí y por supuesto, luego todo el mundo habla de libertades, democracia, presencia equitativa en los medios, etc etc y tachín y más tachán.

Que el bipartidismo se amplíe con dos nuevos nudos sistémicos, no digo que sea así forzosamente, de hecho espero y deseo que no, no representaría ningún avance destacable en la lucha por una democracia social y real. Más bien lo contrario.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.