La investigación por la desaparición de Jorge Julio López no deja de arrojar hechos insólitos. Al cumplirse los dos años del secuestro del testigo, la familia denunció penalmente a los abogados que representaron a López en el juicio al represor Miguel Etchecolatz así como a los jueces y fiscales que intervinieron en ese proceso. Días […]
La investigación por la desaparición de Jorge Julio López no deja de arrojar hechos insólitos. Al cumplirse los dos años del secuestro del testigo, la familia denunció penalmente a los abogados que representaron a López en el juicio al represor Miguel Etchecolatz así como a los jueces y fiscales que intervinieron en ese proceso. Días atrás, la Policía Federal le propuso al juez Arnaldo Corazza hacer una «autopsia psicológica de López». Pistas firmes, no hay.
Días atrás se conoció que la Policía Federal le hizo llegar una propuesta de trabajo al juez que entiende en la causa por la desaparición de Jorge Julio López, Arnaldo Corazza. El subcomisario Raúl Britez y el comisario inspector Gustavo Storni, integrantes de la fuerza de seguridad que interviene en la investigación desde que fuese separada la Bonaerense, aconsejaron llevar adelante una autopsia psicológica del testigo desaparecido.
«No se ha permitido dilucidar el paradero actual de López así como tampoco el motivo ni las circunstancias de su ausentamiento (voluntario o involuntario)», fundamentaron en el escrito presentado ante el titular del juzgado federal 3 de La Plata. Difícil tarea les deparará a quienes intenten buscar en la psicología de López los motivos de su «ausencia». Raro resulta que se pretenda investigar sobre la desaparición forzada de una persona, figura jurídica con la que la misma Cámara Federal platense definió el caso, a partir de la reconstrucción de los últimos días del secuestrado.
En la presentación en la que insisten en el empleo de técnicas de perfilación criminal, se detalla que el quipo que llevaría adelante la tarea estaría integrado por personal del poder judicial de Córdoba, de la Gendarmería Nacional, la Policía Federal y un oficial de enlace con la embajada alemana. Asimismo, dice que integraría el grupo un investigador de la Universidad de Buenos Aires. De lo que no se habla en la propuesta de la Federal es de investigar la desaparición de López en el marco del juicio al genocida Etchecolatz y como un mensaje a todos los actores de los juicios, como han recalcado desde Justicia YA!.
Los organismos nucleados en Justicia YA! afirmaron que con estas medidas se intenta «retrotraer la investigación al momento inicial». Además, sostuvieron que «el objeto procesal de la causa parece ya no ser saber dónde está López y quiénes fueron sus secuestradores, sino cuales fueron sus contribuciones a la propia dinámica del hecho«. En otras palabras, investigar a la víctima, vaciar la desaparición de contenido político y volver a la teoría de un anciano extraviado a raíz del shock emocional producido por su declaración en el juicio. No es rara que esta teoría provenga de la Policía Federal ya que hace dos años había sido esbozada por el ministro Aníbal Fernández, entonces responsable de la cartera del Interior y, por ende, de las fuerzas de seguridad. La línea más firme pareciera ser investigar si López efectivamente estuvo tomando el te con su tía durante estos 24 meses ó indagar en cómo su personalidad influyó para ser nuevamente desaparecido.
Denuncias contra la querella y los jueces
Al cumplirse los dos años de la desaparición de López, los abogados de la familia presentaron una denuncia contra los letrados que patrocinaron al testigo desaparecido en el juicio contra el genocida Miguel Etchecolatz. La presentación fue extensiva a los jueces y fiscales que intervinieron en el proceso judicial. «Nadie requirió medida alguna para su resguardo personal y psicológico», manifestaron ante el juez Corazza.
La denuncia penal fue realizada por los abogados Alfredo Gascón Coti y Hugo Wortman Jofre, ambos integrantes de la Fundación Soporte, que se dedica a brindar asistencia legal a testigos y arrepentidos y que cuenta con el asesoramiento de un experto en la materia: Mario Pontaquarto.
En esa presentación, se acusa a quienes integraban a la querella de no haber cuidado a López , intentando apelar a la teoría de las «malas juntas», respuestas que daban durante la dictadura militar quienes justifican los miles de desapariciones. Adriana Calvo, integrante de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, resumió la estrategia de Gascón Coti y Wortman Jofré: «Pretenden correr el eje y con esa absurda denuncia quieren hacer creer que los responsables de la desaparición somos nosotros». Por su parte, la abogada Myriam Bregman declaró a ANRed: «Era el argumento que faltaba para terminar de correr las responsabilidades de aquellos que tenían que dar explicaciones«.