Reporteros Sin Fronteras (RSF) mantiene un silencio absoluto desde varios días acerca del escándalo de corrupción que rodea una de sus principales fuentes de fondos en Estados Unidos, el Cuban Freedom Center del ex agente de la CIA, Frank Calzon, amigo personal del Secretario perpetuo de la organización francesa, Robert Ménard. El vocero de Bush, […]
Reporteros Sin Fronteras (RSF) mantiene un silencio absoluto desde varios días acerca del escándalo de corrupción que rodea una de sus principales fuentes de fondos en Estados Unidos, el Cuban Freedom Center del ex agente de la CIA, Frank Calzon, amigo personal del Secretario perpetuo de la organización francesa, Robert Ménard.
El vocero de Bush, Scott Stanzel, ha revelado hace unos días que el caso Felipe Sixto, un asesor presidencial para los temas de Cuba y Puerto Rico que trabajo durante años con Calzón, ha sido referido al Departamento de Justicia después de que se haya descubierto que el funcionario público estaba implicado en actividades de desvío de fondos.
Ménard recibe desde ya muchos años generosos subsidios de la organización de Calzón con quién mantiene una relación amistosa.
El uso indebido de fondos proveniente de la United States Agency for International Development (USAID) ha sido detectado a finales de enero del 2008, ha confesado Frank Calzón en declaraciones públicas en las cuales niega desesperadamente su responsabilidad en las actividades criminales de su ex brazo derecho.
Según AP, Sixto dejo su puesto en la organización de Calzón y se incorporó a la Oficina de Asuntos Intergubernamentales de la Casa Blanca como asesor especial del presidente en julio último y «tenía como misión el servir de enlace con funcionarios hispanos, grupos indios y legisladores de los estados en asuntos como lo relacionado con Cuba, Puerto Rico, la sanidad, cuestiones laborales o el medioambiente».
Hasta ahora, Calzón se abstuvo de explicar por qué Sixto que era hasta entonces su colaborador más indispensable acepto repentinamente alejarse de su organización el verano pasado.
EL GAO YA HABIA PUESTO EL DEDO EN LA LLAGA
Radicado en Washington, el Cuban Freedom Center se pretende una «organización no gubernamental» dedicada a promover «los derechos humanos y la transición a la democracia» en Cuba.
Sixto, un cubano de Miami radicado en Frederick, Maryland, mantiene relaciones asiduas con miembros conocidos de la mafia cubanoamericana.
RSF posee en la Florida fuertes lazos con individuos identificados por el propio FBI como terroristas y con grupos que apoyan abiertamente el terrorismo contra Cuba.
«Nadie en estos momentos en el Cuban Freedom Center está relacionado y estoy seguro de que nadie (más) se involucró o está actualmente involucrado en esas actividades», juró Calzon a la AFP. La agencia francesa que mantiene lazos con Reporteros sin Fronteras, afirma en un cable que la organización de Calzon y Sixto envía a Cuba «miles de libros, computadores portátiles, radios de onda corta y medicinas».
Sin embargo, una investigación del General Accountability Office (GAO) una oficina de auditoría del gobierno federal determinó, en un informe de 50 paginas publicado hace unos meses, que muy poco de las decenas de millones regados por la USAID con el tema Cuba llega efectivamente a la isla.
Un número importante de organizaciones parasitarias de la «disidencia» de Miami se llevan esta fortuna a su llegada en la Florida.
Más del 95 por ciento, es decir casi la totalidad, de los 65.4 millones del presupuesto Cuba de la USAID analizado por el GAO fueron atribuidos «en respuesta a propuestas no solicitadas», sin licitaciones, revelaba el reporte.
Entre los grandes beneficiarios de esta operación de desvío de fondos se encontraba Cuban Freedom Center de Calzón, que ingurgitó más de 5 millones entre 1996 y el 2005.
Como si no fuera suficiente, la USAID subsidia también a la National Endowment for Democracy (IRI) y a la International Republican Institute (IRI) dos otros proveedores de RSF.
No es por nada que Robert Ménard mantiene una oficina en Nueva York y dispone de una firma contadora en Virginia, a unos minutos del bunker de la CIA, además de una cuenta bancaria norteamericana a la cual él solo tiene acceso.
CALZON, UN EX TERRORISTA DEL GRUPO ABDALA
Al final de los años 60, Frank Calzón, entonces agente especial de la CIA fue dirigente del grupo terrorista Abdala, ligado al Frente de Liberación Nacional de Cuba (FLNC).
Calzón pasó luego a ser director ejecutivo de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), desde su creación en 1981 bajo orientación de la Casa Blanca de Ronald Reagan. La organización conocida por su apoyo a las actividades criminales del terrorista Luis Posada Carriles.
A partir de 1987, pasa a la organización derechista Freedom House para luego crearse una organización propia, el Cuban Freedom Center, de inmediato subsidiada con 400 mil dólares por el Gobierno de Estados Unidos.
Ménard conoció a Calzón hace años por el intermediario de Otto Reich, un alto funcionario norteamericano nacido en Cuba de padre austriaco.
Durante años, Robert Ménard negó su relación con Calzón.
En marzo del 2004, Ménard y Calzón se presentaron en público juntos, con una conocida mercenaria de Miami, Silvia Iriondo, en una reunión con diputados europeos, propiciada por los socios de José María Aznar en la Unión Europea.
En mayo, Calzón se embolsaba cinco de los 34 millones que Bush asignó en el marco de su plan de anexión de Cuba. Reporteros Sin Fronteras se garantizaba entonces parte del pastel.
Sin embargo, hubo que esperar hasta un foro Internet del semanario francés Le Nouvel Observateur, el 22 de octubre del 2004, para que el capo de RSF reconozca por fin abiertamente su vinculo con el ex agente de la CIA.
Mientras desarrolla en Francia campañas mediáticas que lo identifican a sectores progresistas, el dueño de RSF obedece a orientaciones bien claras de la inteligencia norteamericana. Lo que explica por qué se mantuvo callado hace poco cuando importantes medios progresistas como la página web rebelion.com y la Agencia Boliviana de Información han sido censuradas por varios proveedores de internet en Suecia y otros países de Europa.
Frente al escándalo Sixto-Calzón, Ménard a escogido evitar el tema, mientras realiza en Europa ruidosas campañas contra China, con la colaboración de la prensa francesa, propiedad de las mismas grandes fortunas que lo subsidian.
Sin embargo, en Miami, ya se cuenta que el caso Sixto es a penas la punta del iceberg y que nuevas investigaciones pudieran pronto revelar otros escandalosos capítulos de la guerra sucia contra Cuba realizada desde ya 50 años por el gobierno de Washington.