Desgrabación: Ana Laura Xiques.
El pasado 22 de setiembre, al cumplirse 40 años del asesinato de ocho militantes del Partido Socialista de los Trabajadores por parte de la Triple A, la Comisión de Memoria y Justicia de la Masacre de La Plata convocó a un acto en el Centro Cultural Islas Malvinas (19 y 51).
Carlos Povedano, Lidia Agostini, Oscar Lucatti, Adriana Zaldúa, Roberto Loscertales, Hugo Frigerio, Patricia Claverie y Ana María Guzner Lorenzo fueron asesinados en la noche del 4 de septiembre de 1975. Loscertales, Zaldúa, Frigerio, Guzner y Agostini acudieron a la fábrica Petroquímica Sudamericana (en la actualidad, hilandería MAFFISA) para entregar un fondo de huelga a los trabajadores. En esas circunstancias fueron secuestrados, torturados y asesinados. Horas más tarde, Lucatti, Claverie y Povedano fueron también asesinados a manos de la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A-CNU). Los autores de la masacre siguen impunes.
Estas causas son lentas porque los que se juzgan son peronistas
Organizado por la recientemente formada Comisión de Memoria y Justicia por la Masacre de La Plata, están con nosotros y hablarán adhiriendo a este homenaje, la compañera Nora Cortiñas de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y consecuente luchadora por los Derechos Humanos de ayer y de hoy. La compañera Guadalupe Godoy abogada en la causa por Julio López y los familiares querellantes por la masacre de La Plata. Eduardo «el negro» Soares reconocido militante de la organización Montoneros y miembro de la Gremial de abogados y de la Corriente política por la liberación nacional y social. La compañera Marta Vedio abogada y militante por la Asamblea permanente de los derechos humanos y el compañero Pablo Llonto querellante por la causa de Ana María Martínez militante del PST asesinada en 1982.
Eduardo Soares: Compañeras y compañeros, gracias por la invitación, gracias a los compañeros que han organizado este acto y es un gusto compartir esta mesa con compañeros y compañeras tan queridos con los que nos encontramos permanentemente no solo en las actividades jurídicas o en estos foros, sino también en la calle y en las luchas. Recordar a los compañeros caídos, en este caso a los caídos justamente en esta fecha que estamos homenajeando, es para algunos de nosotros un compromiso determinado que tiene que ver no solamente con la continuidad de la lucha sino además hacer todo lo posible para dejar claro quiénes fueron los autores y las características que tenían en ese período este tipo de hechos, que no fueron los únicos, tratar de llevarlos a la justicia y por todos los medios posibles tratar que se haga justicia.
Lamentablemente en este tipo de causas, donde se está juzgando a la derecha peronista, una situación que se producía dentro de las estructuras del peronismo en la década del ´70, hasta hoy tienen un tipo de trámite muy diferente al que tienen otras causas. A mí me toca ser querellante de varios compañeros asesinados por la Triple A y la CNU (Concentración Nacional Universitaria) en Mar del Plata y también de otros tantos compañeros asesinados en La Plata. Estamos hablando de compañeros que compartían de alguna manera esa lucha de clases que se daba dentro del movimiento peronista y que tenÍan además la misma identidad. Son causas que se ralentizan y no quiero imaginarme lo que puede llegar a ocurrir a partir del 10 de diciembre, porque si durante todo este período han sido causas lentas, lo que venga será de seguro peor. Por ejemplo, «el Pipi» Pomares y el «Indio» Castillo, presos en la causa CNU, hasta hace muy poco Pomares era funcionario de la Legislatura de esta ciudad, junto con funcionarios que algunos son del gobierno y fueron asesores del actual Ministro de Justicia, eso explica por qué las causas son lentas.
Patricio Fernández Rivero, acusado y detenido en esta causa obtuvo el arresto domiciliario en muy poco tiempo, porque pidió el traslado a Córdoba y, por supuesto, allí está a cargo de las estructuras políticas el PJ cordobés que podrá tener diferencias con el nacional, no me consta, pero si las tiene está claro que no en estos casos.
Estas causas donde hay poco para decir, porque primero son muy lentas para llevarlas a la justicia y luego para mantener la situación de encarcelamiento, después cuando nos encontramos con un juicio oral como el que se está dando en Mar del Plata donde está sometida toda la estructura del CNU y las Tres A, donde nos encontramos con que los Tribunales no tienen la misma ligereza ni la misma rapidez para enjuiciar y, eventualmente, condenar a los imputados, como pueden llegar a tener en la ESMA o en Campo de Mayo, no es lo mismo.
Nosotros creemos que al igual que en la década del ´70 la respuesta para esto no es necesariamente jurídica, la respuesta es política. Obviamente los abogados hacemos lo que podemos, ponemos toda la ciencia del derecho al servicio de estas causas, en mi caso soy casi exclusivamente defensor, la única causa en la que he sido querellante es ésta, no participo en ninguna causa de delito de lesa humanidad. ¿Por qué en esta causa? Porque creo que estas son las peores, las que están por lazos abiertos o encubiertos con el poder de ayer y de hoy, entonces es a dónde hay que poner muchísimo esfuerzo.
También el esfuerzo que hay que poner es político, estas causas no avanzan si las compañeras y compañeros que estamos acá no nos multiplicamos para presionar en fiscalías en los juzgados de instrucción o en los tribunales orales. Si la administración de justicia que está a cargo de este tipo de causas no es similar a la que nosotros mostramos permanentemente cuando juzgamos a Etchecolaz, a Videla o a Massera, creo que estamos bastante complicados.
Lamento tener que ser el portador de malas ondas en un homenaje a los compañeros caídos, pero esta es la verdad, es lo que está ocurriendo, estamos hablando de militantes del Partido Justicialista y si algunos sabemos de lucha interna en el movimiento peronista, y de haber sido víctimas de la AAA y la CNU, si algunos conocemos la naturaleza de clase y las características pro oligárquicas y pro imperialistas de un sector del peronismo, somos justamente los que los hemos enfrentado durante los años ´70, por todos los medios posibles.
Le comentaba a algunos compañeros amigos de toda la vida, que acá me toca ser sapo de otro pozo, la mayoría no provienen de la militancia de la que yo provengo, pero con esa autoridad moral se los digo: estas causas son lentas y lo son porque los que se juzgan son peronistas y que no me vengan con que los peronistas son los que están en el gobierno y estos otros son los peronistas malos, son peronistas. El problema es que muchas veces los que los tienen que juzgar también son peronistas, por más que digan que son más progresistas. Los conocemos muy bien, acabo de venir de Mar del Plata de declarar como testigo en la causa contra la cúpula de la CNU enjuiciada en ese lugar, y me doy cuenta de que los fiscales no ponen el mismo énfasis, ni la misma fuerza con las que uno los ve en las causas contra otros imputados.
Lo que sí podemos prometer es seguir poniendo todo el esfuerzo posible, redoblarlo, sea desde el punto de vista de militante político de una organización que pretende también, igual que antes, una Argentina socialista, también pretende poner todo el esfuerzo del conocimiento y la técnica del derecho para que esta gente sea juzgada, condenada y que no tenga posibilidad alguna de volver a integrarse a la vida política para poder llevar adelante un proyecto de sometimiento al país.
Estos juicios no pueden demorar años, y la responsabilidad central es del Poder Judicial
Pablo Llonto: Compañeras y compañeros, yo vengo de este partido, vengo del Partido Socialista de los Trabajadores (PST) y ahora coqueteo con el peronismo, así que se me complicó. Para mí es muy fuerte estar en este acto, así como en otros actos de nuestros compañeros del PST, entré cuando cursaba en la Facultad de Derecho, durante las primeras clases de 1982 cuando ya había ocurrido el asesinato de Ana María Martínez, causa que estamos llevando adelante en el Juzgado Federal de San Martín y poniendo en práctica todas las enseñanzas de la militancia de antes, de ahora y de siempre, para exigirle al Poder Judicial que se muevan las causas, que los imputados sean citados rápido, que los juicios orales se hagan rápido, que aquello que siempre hemos reclamado, que es que la justicia sea rápida, algún día se haga realidad.
Creo que todos tenemos claro que la justicia no va a ser rápida hasta el día que no haya una revolución, otro sistema que también transforme a este podrido sistema judicial, que intenta tomarnos el pelo todos los días en todos los tribunales del país. Por eso quiero destacar lo que hicieron los compañeros de la Comisión por la Memoria de Ana María Martínez, no porque sea un hecho excepcional, pero ponerse en las puertas de los juzgados, cortar las calles, pedir hablar con los jueces, una y mil veces, venir a hablar con los fiscales, una y mil veces, parece ser la única manera de apurar las causas.
Los compañeros y compañeras de La Plata y de otras ciudades saben que esa es una de las formas de llevar adelante la justicia hasta que no tengamos la justicia popular que siempre hemos reclamado. Como todavía estamos en este sistema y a este sistema hay que presionarlo y casi asfixiarlo para que dé justicia, vengo a contarles esta experiencia para sumarnos a presionar también aquí en La Plata, porque lo que contó el Negro, así como lo que cuentan las compañeras, es lo que sucede con las causas en esta ciudad y que no solo son por los casos de Triple A y CNU, sino que tienen que ver con policías, gendarmes, prefectos, con lo que cuesta que la justicia entienda que cada día que pasa en estas causas equivale a cuarenta años y que no podemos esperar más, no podemos esperar años por el juicio oral por los compañeros y compañeras del PST, los compañeros y compañeras peronistas, los compañeros y compañeras del PRT, de todos los militantes y todas las organizaciones por las que se está pidiendo justicia.
Por eso se trata de invitarlos a sumar esfuerzos para ir a exigir rapidez a los jueces y fiscales. Estos juicios no pueden demorar años, y la responsabilidad central es del Poder Judicial, de los jueces y de la Corte Suprema.
Ciento cincuenta abogados y abogadas de todo el país fuimos este año a reclamarle al Presidente de la Corte y no nos dio bola, derivó todo a comisiones para estudiar el tema de cómo solucionar la lentitud de las causas de lesa humanidad. Probablemente tengamos que pedir ayuda y hacer una convocatoria a un reclamo nacional para que estas causas se aceleren. Pese a todo, soy optimista, creo que gane quien gane en las próximas elecciones estas causas no van a tener ningún tipo de reconciliación, ni de olvido ni de perdón. Creo que el ejemplo de las compañeras que están con los pañuelos, nuestras madres y abuelas, ha calado muy fuerte en la sociedad argentina y no va a haber quien permita lo que La Nación está insinuando en dos de sus últimas editoriales. Por eso además de pedirles unir fuerzas desde todos los rincones del país para ver cómo presionamos a los jueces y juezas, también pedirles ayuda en un punto que es la investigación y la búsqueda de datos.
Siempre que hacemos actos, les pedimos a quienes concurren que nos ayuden a buscar datos porque todos podemos hacerlo, todos los compañeros que han militado en nuestro partido saben que podemos acercar información que en algún momento se tuvo sobre lo que sucedió, esos datos aunque sean en forma de rumores o trascendidos a nosotros nos sirven porque son la punta para iniciar otras investigaciones. Necesitamos que todos los compañeros que militaron en aquellos años se acerquen a dar su testimonio aunque sea breve, aunque sea un indicio, algo que escucharon una vez en un local, de lo que pudo pasar, o cómo era el rostro o el auto de los hijos de puta que hicieron lo que hicieron. También pedirles que si alguno de ustedes hizo la conscripción entre 1974/83 y tiene algo para contar porque lo escuchó en los cuarteles, en la ranchada o en la instrucción, que se acerque a los organismos de derechos humanos, aunque sea en forma anónima, porque para los que empujamos estas causas es de mucha utilidad.
Por eso compañeras y compañeros, desde la fuerza que se está poniendo en San Martin por la causa de Ana María Martínez, por la fuerza que se está poniendo aquí en La Plata por esta causa, desde la fuerza que están poniendo en otras provincias por otras causas, por los compañeros y compañeras del PST, secuestrados o asesinados, el mayor llamamiento a que nos juntemos, que hagamos todos los esfuerzos que lo más pronto posible van a llegar los juicios orales y ahí también tenemos que estar presentes y gritar en nombre de cada compañero y cada compañero.
¡Presente el PST, carajo! Gracias.
No queremos a los represores presos con 4 años de prisión preventiva, los queremos condenados a cárcel común perpetua y efectiva.
En homenaje a los 8 jóvenes militantes del entonces Partido Socialista de los Trabajadores de La Plata, al cumplirse durante los días 4 y 5 de septiembre, 40 años de su brutal asesinato a manos de la banda fascista de la Alianza Anticomunista Argentina, la Triple A, bajo el gobierno democrático de Isabel Perón. Acompañamos el pedido de familiares, amigos, compañeros de militancia y la Comisión por memoria y justicia de La Plata, para que estos asesinatos no sigan impunes.
Adhesión del Concejo Deliberante de la Ciudad de La Plata, a instancias del concejal Fabián Lugli del Frente para la Victoria (FPV). El Concejo Deliberante de la Ciudad de La Plata declara que decreta el reconocimiento a los 8 militantes populares asesinados en esta ciudad el 4 y 5 de septiembre de 1975.
Marta Vedio: Quiero agradecer a la Comisión por invitarme, creo que me trajeron porque en el homenaje a los compañeros de La Plata tenía que haber alguien de esta ciudad. Para acompañar este homenaje a los compañeros quiero plantear que el mejor homenaje que podemos hacer es la reparación, y la reparación histórica hoy, más allá de los homenajes y reconocimientos que vengan del Estado, que son saludables.
El homenaje es el juicio y castigo, investigar estos homicidios gravísimos que pertenecen al terrorismo de Estado y que tienen que ser perseguidos, sancionados y reparados por el Estado, por el Poder Judicial, pero también por los otros dos poderes del Estado. Creo que una de las claves de la impunidad en la que hasta ahora se desenvuelven estas causas, tiene que ver con la caracterización como terrorismo de Estado del accionar de la Triple A y de la CNU que viene siendo discutida, ocultada e invisibilizada por los sectores interesados en que prevalezca la impunidad.
La Plata es la ciudad proporcionalmente más castigada del país, que ha sido cuna de un movimiento de Derechos Humanos extremadamente dinámico, en la que se han dictado sentencias modelo, miradas por todo el país, por la fuerza de los conceptos que contienen, por las ideas que se han arraigado en la cultura jurídica.
No tenemos muchas cosas, pero tenemos algunas, un Presidente de un tribunal oral que con coraje está diciendo y encaminando las causas como se debe, tenemos un conjunto de luchadores que no se han rendido en ningún momento y que están promoviendo, apoyando y estimulando los juicios, y tenemos una convicción cada vez más generalizada de hacer justicia. Con este Presidente, el Dr. Carlos Rozanski, a quien criticamos y con el que discutimos, aun así reconocemos que las sentencias de La Plata han sido ejemplares. El problema es que las causas llegan a los tribunales orales mal investigadas, subdivididas, desguazadas, se elevan a las apuradas porque las investigaciones son tan lentas que cuando hay un detenido pasa 3 o 4 años preso y no se pueden extender los plazos, nosotros no queremos a los represores presos con 4 años de prisión preventiva, los queremos condenados a cárcel común, perpetua y efectiva.
En estos días ha habido una embestida muy importante de sectores del poder que se expresó en los paneles que convocó la Universidad Católica, la Universidad de San Andrés y las editoriales de La Nación. En uno de estos paneles habló una abogada defensora oficial, a las que nosotros pagamos el sueldo para defender genocidas, con una profunda convicción ideológica (por la que no le pagamos pero lo hace igual) y dijo: «se están llevando adelante los juicios con los mismos elementos que se recogieron en la CONADEP en los ´80 y no hay nada nuevo». La verdad es que tiene razón, se han juntado papelitos, se han ordenado, sistematizado, pero la realidad es que el trabajo ha sido el de los organismos de derechos humanos que el Poder Judicial recoge, mete en una causa y eleva a juicio más o menos como puede.
Por supuesto que se ha avanzado, que se han creado estructuras del Estado que se han consolidado, que es muy saludable que existan y que lo hagan cuando están conducidas por compañeros y cuando hay una decisión política de llevar adelante determinadas políticas y profundizarlas, hay archivos que sistematizan la información, el fortalecimiento del Equipo Argentino de Antropología Forense es muy importante, los programas de soporte de los juicios, los avances sobre la dimensión económica, hay muchas cosas que se han conseguido, que son fruto de la lucha, que existen, están y que hay que profundizar.
Sin duda, algunas cosas las hubiéramos hecho de otra manera, lo hemos planteado en muchas oportunidades, cuando en el año 2000 abogados de todo el país creamos la Red Nacional de Derechos Humanos y llevamos adelante una coordinación histórica de los juicios, primero por la verdad y después los juicios penales en todo el país, planteamos muchas cuestiones, que la Secretaría de Derechos Humanos tendría que haber concentrado sus esfuerzos en donde hacen falta querellantes y no en lugares como La Plata donde hay querellantes como para hacer mermelada y donde lo necesario era fortalecer a las organizaciones y no ocupar su espacio.
La cuestión hoy es cómo garantizamos que estos avances no solo no se transformen en cartón pintado, sino también cómo nos organizamos para pelear por lo que falta, la profundización de las investigaciones, la aceleración de los procesos, y un Estado que avance en jugar un papel decidido por el juicio y castigo a los genocidas.
Nos estamos enfrentando a un embate muy duro y poderoso, se alinean los beneficiarios, se vuelve a hablar de persecución contra los represores, de venganza, de odio, vuelve la teoría de los dos demonios. Los grupos más poderosos han estado agazapados a la espera de un momento como éste, y ahora aparecen alineados, unidos, con objetivos políticos clarísimos, es muy importante defender a Blaquier, como defender a Massot, a Fernández Rivero como a Gustavo de Marchi, a Navajas Artaza como a Marcos Levin, lo tienen claro, entonces éste es el desafío para nosotros, mirarnos y plantear en nuestras organizaciones de qué manera vamos a tomar las decisiones políticas que nos permitan realmente avanzar. Sin ingenuidades, cuando digo que tenemos que volver a la cultura de buscar puntos comunes y avanzar en torno a ellos, tenemos que promover nuevos espacios de articulación que respeten y contengan a los ya existentes para crecer, para avanzar y para profundizar, no lo estoy diciendo con ingenuidad, lo digo como militante política, como militante con muchos compañeros y compañeras dispuestos a llevar adelante esta lucha, con la certeza de que estamos en condiciones de construir en la unidad y tenemos la obligación de hacerlo.
Los crímenes de la Triple A y la CNU fueron parte del terrorismo de Estado y hay que hacerse cargo que se inició en 1974 .
Guadalupe Godoy: Escuchándola hablar a Marta pensaba, que si bien no soy platense soy marplatense y ambas ciudades tienen muchas cosas en común. Cuando nos conocimos con Marta en el ´98/´99, empezaban los juicios por la verdad y en Mar del Plata teníamos que ver cómo encararlo y teníamos un problema, no lo podíamos hacer en la Cámara Federal de Apelaciones porque el fiscal era De Marchi.
Esa fue la primera vez que escuché hablar de la CNU, en Mar del Plata era parte cotidiana de la Facultad de Derecho, eran los docentes, el hermano de Hooft, Jorge de la Canale, que hacía cola en Tribunales como si fuera un recién recibido; eran todos los abogados que con el Ejército y la Marina fueron parte de la «Noche de las corbatas» y se quedaron con los gremios de los abogados a los que hicieron desaparecer.
La CNU fue el enemigo principal de los juicios en Mar del Plata, cuando vine a La Plata, eso no estaba tan claro, probablemente por la enorme dimensión de la represión a manos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires y el Ejército durante la dictadura. A medida que avanzaron los juicios también pudimos empezar a ver esas relaciones y esas coordinaciones en el juicio que se hace hoy. Se ve cómo la CNU desde antes del golpe ya funcionaba con la zona liberada, que le proveía información a la Marina y al Ejército, se ve cómo el foco estaba en el movimiento universitario y en el de trabajadores. Hay un caso que conocimos hace poco de Hudson, de un trabajador del cordón industrial que lo van a secuestrar la Marina con la CNU y cuenta un compañero que estuvo en la unidad 9, que los presos de la CNU se vanagloriaban de haberlo matado.
Las causas de la CNU son complejas en La Plata porque, por ejemplo, apenas se detuvo a Castillo y a Pomares, hay que hacer un reconocimiento por la labor de investigación de Miradas al Sur a cargo de Daniel Cecchini y Manzanita, que presionó al Poder Judicial y se dignaron a detenerlos.
Todos los días cuando íbamos a Tribunales encontrábamos los volantes de «libertad al Pipi Pomares», hasta hace muy poco tiempo hubo miembros del Poder Legislativo y otros que andaban dando vueltas y pidiendo entrevistas con los jueces para contarles lo bueno que era «el Pipi», porque su detención fue una conmoción.
La realidad es que hay una sola causa que puede ir a juicio que nadie la quiere hacer, que está hecha de forma tal que es muy complejo lograr condena, que se han dado una política para no unificar todas las causas previas al ´76, hemos presentado incontables petitorios y todos fueron denegados, están en distintos juzgados, ahora se está desmembrando la causa de la Triple A y empiezan a llegar los casos que se van esparciendo por los juzgados.
Todo esto tiene que ver con las resistencias de las que hablaban los compañeros. La parte optimista de esto es que si hay algo que hacemos en los juicios, más allá de la cuestión numérica de las condenas, no solo tenemos que tomarlos así, está claro que lo que estamos haciendo todos es disputando el sentido histórico de lo que fueron los ´70, así como disputamos la teoría de los dos demonios, así como a pesar de las dificultades queda claro que los crímenes de la Triple A y la CNU fueron parte del terrorismo de Estado y que hay que hacerse cargo de que ese terrorismo de Estado se inició en 1974.
Creo que esa es la parte optimista, hemos ido ganando batallas en esa disputa, y el hecho de que hoy estos dos tipos estén detenidos, que no cobren las pensiones, porque en La Plata casi logran cobrar las pensiones por presos políticos, aunque en realidad estuvieron en la Unidad 9 para protegerlos por unas internas que había entre las fuerzas de seguridad.
No se trata de esperar o exigir el reconocimiento de que son crímenes de Estado por parte del Poder Judicial, porque tiene que quedar en claro que el terrorismo de Estado no necesita un golpe, ni fuerzas militares o de seguridad a disponibilidad. La causa de los compañeros está en la misma situación que el resto, con muchísima resistencia a salir de lo que son las investigaciones formales y aceptar que la única forma de que avancen es romper con esa lógica de pensar en hechos aislados y sacándole la connotación política que tuvieron.
Los compañeros fueron a llevar una ayuda a una lucha de trabajadores y de ahí se los llevaron y sus cuerpos aparecieron de la misma forma y con el mismo sello que aparecían todos los que eran víctimas de los crímenes cometidos por la CNU y Triple A, con lo cual el ejercicio será seguir forzando esas resistencias que a veces vencemos y a veces no, pero creo que la experiencia de estos casi 40 años nos ha enseñado a todos a no bajar los brazos.
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