Antes que a alguien se le ocurra tildarme de zurdito u opositor encubierto quiero expresar que soy un ferviente defensor de las conquistas logradas por el pueblo argentino en estos 9 años de avances, que hicieron elevar la calidad de vida de millones de compatriotas, pero creo que una sana crítica y autocrítica debe ser […]
Antes que a alguien se le ocurra tildarme de zurdito u opositor encubierto quiero expresar que soy un ferviente defensor de las conquistas logradas por el pueblo argentino en estos 9 años de avances, que hicieron elevar la calidad de vida de millones de compatriotas, pero creo que una sana crítica y autocrítica debe ser hecha ante la falta de crítica de los aduladores de turno autocalificados militantes políticos (oportunistas acríticos y burócratas nuevos y viejos).
Un gobierno (el nuestro) con 9 años de existencia, con 100% de crecimiento económico y niveles de desarrollo social más que aceptables no puede tener como enemigo público número uno a un grupo empresarial de medios de comunicación. No porque el detestable «Grupo Clarín» no lo sea, sino porque objetivamente no es el único y ni siquiera el principal, solamente el vocero de los monopolios transnacionales que operan en Argentina.
Dejando de lado el pacto comunicacional que estableció el gobierno con este grupo hasta la «rebelión del campo» (la 125), en la que el gobierno fue rodeado por las empresas transnacionales y la embajada norteamericana (a los cuales nunca critica) junto a los gremios del campo (la fachada y fuerza de choque), es a mi leal saber y entender un nuevo error estratégico poner como ícono del enemigo del pueblo a una sola empresa por más emblemática que sea.
¿Qué hay de Monsanto, Cargill, Syngenta, Dreyfus, Grobocopatel, La Sereníssima, Wall Mart, Carrefure, Jumbo, Techint, Kraft, Pfizer, Eli Lily, General Motors, Telefónica, Telecom, Bimbo, City Corp, BBVA, Santander, HSBC, Deutsch Bank, EDESUR, EDENOR, ENDESA, Loma Negra, ALUAR, Good Year, FIAT, Ford, y el resto de los monopolios y oligopolios capitalistas globales formadores de precios y fugadores de ganancias?
¿Que relato hace nuestro gobierno del comportamiento depredador del salario de los trabajadores, la pensión de los jubilados (actualizadas dos veces por años) y el plusvalor de los pequeños y medianos comerciantes y productores sobre las empresas buitres formadoras de precios y sus bancos chupasangre y bolsas traficantes de los dólares que faltan para el pago de la deuda eterna?
En todo caso la tapa de Clarín hace mella y cala hondo en las capas medias y bajas (las altas son fascistas y xenófobas Per Se) de la sociedad porque no hubo hasta ahora una política comunicacional a la altura del momento histórico, y una formación de cuadros a la altura de las circunstancias políticas que difícilmente «Unidos y Organizados» pueda solventar a esta altura del partido, pues pocas ideas se caen en esta agrupación de compañeros con niveles de conciencia de sus componentes muy retrasados respecto de nuestra presidenta Cristina.
La nueva ley de medios audiovisuales y el 7-D parecen el nuevo relato que le vendieron a nuestra Presidenta (rodeada de ineptos), y una cortina de humo para ocultar las verdaderas causas de los problemas reales que nuestro proyecto nacional, popular y democrático que no puede resolver con los funcionarios y las ideas muy básicas que se manejan en esta fase de crisis capitalista mundial que amenaza a los pueblos del mundo.
¿El Grupo Clarín va ganando la batalla en Argentina?
Carlos Hugo González es militante kirchnerista desde el 2003
Fuente original: http://matrizur.org/index.php?option=com_content&view=article&id=23891:el-grupo-clarin-va-ganando-la-batalla-en-argentina&catid=40:argentina