Un plenario de 900 delegados del movimiento social Tupac Amaru resolvió el 21 de junio la creación del partido político que se propone salir casa por casa «a ver qué necesita el otro, en qué hay que trabajar, qué es el presupuesto participativo, cuánto se llevan las mineras, las azucareras, cómo vamos a garantizar salud […]
Un plenario de 900 delegados del movimiento social Tupac Amaru resolvió el 21 de junio la creación del partido político que se propone salir casa por casa «a ver qué necesita el otro, en qué hay que trabajar, qué es el presupuesto participativo, cuánto se llevan las mineras, las azucareras, cómo vamos a garantizar salud y educación gratuita».
La Tupac Amaru ha significado hasta el momento una experiencia formidable de organización popular y autogestión, un objeto de estudio fundamental para proyectar redes asociativas bajo fines colectivos en un contexto de gran pobreza y conservadurismo, elementos que fortificaron la independencia del sistema político de la organización. Presente como organización social en 16 provincias, en Jujuy maneja 680 centros asistenciales donde se le da de comer a unos 40 mil niños, se brinda asistencia a la salud, entre otras actividades. Además, tiene una red de 18 centros deportivos con pileta. Se calcula que participan de la organización en Jujuy unas 70 mil personas, el 10% de la población provincial.
Víctima de penosas acusaciones del dirigente radical Gerardo Morales, el periodista Horacio Verbitsky realizó una breve nota propiciando un mayor conocimiento de las actividades de la Tupac.
«Chica de la calle, Milagro Sala comenzó su militancia en la cárcel, donde fue llevada por una refriega con la policía. Allí organizó una huelga de hambre cuyo resultado fue que se permitiera cocinar a las presas, con mejor alimentación a igual costo. Al salir obtuvo un empleo municipal y en las masivas movilizaciones de la década pasada acompañó al histórico dirigente de ATE Fernando Acosta, a quien llama su maestro político. Allí conoció también a quién es su esposo: el corresponsal que entonces cubría esas bataholas para el diario «La Nación», Raúl Noro, actual secretario de comunicación de la Túpac Amaru, un hombre blanco de hablar pausado y cabello cano a quien los coyas no discriminan. Luego de cada acto, que comenzaba con gases y balas de goma policiales y terminaba con un cambio de gobernador, un grupo de chiquilines la acompañaban de regreso a su casa en el barrio Alto Comedero, ninguno con menos de seis hermanos, hijos de familias precarias en una de las provincias más pobres, devastado por las enfermedades y el clientelismo. Todos cuentan que alternaban changas con choreos y consumían sustancias poco recomendables. «Tenían restos de pegamento en la varicita», dice Milagro. En forma gradual se fueron quedando con ella, que llegó a albergara treinta en su casa. Los sorprendió con la propuesta de organizar en cada barrio un merendero (ellos le llaman con modestia una copa de leche) para los chiquitos más necesitados. Eso fue rudimento de su organización, que en los últimos diez años creció de forma incesante. Con 15 mil puestos de trabajo es el tercer empleador de la provincia, detrás del Estado y del grupo Ledesma, de los Blaquier. Al estallar la crisis de fin de siglo administraron con criterio social bolsones de comida y planes a de ayuda monetaria, lo cual les permitió organizarse mejor e incluir a más personas. A partir de 2003 recibieron planes para la construcción de viviendas de 54 m2, con dos habitaciones, cocina comedor, baño y lavadero. Cada casa cuesta 82 mil pesos y da empleo a cuatro personas, contra 110 mil y un empleo y medio cuando son construidas por empresas comerciales. Desde entonces llevan levantadas 3800, con diseños propios y atractivos colores. Todos los barrios tienen pileta de natación (en la entrada de uno un irónico cartel dice: «Este es el cantri de la Túpac Amaru»), cibercafé, telecabinas, minimercado y polideportivo con canchas de fútbol, básquet, jockey, rugby. También construyeron dos escuelas. Una fue bautizada Olga Aredes y la otra Germán Abdala, donde los trabajadores terminan sus estudios primarios o secundarios y obtienen títulos legales reconocidos por la provincia. Además del programa de estudio se dictan tres materias obligatorias: «Autoestima», «Historia y cultura de Jujuy y los pueblos originarios» y, una vieja obsesión de Víctor De Gennaro inspirada por una frase histórica de Rodolfo Walsh a la Junta Militar: «Lucha del movimiento obrero».
[…] Su estricta disciplina ha dado pie a las versiones sobre actitudes dictatoriales de Sala, que prohibió el consumo de alcohol y estupefacientes y dispuso que todos los trabajadores estudiaran, como forma de rescatarlos de la marginalidad. Con fondos del ministerio de Desarrollo Social se establecieron seis fábricas, y que emplean a 600 ex desocupados. Varias producen los materiales para la construcción de viviendas pero también hay una textil, donde se cosen guardapolvos, jeans, etc. […] Los dirigentes históricos de la CTA De Gennaro y Germán Abdala acompañaron el crecimiento de la Túpac Amaru y en la actualidad Milagro Sala integra el secretariado nacional de la central. Con notoria influencia del proceso político boliviano y manifiesta admiración por Evo Morales, la Túpac Amaru celebra todos los años, siempre en agosto, la festividad espiritual y de recuperación cultural de la Pachamama, en la que se hacen ofrendas a la madre tierra, enterrando todo aquello que los comuneros quieren que les dé en el año. La otra fecha clave es el Día del Niño.»
Tan grande es el vínculo y la admiración respecto del gobierno boliviano en la Tupac que el lanzamiento del partido contó con el secretario de la Juventud del Movimiento al Socialismo de Bolivia, Juan Carlos Bayón Rojas.
La dirigente Milagro Sala sostuvo que existía un permanente pedido de las bases y sectores ayudados de que la organización participara políticamente. El objetivo sería competir provincialmente y buscar una alternativa superadora del radicalismo y el peronismo, y según trascendidos, Sala sería candidata a diputada en 2013 y candidata a gobernadora en 2015. Es motivo de festejo también la pretensión de la Tupac respecto a politizar la población indígena de estas tierras, evitando la dispersión y la improvisación propia de un movimiento de demandas, apostando de este modo a la generación de acción concretas, la responsabilidad ideológica y el daño electoral como un nuevo instrumento de presión. Además, hay una gran capacidad de que la organización se fortalezca ante las necesidades que hay sabido resolver: vivienda, empleo, educación, etc., básicamente del campesinado y los indígenas norteños. Esta expresión política es una seria amenaza a gobiernos conservadores de distinto signo político que mantienen las asimetrías sociales bajo acciones de represión indiscriminada.
Así como la Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat generó en Miles su brazo político, una vez más una organización social genera su propia organización política, el Partido de la Soberanía Popular, que tiene la potencialidad de organizar, formar política e ideológicamente y difundir metodologías de acción tanto para organizar los reclamos históricos de los pueblos originarios. Con la posibilidad de brindar una formidable expresión política a sectores desmovilizados y apáticos, el discurso indigenista de la Tupac puede tornarse un elemento convocante y movilizador para sectores altamente desalentados.
NOTAS
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