Visto que determinados medios dicen lo que les viene en gana, como diría Goebbels, «una mentira mil veces repetida se convierte en verdad», algo así ocurre con la mayoría de los medios de comunicación de nuestra aldea global. Dedicados más a la propaganda de sus accionistas que al buen uso de la información y formación, […]
Visto que determinados medios dicen lo que les viene en gana, como diría Goebbels, «una mentira mil veces repetida se convierte en verdad», algo así ocurre con la mayoría de los medios de comunicación de nuestra aldea global. Dedicados más a la propaganda de sus accionistas que al buen uso de la información y formación, al contrario se pretende adoctrinar mediante lo subliminal para hacernos asnos de dos piernas.
Se visualiza pero no se piensa, el mundo de las imágenes nos hace abstraernos a un mundo falso y vacío, el solo hecho de reflexionar, nos supone un interminable dolor de cabezas, las migrañas que están por venir, inclusive el pensar o reflexionar significa entrar al mundo de los infelices o amargados.
Valga esta introducción para centrarnos en el rotativo ABC fundado en 1903, con una tirada diaria de unos 200 mil ejemplares, cuya ideología después de más de cien años sigue siendo la de promover y defender a la aristocracia española, así como la de un estado nacionalcatolicista, como sabrán es de oficio persinarce antes de abrir las páginas de tan monárquico rotativo.
Últimamente su linea editorial nos intenta refrescar una vieja reivindicación que muchos españoles añoran y que durante el gobierno de Aznar se hizo prioritario, recuperar al viejo imperio español, aquel que conquistó todos los mares imaginables y a su vez los tiñó de sangre. Así con los ojos y las letras puestas en lo que fuimos y no en lo que debemos ser, el rotativo al margen de cualquier verdad o realidad, se dedica a pretender llenarnos el coco al estilo viejo estilo de Goebbels, o si lo prefieren uno muy español, arraigado en ese viejo imperio la «Santa Inquisición», que de santa no tenía nada.
Así se persigue, se juzga y se excomulga a todos aquellos que duden, critiquen o estén en contra del sistema neoliberal y totalitario que se pretende instaurar en España, Europa y resto del Mundo. En este sentido con la bandera en alto existe una cruzada mediática contra aquellos países latinoamericanos que no comulga estas tesis. Debemos decir que como sucedió en la independencia de estos pueblos, estas amenazas y mentiras reiteradas tienen como trasfondo el apoderarse de sus recursos naturales, no crean ustedes que es por el bien social y mucho menos de una verdadera «democracia», resultando paradójico esto último porque la realidad democrática de España no es precisamente muy sana que digamos, por el contrario la corrupción institucionalizada no solo ha significado la quiebra económica del país, sino un freno para defender los abusos que desde el Estado y los grupos de poder someten a la ciudadanía, desempleo, desahucios, recortes, pérdida de soberanía. Al respecto seguramente alguna donación «anónima» con las letras ABC habrán caído en el Alfolí de la calle Génova 13.
Uno supone que parte de esta «leyenda negra» bien ganada por cierto, es producto de la ignorancia que sigue existiendo, como si estuviésemos todavía en la Corte de los Reyes Católicos, al respecto vale la pena recordarles a Bolívar:
«América todo lo recibía de España que realmente la había privado del goce y ejercicio de la tiranía activa; no permitiéndonos sus funciones en nuestros asuntos domésticos y administración interior. Lo diré de una vez, estábamos abstraídos, ausentes del universo, en cuanto era relativo a la ciencia del gobierno.
Uncido el pueblo americano al triple yugo de la ignorancia, de la tiranía y del vicio, no hemos podido adquirir, ni saber, ni poder, ni virtud. Discípulos de tan perniciosos maestros las lecciones que hemos recibido, desesperada la Corte de Madrid ha pretendido sorprender vanamente la conciencia de los magnánimos soberanos que acaban de extirpar la usurpación y la tiranía en Europa, y deben ser los protectores de la legitimidad y de la justicia de la causa americana. Incapaz de alcanzar con sus armas nuestra sumisión, recurre España a su política insidiosa; no pudiendo vencernos, ha querido emplear sus artes suspicaces. Fernando se ha humillado hasta confesar que ha menester de la protección extranjera para retornarnos a su ignominioso yugo, ¡a un yugo que todo poder es nulo para imponerlo! «
Blog del autor: http://lasocurrenciasdeluis.
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