El presidente de Ecuador, Rafael Correa, a su vuelta de un viaje oficial a Turquía hizo escala en España. Primero, en Murcia donde el sábado 17 de marzo se reunió con los emigrantes que viven en la región levantina. Más tarde, viajó a Madrid donde se entrevistó con el nuevo jefe de gobierno, Mariano Rajoy, […]
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, a su vuelta de un viaje oficial a Turquía hizo escala en España. Primero, en Murcia donde el sábado 17 de marzo se reunió con los emigrantes que viven en la región levantina. Más tarde, viajó a Madrid donde se entrevistó con el nuevo jefe de gobierno, Mariano Rajoy, para tratar temas de interés bilateral. Al final de la larga jornada, cientos de trabajadores ecuatorianos que viven en el centro de la península acudieron a la Ciudad Universitaria para escucharle y aplaudirle en una nueva y calurosa acogida de su comunidad. Como suele programarse en estos casos, fue invitado por Televisión Española (TVE) para hacerle una entrevista en el programa matinal dirigido por la periodista Ana Pastor. Ha sido emitida el día 19 de marzo pasado. Ofrezco a continuación una breve síntesis de ella.
En su alusión inicial al encuentro con Rajoy, se introdujo en el plató de televisión el fantasma de la crisis. El presidente ecuatoriano reconoció que golpea a Europa y a España y que algunas de las recetas que ahora se emplean ya fracasaron antes en América Latina. Por su grave repercusión sobre las clases populares, en especial entre los emigrantes, se refirió a la cuestión de las hipotecas mostrando su crítica a una normativa como la española tan rígida a favor de la banca. «Me escandaliza que el riesgo de las hipotecas esté en los seres humanos y no en el capital». Como diagnóstico de la situación, Rafael Correa afirmó en tono solemne: «El problema esencial de nuestro tiempo es la supremacía total del capital sobre los seres humanos«. (Primeros gestos de sorpresa de Ana Pastor. En TVE, tan políticamente correcta, sonaba a «herejía»).
Ignorando por completo los avances económicos y sociales experimentados en el país americano en los últimos años, la entrevistadora introdujo a continuación el tema de Ecuador para poner de relieve la pobreza allí existente. El presidente tuvo que matizar el negro cuadro trazado: ha disminuido la desigualdad en el país y en cinco años ha bajado diez puntos la tasa de pobreza. Nueva afirmación de calado de Correa:
«En 5 años no puedo resolver 200 años de explotación«.
Siguiente tema, próxima Cumbre de las Américas en Colombia. ¿Asistirá a ella o no? Ante la respuesta de que no ha tomado decisión al respecto, Ana Pastor se muestra preocupada por la posible ruptura de algunas alianzas internas (?) en el caso de su ausencia y le pregunta si el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, acudirá a la Cumbre. Dejando de lado asuntos que no le competen, Correa centró la cuestión: «Los presidentes están en las Cumbres y los pueblos en los abismos. Es intolerable la ausencia de Cuba. El bloqueo a Cuba rompe el Derecho Internacional«. (Suena revolucionario escuchar esta condena al bloqueo estadounidense a través de TVE). En referencia a las Islas Malvinas, se preguntó él mismo más adelante: ¿cómo se entiende que Inglaterra tenga una colonia a más de 14.000 kilómetros de distancia de Londres y frente a las costas de Argentina? (Frecuentes interrupciones de la entrevistadora en esta fase).
Sobre las drogas, reconoció que la estrategia actual contra ellas había fracasado y que era necesario buscar una nueva forma de lucha. Recordando la famosa enmienda a la Constitución de los Estados Unidos y la consiguiente prohibición de la venta de alcohol (la llamada Ley seca), precisó que el problema de las drogas reside en que su producción está en América Latina, mientras que la producción del alcohol está en los Estados Unidos.
Habían transcurrido once minutos de la entrevista en TVE. A partir de ahora, entraba en faena la periodista de mirada desafiante y modales impropios en un medio público de calidad.
«La mentira ha destruido América Latina»
Primer dardo envenenado de Ana Pastor al presidente Correa: ¿podría ser su hermano [Fabricio] el candidato único de la oposición? La pregunta en sí carece de sentido para un periodista honesto porque el tal FC ni es político en activo, ni dirigente de la oposición, ni persona que pueda aglutinar a ningún sector relevante de la población en unas elecciones presidenciales. Es simplemente un empresario acostumbrado a navegar sin escrúpulos en aguas turbulentas, un verdadero tiburón de los negocios, especie que por desgracia tanto abunda en nuestros días a uno y otro lado del Atlántico. Nada de eso le importaba a esta periodista «valiente» que durante cinco minutos martilleó a un digno Jefe de Estado latinoamericano sobre este asunto familiar («muy doloroso», en expresión del presidente), utilizado de manera oportunista por la oposición. Sacó a relucir un libro de FC contra su hermano, se interesó de manera indecente por la relación personal entre ambos e incluso proyectó un video en el que FC denunciaba «el régimen de terror» (!) instaurado en Ecuador por el presidente Correa. Respuesta contundente de éste: no lo persiguen [a FC] por ser opositor, sino que se volvió opositor porque lo persiguieron al descubrir contratos ilegales de empresas fantasmas creadas por él en Panamá que a su vez compraron empresas en Ecuador que ganaron concursos que no cumplieron.
Una sencilla pregunta por mi parte a la estrella matinal de TVE: ¿se atrevería a interrogar del mismo modo a un Jefe de Estado europeo, pongamos por caso España, sobre los negocios de su hija y su yerno, con o sin video añadido?
Segundo dardo, a favor de los grandes medios privados y en contra de la resistencia a ellos por parte de Rafael Correa. Ejemplo utilizado: el diario El Universo de Ecuador, condenado por calumnias en los tribunales de justicia de su país. Una perla informativa casi oculta en la pantalla y que el presidente se encargó de leer: el editorial del citado periódico en el que se le amenazaba «por haber ordenado fuego a discreción y sin previo aviso contra un hospital lleno de civiles y de gente inocente». Hay que recordar que el propio presidente sufrió un ataque con gases lacrimógenos el día 30 de septiembre de 2010, que tuvo que refugiarse en un hospital militar próximo para salvar su vida y que, al ser restacado del hospital por el ejército, algunos policías de su escolta resultaron muertos y otros heridos de bala por los amotinados. ¡Tal es la desfachatez de la prensa «independiente» por la que ahora gimotea Ana Pastor¡ Las organizaciones internacionales UNASUR y OEA calificaron estos gravísimos hechos como un intento de golpe de Estado y expresaron su solidaridad con el presidente constitucional de Ecuador.
En abierto enfrentamiento dialéctico con Correa, AP le planteó «si se arrepiente de cómo ha manejado el tema» de la prensa. «Esta lucha ha valido la pena», contestó con serenidad, para contraatacar más adelante: «Ustedes se creen propietarios de la opinión pública. No, ustedes son propietarios de la opinión publicada. La opinión pública es la de nuestros pueblos y a ellos hay que contestarles«. (Comentario de Ana Pastor tras el revolcón: «usted es muy crítico con los medios»).
Puestos a no rendirse ante los argumentos, la entrevistadora echó mano de «autoridades» que han criticado la actitud del gobierno ecuatoriano ante la prensa: Human Rights Watch, The New York Times y Amnistía Internacional. Correa matizó su respuesta: HRW queda descalificado, pues lo financia el cartel de Sinaloa; en el diario estadounidense hay quien no sabe dónde está Ecuador; y AI debería informarse mejor antes de criticar. Puso en tela de juicio el papel de las ONG en América Latina y subrayó que, como nunca, por fin se ejercen en Ecuador los derechos humanos: el derecho a la salud, a la educación, a la vida, al trabajo, a la verdadera libertad de expresión. No admitió el presidente que ella le acusara de perseguir periodistas y le echó en cara que esa toma de posición antiética era fruto del espíritu de cuerpo. Elevándose sobre la anécdota, Correa sentenció con energía: «En un Estado de Derecho no se persiguen periodistas, se persiguen delitos tipificados en la ley, sea quien sea quien los cometa. La mentira ha destruido América Latina«.
El toque final de la tensa conversación lo reservó AP a la marcha de protesta de algunos indígenas de Ecuador, video incluido. ¿Quién les ha prohibido manifestarse?, comentó el presidente. «Lo que ellos pretenden es el consentimiento previo, el poder de veto».
Media hora exacta duró la entrevista. Más de la mitad del tiempo consistió en un acoso dialéctico al presidente ecuatoriano en nombre de los derechos humanos y la libertad de prensa. Las interrupciones de AP fueron frecuentes, abundaron también sus comentarios negativos, y la base documental y argumental parecía sacada sin apenas disimulo del gastado repertorio de la oposición. No hablemos del respeto debido a la persona entrevistada y de la cortesía que merece un Jefe de Estado extranjero al que se invita, cualidades ambas propias del buen periodista y que brillaron por su ausencia en algunos momentos, como en la maliciosa transformación de un impresentable familiar como FC en líder político nacional.
En sus gestos, en su tono y en la agresividad que la impulsa muestra AP una irrefrenable ambición. Ganó muchos puntos entre la derecha por su insultante y provocadora entrevista al presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad en marzo de 2011. Más tarde, en abril del mismo año, cuando aun estaba el PSOE en el poder, chocó duramente con la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. Ahora que gobiernan los conservadores en España parece que quiere hacer méritos para subir o, al menos, para mantener el puesto relevante que ostenta en TVE. Una buena ocasión se le ha presentado al tener delante a un presidente latinoamericano de izquierda, representante de un país integrado en la organización regional antiimperialista del ALBA. Quizá por ello, aprovechando la ocasión, AP parecía más una tertuliana de extrema derecha del canal Intereconomía que la directora de un programa en la primera cadena de TVE.
Que una televisión pública ofrezca una entrevista de semejante nivel indica la baja calidad a que se ha llegado en nuestro país. Ya no hay que buscar a los ideólogos del neoliberalismo entre sus legítimos representantes del mundo empresarial y la política: algunos de sus más decididos defensores se encuentran ahora en la televisión estatal. Las castas dominantes durante largo tiempo en América latina cuentan también en España con sus serviles pregoneros y escuderos entre algunos periodistas de relumbrón. «Nosotros intentamos ejercer de intermediarios», soltó AP en un momento álgido de la entrevista. Será eso.
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