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Los horrores de la hora

Fuentes: Huella del Sur

Las noticias que conmocionan se suceden en Argentina. Esta semana primaron dos muy diferentes que sacudieron de diversos modos la razón y los sentimientos. El ‘salvataje’ al gobierno argentino por parte del tesoro norteamericano y un triple femicidio surcado por marcas muy tenebrosas.

La voz de su amo

El presidente y su ministro de Economía se veían eufóricos ante el “salvavidas” que obtuvieron del amigo Donald Trump. El dogmatismo pronorteamericano de Javier Milei y su afinidad con Trump lo explican en su caso. Para el ministro Luis Caputo, su espíritu de impenitente especulador financiero lo hicieron suspirar con máximo alivio. Las sombras del derrumbe de su gestión en 2019 deben pesar todavía sobre él.

De paso Javier Milei participó de la asamblea de Naciones Unidas. Allí no se privó de nada. Dio su discurso reaccionario y se fotografió sonriente con el genocida Benjamín Netanhyau.

El salvataje estadounidense fue el hito de comienzos de semana, la revisión de las cuentas numéricas y simbólicas ocupó el resto. Por lo pronto la perspectiva es de aumento del monto de la deuda ilegal, odiosa e impagable.

Se suscitó de inmediato el repudio a la descarada injerencia del gobierno de EE.UU. La que los amigos del Norte proclamaron con toda la voz que sólo se efectivizaría la “ayuda” si el oficialismo argentino triunfa en las elecciones de octubre. También trascendió la imposición del logro de consensos para las futuras reformas que los dueños del capital consideran indispensables.

Allí late una advertencia a la oposición para que no cometan más “travesuras” como el rechazo de los vetos. Y acuerden sin remilgos con el rumbo estratégico de las reformas “de mercado” y del aplastamiento del poder del trabajo para mayor beneficio del capital.

Los enfoques críticos también colocaron en el cómputo las ventajas directas que obtendrá el amo ante quienes los funcionarios argentinos fueron a prosternarse.: El mantenimiento de un socio estratégico en América del Sur; el desplazamiento de China del mercado de inversiones en Argentina, el abastecimiento de minerales de alto valor y escasa disponibilidad. Seguro que el transcurso del “acuerdo” dejará ver otras imposiciones.

Las cerealeras tuvieron su fiesta con la más que veloz liquidación de la cosecha con retenciones cero. Un negocio de alrededor de 1500 millones de dólares de ganancias. Con el beneplácito del gobierno. Como siempre dispuesto a resignar recursos en beneficio de las grandes empresas y a reducir gastos en contra de los intereses populares.

Entre las muchas pruebas, allí está la pertinacia en materia de asistencia a los discapacitados. Aún a costa de una manifiesta inconstitucionalidad como es el ninguneo de la decisión del poder legislativo respecto a la insistencia contra el veto presidencial. Lo fundamental para el gobierno es invertir lo menos posible en políticas sociales.

El otro emergente tangible es el de que un puñado de grandes cerealeras lograron una ganancia tan rápida como cuantiosa. Compraron a un precio que resta el importe de las retenciones y vendieron sin ningún impuesto a la exportación. Cartón lleno.

De elecciones y salvatajes

Le toca el turno ahora a las especulaciones sobre cómo incidirá el prometido respaldo estadounidense en los resultados electorales de octubre. Imposible preverlo hoy con precisión. Lo que parece evidente es que la danza de miles de millones de dólares no le modifica en nada la vida a la ciudadana o ciudadano de a pie que lucha contra el derrumbe de sus condiciones de vida. O frente a la pérdida del empleo y la dificultad para conseguir otro.

¿Bastará la vuelta a una sensación de mínima “estabilidad” para allegar votos a favor de la actual gestión? De nuevo, falta mucho para los comicios, todavía puede haber distintas novedades que incidan sobre la orientación del sufragio popular.

Lo mismo parece difícil que el no salto hacia arriba de la inflación baste para recrear las muy disminuidas expectativas de que los sacrificios actuales de las mayorías sirvan para otra cosa que para mejorar aún más la suerte de las minorías privilegiadas.

El saldo provisorio es que el gobierno estadounidense sacó al argentino del borde del pozo que estaba por tragárselo. Lo que no impide que esa acción suscite el rechazo de todo aquél que no tiene un compromiso inamovible con el gobierno “anarcocapitalista”. No posee ese grado de involucramiento un amplio sector que puso su esperanza en Milei en 2023 y ve cada vez más defraudadas sus expectativas.

Tal como se venía hasta la semana pasada, La Libertad Avanza tenía casi asegurada la derrota en las elecciones legislativas. Ahora tiene un respiro para abrigar esperanzas. No mucho más que eso.

El impacto del horror

El deleznable triple femicidio de chicas de entre 15 y 20 años suscitó de inmediato la movilización de repudio y reclamo de justicia. Resulta alentador en medio del desconsuelo que produce semejante masacre.

Primero fueron las casi instantáneas manifestaciones en Flores y en La Matanza, donde vivían las chicas asesinadas. Enseguida la convocatoria a una marcha el sábado en Buenos Aires y en muchas otras ciudades, que resultó multitudinaria.

A propósito del múltiple crimen han entrado en discusión un conjunto de cuestiones que bucean en sus causas de fondo. Ocupa su lugar la pobreza estructural que a hombros de la falta de oportunidades puede llevar a caer en las redes del narcotráfico.

También la profusa cadena de complicidades con este último. Desde las policiales y judiciales al diseño de una normativa que lo favorece, comenzando por los reiterados blanqueos y las facilidades para constituir empresas “truchas”.

En la cadena de responsabilidades está el gobierno nacional. Éste niega hasta la misma existencia de los femicidios, quita relevancia a la violencia de género y niega toda razón al feminismo en ése como en cualquier otro terreno. En la misma línea suprimió o vació los organismos estatales ligados a la problemática de las mujeres y disidencias.

También vio con complacencia como desde las filas de sus partidarios se ha promovido la misoginia y la homofobia.

Son señalamientos difíciles de llevar ante los tribunales. Sí resultan más que aptos para la traducción de la justificada ira al terreno de la reflexión. Y ayudan a la mejor percepción de la línea de causalidad en el análisis de lo atroz.

Las y los manifestantes del sábado pusieron también a la luz pública el rechazo de cualquier estigmatización. Así la consigna de que no hay víctimas malas ni buenas. Subrayan que las mataron por mujeres y por pobres. En una muestra del machismo sin límites que lleva hasta a ejercer la tortura y al asesinato con ensañamiento.

Frente a ese cuadro no basta con instar al juicio y castigo de autores directos e instigadores. Se necesita alzar la voz contra las políticas en curso y la misma estructura desigual e injusta de la sociedad. No es casual que estos hechos ocurran ahora. Cuando la descomposición del tejido social se ha convertido en una política estatal. No confesada pero cuyos resultados se encuentran manifiestos.

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Que en Argentina se viven horas amargas es una verdad que arrastramos desde hace tiempo. La mera tristeza no ayuda. El enojo sólo fructifica cuando se lo convierte en acción política contra los sujetos que lo provocan.

Tuvimos la inmediata respuesta en las calles contra la peor versión de la violencia física. Se debe sostener en tiempo y espacio la que apunta a la violencia simbólica, a la agresión constante contra las posibilidades de tener una buena vida de trabajadores y pobres. La lucha no será breve.

Se juega demasiado para pensar en resoluciones rápidas. Ni un resultado electoral ni el desplazamiento de un presidente revertirán de una sola vez el sombrío curso de la historia, posibilitado por la preeminencia de poderes enormes y ajenos.

Se necesita persistencia, memoria histórica, claridad sobre los objetivos estratégicos, dejar de lado las mezquindades. Nuestro país asiste a la comisión de enormidades. Algunas inimaginables hasta hace no tanto. Necesitamos dar la batalla por cuestiones de fondo. En amplitud, unidad y vocación por imponer cambios decisivos.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.