Ajustarse a los tiempos de la burocracia, a veces, puede ser mortal. Se sabe que los plazos de gestión de los organismos estatales y de quienes ejercen el poder legislativo de un país, en ocasiones, se ven contaminados por intereses, acuerdos y desacuerdos políticos. Mientras tanto, hay vidas que dependen de las voluntades de esos […]
Ajustarse a los tiempos de la burocracia, a veces, puede ser mortal. Se sabe que los plazos de gestión de los organismos estatales y de quienes ejercen el poder legislativo de un país, en ocasiones, se ven contaminados por intereses, acuerdos y desacuerdos políticos. Mientras tanto, hay vidas que dependen de las voluntades de esos actores.
Esto, que puede parecer una exageración, es una verdad. El Senado de la Nación Argentina tiene detenido un proyecto de ley (con media aprobación de la Cámara de Diputados) para prevenir los efectos de la bacteria del Streptococcus del grupo B (EGB), también llamada Streptococcus agalactiae.
Si bien el EGB no ocasiona problemas en las mujeres antes del embarazo, lo cierto es que significa un factor de riesgo para los neonatos, que puede terminar en la muerte, fatal desenlace que se podría prevenir a partir de un estudio en la semana 35/37 de gestación.
Esta problemática empezó a conocerse en el país gracias a la investigación y difusión de los medios de comunicación; y al accionar de un grupo de familias que integran «Prevencionegb» (www.prevencionegb.com.ar), cuyo objetivo es informar y prevenir la infección de estreptococo del grupo B en recién nacidos.
Para conocer más sobre este asunto y cómo afecta al neonato, SEMlac consultó a la doctora Alicia Farinati, médica, especialista en microbiología:
«El Streptococcus del grupo B se puede localizar en el tracto genital inferior y en el contenido intestinal. Produce una patología, porque tiene factores de virulencia importante que se pueden manifestar de acuerdo a determinadas circunstancias no siempre conocidas», informó.
«Si la bacteria se localiza en la vagina de la mujer embarazada, el bebé puede colonizarse durante el parto y luego desencadenarse la enfermedad. No en todos los casos ocurre, pero la infección es grave y puede llevar a la muerte o bien dejar secuelas severas», entre las que se mencionan neumonía, sepsis (infección de la sangre) y meningitis.
Farinati advierte que hay que tener en cuenta que entre 10 y 30 por ciento de las embarazadas están colonizadas en la vagina y/o en el recto, en forma asintomática, y por eso hay que buscarlo por cultivo. Entre 30 y 70 por ciento de los neonatos de esas madres también se coloniza, y del uno al dos por ciento de los bebés en esa situación desarrollará la enfermedad invasiva por Streptococcus del grupo B.
Hay tres tipos de sepsis: precoz, tardía y tardía-tardía. La que suele ser muy severa es la primera, que aparece dentro de los primeros siete días de vida. «Esta es prevenible casi en el 90 por ciento de los casos cuando a la mamá colonizada por la bacteria, se le efectúa la llamada Profilaxis Antibiótica Intraparto con penicilina o con otras alternativas de antibióticos», enfatiza la profesional.
SEMlac también consultó a Daniel Salum, miembro-fundador de Prevencionegb, sobre la ausencia de una política de prevención a nivel nacional.
Salum se acercó a la temática por su historia personal: en septiembre de 2002 fue papá de los gemelos Ramiro e Ignacio, ambos infectados por el Estreptococo B al momento del parto. Sólo Ignacio logró sobrevivir, Ramiro falleció a los cuatro días de su nacimiento. Desde entonces, Salum inició una batalla para prevenir esta tragedia.
«El Ministerio de Salud de la Nación en Argentina no quiere adoptar esta forma de prevención, ya que sostiene que la incidencia de casos de EGB en nuestro país es baja», comenta Salum, quien advierte, sin embargo, que este dato de la cartera ministerial es inexacto.
Pero ¿cuál es la verdadera razón para oponerse a cambiar la prevención? Según Salum, los costos económicos, «ya que con una política de prevención se deberá realizar un cultivo e hisopado aproximadamente a 750.000 mujeres por año, de las cuales se estima que el 20 por ciento serán positivas e implicaría 150.000 profilaxis antibióticas.
Además hay centros médicos sin laboratorio, lo cual implicaría tomar la muestra y transportarla.
Ya existen algunas leyes provinciales, como las de Río Negro, San Juan, Mendoza, Santa Fé y en la Ciudad de Buenos Aires, pero aún es necesaria una legislación nacional para la prevención de esta afección. La aprobación de esta ley es una urgencia humanitaria.