El día 5 de Julio en los periódicos del régimen español se escribía sobre los resultados de los análisis de la ropa del Presidente Arafat, se confirma su asesinato con «polonio», y como siempre que hablan de quienes consideran enemigo, lo hacían sin pudor desde lugares reconocidamente afines a sus propios intereses; en alguno la […]
El día 5 de Julio en los periódicos del régimen español se escribía sobre los resultados de los análisis de la ropa del Presidente Arafat, se confirma su asesinato con «polonio», y como siempre que hablan de quienes consideran enemigo, lo hacían sin pudor desde lugares reconocidamente afines a sus propios intereses; en alguno la noticia venía desde Jerusalem ocupada, ciudad Santa y capital de Palestina; «El País» le dedicaba la segunda página, en su consejo figuran varios sionistas y firmaba Georgina Higueras, desde Madrid. No escribe ningún palestino desde los territorios ocupados, y la exposición no puede ser más vergonzante: ignora la invasión-colonización sionista en todas sus fases, y, cómo no, aquella en que colaboró la Alemania nazi con los sionistas y viceversa (leer «Sionismo y fascismo. El sionismo en la época de los dictadores», de Lenni Brenner, en Editorial Bósforo Libros. www.bosforolibros.com).
De igual manera, ignora ante los lectores las causas de la lucha de Arafat junto a su pueblo. La historia sobre el Presidente Arafat comienza a contarla desde 1957, para entonces el terrorismo sionista había creado el estado de israel y había dejado el territorio palestino sin apenas habitantes. Palestina es el país con mayor número de refugiados del mundo.
La escribiente desde Madrid tilda a Arafat de obseso y le presenta como quien empleaba métodos terroristas, vinculándole además a la Organización Septiembre Negro, y añade que «El gobierno de israel no se dejó achantar y desató también una guerra sucia contra los activistas palestinos …»; y continua con la obsesión y el terrorismo. La obsesión terrorista llena la cabeza de Georgina que conduce su discurso para presentar a los sionistas en estado de desesperación y así poder declarar: «Ariel Sharon (en 2003) decidió en una reunión secreta de su gobierno que había que «eliminar» a Arafat porque era un «obstáculo»para la paz». El lenguaje no puede ser más manido, «una reunión «secreta», -y ella lo sabe, tiene contacto directo con los sionistas, se conoce- y allí deciden «eliminar» a Arafat. ¿Es que no lo habían intentado cientos de veces?, hay una lista larguísima de intentos conocidos de mucho antes de 2003: asaltos y bombardeos del ejército sionista a los lugares en los que creía se encontraba; y muere, según todos los indicios, «envenenado» en su residencia por los enemigos de Palestina.
En fin, para falsificar la realidad es buena esta escribiente, y para engañar a los lectores y ponerlos contra los palestinos y su causa es muy buena. Le darán el premio a la falsificadora sionista destacada.
A todo esto el lunes día 2 Ana Carbajosa, en el mismo periódico, habla de la muerte de Isaac Shamir, terrorista de la banda Irgún y luego de la banda Leji, más conocida como Stern, pero no menciona ningún dato al respecto, y eso que participó en el asesinato del enviado por la ONU, Folke Bernadotte, para impulsar el acuerdo de paz antes de la imposición del estado de israel. De la historia de Shamir nos queda que fue ministro de exteriores y presidente, y muy ligeramente aigo de ocupar todo Palestina, ni tan siquiera pronuncia el término «expulsión» del pueblo palestino. «El País» tiene problemas con la causa palestina, o dicho de otro modo, «El País», que como se ha dicho antes se conforma en su dirección con varios personajes sionistas, juega un papel en el campo de los enemigos de la paz para Palestina.
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