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Cuando enfermarse cuesta demasiado: el impacto económico de las enfermedades crónicas en México

Fuentes: Rebelión

Enfermarse en México puede resultar costoso. No solo para quienes carecen de acceso a los servicios públicos de salud: tanto para quienes cuentan con seguridad social, como los atendidos por esquemas no contributivos como IMSS-Bienestar, enfrentan gastos de bolsillo considerables,1 especialmente si padecen enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión o dislipidemias (colesterol y triglicéridos elevados).

En el país existen pocos datos que permitan dimensionar con claridad la carga económica mensual que representan las enfermedades crónicas. No obstante, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2022 es uno de los pocos sistemas de información en salud más recientes que incluye estimaciones de gasto, aunque limitadas a algunas condiciones específicas, como las ya mencionadas. Por ello, este análisis se centra en la información correspondiente a ese año. Cabe señalar que los montos reportados sugieren casos en etapas avanzadas, que en algunos casos, como la diabetes, incluso implican hospitalizaciones.

Según la ENSANUT (2022), las personas sin afiliación médica gastan en promedio 3,301 pesos mensuales para atender estas condiciones. Esa cifra representa casi el 74% del ingreso mensual de los hogares más pobres, cuyo promedio es de 4,470 pesos, es decir, alrededor de 66 pesos diarios por persona, según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del mismo año. El resto debe alcanzar para comida, transporte, vivienda y otros gastos como educación y esparcimiento. En contextos como el mexicano, enfermarse no solo compromete la salud; también empobrece y afecta la calidad de vida cotidiana.

El costo de atender enfermedades crónicas: una carga persistente para los hogares

Uno de los principales objetivos del extinto Seguro Popular, y actualmente de los Servicios de Salud del Instituto Mexicano del Seguro Social para el Bienestar (IMSS-Bienestar), ha sido reducir el gasto de bolsillo en salud. Sin embargo, la evidencia señala que esa meta aún no se cumple.

De acuerdo con la ENSANUT 2022, las personas que reportaron haber estado afiliadas al IMSS-Bienestar al momento de la encuesta registraron un gasto de bolsillo mensual promedio por enfermedades crónicas de 2,942 pesos mensuales, una cifra apenas inferior a la de quienes no cuentan con ningún tipo de afiliación, cuyo gasto alcanzó los 3,301 pesos en 2022. Se trata de una carga mensual considerable si se considera que los beneficiarios de este organismo público suelen pertenecer a los hogares con menores ingresos del país.

Incluso los derechohabientes de la seguridad social reportaron un gasto mensual promedio de 2,443 pesos. Aunque menor, la diferencia es limitada. Como se muestra a continuación, el gasto sigue siendo alto.

Figura 1. Gasto de bolsillo mensual promedio por enfermedades crónicas

Fuente: Elaboración propia con datos de la ENSANUT, 2022.

Nota: Las cifras están expresadas en pesos mexicanos constantes del año 2022.

Como se observa en la Figura 1, el gasto de bolsillo por enfermedades crónicas continúa siendo elevado en todos los esquemas de atención. Esta situación evidencia las limitaciones del sistema de salud público mexicano para reducir el impacto económico y físico que estas enfermedades imponen en la vida cotidiana.

¿Qué tan catastrófico puede ser este gasto de bolsillo?

Se considera que un hogar incurre en gasto catastrófico en salud cuando, después de cubrir alimentos básicos, destina más del 30 % de su ingreso disponible a gastos médicos, lo que compromete su capacidad para cubrir otras necesidades (Anon, 2022). Y eso es precisamente lo que ocurre con las enfermedades crónicas en muchos hogares mexicanos.

En 2022, los hogares del primer decil de ingreso destinaron en promedio 13.1% de su ingreso disponible a salud, proporción que disminuye a 2.4% en el decil más alto. Aunque los hogares más ricos gastan más en términos absolutos, el impacto relativo sobre su ingreso es menor (INEGI, 2022). Esto puede llevar a que los hogares y las personas se ven obligados a elegir entre satisfacer otras necesidades básicas como la educación, la alimentación y la vivienda o gastar en atención médica (OPS, 2021).

A continuación, se presenta la Figura 2, la cual muestra la distribución del gasto catastrófico total en salud asociado a enfermedades crónicas (diabetes, hipertensión, colesterol y triglicéridos), de acuerdo con el tipo de afiliación: seguridad social, beneficiarios del IMSS-Bienestar, y personas sin afiliación.

El objetivo de este análisis es identificar posibles diferencias en el nivel de gasto catastrófico entre distintos grupos de población. Los datos corresponden a personas que, en 2022, reportaron haber padecido alguna de estas enfermedades y reflejan el gasto de bolsillo mensual en relación con su ingreso individual. Es importante destacar que la información se refiere al nivel individual, no al del hogar.

Figura 2. Gasto catastrófico total por enfermedades crónicas en 2022, por tipo de afiliación

Fuente: Elaboración propia con datos de la ENSANUT, 2022.

Nota: Las cifras están expresadas en pesos mexicanos constantes del año 2022.

La gráfica revela que, en 2022, enfermarse representa un gasto catastrófico considerable, especialmente entre quienes no cuentan con afiliación médica en relación con su ingreso total. Esta carga recurrente, lejos de ser excepcional, se repite mes a mes, afectando progresivamente el bienestar económico de las personas y sus familias y llevando al empobrecimiento de muchas personas y hogares en México. A ello se suma el impacto propio de las enfermedades crónicas sobre la salud física y funcional de quienes las padecen.

Diferencias en el gasto por enfermedades crónicas

Al desagregar los gastos por padecimiento, las diferencias entre grupos se vuelven aún más evidentes. Todos los montos están expresados en pesos constantes de 2022. La diabetes representa un gasto promedio mensual de 1,904 pesos entre quienes no cuentan con afiliación médica, frente a 970 pesos en personas con seguridad social. En el caso del IMSS, el gasto asciende a 1,028 pesos, lo cual es una cantidad que sigue siendo considerable.

En el caso de la hipertensión, se puede observar que quienes estuvieron afiliados al IMSS-Bienestar reportan los mayores gastos (1,494 pesos). Para colesterol y triglicéridos, las diferencias son menores pero persistentes:

Cuadro 1. Gasto mensual por enfermedades crónicas según afiliación, 2022

Tipo de afiliación Diabetes Hipertensión Colesterol y Triglicéridos
Seguridad social 970 655 818
IMSS 1028 672 798
Beneficiarios de IMSS BIENESTAR 648 1,494 800
Sin afiliación 1,904 756 641
Promedio nacional 1,123 742 790

Fuente: Elaboración propia con datos de la ENSANUT, 2022.

Nota: Las cifras están expresadas en pesos mexicanos del año 2022.

Los datos presentados confirman que el gasto asociado a enfermedades crónicas persiste como una carga económica significativa, incluso entre quienes cuentan con algún tipo de cobertura. La diabetes destaca como el padecimiento con mayor impacto financiero, lo que cobra relevancia considerando que fue la segunda causa de muerte en México en 2022, con 115,025 defunciones registradas (INEGI, 2024). También se observa un gasto elevado en hipertensión, particularmente entre los beneficiarios del IMSS-Bienestar. Dado que se trata de padecimientos frecuentes y de manejo prolongado, estos gastos mensuales sostenidos representan una presión constante sobre la economía de muchas personas.

Esta situación resulta aún más alarmante si se considera la alta prevalencia de estas condiciones en la población. Según la ENSANUT 2022, el 22.1 % de la población presenta prediabetes, el 18.3 % padece diabetes, el 47.8 % de los adultos vive con hipertensión y más del 75 % tiene sobrepeso u obesidad. Estas enfermedades implican un tratamiento sostenido y cambios duraderos en el estilo de vida, lo cual resulta inaccesible para muchos hogares.

Gasto de bolsillo: desafíos actuales en el sistema de salud

La transición del Seguro Popular y su sustitución primero por el INSABI y luego por el IMSS-Bienestar ha generado más incertidumbre que resultados tangibles. Aunque el objetivo era construir un sistema más equitativo, el acceso efectivo sigue sin garantizarse para toda la población, es decir, no todas las personas logran utilizar los servicios de salud cuando los necesitan y, ante un problema de salud, muchas se ven obligadas a acudir a servicios privados, con los costos que ello implica.

Cálculos propios con datos de la ENIGH 2016–2022 muestran que la probabilidad de incurrir en un gasto catastrófico aumentó en 0.7 puntos porcentuales al comparar el periodo en que operaba el Seguro Popular (2016–2018) con el periodo posterior a su eliminación (2020–2022), un cambio estadísticamente significativo. Al mismo tiempo, los datos muestran un aumento progresivo en los hogares que reportan algún problema de salud, así como en aquellos que cuentan con al menos una persona mayor de 65 años. La proporción de hogares con al menos un integrante con problemas de salud pasó de 31.7 % en 2016 a 34.3 % en 2022. De forma similar, la presencia de personas mayores de 65 años aumentó de 22 % a 25.7 % en el mismo periodo. Esta combinación más enfermedad, más edad y menos protección ha hecho que enfermarse sea un riesgo económico creciente para la población en general.

La enfermedad no debería ser un lujo

Enfermarse en México sigue siendo, para muchos, un riesgo económico. La transición de modelos públicos de aseguramiento no ha eliminado esta carga financiera, y los hogares más vulnerables siguen expuestos a gastos desproporcionados en relación con su ingreso. Urge fortalecer los sistemas de atención y de información en salud, para enfrentar con evidencia los costos crecientes de enfermedades que podrían prevenirse o tratarse oportunamente.

Frente a este panorama, el Estado debe garantizar un acceso adecuado a la atención médica en el momento en que se requiere e invertir decididamente en políticas de promoción y prevención de la salud.2 Asimismo, es fundamental que asuma un rol protagónico en el fortalecimiento del sistema público, velando por servicios integrales, accesibles y de calidad. Solo así será posible avanzar hacia la reducción de los gastos catastróficos en salud, que hoy siguen siendo una barrera significativa para millones de personas, especialmente entre los sectores más vulnerables de la población (Anon, 2022).

Asimismo, es urgente fortalecer los sistemas de información en salud: sin datos sólidos y actualizados, no es posible dimensionar ni atender adecuadamente el problema. Por ello, resulta prioritario generar evidencia que refleje el impacto económico de las enfermedades crónicas, cuya prevalencia y carga financiera continúan en aumento. Si el sistema de salud aspira a ser universal y equitativo, debe dejar de tratar la enfermedad como un lujo que pocos pueden pagar.

Referencias bibliográficas:

  1. Anon. (2022). La protección financiera de la salud en la Región de las Américas: Métodos para medir el gasto catastrófico y empobrecedor. Organización Panamericana de la Salud (OPS). https://iris.paho.org/handle/10665.2/55714
  2. CONEVAL. (2018). Estudio diagnóstico del derecho a la salud 2018. Ciudad de México: Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL). ENSANUT. (2022). Base de datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2022. Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). https://ensanut.insp.mx/encuestas/ensanutcontinua2022/descargas.php
  3. INEGI. (2016, 2018, 2020, 2022). Microdatos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH). Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). https://www.inegi.org.mx/programas/enigh/nc/
  4. INEGI. (2022). Tabulados básicos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2016, 2018, 2020 y 2022. Instituto Nacional de Estadística y Geografía. https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/enigh/nc/2022/tabulados/enigh2022_ns_basicos_tabulados.xlsx
  5. INEGI. (2024). Estadísticas de Defunciones Registradas (EDR) 2023: Defunciones por diabetes mellitus, según entidad federativa de residencia habitual [Comunicado de prensa núm. 661/24]. Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
  6. OPS. (2021). Gastos directos de bolsillo en salud: La necesidad de un análisis de género. Washington, D.C.: Organización Panamericana de la Salud (OPS). https://doi.org/10.37774/9789275323540
  7. OPS. (s.f.). Teoría y práctica de la salud pública: Una propuesta para su desarrollo en los países de las Américas. Organización Panamericana de la Salud (OPS). https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/38970/10469.pdf

Notas:

1 El gasto de bolsillo en materia de salud se define como: “El gasto directo de los consumidores en productos y servicios de atención sanitaria, que, en general, incluye consultas, hospitalizaciones, medicamentos, estudios de laboratorio o gabinete, procedimientos ambulatorios y medicamentos, entre otros. Excluye las erogaciones realizadas por concepto de seguros privados y los reembolsos producto del uso de estos” (CONEVAL,2018:8).

2 La promoción de la salud es un proceso político y social de alcance global que implica una serie de acciones orientadas a fortalecer las habilidades y capacidades de las personas y comunidades. Asimismo, busca transformar las condiciones sociales, ambientales y económicas con el fin de generar un impacto positivo en la salud individual y colectiva (OPS, s.f.)

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