1. Dicen muchos estudiosos que ahora la prensa no es el «cuarto poder», que los medios de información ocupan el «segundo poder», sólo superado por el gran poder económico empresarial transnacional. La realidad es que estos dos poderes van juntos porque uno es el poder ideológico y el otro el económico, y se complementan para […]
1. Dicen muchos estudiosos que ahora la prensa no es el «cuarto poder», que los medios de información ocupan el «segundo poder», sólo superado por el gran poder económico empresarial transnacional. La realidad es que estos dos poderes van juntos porque uno es el poder ideológico y el otro el económico, y se complementan para cumplir su papel de dominación. Los poderosos empresarios sostienen con su capital a los medios pero éstos ideologizan y docilizan a la población para mantenerlos bajos su dominio. Los medios de información, con imágenes bien manipuladas y textos redactados a propósito, logran engañar a la población introduciéndoles una serie de valores coincidentes con la clase dominante en los que se acentúa el individualismo y la competitividad. Se lleva a la población a despreciar a su propia cultura, sus costumbres y a su propia gente, así como a adoptar estilos de vida, personalidades, incluso políticas que los dañan.
2. Lo más grave es que todas esas falsedades, repeticiones y reiteraciones que propagan los medios para ensalzar a sus amigos y destruir a sus enemigos, no solo logran engañar a la humilde población sino también a los sectores medios y hasta a personas pensantes de izquierda. En política, por ejemplo, los medios abren espacios a políticos amigos de la empresa haciendo comentarios positivos sobre ellos o arreglándoles entrevistas; sin embargo, por otro lado, crean los comentarios más negativos -incluso construyen imágenes- contra aquellos políticos que piensan y actúan en contradicción de los intereses de esos medios. Esto se pudo probar con la manipulación de los videos sobre el PRD y con el desafuero antes de la campaña de López Obrador, pudo observarse durante los comicios y se ha hecho más evidente después del 2 de julio, cuando AMLO declaró desconocer los resultados electorales y a las instituciones por fraudulentos.
3. Durante el sexenio Fox-panista (2000-06) algunos medios de información como el diario La Jornada y el semanario Proceso -las dos publicaciones independientes del país- publicaron documentadas denuncias acerca de los grandes fraudes de Fobaproa, de los Amigos de Fox, de Vamos México, de la Lotería Nacional, de los ranchos de Fox, de los hijos de Marta Sahagún, de las concesiones y de las casas de juego a Televisa, de los fraudes financieros del dueño de TV Azteca, etcétera, etcétera. Los demás medios de información: TV. Radio y prensa casi silenciaron todos esos hechos que implicaban al gobierno, a los empresarios y a los medios, a pesar de que fueron negocios de miles de millones de pesos. Por el contrario esos funestos medios repitieron durante horas, semanas y meses las trampa video grabada que ellos mismos le tendieron a Bejarano, Imaz y Ponce, del PRD. Y lo grave es que ese mismo partido se guía por la TV.
4. Esos medios, encabezados por Televisa y TV Azteca, presentaron a Cuauhtémoc Cárdenas como un desequilibrado mental por su protesta contra el fraude de 1988, pero también 10 años después, cuando fue asesinado Paco Stanley por narcotraficantes. Lo mismo han hecho contra López Obrador durante estos últimos tres años, comparándolo con «los locos» Hugo Chávez y Fidel Castro, por cierto los dos gobernantes más dignos de América Latina. ¿Por qué piden hoy a Chávez que reconozca al gobierno del usurpador Calderón si el panismo y los medios se pasaron más de tres años insultando con calificativos de dictador, populista, comunista, a los gobernantes de Venezuela y Cuba? Fueron tan insistentes los espots y discursos de campaña de la derecha contra López Obrador y Chávez que una parte de la población, cegada y sin capacidad para pensar, le da miedo defender al digno gobierno venezolano.
5. Y ahí está el verdadero peligro: que una gran mentira, manipulada y repetida cien veces por los medios de información, se piense que es verdad: Repiten los medios, por ejemplo, que los de la Asamblea Popular de Oaxaca (APPO) son guerrilleros y sus apoyadores delincuentes; que López Obrador debe reconocer que perdió y si protesta es que enloqueció; que no se debe permitir el bloqueo de calles porque se viola el derecho de tránsito; que los multimillonarios de Forbes son inteligentes, los pobres perezosos; que los salarios no pueden aumentar porque los empresarios necesitan que haya productividad. Con este tipo de frases, con manipulación de imágenes y entrevistas a modo, repetidas hasta el cansancio, los empresarios de los medios manipulan en la conciencia de la gente para que dejen de apoyar las luchas populares y de los trabajadores. Y lo funesto es que mucha gente le cree a los medios empresariales.
6. Por ejemplo: hoy me he enterado de la muerte de Bin Laden -que ojalá sea falsa- y de los miles de millones que autorizó -así lo declaró cínicamente- el presidente yanqui Clinton para perseguirlo y asesinarlo. Hace algunos años se informó al mundo -con todo desparpajo- que el presidente Bush supo a tiempo que Irak no guardaba armas nucleares, pero ordenó los bombardeos a ese país con ese pretexto. El gobierno de Kennedy ordenó en 1961 la invasión a Cuba, por playa Girón, pretextado que ese país se enfilaba al comunismo. En 1973 el gobierno de Nixon instruyó el derrocamiento en Chile de Salvador Allende usando la traición del general Pinochet. Lo mismo sucedió en Guatemala, Dominicana, Panamá, Granada y, recientemente, en Venezuela. El gobierno yanqui puede bombardear, invadir, saquear, asesinar, pero sus gobernantes agresores -en la TV, radio y prensa- siempre aparecerán como demócratas y honorables.
7. El día de hoy el periodista Ricardo Rocha ha dado cuatro entrevistas a sus colegas para denunciar a los ultras de la APPO. No fue tan funesto como sus entrevistadores que buscan pretextos para pedir la intervención de la fuerza militar contra Oaxaca. Hace unos días 500 personas rodearon el edificio de Televisa para protestar por la manipulación de las noticias contra López Obrador. Hace varias semanas el sólo nombre de López Dóriga, de José Cárdenas y de Televisa hecho en el plantón del Zócalo provocó mentadas de madre contra esos periodistas y empresa. Hace algunos años Marcos, el dirigente del EZLN, declaró «no grata» la presencia de Televisa en una reunión en Chiapas. Por cada una de esas protestas Televisa y TV Azteca sacan a relucir la libertad de prensa y de expresión, pero callan cínicamente que ellos sólo acuden a esos actos para tergiversar la verdad y falsificar la información. ¿Cómo no repudiarlos?
8. La campaña contra los medios de información mentirosos y manipuladores como Televisa, TV Azteca, Radio Fórmula, debe ser permanente. La batalla no es contra los reporteros o entrevistadores, sino contra las empresas que obligan a sus trabajadores a tergiversar la verdad. Los medios deben ser muy objetivos, pero la mayoría de ellos son verdaderos negocios privados en donde no hay márgenes para la libertad, ¿Qué pasaría si un buen periodista, con dignidad, le lleva a la empresa un buen reportaje o un interesante artículo que no refleja la línea editorial de la casa? En primer lugar no se lo publican y en segundo lugar corre el peligro de ser despedido. Los periodistas, desde que son contratados, por el pago deben aceptar la línea que les trazan. ¿Cómo piden respeto esas empresas si no lo tienen por sus televidentes o lectores? Ojalá que quienes piensan un poco se den cuenta del enorme peligro de esos poderosos medios empresariales que construyen imágenes e informaciones falsas que transmiten como verdaderas.