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Histórica movilización conjunta de las centrales obreras contra las políticas del gobierno de Mauricio Macri

«Estamos preparados para pelear»

Fuentes: Página/12

Las CGT y las CTA se reunieron por primera vez en un multitudinario acto frente al Monumento al Trabajo. Plantearon un reclamo de cinco puntos y advirtieron que si no se producen cambios harán medidas de fuerza. La convocatoria del movimiento obrero organizado en vísperas del Día de los Trabajadores aglutinó a prácticamente todo el […]

Las CGT y las CTA se reunieron por primera vez en un multitudinario acto frente al Monumento al Trabajo. Plantearon un reclamo de cinco puntos y advirtieron que si no se producen cambios harán medidas de fuerza.

La convocatoria del movimiento obrero organizado en vísperas del Día de los Trabajadores aglutinó a prácticamente todo el arco político opositor y convocó a cientos de miles de personas a la calle para transformarse en la primera advertencia seria al gobierno nacional, durante su quinto mes de administración. Ayer, cuatro centrales sindicales más el peronismo en pleno, sus aliados en el Frente para la Victoria, las organizaciones sociales y políticas más convocantes del país y algunos partidos de izquierda coincidieron para manifestar su repudio a las políticas económicas y sociales llevadas adelante por la administración que encabeza Mauricio Macri y amenazaron con escalar el plan de lucha e incluso hacer un paro general en caso de que no se tomen medidas inmediatas para paliar la situación social y económica.

En la misma semana que la oposición en el Senado dio media sanción, con más de dos tercios de los votos, a una ley de emergencia ocupacional que es rechazada por el Gobierno, el mensaje fue claro: si no hay en el corto plazo medidas concretas y que sirvan para paliar la drástica pérdida de poder adquisitivo y el creciente desempleo, el Presidente deberá enfrentar un escenario de alta conflictividad social y eventualmente un paro general en el primer semestre de su gobierno. «Estamos dispuestos a contribuir pero queremos que se nos respete», planteó el secretario general de la CGT Azopardo, el camionero Hugo Moyano, último orador del acto. La alternativa fue tácita y la dejó flotando en el aire: «Si no hay respuesta…».

Los focos fueron para Moyano, Antonio Caló, Hugo Yasky y Pablo Micheli, secretarios generales de las dos CGT y las dos CTA: las cuatro principales centrales obreras en el atomizado mapa gremial argentino. Pocas horas antes se bajó del convite, sin elegancia, el gastronómico Luis Barrionuevo, quien desde hace más de una década encabeza la CGT Azul y Blanca, una central chica conformada por gremios menores. Un acto aparte organizado a último momento para salir del paso no logró disimular el motivo de su ausencia, y el 1º de mayo compartirá un locro con Macri (ver página 9).

La ausencia de la Celeste y Blanca barrionuevista y de un sector del Movimiento de Acción Sindical Argentino, que encabeza el poderoso gremio metalmecánico Smata -que igualmente ayer dio a conocer un comunicado con duras críticas al Gobierno- no alcanzó para hacer mella entre los organizadores de la multitudinaria movilización de ayer, que durante todo el acto hablaron de «las cinco centrales obreras». Incluso Caló llegó a ponerle fecha a la siempre prometida unificación de la CGT: el 22 de agosto, en un nuevo aniversario del Renunciamiento Histórico de Eva Perón, cuando se celebre el próximo congreso nacional de esa organización. En la CTA todavía no hay fecha pero ya hay charlas entre los dos sectores para normalizar ese espacio.

Cerca del escenario se soplaba que el nombre elegido para la lista de unidad era Juan Carlos Schmid, de Dragado y Balizamiento y hombre de confianza de Moyano, y que por eso fue elegido para leer el documento que confeccionaron las cuatro centrales en conjunto al comienzo del acto, minutos después de las tres de la tarde y cuando las nubes se abrieron paso para dejar pasar, por un rato, el sol, que dio calor a la multitud abrigada que desbordó las avenidas Independencia y Paseo Colón. Los organizadores calcularon la asistencia en 350 mil personas.

Las principales columnas fueron las de los sindicatos más poderosos: la verde, de Camioneros, justo frente al escenario y estirándose por varias cuadras por Independencia; la azul de la UOM; la de la Uocra con sus banderas de color amarillo fluorescente apostados sobre Colón de espaldas a la Casa Rosada; la de ATE, blanca y verde, junto al resto de la CTA, blanca y azul, del otro lado, como siguiendo camino hacia Parque Lezama. También se veían las columnas de gremios como Luz y Fuerza, el Suterh, los textiles y los de subterráneos.Contra el cielo cambiante flotaban los clásicos inflables con siglas trabalenguas cuyo significado preciso pocos conocen.

Pero la convocatoria excedía largamente el ámbito sindical, y hubo aportes importantes de sectores del PJ, organizaciones kirchneristas y hasta partidos que forman parte del Frente de Izquierda y los Trabajadores. También fue la presentación en sociedad de la Central de Trabajadores de la Economía Popular, una iniciativa del Movimiento Evita para representar a trabajadores informales y de cooperativas. La diversidad de la convocatoria quedó en evidencia cuando al comienzo del acto algunos aprovecharon el minuto de silencio en memoria de «quienes dejaron su vida luchando por los trabajadores, como Rucci, Eva y Perón» para entonar el ya célebre «Vamos a volver».

Más allá de eso no hubo incidentes y el acto se desarrolló con normalidad. Antes de las tres de la tarde, hora señalada, mientras las columnas se enredaban por las callejuelas de San Telmo para confluir frente a la Facultad de Ingeniería y el Monumento al Trabajo, los principales dirigentes hicieron quincho en el edificio histórico de la CGT sobre la calle Azopardo, a una cuadra de ahí. Moyano, Yasky, Caló, Micheli, el estatal Andrés Rodríguez, el judicial Julio Piumato, el docente Roberto Baradel, el canillita Omar Plaini y, un colado, el senador correntino Nito Artaza fueron algunos de los que participaron de esa tertulia.

Ya en el escenario, Schmid leyó el documento que plantea al gobierno cinco puntos: emergencia ocupacional, impuesto a las ganancias, asignaciones familiares, 82 por ciento móvil, derecho a huelga sin aplicación del protocolo de seguridad y la no intromisión del gobierno en la vida sindical. Luego fue el turno para los cuatro secretarios generales, aunque los primeros tres fueron breves y concretos y Moyano, que estuvo a cargo del cierre, se extendió un poco más con un discurso de tono más político.

Cuatro discursos

El primero fue Micheli, que destacó que los dirigentes hayan sido «capaces de dejar de lado por un momento las diferencias para defender a los trabajadores» ante los avances del gobierno PRO. El titular de la CTA Autónoma destacó el proyecto de ley de emergencia ocupacional y advirtió que si el Presidente la rechaza se va a «agudizar la lucha» y habrá paro general. También apuntó contra la política económica: «Dice que después de julio la inflación va a bajar a un punto pero es una expresión de deseo, no es un dato de la realidad. No es cierto que tenga un plan para cambiar esto, el plan que tienen es que la crisis la sigan pagando los trabajadores y el pueblo».

A continuación, Yasky sostuvo que ayer comenzó «una historia distinta» y que la marcha de las cuatro centrales «va a pasar a la historia» por haber cambiado el rumbo del gobierno de Macri. «No queremos volver a ver en las escuelas a los pibes pidiendo un plato de comida, no queremos volver a ver a compañeros revolviendo un tacho de basura», indicó el docente que conduce la CTA de los Trabajadores, que también destacó que «si bien es importante» la «mesa de unidad» entre las cúpulas sindicales, «es más importante ver al pueblo en estas calles que demuestran la unidad y la voluntad de lucha».

Caló, presentado en una pequeña victoria de nomenclatura de Moyano como secretario general de la CGT Alsina, dio la noticia del día al anunciar la fecha de la reunificación de «las tres CGT». Ignorando la ausencia barrionuevista, el flamante vicepresidente segundo del PJ señaló que el 6 de junio se llevará a cabo una reunión del Comité Central de la confederación y que el 22 de agosto se realizará el Congreso Nacional en el que se reunificará la central obrera, si todo sale según está previsto.

Moyano, encargado de cerrar la tarde, comenzó amonestando a las gobernadoras de Tierra del Fuego, Rosana Bertone, y Santa Cruz, Alicia Kirchner, por los conflictos que hay en esas provincias. También se dio tiempo de comentar el problema de la aplicación Uber contra los taxistas, que enmarcó como un caso de «precarización laboral, que es la nueva flexibilización». El dirigente camionero, presentado como secretario general de la CGT, a secas, destacó que «los intereses de los trabajadores están por encima de los dirigentes» y celebró la presencia de «sectores sociales y políticos» en la marcha.

«Lo importante es que los que queremos defender los derechos de los trabajadores estemos todos juntos», agregó Moyano, en una involuntaria cita al discurso de Cristina Fernández de Kirchner frente Comodoro Py, a comienzos de este mes. «No somos enemigos del gobierno, sino de las políticas que lleva este gobierno en contra de los trabajadores», definió el dirigente. «Quien se ponga enfrente de los trabajadores lo vamos a enfrentar. Estamos preparados para pelear hasta las últimas consecuencias».

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-298247-2016-04-30.html