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En un pequeño pueblito del Chubut, contra la impunidad

Gumersindo Vergara sigue vivo reclamando por su muerte

Fuentes: Rebelión

El Hoyo, Chubut, Patagonia.- Gumersindo Vergara, el trabajador rural asesinado en El Hoyo en septiembre del 2003, sigue viviendo en el corazón de sus familiares, amigos y vecinos que siguen reclamando por su muerte y porque se haga justicia con los responsables de ella. Porque a pesar del miedo que quisieron transmitirle a la gente […]

El Hoyo, Chubut, Patagonia.- Gumersindo Vergara, el trabajador rural asesinado en El Hoyo en septiembre del 2003, sigue viviendo en el corazón de sus familiares, amigos y vecinos que siguen reclamando por su muerte y porque se haga justicia con los responsables de ella. Porque a pesar del miedo que quisieron transmitirle a la gente para que no saliera a gritar por justicia, vinieron de El Bolsón, de Esquel, de Golondrinas, de Epuyén. El pequeño pueblito chubutense de El Hoyo se llenó de voces y gritos y manos que expresaron su bronca al cumplirse un año del asesinato de Gumersindo. Y lo más importante, lo inédito hasta ahora en la historia de este pueblo cordillerano de Chubut: la gente de El Hoyo marchó y se plantó nuevamente frente a la comisaría donde están convencidos que mataron a Gumersindo. Y los policías que estaban allí -que también vinieron de Esquel y de Rawson para prevenir si había «disturbios ocasionados por militantes de Quebracho»(¿?)- no podían creer lo que estaba pasando ya que es el primer caso en esta zona de una muerte violenta que llega a la justicia. Esos mismos policías se metieron adentro y luego salieron -cuando los vecinos ya no estaban- para sacar y romper la cruz de madera con el nombre de Vergara que nuevamente fue puesta frente a sus narices.

Mientras todavía resonaban en nuestros oídos el «no tenemos miedo» que entonamos junto a la gente frente mismo a la comisaría de El Hoyo, dialogamos con Cristian Hendrickse, abogado de Margarita Mardones, la Compañera de Gumersindo, quien en estos días está a punto de convertirse por primera vez en abuela. Algo que Gumersindo, por la injusticia y la brutalidad que sigue imperando en el noroeste del Chubut, no pudo llegar a vivir a pesar de sus jóvenes 44 años.

«Esta manifestación es una muestra de la persistencia. Porque fuimos y somos perseverantes en nuestros reclamos, más allá de de las diferencias en quien tiene el poder en Chubut. Pasó el gobernador Lizurume, pasó el juez Colabelli y ahora está el gobernador Das Neves, quien también pasará. Lo que sí quedará es nuestro reclamo. No sabemos si vamos a lograr el esclarecimiento del hecho y la condena y el castigo a los culpables en una semana, en un mes, en un año o en cien. Nosotros sabemos que al final vamos a lograr este objetivo. Y tomamos como ejemplo a las Madres de Plaza de Mayo, que eran unas pocas locas que daban vuelta a la pirámide y que persistiendo ellas lograron encarcelar a quienes en aquel entonces eran la suma del poder público. Los dueños de la vida de la gente terminaron presos y repudiados por la sociedad. Nosotros tomamos su ejemplo y creemos que eso va a dar sus frutos… Y ya lo está dando, con la marcha que hicimos en El Hoyo por Gumersindo, a un año de su asesinato».

-Hablando del poder en El Hoyo y en Chubut, las cosas le salieron mal porque quisieron meter miedo pero vino mucha gente ¿Cómo se logró eso?

«El miedo es una constante en el noroeste del Chubut. Aquí las muertes impunes son un discurso claro a la comunidad para manifestarle que aquel que cuestiona o que quiere poner en discusión al poder, es despedido. Pero despedido de la vida. Así como un trabajador que cuestiona las condiciones de trabajo que le impone su patrón y puede pagarlo con su despido, acá se ratifica el poder del señor feudal con la muerte. Pero en esta oportunidad, con el asesinato de su Compañero Gumersindo Vergara, las víctimas dijeron no. Margarita Mardones, su esposa y Compañera de vida, dijo no. Y dijeron que no tienen miedo. Y la gente empezó a no tener miedo. Porque el miedo es la herramienta que ellos necesitan para explotar a la gente, para dominar y mantener su poder porque el noroeste del Chubut es una zona feudal, absolutista, inclusive nazifascista. Y en el país poco o casi nada de esto se sabe».

– En la marcha había gente que se abrazó y se daba fuerza una a la otra. Cuéntenos quiénes vinieron y de dónde.

«Principalmente estuvieron los parientes de Gumersindo Vergara, quienes en su totalidad son gente trabajadora y en su mayoría son analfabetos. Ellos no saben de escritos ni de abogados. Acá el juzgado más cercano está a 150 kilómetros. Así que tenés que recorrer 300 kilómetros para que gente que sabe escribir te diga no, no tenés derecho, no hay que hacer autopsia. Pero la gente sigue firme, sin saber leer pero teniendo dignidad. Y esta paisanada pobre del Chubut estuvo y está firme frente al poder policial, demostrándole que no le tienen miedo. También llegaron distintas organizaciones sociales como la Asamblea de Vecinos de Lago Puelo, el Partido Obrero de Bolsón y el Partido Humanista de Río Negro y Chubut. También gremios como los docentes rionegrinos de la UNTER. Llegaron adhesiones de la APDH La Plata y vinieron compañeros de la organización mapuche tehuelche 11 de Octubre de Esquel, ya que no hay que olvidarse que Gumersindo Vergara y su Compañera Margarita son mapuches».

– ¿Cuáles son las últimas novedades en el caso de Gumersindo?

«En estos momentos hay presiones para que se destituya a los fiscales Falco y Sachino, pero por ahora hay oídos sordos por parte de la procuración fiscal de Chubut. También para que el gobernador Das Neves, como jefe máximo de la policía, destituya a los policías de El Hoyo involucrados en el hecho. Pero hasta hora no habla ni toma posición sobre el caso. Por eso nos queda la presión a través de los organismos y la gente, ya que la justicia de Chubut está parada. Porque no se puede caminar cuando los fiscales y jueces son cómplices en temas de corrupción y en la violación sistemática de los Derechos Humanos en la provincia. Y lo peor es que eso hace que la policía instigue a matar, que es lo que hicieron en el caso de Gumersindo y de muchos otros… En lo que se denomina «el informe Luchelli» -un funcionario de la justicia que investigó lo que pasó en el noroeste del Chubut- se acredita con pruebas testimoniales recogidas en el lugar que en la comisaría de El Hoyo se desnudaba y se golpeaba a los detenidos en lugares distintos a los calabozos. Incluso se comprobó que había una sala de tortura para desnudar y golpear a los jóvenes».

– La pericia que probaba que Gumersindo nunca se pudo haber suicidado colgándose con una manguera de goma ¿se demostró?

«Eso está acreditado en el expediente: se acreditó que Gumersindo Vergara fue asesinado. La policía de El Hoyo quiso vender a la comunidad que se había ahorcado, presentando una escena del crimen dibujada en la cual estaba el cadáver de Gumersindo en el piso con un pedazo de goma y otra goma colgando de los barrotes del calabozo. Lo que se probó es que esas dos gomas jamás formaron una misma pieza y también que esas gomas no resistían más de 31,8 kilos. Vergara pesaba más de 90, así que jamás se pudo haber ahorcado. Y también se acreditó, con un estudio histopatológico, que las lesiones que presentaba el cuerpo de Gumersindo, que nosotros pensábamos que eran quemaduras de cigarrillos, fueron impactos de proyectiles producidos a más de un metro de distancia, de calibre 22 o de escopeta, y que impactaron en la víctima en las últimas 24 horas de vida. Lo que es contundente es que todo esto fue hecho por la policía de El Hoyo, ya que si hubiera entrado herido a la comisaría tendría que haber sido derivado al hospital. A Gumersindo lo mataron. Esto está más que claro que nunca y nadie está pagando por ello».