La inédita situación mediante la cual Néstor Kirchner pudo consagrarse Presidente en el año 2003 bajo un álgido contexto anti político presenta como variable la dispersión y fragmentación de lo que podríamos denominar como derecha argentina bajo la falta de una estrategia común para enfrentar un nuevo fenómeno político que rápidamente intento emular al Peronismo de los años cuarenta.
Fue un lugar común dar acuso de las consecuencias del neoliberalismo local y en particular luego del «robo” de los depósitos bancarios de una vasta porción de la población.
A día de hoy el funcionamiento del Sistema Financiero y Bancario se basa en la llamada Ley de Entidades Financieras oriunda del Proceso de Reorganización Nacional siendo un elemento clave en el funcionamiento económico a su vez la tantas veces señalada Reforma Impositiva Progresiva o la sanción de una Nueva Ley de Cooparticipación Federal de Impuestos que reordenaría equitativamente los recursos públicos al compás de evitar la tan conocida arbitrariedad del Gobierno Central no han sido presentes en ninguno de los cuatros gobiernos bajo signo Kirchnerista.
El albur de los precios externos y el incremento del comercio exterior con China gracias al cultivo de la soja no se tradujo en la radicación de inversión extranjera capaz de procesar in situ y desde allí incorporar valor agregado sino que en apariencia la estrategia oriental se basa principalmente en la mera importación sojera quizás similar a los procesos históricos referidos a la relación con el Reino Unido básicamente durante el Siglo XIX.
En particular los importantes ingresos monetarios producto de la exportación y de la -en este caso- decisión de liberar al país de todos los compromisos ante el FMI pudo haber sido la iniciativa quizás mas importante desde los Gobiernos de Juan Domingo Perón pero el Estado tuvo que hacerse cargo de un monstruoso endeudamiento de varios gobiernos previos que limito la libre disponibilidad de recursos.
La participación argentina en el Comercio Exterior no ha recorrido un camino significativo pues ha decaído a pesar del fenómeno señalado anteriormente pues en cierta media no pudo extraerse del histórico perfil exportador de materias primas que a su vez presenta casi la misma cartera de los últimos 100 años.
Las angustiosas necesidades sociales producto de las Políticas Económicas de los Gobiernos de Carlos Menem y Fernando de la Rua fueron aplacadas por dicha posibilidad financiera sumado a un ambicioso Plan de Obras Publicas que incluyo la construcción de viviendas y de nuevas universidades no solo para aumentar la oferta académica sino también para generar de alguna manera una estrategia para muchos jóvenes que aun no encuentran un porvenir claro.
La Crisis Financiera Internacional del año 2008 genera un elevado efecto sobre el ingreso de divisas mientras que por las Políticas Publicas desarrolladas aumenta velozmente la brecha entre ingresos y erogaciones.
Los avances en la redistribución del ingreso y de una progresiva política previsional fueron borradas casi de un plumazo vía el triunfo de Mauricio Macri en las elecciones presidenciales de 2015 donde por un escaso margen fue derrotado el candidato oficialista Daniel Scioli ante una serie de sugestivas contradicciones al interior del Gobierno y de la estrategia electoral de campaña.
La Presidencia de la dupla Alberto Fernández / Cristina Fernández de Kirchner si bien fue afectada por el desarrollo pandémico no tuvo el mínimo atisbo de investigar los mecanismos de endeudamiento del Gobierno anterior la que la dio por sentada para luego ser «renegociada» por el exministro Martín Guzmán bajo condiciones casi ruinosas para el país.
Dicho acuerdo inicialmente de condiciones inflacionarias sufrió los primeros efectos negativos ante la irrupción del conflicto geopolítico entre Rusia y Ucrania donde el incremento en los precios de la energía y de los alimentos reforzó dicho proceso.
Mas allá de las consideraciones sobre las relaciones políticas y personales del llamado Frente de Todos y de sus consecuencias el periodo entre 2019 y 2023 tuvo una tasa de evaluación sobre el dólar blue o ilegal que particularmente rige la mayoría de las transacciones de la población de casi 400 % lo que fue explicando también la evolución de los precios internos.
Si bien se podría hacer una salvedad sobre lo que fuera la Presidencia de Mauricio Macri en referencia al deterioro económico generado por su Gobierno la Argentina es presente del fin de un ciclo político y económico de 20 años lo que involucra a todos los dirigentes que han tenido una participación activa durante el periodo abriéndose un proceso de emergencia de nuevos lideres políticos que puedan dar lugar a una pronta resolución de la angustiante situación que ha sido casi plenamente generada por el Presidente Javier Milei en tan solo 10 meses de gestión.
Daría la impresión que un «normal» funcionamiento capitalista local no es posible dado los duros indicadores sociales y económicos bajo una premisa de gobernar tan solo para una minoría a la cual se la considera como «productiva».
Tarde o temprano puede producirse un hecho casi inesperado pero que sus consecuencias son todavía difíciles de medir.
La generación de una nueva crisis o la profundización de la actual puede dar impulso a la definitiva instauración de políticas y reformas estructurales que den por fin a problemáticas de larga data.
Ezequiel Beer. Geógrafo UBA.
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