La Audiencia Nacional de España condenó hoy a 640 años de prisión al ex represor y ex capitán de la Armada Adolfo Scilingo, por haber participado del operativo en la última dictadura en la que 30 personas secuestradas ilegalmente fueron arrojadas al mar, vivas y adormecidas, en los denominados «vuelos de la muerte» durante 1977. […]
La Audiencia Nacional de España condenó hoy a 640 años de prisión al ex represor y ex capitán de la Armada Adolfo Scilingo, por haber participado del operativo en la última dictadura en la que 30 personas secuestradas ilegalmente fueron arrojadas al mar, vivas y adormecidas, en los denominados «vuelos de la muerte» durante 1977.
Por primera vez un ex militar de Argentina fue condenado en el exterior por la represión ilegal, ya que el ex capitán naval Alfredo Astiz, en 1990, recibió prisión perpetua por un tribunal de París, Francia, que lo juzgó en ausencia por la desaparición de las monjas galas Alice Dumon y Leonie Duquet, pero nunca cumplió la condena aunque actualmente está preso en una base naval argentina.
Esta mañana en Madrid, los jueces españoles Fernando García Nicolás, Jorge Campos Martínez y José de Prada Solaesa dieron su veredicto, condenando a Scilingo a la pena acumulativa de 640 años por el homicidio múltiple de 30 opositores a la dictadura y guerrilleros. La lectura de la sentencia, de 209 hojas, corrió a cuenta del juez ponente De Prada Solaesa, mientras Scilingo, de 58 años, escuchaba sin reaccionar al fallo y pena en su contra que lo consideraba autor responsable de un delito de lesa humanidad por 30 homicidios, una detención ilegal y tortura. Así, pues, la condena a 640 años se compuso de 30 penas de 21 años de prisión por cada una de las muertes y dos penas de 5 años. Aunque la condena es de centenares de años, Scilingo está obligado a cumplir tres décadas de encierro en España.
El tribunal dió por probado que Scilingo participó en dos «vuelos de la muerte», en mayo y junio de 1977, en base a su propia confesión de 1995, cuando irrumpió en los medios de comunicación como un represor arrepentido y dio decenas de entrevistas, en los que contaba detalles de ese método de exterminio. Luego de conocerse la sentencia condenatoria, el abogado de la Acusación Popular, Carlos Slepoy, aseguró estar «satisfecho» por la condena y consideró que «es la coronación de un largo proceso, es una sentencia que tiene un carácter histórico».
Scilingo se desempeñó entre 1976 y 1977 como jefe de Electricidad y Automotores de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde funcionaba un centro clandestino de detención por el que habrían pasado unas 4.500 personas secuestradas.
En 1997, el propio Scilingo viajó a España para confesar sus crímenes ante el juez Baltasar Garzón en el proceso por genocidio, terrorismo y torturas a la dictadura argentina, con la ilusión de que lo tomaran en calidad de arrepentido, pero el magistrado lo imputó y dejó detenido.
En este juicio hubo alrededor de 150 testigos, entre los cuáles estuvieron los ex detenidos desaparecidos Graciela Daleo y Adriana Calvo, así como quien fuera fiscal del Juicio a las Juntas Militares, Julio Strassera, y el Premio Nobel de la Paz 1980, Adolfo Pérez Esquivel.
Junto a Scilingo también está detenido el ex capitán naval Ricardo Cavallo, alias Sérpico, que también actuó en los grupos de tareas represivos de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), y en 2003 fue detectado viviendo en México, país que luego lo extraditó a España por pedido de Garzón.
Y el viernes pasado se supo que en España también está imputado y con libertad vigilada Ricardo Oliveros, ex agente de inteligencia del Ejército con actuación en Mar del Plata, que podría ser incriminado en la desaparición de Jorge Carlos Toledo, el 10 de diciembre de 1976.