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Así se saquea una televisión pública

Fuentes: Cuarto Poder

Noche del sábado 19 de enero. La emisión en Telemadrid de la película «El Coloso en llamas» se interrumpe abruptamente. Entran unas barras, después un viejo documental enlatado y finalmente se recupera la emisión. Toda una alegoría de esta «nueva» Telemadrid post-ERE. Una Televisión que ya no hace televisión porque ya no tiene los trabajadores […]

Noche del sábado 19 de enero. La emisión en Telemadrid de la película «El Coloso en llamas» se interrumpe abruptamente. Entran unas barras, después un viejo documental enlatado y finalmente se recupera la emisión. Toda una alegoría de esta «nueva» Telemadrid post-ERE. Una Televisión que ya no hace televisión porque ya no tiene los trabajadores que hacen posible la televisión. Justo una semana antes, el sábado 12 de enero, la dirección de Telemadrid había ejecutado a la carrera – y por el cobarde método del envío de un burofax a los domicilios particulares – el despido masivo de 829 excelentes profesionales del Ente Público de Radio Televisión. Entre ellos, y no estoy siendo exhaustivo, todos los operadores de cámara (78 de 78), de audio (8 de ocho) y de equipos complementarios (12 de 12), la mayoría de los auxiliares de operaciones y programas (67 de 68), productores (6 de 7) , realizadores (17 de 18), todos los maquilladores (9 de 9 ) , peluqueros ( 8 de 8 ) y ayudantes de realización ( 43 de de 43 ), la mayoría de los oficiales técnicos electrónicos ( 64 de 69 ) y ayudantes de producción (42 de 43 ).

Han despedido al grueso de la redacción de informativos (119 de 177 periodistas) pero han dejado a los 2 periodistas de la Dirección Multimedia, y también han puesto en la calle a 19 de los 20 de la Dirección de Antena, a 11 de los 17 con categoría de presentador, a un puñado de documentalistas y administrativos y a 62 trabajadores de la emisora Onda Madrid. Pero lo más sangrante, es que TODOS los jefes y directivos (menos uno) siguen dentro con sus sueldos y pluses íntegros. Sería bueno recordar que en esta versión reducida del Ente Público Radio Televisión Madrid sigue habiendo una veintena de altos cargos que después de ejecutar este brutal despido colectivo conservan unos sueldos superiores a los del presidente del Gobierno (de 80.000 a 130.000 euros anuales).

De esta purga no ha escapado tampoco la representación sindical. El Comité de Empresa de Telemadrid ha quedado reducido a dos miembros. El del Ente Público a uno y sólo se mantiene íntegro el de Onda Madrid. Todos los demás representantes legales de los trabajadores elegidos en las últimas elecciones sindicales no sólo han sido despedidos sino que tienen prohibido el acceso a la sede de Radio Televisión Madrid, vulnerando a nuestro entender los derechos fundamentales recogidos en la Ley Orgánica de Libertad Sindical y el Estatuto de los Trabajadores.

Esta masacre laboral no es más que el final del proceso de voladura controlada del servicio público de Radio Televisión Madrid que puso en marcha hace nueve años la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre cuando llegó al poder y que ahora ha rematado su heredero «digital» Ignacio González. Aguirre colocó en Telemadrid a los directivos que han llevado a la ruina a la cadena. Los que han triplicado oficialmente la deuda de Radio Televisión Madrid, los que han despeñado los ingresos de publicidad y los que han arrojado al fango la credibilidad de los informativos de Telemadrid al convertirlos en un mero aparato de agitación y propaganda al servicio del sector más hooligan y neocon del PP de Madrid que ya ni siquiera ven la mayoría de los votantes populares.

Los directivos que despiden sin dar la cara a más de 800 trabajadores son los que repartieron generosísimos contratos con dinero público a productoras privadas y buenos amigos como Buruaga, Sánchez Drago, Cristina Tárrega , José Luis Garci , y un ejército de tertulianos del pensamiento único y habituales de la caverna mediática y el TDTParty con Isabel Sebastián y Hermann Terstch ( el de los 562 euros por dos minutos de comentario) a la cabeza.

En este trasvase de dinero público a manos privadas destaca el nombre de Enrique Cerezo. La deuda reconocida del Ente Público Radio Televisión Madrid equivale a lo cobrado estos años por las empresas del presidente del Atlético de Madrid y buen amigo de Ignacio González. Más de 250 millones de euros a través de la compra de derechos de su equipo de fútbol, el paquete de películas de su catálogo y la gestión de la publicidad de Telemadrid desde la empresa Multipark

Todos estos despropósitos, toda esta enorme manipulación informativa, ha sido denunciada y combatida desde el principio por los trabajadores de Radio Televisión Madrid a través de las secciones sindicales y la Plataforma Salvemostelemadrid. Por eso ahora, cuando el Gobierno de Mariano Rajoy ha hecho un traje legal a la medida de sus intereses, ejecutan un despido colectivo tan gigantesco. Porque quieren seguir controlando férreamente la información y facilitando negocios privados con dinero público. Pero ya sin testigos incómodos dentro.

De momento, su nuevo «modelo» de televisión sin trabajadores profesionales y competentes no funciona. Han contratado por dos meses y 540.000 euros a la productora TSA, filial de Telefónica (curiosamente la empresa de donde procede el director general José Antonio Sánchez y donde está ahora ese mago de las finanzas llamado Rodrigo Rato) para sustituir a los despedidos por trabajadores subcontratados y mal pagados. Han tardado cinco días en recuperar las emisiones y ni siquiera son capaces de emitir los informativos a su hora y sin que entren negros, barras y mil fallos técnicos. No son capaces de tramitar siquiera con recursos propios – lo hace la consultora del ERE Deloitte – el finiquito de los trabajadores porque también han despedido a la mayor parte del personal no directivo de Recursos Humanos. Contemplando este naufragio y a la espera se mantienen grandes productoras con buenas relaciones con el PP como Vértice o Secuoya para repartirse el botín.

Cuando se complete el despido colectivo serán 861 los despedidos (más los puestos indirectos de cafetería ya perdidos y los de los servicios de mantenimiento, limpieza y seguridad privada que faltan por concretar). Pero la lucha sigue. En la calle, todos los días y en los tribunales. A los responsables de esta barbaridad les van a llover las denuncias colectivas e individuales. De la Justicia esperamos Justicia. Y vamos a ganar, seguro, porque la razón está de nuestra parte. Que nadie tenga dudas: VOLVEREMOS.

Ángel García es miembro del Comité de Empresa de RTVM y de la Plataforma Salvemostelemadrid.

Fuente: http://www.cuartopoder.es/invitados/asi-se-saquea-una-television-publica/1489