La primera mesa política del oficialista Frente de Todos (FDT) argentino llamó a tomar acciones necesarias para impedir la proscripción de la dos veces presidenta y ahora vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, y enfatizó en que su liderazgo y potencia electoral no pueden ser arrebatados, en unas primeras posiciones de cara a las elecciones, en las que el presidente Alberto Fernández amenaza con participar.
Cristina, quien alcanzó sus 70 años, fue la única que no asistió a las varias “cumbres” de dirigentes políticos, sindicalistas, parlamentarios oficialistas, pero nadie estuvo tan presente como ella. Cristina brilla por su ausencia: su presencia es excluyente en encuestas y focus groups que la muestran más que duplicando las preferencias sumadas por el lacónico presidente Alberto Fernández y su Ministro de Economía, Sergio Massa.
En los cónclaves hubo muchas críticas al gobierno. Alberto Fernández no estuvo de acuerdo y durante la reunión del jueves pasado insistió con la idea de elecciones primarias, las PASO. En una misma frase dijo que no creía en las encuestas y que él era quien mejor medía, recuerda Horacio Verbitski.
Hay discrepancias en el mismo gabinete presidenciales –cada uno atiende su juego-, tomando en cuenta de que si el presidente Alberto Fernández se presenta como candidato para su reelección, debe definirlo rápido porque en ese caso no se podrían presentar otros ministros y competir con él.
El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, dijo que «al Presidente no lo arrincona nadie. Él toma las decisiones que considera mejores para el país». Luego, agregó que «él tiene todo el derecho del mundo de presentarse como candidato, pero también tomó la decisión de abrir el juego a todos los que quieran participar. Muchos que hablan de proscripción lo que hacen es pretender proscribirlo a él. Que ni lo sueñen», dijo.
Y añadió: “Cristina Kirchner no está proscripta, pero los que dicen eso quieren proscribir al Presidente”, dijo y agregó que “la legislación vigente establece que no está proscripta y tiene todo el derecho a participar en las próximas elecciones”.
El nuevo jefe de gabinete, Agustín Rossi, dijo, sin tapujos, que Cristina estaba proscripta, e interpretó su anuncio de que no será candidata como una inteligente verónica a la posibilidad de que la Corte Suprema de Justicia confirmara la inhabilitación durante el proceso electoral, tal como ocurrió en Brasil, cuando Lula era el candidato favorito y en cambio su improvisado muletto fue derrotado por Bolsonaro.
Pero el documento emanado de las reuniones del Frente de Todos señala taxativamente: «Quienes integramos esta mesa tenemos como responsabilidad disponer las acciones necesarias para impedir la proscripción de la compañera vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, cuyo liderazgo y potencia electoral no nos puede ser arrebatados”.
La ex mandataria fue condenada el pasado 6 de diciembre a seis años de prisión e inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos por hechos de corrupción durante su gestión de 2007 a 2015.
El mismo documento reclama unidad no para ganar elecciones sino para transformar, al especificarla necesidad de “avanzar hacia una etapa que le permita recuperar al pueblo argentino la esperanza”.
En un documento de dos páginas, titulado Democracia sin proscripciones. Unidad para transformar, los miembros del FDT expresaron que en 2023 el futuro del país está en juego y que en estos comicios se enfrentarán dos modelos de país contrapuestos: La Argentina de un progreso compartido, democrática e igualitaria, contra el anacronismo de una derecha que concibe al país como una plataforma de negocios para unos pocos.
En sus primeras declaraciones posteriores Rossi estableció algunas puntualizaciones políticas. Dijo que las elecciones presidenciales de octubre no enfrentarán al oficialismo con la oposición, sino a dos oficialismos, el que gobernó desde 2015 hasta 2019 y el que lo sucedió. De este modo puso en debate la presidencia de Maurizio Macrì, con sus datos concretos de inflación, endeudamiento, destrucción de unidades productivas y de empleo, y no el discurso con el que JxC intenta presentarse como si hubiera nacido ayer.
En la cabeza de la mesa “de unidad” estuvieron los representantes de todas las divisiones oficialistas en la sede del Partido Justicia: el presidente Alberto Fernández, el ministro del Interior, Eduardo de Pedro y el ministro de Economía, Sergio Massa.
El diputado Máximo Kirchner, hijo del fallecido expresidente Néstor Kirchner y de Cristina, señalo que el gobierno había respondido bien ante lo inesperado, como fue la pandemia, pero no ante lo esperado, la deuda y el lawfare del Poder Judicial.
El gobernador bonaerense Axel Kicillof dijo que los grandes medios trataban de instalar que el kirchnerismo daba por perdida la elección nacional e intentaba atrincherarse en la provincia de Buenos Aires. Expuso que eso era imposible, porque no se podía ganar la provincia de Buenos Aires si se perdía la Nación, y a la inversa.
Por eso, añadió, la proscripción de Cristina y la posible candidatura de Alberto no le resultaban indiferentes. Luego leyó encuestas según las cuales la intención de voto de CFK para Presidenta en la provincia de Buenos Aires era del 35%, lo cual más que duplicaba las de Fernández y Massa sumados, con el 8% cada uno. Por eso es que la proscriben, es una estrategia electoral pensada para impedir la victoria del peronismo.
“No es lo mismo si Alberto va a ser candidato o no, por cómo rebota en mi distrito” (en el que aspira a ser reelecto), agregó. Si el Presidente lo intentara, ningún ministro ni gobernador podría enfrentarlo, por el peso simbólico del cargo y la desproporción de recursos. Si dilatara la decisión, como planteó, y si sus números no mejoraran, podría dejar al FdT sin candidato ya sobre el cierre de las listas, señaló Kicillof.
Para Rossi, no había que apremiar al Presidente, porque no había apuro. Agregó que Alberto Fernández debía seguir gestionando y que si desistía de su candidatura quedaría en un estado de debilidad. Agregó que enfrentaban a un sistema de poder, que incluía a los mercados, las Fuerzas Armadas, las de Seguridad, con sus articulaciones mediáticas y judiciales.
El gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora le dijo a Alberto que “Tenemos que generar expectativa de futuro, y si vos sos el candidato todo va a girar sobre el pasado y acerca de tu gestión”.
Siempre en primera persona del plural, para suavizar el contenido de su mensaje, Sergio Massa dijo que “perdimos mucho tiempo, porque en 2019 sabíamos cuáles eran los factores de poder, pero por la pandemia no supimos avanzar contra el poder real, y hoy estamos en una situación de debilidad». También dijo que un ministro de Economía no puede ser candidato y dejó implícito el final de la frase: si el Presidente lo es.
Álvaro Verzi Rangel. Sociólogo, codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y analista senior del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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