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La espesa niebla

Fuentes: Rebelión

En esta Argentina de Javier Milei (Presidente) y Maximiliano Pullaro (Gobernador de Santa Fe), de democracias burguesas con su explotación social que acumulan ganancia empresaria y empobrecimiento masivo -en su reverso-, estás líneas provienen de preguntas “tontas” e intentos de hacer de la radio alternativa otro modo de comunicación: la que nos permita desentrañar lo obvio y desalienarnos como tarea grupal, colectiva, revolucionaria.

En un mundo, cercano y lejano, tomado por las “redes virtuales de la comunicación”, el tecnocapitalismo, las guerras informativas imperialistas, las pantallas como espejos brillantes de subjetividades frágiles y un pensamiento crítico transformador cada vez más distante: cómo poner en marcha un entrecruce de aprendizajes, radio, conocimientos, entrevistas y escucha operativa; cómo generar, mover y organizar espacios/grupos/intervenciones para una práctica social emancipadora…

Se nos abre en este 2025 un desafío importante: cómo frenar tanta opresión de clases, pues por más marketing político e ingeniería electoral que el poder económico emplee (con sus representantes políticos) … lo  que logran es naturalizar y/o ocultar sus intereses con la ilusión de la “paz de los comicios, la democracia formal” y la fraseología republicana. A los trabajadores – en efecto- nos cuesta asumir lo predicho: lejos de vivir en democracia el poder del capital nos va quitando lo que tenemos de humanos, nos van embruteciendo, cuasi monos tvceluloicos, robots que se alimentan de los excrementos de la pobreza material, afectiva y simbólica a los que nos someten.

Por eso lo imprescindible y urgente, paso a paso, aunque sea a cuenta gotas, de recuperar un ideario de periodismo que mire, observe e interprete la realidad con las cinco W más la ética que informar es denunciar cómo la burguesía actual nos explota al máximo: se precisan miles y miles de entrevistas y crónicas (en diversos formatos) para que no quede impune el crimen de convertirnos en cosas, mercancías, simples cuerpos autómatas y mecanizados, o peor, en explotadores seriales de nuestros propios compañeros/as de clase. Se necesitan miles y miles de entrevistas y crónicas que narren y describan este genocidio.

Lo que no se dice, lo que se calla, lo que se silencia, lo que se manipula vía mentira o diversión: va a parar en el cuerpo de cada trabajador como soporte de plusvalía que engrandece las arcas empresarias. Mientras más desconocimiento menos posibilidades de gestar lo contrario: otra sociedad fundada en la solidaridad y vínculos de amparo, cooperación, amor… Y para ello no hay que echarse atrás, hay que ser firmes, con dientes y puños apretados, con esa cuota de odio de clases a quienes nos oprimen, hay que ser valientes en tiempos de vidas grises, risas triviales e indiferencia por los otros.

Hay que hacer radio y periodismo que se abracen a la revolución: con preguntas “tontas” y escucha operativa; con oyentes y laburantes que se sumen al micrófono como brasa que enardezca el fuego rojo vivo de la justicia proletaria.

El año pasado en Argentina se cumplieron 50 años de un bello y sentido texto de Mario Roberto Santucho: “Poder burgués y revolucionario”. Y pese a los años y el contexto cuanta sabiduría contiene y transmite en un párrafo que ahora compartimos: “con el ánimo de contribuir a su comprensión (a los procesos centrales de nuestra reciente historia política) … de aventar la espesa niebla del diversionismo ideológico esparcido por la burguesía y la pequeña-burguesía para ocultar esos aspectos fundamentales, para confundir al pueblo y desviar su lucha”.

Que “esta espesa niebla” no nos confunda. Que el escenario de la “democracia burguesa” no nos haga disfrutar de una obra teatral donde apenas pervivimos en la miseria porque la entrada es gratis y a la salida nos dejan las sobras: huesos y sangre de nuestros hermanos proletarios. Parafraseando a Santucho: no es una obra que pueda ser reformada. “Crítica, autocrítica y educación revolucionaria”, diría el autor de “Cuatro Tesis sobre el Norte Argentino”.

A aventar la niebla…